07 septiembre 2008

¿Crimen racista y disturbios xenófobos?

Ayer, en la localidad almeriense de Roquetas de Mar, tuvo lugar una de tantas reyertas que se producen en mil lugares diferentes de España a lo largo del año. Los protagonistas, un grupo de pequeños narcos o camellos y el resultado, la muerte de uno de ellos. Sin embargo, hay una pequeña diferencia respecto a episodios similares, pues en esta ocasión los involucrados eran de una parte, subsaharianos, es decir, negros, mientras que los rivales, enarbolaban orgullosos el pendón de una etnia bien conocida en España por su tradicional sensatez, don de gentes y ánimo integrador: la gitana.

Pues bien, resulta que del duelo de pequeños gallitos pertenecientes del submundo del hampa, resultó triunfador, como no podía ser de otro modo, el representante calé. No cabe duda de que su más que probable conocimiento y manejo de las milenarias artes de autodefensa implementadas por sus antepasados y que tan buenos réditos le ha rendido a su raza a lo largo de los siglos, tuvo mucho que ver en el desenlace del combate.

El desafortunado negro que se cruzó en el camino del gitano, cría a estas horas un buen número de malvas entre las vísceras de lo que hasta hace sólo unas horas, era un organismo lleno de vida y ávido de integrarse cultural y socialmente en el entorno local y por extensión, en la nación que bondadosamente, le había acogido en su seno.

¿Cuántos Telediarios dominicales van a abrir sus portadas catalogando este luctuoso suceso como un abominable crimen racista? Ninguno. ¿Cuántos cerrarán la información acerca de estos hechos, rasgándose las vestiduras por el justiciero "raid" lanzado por los compatriotas del finado, contra los unifamiliares de plástico y uralita en los que pacíficamente residían los más allegados al asesino? Evidentemente, tampoco ninguno. ¿Cuántos presentadores filo-progresistas de Telecinco, Antena 3, Cuatro, La Sexta o TVE, criticarán la contundencia empleada por los antidisturbios de la Policía Nacional a la hora de devolver al avispero algo parecido a la calma y el sosiego? Todos, casi con toda seguridad.

Recordémoslo una vez más, para que todas aquellas mentes franquistas, falangistas, fascistas, , ultraconservadoras, ultracatólicas y enemigas del progreso, la integración y el multiculturalismo que lo hayan olvidado, lo tengan muy presente: la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros o la doctrina antropológica o política basada en la persecución de un grupo étnico considerado como inferior, es decir, el racismo, es un sentimiento, idea o forma de pensar y actuar, exclusivamente atribuible a la raza blanca.

Lucio Decumio.

03 septiembre 2008

Príncipe de Asturias II



Bien por Rafa Nadal. Un tenista único que está marcando una época en nuestro deporte.

Para bien, me equivoqué. Rafa Nadal recibirá el Príncipe de Asturias de los Deportes. Lo tiene muy bien merecido. Seguramente, es quien más méritos había hecho en comparación con el resto de los candidatos. Por trayectoria, profesionalidad, implicación y como decía ayer, humildad, el jurado que otorga el galardón, ha hecho justicia.

Otro que no para de superar marcas, es Pepiño Blanco. Justo ayer, en el instante en que comentaba sus extraordinarias cualidades a la hora de batir récords en disciplinas tan poco envidiables como la ruindad, la mezquindad o la cobardía moral, Pepiño le arañaba unas milésimas más al cronómetro de la estulticia, al afirmar, en relación a la brutal crisis económica en la que estamos envueltos gracias a la incompetencia socialista, que los españoles viven mejor que nunca y que sólo unos pocos, tienen algún problema.
Dos millones y medio de personas desempleadas, son un puñado de personas para Pepiño. Al menos, todavía son personas, no como los enfermos terminales o los no nacidos, que están a punto de convertirse, por mor de los inminentes avances sociales que tienen previsto poner en marcha ZP y su camarilla, en simple carnaza de la que nuestros socialistas, con el doctor Montes a la cabeza, podrán deshacerse con el regocijo de saber que cualquier crítica que se vierta contra estas medidas o cualquier objeción de conciencia que se quiera oponer a ellas, será aplastada sin miramientos por sus comodines propagandísticos.

Lo he dicho muchas veces y lo reitero. La falta de redaños y los complejos heredados de buena parte de la sociedad y de los partidos políticos encargados de represertarla, ha abonado el terreno para que socialistas, comunistas y nacionalistas, tengan patente de corso para decir y hacer lo que les dé la real gana, sin que de ello devenga consecuencia alguna para su posición política y su salud personal. Un pueblo con coraje y valentía, ya habría exigido o en su defecto impulsado, la inmediata desaparición pública de estos personajes siniestros y retorcidos. Pero estamos en España, una nación aborregada y abotargada, por décadas de control ideológico izquierdista y nacionalista. De no mediar un milagro, en poco tiempo las peores pesadillas orwellianas se harán realidad en nuestra querida nación.

Que ni por un instante quepa la más mínima duda. El plan del PSOE y sus aliados consiste en arrebatarnos a pequeños bocados, nuestra estabilidad política y económica, nuestra riqueza cultural y lo que es peor, mediante una diabólica inversión de la escala de valores, sostenida por su sombrío imperio mediático y cuya demostración más palpable es la presentación ante la opinión pública de su tenebrosa cultura de la muerte, como un avance social de enorme envergadura, tratan de quitarnos nuestra libertad y laminar nuestra conciencia.

Lucio Decumio.

02 septiembre 2008

Príncipe de Asturias

Los tres grandes triunfadores de los Juegos Olímpicos de Pekín, Michael Phelps, Usain Bolt y Rafael Nadal, optan junto a la Selección Española de Fútbol y la pertiguista rusa Yelena Isinbayeba, al próximo premio Príncipe de Asturias de los Deportes.

El jurado de los Premios Príncipe de Asturias, ha demostrado en infinidad de ocasiones su cortedad de miras y su falta de criterio a la hora de otorgar muchos de los galardones concedidos durante los últimos treinta años. Sin embargo, ha sido en su vertiente deportiva donde los atávicos complejos de inferioridad que nos han maniatado a los españoles durante décadas, se han manifestado en toda su extensión, una y otra vez.

Y mucho me temo que esta ineficacia operativa, rayana en la estupidez y el quijotismo más polvoriento, de nuevo volverá a ponerse este año sobre el tapete. Los candidatos al premio son todos ellos notables: la Selección Española de Fútbol, por haber envuelto en la bandera nacional, un gran título futbolístico a nivel internacional; Rafael Nadal, por su incombustible ambición de triunfo, por su raza, humildad y sentido común; Usain Bolt, por causas relacionadas con el desplazamiento supersónico de los cuerpos; Michael Phelps, en razón de haber demostrado que el hombre, aparte de omnívoro, es anfibio; y Yelena Isinbayeba, en virtud de su inquebrantable fijación por alcanzar el firmamento, centímetro a centímetro.

Pues bien, pese a que los logros de los candidatos españoles poco tienen que envidiar a las metas alcanzadas por el jamaicano, el americano y la rusa, es más que posible que en una nueva demostración de ignominioso oportunismo cosmopolita, el jurado presidido por Juan Antonio Samaranch, otorgue el galardón a alguno de las tres estrellas extranjeras.

Ojo, con ello no estoy afirmando que ninguno de los tres merezca tal reconocimiento. Nada más lejos de mis palabras. Lo que quiero decir es que de puertas hacia adentro, tenemos talentos con categoría más que sobrada, para merecer y enarbolar el premio. Insto a que no dejen pasar esta oportunidad, señores del jurado.

Termino con Pepiño Blanco. Al igual que Isinbayeba, Bolt o Phelps superan en el aire, en la tierra y en el agua, marcas que segundos o minutos antes, parecían imposibles de rebasar, Pepiño hace lo propio con los límites de la mezquindad, la ruindad y la ignominia. El tal profesor Neira, puntual y muy desafortunado paladín de las causas más nobles, ha terminado en la UVI de un hospital madrileño, debido a la brutal agresión sufrida a manos de un energúmeno enajenado. Pues bien, para Pepiño, la culpa de la delicadísima situación clínica del paciente, no es del agresor, sino de la sanidad madrileña.

Claro que no dejo de entender las críticas de Pepiño. En manos del doctor Montes, mística representación de todas las virtudes progres, el pobre docente habría experimentado una sustancial mejoría en cuestión de horas, pasando en poco tiempo de las salas de cuidados intensivos, a mejor vida.

Lucio Decumio.

01 septiembre 2008

Robinho, otro juguete roto


Acabo de enterarme que el imbécil éste, va a fichar por el Manchester City. Un gran paso en su carrera deportiva, sin duda. Que tanta paz lleves como tranquilidad dejas, mendrugo.

La actitud infantil, inmadura y rebelde que ha mostrado el ex delantero brasileño del Real Madrid en los últimos días, no ha hecho sino reafirmar y apuntalar mi tesis de que el sentido de la responsabilidad y el compromiso de la mayoría de los futbolistas de esta nacionalidad con su profesión, son inversamente proporcionales al talento que muestran en los terrenos de juego y sobre todo, a su apego por la fiesta, la juerga y la jarana.

Entiendo que el muchacho se haya sentido molesto durante muchas semanas, al observarse como un segundón a ojos de un pánfilo como Ramón Calderón, para quien durante ese tiempo, sólo ha sido la baratija con la que intentar rebajar el precio de su enésima promesa incumplida, es decir, Cristiano Ronaldo. En momentos como esos, cuando los peleles, los trepas y los caciques intentan hacernos la vida imposible, es cuando se demuestra la verdadera dimensión de una persona. Pero mira tú por donde, el brasileñito, en lugar de levantar la cabeza y comportarse como un caballero, ha ha optado por la variable caprichosa, gritona y congestionada y con ello, por el ridículo y el oprobio, al ver cómo en lugar de fichar por el Chelsea, va a terminar vistiendo la camiseta del M. City.
Las cosas, amigo Robinho, pueden hacerse de cualquier otra forma, menos de ésa. Cuando un vende humos sin fuste como Calderón, que lo único que ha sabido hacer bien desde que es Presidente del Real Madrid es mentir como un bellaco, te ningunea, lo mejor es no hacerle aprecio, seguir tu camino y demostrar en el campo, que se es digno de vestir la camiseta más gloriosa de la Historia del Fútbol. Si te pones a su altura y además, decides ampliar tu capital de amistades mediante dudosas técnicas que consisten en despreciar a la afición, enfrentarte con tus compañeros y desafiar a tu entrenador, pierdes todas las razones y te conviertes en un pollo sin cabeza.

Y fuera ya de mi particular análisis sobre el caso, reconozco que esta actitud tampoco me llama tanto la atención, precisamente por lo apuntado con anterioridad. Ahí están, por si a alguien todavía le caben dudas, los poco recomendables ejemplos de tipos como Ronaldinhho, Ronaldo, Romario y otras tantas celebridades futbolísticas brasileñas, que ganaron tanta o más reputación como príncipes de la noche y reyes del desenfreno, que como los virtuosos jugadores a los que sus respectivas aficiones les abonaban religiosamente, sus más que jugosas soldadas.

Moraleja. Hay que fichar productos europeos o en su defecto, argentinos. Por regla general y casi invariable, al resto de futbolistas del orbe les falta calidad o van sobrados de indolencia e indisciplina.

Lucio Decumio.

29 agosto 2008

Un día en la oficina

Iba a hablar sobre la jornada laboral que me ha tocado vivir hoy, pero he salido tan quemado y tan cabreado, que las pocas ganas que tenía de ironizar acerca de mi patético empleo, se han esfumado como por ensalmo. Tal vez esté perdiendo una buena oportunidad de reírme de mí mismo, pero en serio, no me apetece.

Así que escribiré sobre otra cosa, aunque a estas alturas, las ideas que terminarán escurriéndose desde mis meninges hasta mis dedos, todavía no hayan hecho acto de presencia en aquéllas. Ah, sí, ya lo tengo. Algo prosaico y ligero para hoy, que quiero acostarme pronto, madrugar mañana e irme al gimnasio antes de entrar a trabajar.

Como ha venido siendo costumbre durante los últimos años, un viejo amigo mío y yo nos hemos ido a pasar unos días de vacaciones a la Feria de Málaga. Siempre nos lo habíamos pasado muy bien, pero este año, al margen de que los éxitos entre el sexo opuesto han sido realmente escasos, la más cruda realidad, la que llevábamos años negándonos a asumir, se nos ha presentado con toda su crudeza, descarnada e implacable.

Nos hemos hecho mayores. Queridos amigos, con 38 años, ya no se puede ir uno por ahí de fiesta como si tuviera la mitad, pensando que las chicas de 20, 24, 28 ó incluso más años, van a prestarnos la más mínima atención. Además, la presencia masiva de gente, los empujones, los borrachos y el griterío, son estampas que hemos visto tantas veces, son escenas en las que nos hemos visto envueltos en tantas ocasiones, que cansan. El problema es que el ser humano tiende a verse a sí mismo como un todo invariable en el tiempo y en el espacio y no cae en la cuenta de que a ojos del resto del mundo, cambia. Vaya si cambia.

Total, que uno ya no está para convertirse en la guinda del apetitoso pastel que está a punto de engullir alguna moza de buen ver. En realidad, nunca fui la guinda y ahora que lo pienso, ni tan siquiera el envoltorio del pastel.

Qué miseria de vida, por Dios. Seguro que la culpa es de Zapatero.

Lucio Decumio.

27 agosto 2008

Cuatro reflexiones

La primera, de índole baloncestístico.

José Luis Sáez, Presidente de la Federación Española de Baloncesto, despidió fulminantemente allá por el mes de Mayo, a Pepu Hernández, el entrenador que había dirigido a la selección nacional de esta disciplina, hasta los mayores logros deportivos de su historia. Para justificar una decisión tan insólita como peligrosa, con unos Juegos Olímpicos a las puertas, el dirigente argumentó que el preparador había firmado un preacuerdo con el Unicaja de Málaga, para entrenar a este conjunto de la Liga ACB una vez concluida la competición olímpica y que tal acuerdo, impediría a Hernández concentrar todos sus esfuerzos en dirigir convenientemente al equipo nacional. Hete aquí que Sáez contrató a Aíto García Reneses para sustituir a Pepu y al finalizar los Juegos y volver a España, Aíto manifiesta su intención de abandonar la selección y fichar por el Unicaja.

Estos son los hechos, puros y duros. ¿Mi opinión? Sinceramente, creo que la mayoría de los dirigentes de las Federaciones Deportivas Nacionales, no digieren como debieran el éxito de los deportistas que las representan y en virtud de ello, sienten la irrefrenable necesidad de comportarse como auténticos mentecatos, con el fin de obtener sus quince minutos de gloria catódica, aunque tan infantil comportamiento, vaya en detrimento de su propia imagen. ¿Exagero? Creo que no. Si no, recordad el enfrentamiento entre Pedro Muñoz y los tenistas españoles, encabezados por Rafa Nadal. O las descabelladas predicciones de José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, que antes de Pekín 2008 pronosticó entre 8 y 10 medallas en esta disciplina, para terminar volviéndonos con cero metales. O Ángel Villar y sus declaraciones de borrachín alegre y despistado, tras el triunfo en la Eurocopa. Y para qué seguir.

La segunda, de carácter energético.

Resulta curiosa la coincidencia espacio-temporal, entre el reciente intento por parte de determinados grupos políticos y sociales, de abrir un debate sereno y argumentado sobre la necesidad de construir nuevas centrales nucleares que nos independicen energéticamente del exterior y la aparición en los medios gubernamentales de oportunos accidentes o incidentes, registrados en algunas de las centrales que actualmente se encuentran en funcionamiento. Reconozcámoslo. Son unos auténticos artistas. Si existieran unos galardones internacionales que premiaran a los gobernantes con menos escrúpulos y a los políticos más hipócritas, más oportunistas y más destacadamente manipuladores, nuestros socialistas encabezarían el medallero un año tras otro.

La tercera, de naturalez política.

Pese a la magnitud de la tragedia ¿hasta qué punto es necesario que Zapatero dé a luz a un mini gabinete de crisis para gestionar -soy benévolo, lo reconozco- la catástrofe de Barajas? ¿A qué tanta ocultación de datos a familiares, medios y opinión pública? Aunque una gran parte estén carbonizados e irreconocibles, ¿es creíble que desde un punto de vista estrictamente técnico, se precise más de una semana para completar la identificación de, a lo sumo, 120 cuerpos?

Con Zapatero en el Gobierno, cualquier hipótesis por alucinante que parezca, resulta posible y plausible. Desde la ocultación de la realidad para eludir la responsabilidad gubernamental en la ineficaz labor de AENA como organismo regulador y controlador del tráfico aéreo y de las compañías que operan en España, hasta el intento deliberado de esconder un escenario mucho más siniestro y estremecedor.

La cuarta, de tipo cinematográfico.

Bajo el nada pretencioso título de "Los girasoles ciegos", José Luis Cuerda, célebre realizador español, sólo comparable en talento a un puñado de dioses del Olimpo cinematográfico como Kubrick, Spielberg, Ford, Coppola, Allen, Lucas o Lubistch, ha dado forma a una historia cargada de ingenio creativo, fuerza y originalidad. El argumento, necesariamente merecedor de un Oscar al Mejor Guión Original, centellea, deslumbra y rasga el firmamento cinematográfico patrio, gracias a su innovador, arriesgado y audaz planteamiento: recién terminada la Guerra Civil española, un despiadado clérigo que simpatiza abiertamente con Francisco Franco, el tirano más sanguinario que han conocido las edades humanas, se dedica a perseguir sin tregua a un pacífico ex-combatiente republicano, al que su mujer oculta en las estancias secretas de su casa. Al tiempo, el sacerdote, cuya protervia infinita convierte de un plumazo en inocentes aprendices del mal al Joker, a Lord Vader y a Freddy Kruger, trata de satisfacer sus deseos más inconfesables con la bella esposa del valeroso luchador por la libertad.

Lo dicho, una producción comprometida y emocionante en la que destacan unos personajes elaborados, trabajados y alejados de cualquier tentación maniquea, así como un revelador y escrupuloso respeto por el marco histórico en el que se desarrollan los acontecimientos. Una cinta indispensable, obra de un director sublime, a la que sólo esperan el reconocimiento, la loa y la admiración del público, así pasen los siglos.

Lucio Decumio.

25 agosto 2008

2206

Ni es el año en que Madrid logrará celebrar sus primeros Juegos Olímpicos, ni tampoco es el título de una película centrada en alguna epopeya espacial humana. Es algo más simple, más sencillo y desde un punto de vista personal, mucho más abrumador.

Tras dos semanas de vacaciones, hoy he vuelto a la oficina y ese guarismo, resaltado sobre la pantalla de mi ordenador en negrita, indicaba la cantidad de correos que habían llegado a mi bandeja de entrada durante los quince días precedentes. ¿Magia? ¿Locura? ¿Una revisión cibernética del milagro de los panes y los peces?

No, no es nada de eso. El correo electrónico se ha convertido en una herramienta tan básica en nuestras vidas y en nuestras profesiones, que su volumen y caudal ponen en serio riesgo -cuando no arruinan-, el normal desarrollo de nuestras tareas diarias o laborales.

Imaginaos. Casi 140 correos diarios -he incluido tres fines de semana completos y un festivo adicional en el prorrateo- han llegado a mi buzón, desde el momento en que dejé atrás, con el fin de disfrutar de unas relajantes y merecidas vacaciones, las oficinas en las que honrada pero paupérrimamente, me gano la vida.

Alguien podría pensar que buena parte de esa montaña bíblica de información, es simple y llanamente, correo basura. Nada más lejos de la realidad. En los días que corren, mi empresa, como cualquier corporación seria y preocupada por la seguridad de sus redes e instrumentos informáticos, tiene instaladas unas más que potentes herramientas anti-spam y antivirus, así que los 140 mensajes diarios antes mencionados están todos y cada uno de ellos, relacionados de una u otra forma con mi actividad profesional.

Actividad profesional que me veo incapacitado para desarrollar en toda su extensión, debido precisamente a esa brutal cantidad de información pendiente de ser leída, analizada, gestionada o contestada. Y no lo digo por el dato acumulado en razón de varias semanas sin abrir mi cuenta de correo. Quien más quien menos, sabe de lo que hablo y sabe que el correo electrónico, más que en una ayuda, se ha convertido con el paso de los años, en un estorbo, en un obstáculo y quién sabe si en el principal motivo de preocupación, ansiedad y angustia que nos embarga en los días previos a la reincorporación a nuestros puestos, tras el goce y disfrute de nuestras vacaciones.

Y para terminar, un pequeño apunte político, muy en mi línea. En 2002, un avión fletado por el Ministerio de Defensa, entonces dirigido por Federico Trillo, se estrelló en Turquía. Murieron los 68 militares que transportaba de vuelta a España, tras cumplir una estancia de cuatro meses en el Afganistán post-talibán. Como fue norma durante los últimos años de José María Aznar, petrolero que se hundía, avión que se caía o periodista que moría en una guerra, era furiosamente empleado como arma arrojadiza contra el Gobierno del Partido Popular.

Ahora, pasados sólo unos días de la tragedia de Barajas, nadie se ha atrevido a mencionar, ni tan siquiera en voz baja, la más que segura indolencia o negligencia de AENA, a la hora de validar unos mecanismos estrictos de control sobre las líneas aéreas que operan en España. Una vez más, cuando son los socialistas quienes ocupan el poder y es su ineficacia y su incompetencia la responsable última de un desastre -helicóptero de Afganistán, incendios forestales de Galicia y Guadalajara, buques chatarra en las costas gaditanas...-, la opinión pública y la oposición política, van a dejar que se vayan de rositas.

Lucio Decumio.

13 mayo 2008

Viva María

Casi tres meses sin escribir en mi cuaderno de bitácora. Definitivamente, los escasos lectores que visitaban esta página, habrán desistido hace tiempo de volver a encontrar nuevos comentarios. Todo empezó a mediados de Febrero, cuando tuve que desconectarme durante casi dos semanas, debido a unas inoportunas obras en el hogar. Y continuó con la gravísima depresión política que hizo presa de mí, tras la segunda victoria electoral del infausto ZP.

Los síntomas depresivos se han agudizado con el paso de las semanas, mientras he contemplado atónito como la persona íntegra, cabal y decente que pensaba, era Mariano Rajoy, se ha ido diluyendo en la inconsistencia, al indefinición y en último término, la insensatez más suicida.

Que los dirigentes socialistas y nacionalistas, analfabetos funcionales henchidos de odio y resentimiento, traten durante cuatro años de acabar con el principal partido de la oposición a base de detenciones ilegales, ataques verbales, físicos y campañas mediáticas de acoso y desprestigio perfectamente orquestadas, pase. Pero que el líder del partido agredido y ultrajado durante ese tiempo, decida que la mejor forma de evitar esos insultos y ataques, sea enseñando la puerta de salida de su formación a quienes con más fuerza, energía y convicción defendieron los principios en los que creían ellos, en los que creían más de diez millones de españoles y en los que decía creer ese líder, no tiene perdón de Dios.

Señor Rajoy. Me siento defraudado, estafado y traicionado por usted. Los más valientes guerreros de su ejército, los que más resistencia plantaron al enemigo, son los que usted ha orillado y retirado de su formación, tal vez presa de la absurda creencia de que si los rivales encuentran menos oposición en su partido, podrán dejarle más tranquilo.

Que se hayan tenido que marchar Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, ya es malo. Que Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, tengan que salir un día sí y otro también a los medios, a hacer saber su disconformidad con la nueva línea política que usted quiere instaurar, es una pésima noticia. Pero que María San Gil, referente moral indiscutible, templo de valores y fortín amurallado de la ética y de la lucha por la supervivencia social y política en un entorno terriblemente hostil, haya tenido que negarse a firmar la ponencia política del próximo Congreso, defendida por los colaboradores más cercanos de Mariano Rajoy, es la culminación del oprobio y de la vergüenza dentro del partido.

Señor Rajoy, podría haber dejado usted un partido fuerte y capaz de enfrentarse con la garantía y la energía de sus 154 diputados, a los delirantes planes de ingeniería política y social puestos en marcha por Zapatero y sus aliados. Podría haberse retirado como un señor, como un caballero, mientras pilotaba la nave hacia el próximo congreso de Junio y promovía en igualdad de condiciones, la presentación de diferentes candidaturas. En lugar de eso, ha decidido enrocarse, rodearse de peones, torres, caballos y alfiles que son la quintaesencia de la nulidad política, acercarse a las tesis de sus enemigos y poner en gravísimo riesgo la integridad y el futuro de la formación política a la que dice defender.

Y lo peor de todo, es la sensación de orfandad política en la que están quedando millones y millones de españoles, que confiaron en usted, en su palabra y en sus promesas y sobre todo, en su capacidad para revertir una situación que muy pronto, salvo intercesiones celestiales de última hora, alcanzará su punto de no retorno.

Y del Rey y de su intolerable toma de posición en favor de Zapatero y sus proyectos políticos, ni hablo, porque vomitaría.

Lucio Decumio.

16 febrero 2008

Selección Española de Fútbol

Foto oficial de la Selección Española de Fútbol, antes de dar comienzo el Mundial 2006 de Alemania.

Luis Aragonés debería haber dimitido como seleccionador nacional el 27 de Junio de 2006, a las 22.00h, justo después de la eliminación del equipo español en el Mundial de Alemania, a manos -mejor dicho, pies- de Francia.

Lo demás ha sido puro teatro, puro artificio y sobre todo, falta de valentía y falta de compromiso con la palabra dada. Aragonés se comprometió a abandonar la selección en el caso de que el equipo no llegara a semifinales del torneo celebrado en tierras germanas y los nuestros cayeron en octavos, dos rondas antes, con absoluta claridad y sin intervenciones divinas o arbitrales a las que culpar.

Adicionalmente, la cobardía del Ángel Villar y la falta de liquidez de la Federación Española de Fútbol, han hecho el resto. Luis conocía ambos detalles y en virtud de ello, se ha agarrado al cargo como gato a rama, incluso a riesgo de dejarnos fuera de la próxima Eurocopa. Sólo por la primera razón esgrimida, por haber faltado a la promesa realizada antes del Mundial, Luis debería estar fuera de la selección hace tiempo.

Pero es que además, debería estarlo por el enconado enfrentamiento personal y unidireccional que mantiene con jugadores como Raúl o Guti, actualmente los mejores en su puesto en España y a los que no convoca por inexplicadas razones. No es de recibo que la persona encargada de poner la camiseta nacional a los mejores futbolistas, mantenga un comportamiento tan infantil y absurdo, sin que haya mediado, que se sepa, discusión con ambos o provocación de éstos.

Y aun en el caso de que no se hubiera producido esta situación, que envenena el ambiente de cada convocatoria, Aragonés debería haber abandonado o cesado en el cargo, por el duro conflicto que le enfrenta a los periodistas que le reprochan sus decisiones, incluida cómo no, la ausencia de los dos jugadores del Real Madrid. Los malos modos demostrados en cada comparecencia ante los medios, la pésima educación de que hace gala y por último y esto ya es una perspectiva subjetiva del caso, su deteriorada, ridícula y esperpéntica imagen personal, que ha dado lugar a su caricaturización permanente, son razones más que suficientes para que el veterano técnico, ya no ocupara el puesto.

Sinceramente, alguien con tanto lastre, con todos esos sacos de arena a sus espaldas, no puede, desde el sentido común, ser seleccionador nacional. Esperemos que antes de la Eurocopa, la cuerda se rompa y Vicente Del Bosque o Víctor Fernández, se hagan cargo de la nave. Yo creo que al final, algo sucederá y veremos a alguno de estos dos entrenadores, a los mandos del equipo en Austria y Suiza.

Lucio Decumio.

15 febrero 2008

Que nadie olvide

Lo prometí en su momento y cumplo mi compromiso a rajatabla. No más fotos de traidores en este blog. Y como en otras ocasiones y aunque no tenga absolutamente nada que ver con el contenido, recurro a una imagen de la, en mi opinión, más bella actriz del orbe, como motivo apoyo gráfico para este comentario: God save Natascha Hentsridge!

Que no pase de largo la infamia. Que nadie olvide la penúltima impostura del farsante. Que no quede impune la mendacidad y la bajeza de estos dos siniestros personajes. Que paguen por ello. Que Iñaki quede retratado de por vida como lo que es: un acólito del poder político socialista y un sicario mediático de sus amos. Que Zetazejazetapé, jamás recupere las diminutas gotas de credibilidad y decencia que podían quedarle, antes de su conversación fuera de micrófono con su periodista de cámara.

Que se hayan abierto los últimos ojos que permanecieran cerrados y que contemplen la catadura moral, intelectual y ética de este personaje oscuro y retorcido. Que por fin, aquellos que no pudieron o no quisieron ver los engaños, las manipulaciones y las mentiras, despierten del sueño en el que vivían y den la espalda a la mezquindad y a la mediocridad que son divisa y estandarte de este presidente.

Otros lo intuíamos al principio de la legislatura y al poco, vimos refrendadas nuestras sospechas, cuando fuimos testigos de sus actos y declaraciones. Palabras y decisiones que siempre buscaron generar artificialmente, un clima de tensión y drama en la sociedad española, con el objetivo de polarizarla y de activar los miedos de unos y otros hasta enfrentarlos abiertamente, en busca de un beneficio electoral que redundara en la perpetuación de la especie socialista en el poder.

En otras ocasiones, he podido sospechar de la naturaleza improvisada de las palabras capturadas al margen de la oficialidad de los micrófonos, a políticos de una u otra condición. Pero no esta vez. En este episodio, nada puede ni tiene que ganar Zapatero con la emisión por los cuatro rincones del país -y espero que del globo terráqueo-, de su conversación con Gabilondo, una vez concluida la entrevista de terciopelo, sobremesa, café, copa y puro, que mantuvo con su alter ego informativo en embustes y mentiras.

Dos concluyentes ventajas pueden extraer el PP y el resto de partidos decentes del arco político con aspiraciones a entrar en el Parlamento -léase UPyD y Ciutadans-. La primera de ellas, el crudo retrato realista -ni Antonio López fotocopiando la Gran Vía con sus pinceles, había alcanzado tales metas- que de los dos sujetos, pero especialmente de Zapatero, arroja la ya celebérrima conversación. Y segundo, quedan 23 días para las Elecciones Generales y el PSOE, aparte de dramatizar y "tensionar" sin que se le note demasiado, tendrá que emplear buena parte de su tiempo y de sus fuerzas en intentar minimizar los efectos de la propia incompetencia y de la falta de reflejos de su propio líder.

Metafóricamente, Zapatero se ha pegado un tiro en el pie delante de todo el mundo, cuando su intención era seguir acusando al Partido Popular de haberle disparado, sin que éste hubiera apretado el gatillo, ni hubiera tenido jamás la pretensión de hacerlo. La agresiva campaña que ya había puesto en marcha el PSOE, ha quedado definitivamente desenmascarada y estimo que no les queda demasiado tiempo para reaccionar, aunque de éstos, puede esperarse siempre cualquier cosa y siempre, peor que la anterior.

Y para que quede constancia, ahí van las palabras con las que nos deleitaron estos dos catedráticos del odio y la mentira.

-Zapatero: Bueno, muy bien, yo estoy muy a gusto...
-Gabilondo: ¿Qué pintas tenéis? ¿qué sondeos tenéis?
-Zapatero: ¡¡Bieeeen!! Nada... Bien...
-Gabilondo: Bien. Sin problemas, ¿no?
-Zapatero: Lo que pasa es que yo creo que nos conviene que haya tensión...
-Gabilondo: A mí me parece que os conviene muchísimo...
-Zapatero: Yo voy a empezar, a partir de este fin de semana, a dramatizar un poco.
-Gabilondo: Ya.
-Zapatero: ...pero nos conviene mucho... Si no, la gente... bueno...

Nota final: Evidentemente, a estas alturas, conozco a la perfección, cuál sería la respuesta, pero me gustaría saber exactamente en qué términos se expresaría Zetazejazetapé, si se le cuestionara acerca de la posibilidad de que, al igual que Mariano Rajoy se ha sometido recientemente a sendas entrevistas con dos de los comunicadores más representativos de la izquierda, como Gabilondo y Buenafuente, él pudiera enfrentarse dialécticamente a, pongamos por ejemplo, Federico Jiménez Losantos y César Vidal. Y sin las preguntas preparadas, como suele ser del gusto de esta clase de individuos, tipo Manolo Chaves.

¿Qué excusas sintácticamente aberrantes y conceptualmente descabelladas, balbucearía esta plaga divina que nos ha caído en desgracia?

Lucio Decumio.

14 febrero 2008

New Flame versus Prestige

Nótese la diferencia de tamaño entre el New Flame, encallado y hundido frente a las costas gibraltareñas y el guardacostas o remolcador -que no sé muy bien qué puede ser- que se sitúa a babor del carguero. Si el combustible y las 37.000 toneladas de chatarra que albergan sus bodegas, no son un peligro ecológico, que venga Dios y lo vea.

En pocos casos, veremos tan nítidamente la diferencia entre las dos varas de medir que se emplean en España para tratar dos catástrofes ecológicas de similar calado -nunca mejor dicho-, dependiendo del color político del Gobierno que tenga que afrontarlas.

Noviembre de 2002: Un superpetrolero de frágiles bodegas cual cristal de bohemia, encalla en las costas gallegas y al cabo de dos días, se hunde y vierte al mar miles de toneladas de fuel. La actuación, en un principio algo dubitativa del gobierno regional gallego y del nacional, ambos del PP, es aprovechada por la izquierda social, política y mediática, para montar una campaña extraordinariamente virulenta contra ambos, por supuesta negligencia, incompetencia y falta de previsión.

Las efectivas labores de limpieza puestas en marcha de modo inmediato, que se prorrogarán durante los siguientes meses, logran reparar en un tiempo récord los daños causados al ecosistema y a las costas. Asimismo, las millonarias subvenciones que se entregan a los afectados, compensan sobradamente los pérdidas económicas causadas por el gravísimo vertido.

Sin embargo, la diligencia y eficacia mostrada por los gobiernos gallego y nacional en las tareas de limpieza y en la ayuda a los afectados, poco importa a los alborotadores, que han visto en el suceso, un filón que no dudarán en seguir explotando contra su rival político -ahora fuera de ambos gobiernos- , incluso pasados más de cinco años de la catástrofe.

Agosto de 2007: Un buque de bandera panameña, el New Flame, que transporta miles de toneladas de chatarra -vaya usted a saber qué tipo de chatarra- vara en las costas de Gibraltar. Las autoridades de la colonia se desentienden del buque y las andaluzas y españolas, ambas en manos del PSOE, se cruzan de brazos ante un más que posible vertido de combustible y residuos a las mismas puertas de la bahía de Algeciras.

Febrero de 2008: Tras seis meses encallado frente a las costas gibraltareñas y sin que nadie le preste atención, el buque acaba por hundirse. La nula presencia del naufragio en los medios, fruto de la connivencia de los gobiernos andaluz y nacional con la mayoría de grupos informativos, ha permitido que seis meses de desidia o incapacidad política, que nunca lo sabremos, hayan desembocado en una nueva catástrofe ecológica frente a nuestras playas. Durante ese tiempo, 180 días, nadie se ha preocupado de extraer su contenido ni de evitar la más que posible marea negra. Tarde y mal, los ejecutivos de Chaves y Zapatero parecen preparar algo parecido a una demanda contra el Reino Unido, con el fin de lavarse la cara ante las inminentes elecciones regionales y nacionales.

No surgen espontáneamente, grupos de presión ciudadana, ni congestionadas y vociferantes manifestaciones contra unos gobernantes que esta vez sí, han tenido tiempo más que suficiente para tomar medidas al respecto. Por su parte, las televisiones afines a ambos gobiernos, tampoco realizan especiales informativos desde la costa gaditana y pasan de puntillas sobre los acontecimientos. Todo es opacidad, falta de información y confusión en torno a los hechos.

-Dos días para reaccionar en el caso del Prestige. 180 para tomar alguna determinación respecto al New Flame.

-Recuperación de la costa y de las labores de pesca en pocos meses en el caso gallego. Indeterminación, indecisión y falta de reflejos políticos en cuanto al carguero panameño.

-Inmediata entrega de compensaciones económicas a los danmificados en 2002. Parálisis absoluta de la Junta de Andalucía y del Gobierno Nacional en 2008.

-Agresiva e inmerecida campaña de desgaste informativo contra Aznar y Fraga entonces. Disimulo y silbidos al aire de los medios frente a la indolencia de Zapatero y Chaves ahora. No hay derecho.

Lo peor es que, a la vista del oscurantismo estalinista que aplican a cualquier problema que les estalla en las manos por su propia negligencia, esa misma izquierda política, social e informativa tan beligerante hace cinco años, jamás nos permitirá saber con exactitud el alcance de la catástrofe.

Última anotación. Decía al principio que pocos casos hay en los que quede más claro y más nítido, el sistema de doble vara de medir que se emplea a todos los niveles -informativo, social o político-, para mensurar la trascendencia de unos hechos trágicos o luctuosos, en función de quién ostente la responsabilidad de gobierno en un momento determinado. Pues bien, ahí va otra: los casos del más que posible derribo por parte de la guerrilla talibán de un helicóptero Cougar del Ejército de Tierra en Afganistán, aparato en el que murieron 17 soldados españoles o el caso del atentado en Líbano a nuestros blindados, que costó la vida a otros seis, pasaron por nuestros medios como dos fugaces estrellas informativas.

Ya se preocuparon Bono y Alonso, cada uno en su momento, de evitar que cualquier dato comprometido sobre estos ataques, saliera a la luz. E incluso cuando se descubrió que nuestros vehículos no llevaban inhibidores de frecuencia -¿cuántos podrían comprarse con los 250.000 euros que se ha gastado Bermejo en reformar un ático propiedad del Estado en pleno centro de Madrid?-, para evitar las detonaciones de artefactos a distancia, nada sucedió. Las peticiones de depuración de responsabilidades, realizadas por el Partido Popular, se desvanecieron en el aire, como tantas otras.

Mientras, el caso del accidente del Yak-42, en el que perdieron la vida 60 de nuestros soldados, aún sigue siendo utilizado por el Partido Socialista como arma arrojadiza contra el Partido Popular, cuando ya han pasado cinco años desde la tragedia.

Lucio Decumio.

13 febrero 2008

Todas las personas decentes somos María San Gil

La imagen de hoy, para una de las personas más valientes, decididas y francas de toda la escena política nacional. María San Gil es una persona que desde su llegada a la política, vive envuelta en la bandera de la libertad, la decencia y la honestidad, todo ello en un entorno como el País Vasco, donde estos estandartes son para sus portadores, sinónimo de sufrimiento, dolor y persecución política y personal. Por su estatura ética e intelectual, su claridad de ideas y la rotundidad y la contundencia a la hora de transmitirlas, María es objetivo preferente de los aliados independentistas y antisistema de Zapatero, amistades que el presidente ha cuidado y alimentado con esmero en varios rincones de España, con el fin de convertirlos en arma arrojadiza que amedrente y resquebraje, al único partido que puede expulsarle de la Moncloa con la verdad y los votos por delante.

La agresión sufrida por la valiente presidenta del Partido Popular del País Vasco a manos de medio centenar de radicales independentistas gallegos, cuando entraba en la Universidad de Santiago de Compostela para pronunciar una conferencia a los alumnos del centro, no debe sorprender a nadie.

Y digo bien, porque esto, que muchos hemos venido denunciando desde hace años, no es si no el fruto del concienzudo trabajo de siembra de odio y rencor promovido por los nacionalistas en aquella región y apoyado desde hace algún tiempo, sin rubor y sin queja, por el Partido Socialista de Galicia. E incluso iría más allá. Este tipo de agresiones a dirigentes del PP, de Ciutadans o de UPyD, irán ganando en frecuencia, en virulencia y en amplitud geográfica, a medida que avancen los días y se acerque el 9-M. Veremos cómo se intentan sabotear actos de dirigentes populares, de C's o de la formación fundada por Rosa Díez, en distintos puntos de España y posiblemente podamos contemplar, Dios quiera que me equivoque, la sangre de alguno de ellos manando de sus frentes o de sus sienes.

A esto hemos llegado, gracias como decía previamente, al odio diferencial y esencialista desatado por las castas políticas nacionalistas que habitan en las regiones periféricas y que sólo persiguen el objetivo de mantener sus prebendas y pesebres. También es responsable de esta gravísima anomalía política, porqué no decirlo, la permanente caza de brujas a la que se ha visto sometido el único partido de la oposición, desde el Gobierno de la Nación. En el momento de llegar a la Moncloa, Zapatero sabía que su permanencia más allá de una legislatura en aquel inmueble, dependía, no tanto de su capacidad para gestioniar con esmero y sentido común los asuntos públicos, sino de que el Partido Popular redujera considerablemente sus opciones de presentarse como un bloque unido en subsiguientes convocatorias electorales.

Y a eso ha encomendado buena parte -si no la mayor- de sus energías, durante estos cuatro años. La permanente campaña de demonización del Partido Popular, de los medios de comunicación y de los representantes de la sociedad civil afines a la formación de Rajoy, ha terminado viéndose reflejada en estos actos vandálicos, una preocupante reedición -aún a menor escala, afortunadamente- de la persecución judía en la Alemania nazi.

Lo peor es que el PSOE sabe que el resultado natural de esa política de continua y agresiva deslegitimación y deshumanización del PP, son este tipo de ataques que no sólo no condena, sino que muchas veces, justifica y emplea en su provecho. Lo queramos o no, el miedo a la agresión y a la pérdida de la hacienda o la vida, puede disuadir a muchas personas de entrar en política o defender públicamente determinado tipo de ideas, retirada que hace ganar espacio político y representativo a los acosadores, a los agresores y en mayor medida, a sus valedores.

Las incendiarias declaraciones proferidas durante toda la legislatura por Pepiño, Rubalcaba, Zeta, Zeja o ZP -llámesele como quiera que- y de sus parientes políticos, como Llamazares, Carod y otros de su extirpe, enervan los ánimos de los menos preparados, que terminan contemplando a los dirigentes y simpatizantes del PP, a través de un filtro ideológico que les retira su condición humana y los convierte en algo parecido a animales, a los que se puede agredir sin temor a sufrir futuros remordimientos morales o castigos penales. A este respecto, nos esperan tiempos oscuros y difíciles.

¿Incomprensible? No tanto. Estos individuos, socialistas, nacionalistas o independentistas, han entrado en política con las obras completas de Karl Marx y Sabino Arana bajo el brazo, en las que sin asomo de rubor, se defiende y justifica la violencia como arma política para hacerse con el poder o la inferioridad racial de unos españoles respecto a otros.

P.D. Por su lado y a pesar de la durísima y creciente presión política y social que padece, el PP empieza a sacudirse sus miedos y sus complejos. Tras la defenestración de Piqué y Gallardón, reconocidos quintacolumnistas del PSOE en el sistema nervioso de Génova 13 y la entronación de Pizarro como lugarteniente de Rajoy, el partido, con el gallego al timón, ha tomado la iniciativa política y está llenando la precampaña de propuestas cargadas de sensatez y coherencia.

La rebaja de impuestos, el contrato de integración para inmigrantes, la eliminación del canon digital, la reducción de la edad penal para determinados delitos de extrema gravedad que provocan gran alarma social o el compromiso para garantizar la enseñanza en español en cualquier rincón de la Nación, son propuestas que sinceramente, creo que llegan al electorado y le transmiten el mensaje de que en la política nacional, hay alguien que parece que se toma en serio sus principales problemas y no sólo se ocupa de mantenerse en el cargo a costa de la salud económica, democrática y territorial de España.

Lucio Decumio.

29 enero 2008

Decálogo del buen delincuente

No sé si alguno de mis lectores es capaz de sintonizar en su receptor de televisión, el Canal 7. Para los que no lo reciban, decir que se trata de un canal local, caracterizado por una programación bastante limitada y cutre, que seguramente, alcanzará sus picos de audiencia más elevados a partir de la medianoche, momento en el que se emite un refrito de películas porno que hace honor a la polvorienta y casposa parrilla.

Pero no iba a eso. En esta misma cadena, cuando haces "zapping" a mediodía o a media tarde, sueles encontrate una imagen fija, relativa casi siempre a un personaje político, que es el protagonista principal de un editorial o un artículo de opinión publicado en la prensa nacional, texto que la impostada voz de un narrador lee después de citar siempre de carrerilla, la misma frase: "En el diario xxxxxx ha aparecido publicado hoy el artículo de opinión xxxxxxxx, que por su interés, reproducimos a continuación".

Pues bien. Yo hago mía la frase en cuestión y por su interés sociológico y por su notable carga sarcástica e ilustrativa, reproduzco a continuación el "Decálogo del buen delincuente", elaborado por Emilio Calatayud Pérez, el célebre juez de menores de Granada, famoso por sus ejemplares sentencias, como aquella que condenó a un joven a 100 horas de clases de informática, por haber "crackeado" los ordenadores centrales de varias empresas granadinas, causando daños por valor de 2.000 euros o la que obligó a otro a cumplir 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a la policía local, por haber conducido temerariamente y sin permiso.

Y en éstas, dada su dilatada experiencia jurídica, que le ha puesto delante de cientos de jóvenes problemáticos, Don Emilio Calatayud hace las siguientes recomendaciones para formar a un delincuente ejemplar.

1/ Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2/ No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3/ Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4/ No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5/ Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6/ Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7/ Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8/ Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9/ Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10/ Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

Dedicado a todos los padres que valoran más el móvil de su hijo que su educación.

Sencillamente brillante, señoría, brillante.

Lucio Decumio.

25 enero 2008

Un poco de todo

Bravo por Rajoy y por Espe. Entre los dos, han acabado, al menos de momento, con las aspiraciones de Gallardón de convertirse en el sucesor del actual presidente del PP en el caso de que caiga derrotado en las próximas Elecciones Generales. Un buen batacazo, que aunque tarde, es bien merecido y bien recibido por la inmensa mayoría del electorado "popular".

Llevo algunos días sin escribir. La pereza ha vuelto a hacer acto de presencia, pero aquí estoy de nuevo, dispuesto a purgar el pecado capital con algunas líneas que desperecen mis dedos y pongan a girar mi mente.

En primer lugar, mis felicitaciones a Rajoy. El fichaje de Pizarro ha dolido en el PSOE y la exclusión de Gallardón -el hombre de confianza de PRISA y ZP en el PP- de las listas al Congreso, más aún. Lo único que cabe reprochar al líder del único partido de la oposición, es el retraso acumulado en la toma de esta decisión, que ha provocado más de un quebradero de cabeza en el seno del partido y que ha ofrecido más de un jugoso titular a la prensa adicta al régimen. Sin embargo y pese a su no presencia en las listas para las Generales, yo no me fío de la reacción que pueda mostrar el individuo en cuestión a medida que se vaya acercando la cita con las urnas. De todos es conocida su inabarcable ambición, su manifiesta falta de escrúpulos y su constante deslealtad hacia un partido y unos militantes a los que considera muy por debajo de su ilimitada capacidad intelectual y de gestión. Gallardón está encantado de haberse conocido y muy enfadado por el hecho de que los demás no reconozcan en él, los enormes méritos y facultades que ve todas las mañanas cuando se mira al espejo. Cuidado.

Lo de Bernat Soria es de juzgado de guardia y acto seguido, de presidio por alta traición. Para los desubicados, decir que este sujeto fue quien hace unos meses, sustituyó a Elena Salgado, "Miss Forbidden", al frente del Ministerio de Sanidad. Como es costumbre y hábito en este Gobierno, no ha hecho nada reseñable en estos últimos meses y lo que haya hecho, seguramente lo habrá ejecutado pésimamente. Pero ese no es el motivo de que me refiera hoy a él. Este tipo, nacido en Valencia, forma parte de Acció Cultural del Pais Valenciá o lo que es lo mismo, una ramificación, una sucursal, una franquicia de ERC en la Comunidad Valenciana, eso sí, enmascarada bajo el amable barniz de una asociación cultural. Pues bien, algunos de los lemas que enarbolan y pronuncian los miembros de esta cándida asociación y que a continuación reproduzco, son un poco molestos y ligeramente insultantes hacia España y los españoles. "Caña a España" o "Viva Terra Lliure", son algunas de las lindezas que deponen los integrantes de esta asociación, de la que repito, forma parte, es socio, el actual Ministro de Sanidad del Gobierno de España. Cese fulminante o dimisión, es lo mínimo que se podría esperar en este caso, pero como conocemos perfectamente el perfil tabernario y barriobajero del Gobierno, pues no pasará nada. Es más, quién sabe si no recibirá alguna condecoración o mención al efecto, de manos del propio Presidente. Este, como otros tantos, es un caso ilustrativo del doble rasero y de la doble vara de medir que se emplea en España para juzgar según qué comportamientos. Si en 2003 se hubiera descubierto que un ministro del Gobierno de Aznar formaba parte de una asociación que por ejemplo, negara el Holocausto, se habría liado una que ni la caída de las murallas de Jericó, vamos.

Y lo de Joan Olivé es para meterle un paquete de no te menees. Este fulano se descolgó hace unos días, con unas deposiciones intelectuales dignas de los jugosos atracones de sectarismo con que se homenajeó durante su etapa de director de TV3 en tiempos del infausto Pujol. En ellas, llamaba literalmente "chorizos" a todos los españoles, "por el mero hecho de serlo". Es decir, que este sinvergüenza, apoyado únicamente en el odio y en la bilis que destila la necrosis de sus neuronas nacionalistas, llama ladrones a todos los naturales de un país -que incluye, tal vez no se haya dado cuenta, a su propia región- por el simple hecho de haber nacido en el mismo. Una argumentación intelectual de peso, sin duda, que pone de manifiesto la estatura moral de este individuo y que nos pone en alerta, acerca de los contenidos de los espacios que emitía la emisora pública de televisión que él dirigía. Si quien estaba al cargo del puchero catódico de Pujol piensa así, cómo no serán quienes estaban a su cargo y bajo su responsabilidad. Lo más preocupante es que tras la marcha de aquél y el encumbramiento del Tripartito, las cosas ha ido notablemente a peor, aunque pueda parecer mentira.

Pero eso sí, si yo digo que inmigración masiva e ilegal y delincuencia están íntimamente relacionados, cometo un pecado de lesa corrección política que deberé purgar presentando mis respetos a todos los déspotas, sátrapas y tiranos que se congreguen en la próxima cumbre de la Alianza de las Civilizaciones. Claro, que posiblemente tengan razón la miríada de defensores de la intrínseca bondad de los inmigrantes que llegan a millares todos los días a nuestro país -óigase como ejemplo el último tema de La Mari, de Chambao, "Papeles mojados", para hacerse una idea del pensamiento progre al respecto-, cuando al leer estas líneas me tilden de xenófobo y racista. Y es que hay que tener mala leche y ser muy sibilino para deslizar la idea de que inmigración y delincuencia están unidas como uña y carne, al hacer saber a todo el que quiera informarse, que en los siete crímenes de violencia doméstica que han tenido lugar durante lo que va de año, la mano ejecutora ha sido un extranjero y las víctimas o españolas o extranjeras. Asimismo, no tendré perdón de Dios ni del abuelito de Zapatero, si digo que casi el 35% de la población reclusa en España, es de origen inmigrante, magrebí y andina, básicamente. Y lo que es peor, a la vista de la crisis económica que nuestros infames dirigentes se niegan a reconocer, estos datos sólo pueden verse incrementados en el futuro, desgraciadamente.



Lucio Decumio.

09 enero 2008

Racismo

Quisiera saber dónde están ahora, tras el asesinato de un marroquí a manos de cuatro dominicanos, los sepulcros blanqueados de SOS Racismo o Movimiento contra la Intolerancia. Si ese crimen, perpetrado con un estremecedor ensañamiento, no es racismo según los particulares criterios de estas y otras organizaciones similares, que venga Dios y lo vea.

Hace un par de días, un grupo de dominicanos asesinó brutalmente a un joven marroquí a las puertas de una discoteca latina en el Polígono Costa Polvoranca de Alcorcón, en la provincia de Madrid. Pongo así en antecedentes a todos aquellos que no vivan en esta región sobre el lugar de los hechos y de paso, también a todos los que no se hayan enterado de los mismos, cuestión ésta relativamente sencilla, dado que la información acerca del crimen, ha pasado casi de puntillas por los telediarios de todas las televisiones dominadas por la progresía, que en realidad, son casi todas.

¿Y cuál es el porqué de esta casi total ausencia de información en noticiarios y periódicos? La explicación, a mi juicio, es sencilla y estremecedora a un tiempo: para muchos sectores políticos y sociales de España en particular y de Occidente en general, por desgracia predominantes a nivel formativo e informativo, el racismo es una actitud de rechazo hacia los seres humanos pertenecientes a otras razas, que únicamente es capaz de manifestar ideológicamente y ejecutar violentamente, el hombre blanco. Y añadiré más: el hombre blanco que viva en países prósperos y de marcada tradición democrática.

Parece un contrasentido, pero no lo es. ¿Cómo puede alguien considerar racista a todo un conjunto de seres humanos que mediante la profundización en conceptos tan nobles como el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la libertada individual y el respeto a los derechos humanos, ha crecido y prosperado hasta alcanzar niveles de confort y libertad nunca antes vistos en la Historia de la Humanidad?

Pues así es. Progresistas de salón, socialistas de corazón e izquierdistas de toda condición, han visto cómo sus tesis económicas y sociales eran una y otra vez refutadas por la tozuda realidad. Pese a sus ímprobos intentos de modificar ésta a su antojo, los hechos les devolvían una y otra vez contra el enlosado, pero lejos de aceptar con deportividad su derrota, siempre han tratado de encontrar nuevas vías de escape y nuevas herramientas para tratar de socavar el sistema económico y político de libertades en el que viven. Uno de sus últimos intentos, ha sido la instrumentalización política y sentimentaloide de la inmigración, como palanca con la que ejercer la debida presión en contra de ese sistema en el que tan bien viven, pero que tanto odian.

Durante los últimos años, en España se han producido infinidad de episodios conflictivos entre los naturales del país y los miles y miles de inmigrantes que han llegado hasta nuestra Nación, no entraremos ahora en qué condiciones legales. El caso es que al igual que siempre ha habido trifulcas y reyertas entre españoles a partir de discusiones de tráfico, borracheras en bares o enfrentamientos vecinales, la lógica más elemental indica que a mayor número de inmigrantes, mayores son también las probabilidades de enfrentamientos de este tipo entre los nacionales del país y los llegados allende nuestras fronteras. Y ojo, aquí no entro en los comportamientos, usos y costumbres que aplican los recién llegados en sus distintos países de origen, a la hora de dilucidar las diferencias de mayor o menor calibre entre unos y otros, que eso daría para otra homilía como la de hoy.

Sin embargo, el tratamiento informativo y político de este tipo de hechos -trifulca español-inmigrante con peores resultados físicos para el extranjero-, siempre ha trascendido la mera y objetiva narración del suceso, para concederle un barniz de rechazo sociológico a la presencia de inmigrantes por parte de los españoles. De esta forma, muchas asociaciones y ONG's, han obtenido grandes titulares a costa de sus exageradas denuncias y con ello, han acrecentado los miedos de los políticos a llamar a las cosas por su nombre y han engordado notablemente, el tamaño de sus arcas y sus cajas de caudales.

No digo que no exista un rechazo a la presencia de personas de distinta raza o procedencia en España. Lo que digo es que esa desconfianza no se produce en virtud del color de la piel o del lugar de origen, sino de la incontrolada avalancha producida en los últimos años y de su manifiesta falta de integración en nuestra sociedad. Confundir la natural preocupación de los españoles -que lógicamente es también la mía-, por la llegada incesante y en no se sabe qué condiciones sanitarias o penales de miles de personas que seguramente, buscan en su mayoría una comprensible mejora en sus condiciones de vida, con un rechazo vital y visceral a una raza concreta por el mero hecho de ser distinta, es un auténtico disparate.

Pero es lo que han conseguido estas organizaciones, sectores sociales y partidos políticos con sus denuncias constantes y farisaicas. El episodio de la agresión a una joven colombiana por parte de un borracho mentecato en el metro de Barcelona, es ilustrativo de lo que digo. Todos los medios de comunicación repitieron el vídeo de la agresión hasta el hartazgo. Decenas de "expertos" salieron a la palestra y no pocos políticos, denunciaron los hechos como una salvaje agresión racista e hicieron pomposos llamamientos en contra de este tipo de conductas. ¿Y todo porqué? Pues porque el agresor, era español.

Ahora nos encontramos con el cadáver de un joven marroquí en el asfalto del Polígono Costa Polvoranca, apaleado y apuñalado con una saña y una cobardía dignas de la más enérgica denuncia. En cambio, se lanza un grueso manto de silencio sobre los hechos. ¿Y todo porqué? Pues porque los agresores, no eran españoles, eran dominicanos.

La doble vara de medir también se aplica en estos asuntos. Si el agresor es español y el agredido inmigrante, hay un episodio claro de racismo. Pero si los asesinos son dominicanos, colombianos o mexicanos y la víctima es senegalesa, marroquí o pakistaní, lo que hay es una reyerta a la salida de un local. Y podríamos invertir la ubicación de los posibles verdugos y víctimas que acabo de enumerar, que el resultado sería el mismo.

No es la primera vez que algo así sucede. Hace poco, también juzgaron a una banda de Latin Kings en Barcelona -recordemos que en Cataluña, este tipo de grupos disfruta por ley de la condición de asociación cultural-, por el asesinato de otro joven de origen magrebí o subsahariano, que ahora no recuerdo. Y tampoco nadie se atrevió a hablar de racismo.

Como nadie hablará en el futuro, cuando este tipo de sucesos sean mucho más comunes. Como nadie mencionará esa maldita palabra en el caso de que sea un extranjero -por más que lo intento, no consigo recordar que el ensañamiento de individuos como Pietru Arkan en 2001 o el más reciente de los asaltantes al domicilio a José Luis Moreno, recibieran el calificativo de racistas-, el que ataque y asesine a un español.

Y para terminar, la pregunta retórica de siempre para los de siempre. ¿Si hubieran sido españoles los asesinos del joven marroquí y se hubieran empleado con la violencia y el salvajismo que lo hicieron los dominicanos, cuál habría sido su reacción? Todos lo sabemos.

Lucio Decumio.

08 enero 2008

Los diez mandamientos socialistas

1/ Amarás al PSOE sobre todas las cosas.

2/ No tomarás el nombre del abuelito de ZP en vano.

3/ Santificarás la Ley de Memoria Histórica.

4/ Honrarás a los titiriteros y a los homosexuales.

5/ Salvo que seas etarra, no matarás.

6/ No fumarás ni cigarros ni puros.

7/ Si no estás en el Gobierno, no robarás.

8/ No irás a más de ochenta en carretera ni adelantarás.

9/ No consentirás que nadie beba alcohol o fume puros.

10/ A tus amigos y a ti mismo, darás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos: Amarás al PSOE sobre todas las cosas y Zapatero como a ti mismo.

Lucio Decumio.

07 enero 2008

Cumpleaños real

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, Rey de España.

Me sumo a la catarata de felicitaciones y elogios que ha recibido Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, con motivo de su septuagésimo aniversario. Obviamente, no sólo lo hago por el hecho mismo del cumpleaños, sino por el significado intrínseco de que celebre sus primeros 70 años de vida, tras pasar 32 de ellos en el trono de España.

A mi juicio, el balance es realmente positivo. Su Majestad ha ejercido en múltiples ocasiones y de manera pulcra y entregada, el papel que tiene asignado en la Constitución, Constitución que por otra parte, existe en buena medida y es como es, gracias al papel que a su vez desempeñó el Monarca en los años previos a su aprobación, los que fueron desde la muerte de Francisco Franco, a la ratificación en referédum por todo el pueblo español, de su nueva Carta Magna.

Siempre salgo en defensa de la Monarquía. Cuando su figura es premeditadamente agredida por republicanos y nacionalistas, con el único fin de erosionar ante la opinión pública el significado más espiritual de la Corona, cual es el de simbolizar la unidad y permanencia de la Nación. También cuando se ponen en solfa sus funciones y atribuciones, haciéndolas aparecer como tareas superficiales y prescindibles para la vida pública nacional, mi respuesta es un posicionamiento firme y claro a favor de su dilatada labor de arbitrio nacional y de defensa e impecable representación de los intereses españoles en el exterior.

Muchos han sido los episodios en los que la Corona, representada por el Rey o por el Príncipe, ha ofrecido lo mejor de sí misma y ha encarnado la verdadera esencia y el verdadero estado de ánimo del pueblo español.

Sin embargo y dado que en el futuro, sobre todo en el más inmediato, habrá sobrados motivos para blandir de nuevo las espadas argumentales en favor de la Monarquía, hoy haré constar simplemente, los dos principales baldones que a mi juicio, jalonan la trayectoria de Don Juan Carlos como primer y gran Monarca constitucional de España.

La primera de ellas, se remonta a sus primeros pasos una vez entronizado y a los años posteriores y se trata, de su pública amistad, casi filial, con el anterior Rey de Marruecos, Hassan II. Particularmente, me incomodaron hasta la náusea, las infinitas muestras de afecto ofrecidas por el Rey de España hacia un personaje al que sólo le hacen justicia los atributos de traidor, sátrapa, dictador y tramposo.

Cuando en los años setenta y ochenta, fueron cientos los barcos pesqueros españoles apresados por las patrulleras marroquíes, muchas veces en aguas internacionales e incluso en aguas nacionales, eché en falta la teórica influencia de su amistad con el rey moro para detener aquella humillación constante de nuestros intereses y de nuestros pescadores. Pero políticamente, más pecaminoso fue su silente actitud y su falta de contundencia ante el traicionero desafío de Hassan, que terminó con la anexión del Sáhara -entonces, un tercio del territorio nacional- a Marruecos, aprovechando las dudas políticas y el vacío de poder generado tras la muerte de Franco.

El oprobio que supuso para España el episodio del Sáhara, así como los continuos desafíos a nuestra flota pesqueña en los años subsiguientes, deberían haber bastado para que las relaciones entre Su Majestad y Hassan II, no hubieran alcanzado jamás el irritante grado de complicidad al que llegaron.

Y la segunda y más reciente que debo criticarle a Su Majestad, no es otra que su silencio ante la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, un documento rabiosamente revanchista, que vuelve a desterrar artificialmente los odios y las rencillas que originaron la Guerra Civil, que etiqueta a unos españoles como buenos y a otros como malos, que eleva a los altares a cientos de criminales republicanos e incluso etarras, que busca movilizar al electorado más radical del PSOE y de sus socios de cara a las inminentes Elecciones Generales y que pretende revestir a los actuales dirigentes socialistas, con la pátina de aguerridos combatientes antifranquistas que tanto vende entre las nuevas y analfabetas generaciones de jóvenes amamantados en las ubres de la Logse.

Pero al margen de todo ello, ya de por sí grave, la infanda Ley pergeñada y prologada por el mismísimo Zapatero, le retira de facto a Don Juan Carlos, la legitimidad de su nombramiento como Rey y heredero político de Franco y pone en entredicho todo el edificio construido por consenso durante la Transición y cuyo arquitecto principal fue el Monarca, al considerar a nuestro actual sistema democrático, como la prolongación natural con un impasse de setenta años, de la infausta, sangrienta y cainita II República y de su máxima y última expresión de odio, persecución y enfrentamiento entre españoles, el Frente Popular.

Lucio Decumio.