Muy llamativo el título de mi comentario de hoy, pero no voy a relacionar a unos y a otros. En realidad, quiero dividir mi humilde intervención cibernética del día de hoy en dos partes. La primera, irá dirigida a expresar mi inocultable recocijo por la muerte, tras duro enfrentamiento con una patrulla de la Ertzaintza, de un aprendiz de asesino, de una hiena recién destetada que salía por primera vez de su guarida en busca de sangre inocente con la que saciar su apetito y justificar su odio.
No soy persona que se muestre gozoso y alegre por las desgracias ajenas, ni que vaya deseando la muerte y el dolor a mis semejantes, ni mucho menos. Espero que nadie me interprete mal. No me alegra la muerte del sujeto en sí misma, como acto de extinción de una vida humana. Lo que alboroza mi espíritu es saber que alguien cargado del suficiente odio y resentimiento como para acabar con la existencia de sus iguales, simplemente por el hecho de no compartir su inicuo ideario político, ya no podrá proseguir su alocada carrera criminal. No llegarán a saberlo nunca, pero a mucha gente inocente -tal vez yo, tal vez tú, querido lector-, hoy se le ha borrado para siempre de su calendario una fecha fatídica. Aquélla en la que el pútrido hálito de muerte que habría podido exhalar este becario del crimen, se hubiera cruzado en su despreocupado camino.
Y desde aquí, mis deseos de una pronta y satisfactoria recuperación para el policía autonómico herido en el enfrentamiento con las inexpertas alimañas. Esperemos que el PNV o el Gobierno Vasco de Ibarretxe no lo depuren por haber cumplido ejemplarmente con su deber de proteger a la ciudadanía.
En otro orden de cosas, los lectores que ante mis comentarios tengan la suficiente paciencia y empuje como para alcanzar la base de la página haciendo "scroll", habrán podido contemplar que desde hace unos días un singular contador de visitas, con números fantasmagóricos incluidos, se yergue orgulloso ante el navegante y le indica cuántos han podido precederle.
El contador lo abrí en una página que se llama "miarroba.com". La verdad es que tiene multitud de funciones y elabora decenas de estadísticas y análisis sobre las visitas que llegan a la página. Es curioso ver cómo me han llegado visitantes a través de servidores de Brasil, Australia, México, Reino Unido y multitud de países más. Lógicamente, la mayor parte de las entradas provienen de servidores españoles y el hecho de que lleguen internautas desde servidores situados en los cinco continentes, tampoco siginifica que tenga un auditorio tan heterogéneo. Sé positivamente que el navegante que llega a través de rutas tan exóticas, puede estar sentado en una oficina de Barcelona o en su domicilio de Zamora.
Pero hay algo que empieza a escamarme. Tal vez, víctima de algún síndrome fantasioso generado en mi cerebro a partir de mi apocada y mohína existencia, quiera sentirme partícipe de alguna ensalada pre-conspiratoria, pero casi el 20% de las visitas que he recibido, han llegado desde un servidor emplazado en Washington D.C. El contador siempre indica cuál es la dirección del servidor desde el que me llega la visita, pero no en este caso, pues permanece oculta.
Sé que carezco de la más mínima resonancia, pero me ha dado por pensar que, dado que me paso los días hablando de terrorismo, de los atentados contra las Torres Gemelas, de la guerra en Irak, del conflicto en Oriente Medio entre árabes e israelíes, de Bush, Sharón, Rumsfeld, Cheney, Ashcroft, Blair y Aznar, mi página pueda estar siendo rastreada y visitada habitualmente por los potentes buscadores de la CIA o el FBI, que buscan desesperadamente alguna pista sobre posibles atentados terroristas. Si fuera así, que no creo, que pierdan cuidado y que no se molesten.
Y que no se molesten tampoco mis lectores por tratar de ganarme una importancia y un protagonismo del que obviamente, no disfruto. Como no se me ocurría nada mejor sobre lo que escribir, me ha dado por ahí.
Eso sí, si no me habían rastreado hasta la fecha, con la cantidad de palabras clave que he introducido hoy a propósito en este comentario, seguro que llega el momento en que me rinden visita.
Lucio Decumio.
1 comentario:
Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
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