29 enero 2008

Decálogo del buen delincuente

No sé si alguno de mis lectores es capaz de sintonizar en su receptor de televisión, el Canal 7. Para los que no lo reciban, decir que se trata de un canal local, caracterizado por una programación bastante limitada y cutre, que seguramente, alcanzará sus picos de audiencia más elevados a partir de la medianoche, momento en el que se emite un refrito de películas porno que hace honor a la polvorienta y casposa parrilla.

Pero no iba a eso. En esta misma cadena, cuando haces "zapping" a mediodía o a media tarde, sueles encontrate una imagen fija, relativa casi siempre a un personaje político, que es el protagonista principal de un editorial o un artículo de opinión publicado en la prensa nacional, texto que la impostada voz de un narrador lee después de citar siempre de carrerilla, la misma frase: "En el diario xxxxxx ha aparecido publicado hoy el artículo de opinión xxxxxxxx, que por su interés, reproducimos a continuación".

Pues bien. Yo hago mía la frase en cuestión y por su interés sociológico y por su notable carga sarcástica e ilustrativa, reproduzco a continuación el "Decálogo del buen delincuente", elaborado por Emilio Calatayud Pérez, el célebre juez de menores de Granada, famoso por sus ejemplares sentencias, como aquella que condenó a un joven a 100 horas de clases de informática, por haber "crackeado" los ordenadores centrales de varias empresas granadinas, causando daños por valor de 2.000 euros o la que obligó a otro a cumplir 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a la policía local, por haber conducido temerariamente y sin permiso.

Y en éstas, dada su dilatada experiencia jurídica, que le ha puesto delante de cientos de jóvenes problemáticos, Don Emilio Calatayud hace las siguientes recomendaciones para formar a un delincuente ejemplar.

1/ Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2/ No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3/ Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4/ No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5/ Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6/ Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7/ Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8/ Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9/ Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10/ Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

Dedicado a todos los padres que valoran más el móvil de su hijo que su educación.

Sencillamente brillante, señoría, brillante.

Lucio Decumio.

25 enero 2008

Un poco de todo

Bravo por Rajoy y por Espe. Entre los dos, han acabado, al menos de momento, con las aspiraciones de Gallardón de convertirse en el sucesor del actual presidente del PP en el caso de que caiga derrotado en las próximas Elecciones Generales. Un buen batacazo, que aunque tarde, es bien merecido y bien recibido por la inmensa mayoría del electorado "popular".

Llevo algunos días sin escribir. La pereza ha vuelto a hacer acto de presencia, pero aquí estoy de nuevo, dispuesto a purgar el pecado capital con algunas líneas que desperecen mis dedos y pongan a girar mi mente.

En primer lugar, mis felicitaciones a Rajoy. El fichaje de Pizarro ha dolido en el PSOE y la exclusión de Gallardón -el hombre de confianza de PRISA y ZP en el PP- de las listas al Congreso, más aún. Lo único que cabe reprochar al líder del único partido de la oposición, es el retraso acumulado en la toma de esta decisión, que ha provocado más de un quebradero de cabeza en el seno del partido y que ha ofrecido más de un jugoso titular a la prensa adicta al régimen. Sin embargo y pese a su no presencia en las listas para las Generales, yo no me fío de la reacción que pueda mostrar el individuo en cuestión a medida que se vaya acercando la cita con las urnas. De todos es conocida su inabarcable ambición, su manifiesta falta de escrúpulos y su constante deslealtad hacia un partido y unos militantes a los que considera muy por debajo de su ilimitada capacidad intelectual y de gestión. Gallardón está encantado de haberse conocido y muy enfadado por el hecho de que los demás no reconozcan en él, los enormes méritos y facultades que ve todas las mañanas cuando se mira al espejo. Cuidado.

Lo de Bernat Soria es de juzgado de guardia y acto seguido, de presidio por alta traición. Para los desubicados, decir que este sujeto fue quien hace unos meses, sustituyó a Elena Salgado, "Miss Forbidden", al frente del Ministerio de Sanidad. Como es costumbre y hábito en este Gobierno, no ha hecho nada reseñable en estos últimos meses y lo que haya hecho, seguramente lo habrá ejecutado pésimamente. Pero ese no es el motivo de que me refiera hoy a él. Este tipo, nacido en Valencia, forma parte de Acció Cultural del Pais Valenciá o lo que es lo mismo, una ramificación, una sucursal, una franquicia de ERC en la Comunidad Valenciana, eso sí, enmascarada bajo el amable barniz de una asociación cultural. Pues bien, algunos de los lemas que enarbolan y pronuncian los miembros de esta cándida asociación y que a continuación reproduzco, son un poco molestos y ligeramente insultantes hacia España y los españoles. "Caña a España" o "Viva Terra Lliure", son algunas de las lindezas que deponen los integrantes de esta asociación, de la que repito, forma parte, es socio, el actual Ministro de Sanidad del Gobierno de España. Cese fulminante o dimisión, es lo mínimo que se podría esperar en este caso, pero como conocemos perfectamente el perfil tabernario y barriobajero del Gobierno, pues no pasará nada. Es más, quién sabe si no recibirá alguna condecoración o mención al efecto, de manos del propio Presidente. Este, como otros tantos, es un caso ilustrativo del doble rasero y de la doble vara de medir que se emplea en España para juzgar según qué comportamientos. Si en 2003 se hubiera descubierto que un ministro del Gobierno de Aznar formaba parte de una asociación que por ejemplo, negara el Holocausto, se habría liado una que ni la caída de las murallas de Jericó, vamos.

Y lo de Joan Olivé es para meterle un paquete de no te menees. Este fulano se descolgó hace unos días, con unas deposiciones intelectuales dignas de los jugosos atracones de sectarismo con que se homenajeó durante su etapa de director de TV3 en tiempos del infausto Pujol. En ellas, llamaba literalmente "chorizos" a todos los españoles, "por el mero hecho de serlo". Es decir, que este sinvergüenza, apoyado únicamente en el odio y en la bilis que destila la necrosis de sus neuronas nacionalistas, llama ladrones a todos los naturales de un país -que incluye, tal vez no se haya dado cuenta, a su propia región- por el simple hecho de haber nacido en el mismo. Una argumentación intelectual de peso, sin duda, que pone de manifiesto la estatura moral de este individuo y que nos pone en alerta, acerca de los contenidos de los espacios que emitía la emisora pública de televisión que él dirigía. Si quien estaba al cargo del puchero catódico de Pujol piensa así, cómo no serán quienes estaban a su cargo y bajo su responsabilidad. Lo más preocupante es que tras la marcha de aquél y el encumbramiento del Tripartito, las cosas ha ido notablemente a peor, aunque pueda parecer mentira.

Pero eso sí, si yo digo que inmigración masiva e ilegal y delincuencia están íntimamente relacionados, cometo un pecado de lesa corrección política que deberé purgar presentando mis respetos a todos los déspotas, sátrapas y tiranos que se congreguen en la próxima cumbre de la Alianza de las Civilizaciones. Claro, que posiblemente tengan razón la miríada de defensores de la intrínseca bondad de los inmigrantes que llegan a millares todos los días a nuestro país -óigase como ejemplo el último tema de La Mari, de Chambao, "Papeles mojados", para hacerse una idea del pensamiento progre al respecto-, cuando al leer estas líneas me tilden de xenófobo y racista. Y es que hay que tener mala leche y ser muy sibilino para deslizar la idea de que inmigración y delincuencia están unidas como uña y carne, al hacer saber a todo el que quiera informarse, que en los siete crímenes de violencia doméstica que han tenido lugar durante lo que va de año, la mano ejecutora ha sido un extranjero y las víctimas o españolas o extranjeras. Asimismo, no tendré perdón de Dios ni del abuelito de Zapatero, si digo que casi el 35% de la población reclusa en España, es de origen inmigrante, magrebí y andina, básicamente. Y lo que es peor, a la vista de la crisis económica que nuestros infames dirigentes se niegan a reconocer, estos datos sólo pueden verse incrementados en el futuro, desgraciadamente.



Lucio Decumio.

09 enero 2008

Racismo

Quisiera saber dónde están ahora, tras el asesinato de un marroquí a manos de cuatro dominicanos, los sepulcros blanqueados de SOS Racismo o Movimiento contra la Intolerancia. Si ese crimen, perpetrado con un estremecedor ensañamiento, no es racismo según los particulares criterios de estas y otras organizaciones similares, que venga Dios y lo vea.

Hace un par de días, un grupo de dominicanos asesinó brutalmente a un joven marroquí a las puertas de una discoteca latina en el Polígono Costa Polvoranca de Alcorcón, en la provincia de Madrid. Pongo así en antecedentes a todos aquellos que no vivan en esta región sobre el lugar de los hechos y de paso, también a todos los que no se hayan enterado de los mismos, cuestión ésta relativamente sencilla, dado que la información acerca del crimen, ha pasado casi de puntillas por los telediarios de todas las televisiones dominadas por la progresía, que en realidad, son casi todas.

¿Y cuál es el porqué de esta casi total ausencia de información en noticiarios y periódicos? La explicación, a mi juicio, es sencilla y estremecedora a un tiempo: para muchos sectores políticos y sociales de España en particular y de Occidente en general, por desgracia predominantes a nivel formativo e informativo, el racismo es una actitud de rechazo hacia los seres humanos pertenecientes a otras razas, que únicamente es capaz de manifestar ideológicamente y ejecutar violentamente, el hombre blanco. Y añadiré más: el hombre blanco que viva en países prósperos y de marcada tradición democrática.

Parece un contrasentido, pero no lo es. ¿Cómo puede alguien considerar racista a todo un conjunto de seres humanos que mediante la profundización en conceptos tan nobles como el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la libertada individual y el respeto a los derechos humanos, ha crecido y prosperado hasta alcanzar niveles de confort y libertad nunca antes vistos en la Historia de la Humanidad?

Pues así es. Progresistas de salón, socialistas de corazón e izquierdistas de toda condición, han visto cómo sus tesis económicas y sociales eran una y otra vez refutadas por la tozuda realidad. Pese a sus ímprobos intentos de modificar ésta a su antojo, los hechos les devolvían una y otra vez contra el enlosado, pero lejos de aceptar con deportividad su derrota, siempre han tratado de encontrar nuevas vías de escape y nuevas herramientas para tratar de socavar el sistema económico y político de libertades en el que viven. Uno de sus últimos intentos, ha sido la instrumentalización política y sentimentaloide de la inmigración, como palanca con la que ejercer la debida presión en contra de ese sistema en el que tan bien viven, pero que tanto odian.

Durante los últimos años, en España se han producido infinidad de episodios conflictivos entre los naturales del país y los miles y miles de inmigrantes que han llegado hasta nuestra Nación, no entraremos ahora en qué condiciones legales. El caso es que al igual que siempre ha habido trifulcas y reyertas entre españoles a partir de discusiones de tráfico, borracheras en bares o enfrentamientos vecinales, la lógica más elemental indica que a mayor número de inmigrantes, mayores son también las probabilidades de enfrentamientos de este tipo entre los nacionales del país y los llegados allende nuestras fronteras. Y ojo, aquí no entro en los comportamientos, usos y costumbres que aplican los recién llegados en sus distintos países de origen, a la hora de dilucidar las diferencias de mayor o menor calibre entre unos y otros, que eso daría para otra homilía como la de hoy.

Sin embargo, el tratamiento informativo y político de este tipo de hechos -trifulca español-inmigrante con peores resultados físicos para el extranjero-, siempre ha trascendido la mera y objetiva narración del suceso, para concederle un barniz de rechazo sociológico a la presencia de inmigrantes por parte de los españoles. De esta forma, muchas asociaciones y ONG's, han obtenido grandes titulares a costa de sus exageradas denuncias y con ello, han acrecentado los miedos de los políticos a llamar a las cosas por su nombre y han engordado notablemente, el tamaño de sus arcas y sus cajas de caudales.

No digo que no exista un rechazo a la presencia de personas de distinta raza o procedencia en España. Lo que digo es que esa desconfianza no se produce en virtud del color de la piel o del lugar de origen, sino de la incontrolada avalancha producida en los últimos años y de su manifiesta falta de integración en nuestra sociedad. Confundir la natural preocupación de los españoles -que lógicamente es también la mía-, por la llegada incesante y en no se sabe qué condiciones sanitarias o penales de miles de personas que seguramente, buscan en su mayoría una comprensible mejora en sus condiciones de vida, con un rechazo vital y visceral a una raza concreta por el mero hecho de ser distinta, es un auténtico disparate.

Pero es lo que han conseguido estas organizaciones, sectores sociales y partidos políticos con sus denuncias constantes y farisaicas. El episodio de la agresión a una joven colombiana por parte de un borracho mentecato en el metro de Barcelona, es ilustrativo de lo que digo. Todos los medios de comunicación repitieron el vídeo de la agresión hasta el hartazgo. Decenas de "expertos" salieron a la palestra y no pocos políticos, denunciaron los hechos como una salvaje agresión racista e hicieron pomposos llamamientos en contra de este tipo de conductas. ¿Y todo porqué? Pues porque el agresor, era español.

Ahora nos encontramos con el cadáver de un joven marroquí en el asfalto del Polígono Costa Polvoranca, apaleado y apuñalado con una saña y una cobardía dignas de la más enérgica denuncia. En cambio, se lanza un grueso manto de silencio sobre los hechos. ¿Y todo porqué? Pues porque los agresores, no eran españoles, eran dominicanos.

La doble vara de medir también se aplica en estos asuntos. Si el agresor es español y el agredido inmigrante, hay un episodio claro de racismo. Pero si los asesinos son dominicanos, colombianos o mexicanos y la víctima es senegalesa, marroquí o pakistaní, lo que hay es una reyerta a la salida de un local. Y podríamos invertir la ubicación de los posibles verdugos y víctimas que acabo de enumerar, que el resultado sería el mismo.

No es la primera vez que algo así sucede. Hace poco, también juzgaron a una banda de Latin Kings en Barcelona -recordemos que en Cataluña, este tipo de grupos disfruta por ley de la condición de asociación cultural-, por el asesinato de otro joven de origen magrebí o subsahariano, que ahora no recuerdo. Y tampoco nadie se atrevió a hablar de racismo.

Como nadie hablará en el futuro, cuando este tipo de sucesos sean mucho más comunes. Como nadie mencionará esa maldita palabra en el caso de que sea un extranjero -por más que lo intento, no consigo recordar que el ensañamiento de individuos como Pietru Arkan en 2001 o el más reciente de los asaltantes al domicilio a José Luis Moreno, recibieran el calificativo de racistas-, el que ataque y asesine a un español.

Y para terminar, la pregunta retórica de siempre para los de siempre. ¿Si hubieran sido españoles los asesinos del joven marroquí y se hubieran empleado con la violencia y el salvajismo que lo hicieron los dominicanos, cuál habría sido su reacción? Todos lo sabemos.

Lucio Decumio.

08 enero 2008

Los diez mandamientos socialistas

1/ Amarás al PSOE sobre todas las cosas.

2/ No tomarás el nombre del abuelito de ZP en vano.

3/ Santificarás la Ley de Memoria Histórica.

4/ Honrarás a los titiriteros y a los homosexuales.

5/ Salvo que seas etarra, no matarás.

6/ No fumarás ni cigarros ni puros.

7/ Si no estás en el Gobierno, no robarás.

8/ No irás a más de ochenta en carretera ni adelantarás.

9/ No consentirás que nadie beba alcohol o fume puros.

10/ A tus amigos y a ti mismo, darás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos: Amarás al PSOE sobre todas las cosas y Zapatero como a ti mismo.

Lucio Decumio.

07 enero 2008

Cumpleaños real

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, Rey de España.

Me sumo a la catarata de felicitaciones y elogios que ha recibido Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, con motivo de su septuagésimo aniversario. Obviamente, no sólo lo hago por el hecho mismo del cumpleaños, sino por el significado intrínseco de que celebre sus primeros 70 años de vida, tras pasar 32 de ellos en el trono de España.

A mi juicio, el balance es realmente positivo. Su Majestad ha ejercido en múltiples ocasiones y de manera pulcra y entregada, el papel que tiene asignado en la Constitución, Constitución que por otra parte, existe en buena medida y es como es, gracias al papel que a su vez desempeñó el Monarca en los años previos a su aprobación, los que fueron desde la muerte de Francisco Franco, a la ratificación en referédum por todo el pueblo español, de su nueva Carta Magna.

Siempre salgo en defensa de la Monarquía. Cuando su figura es premeditadamente agredida por republicanos y nacionalistas, con el único fin de erosionar ante la opinión pública el significado más espiritual de la Corona, cual es el de simbolizar la unidad y permanencia de la Nación. También cuando se ponen en solfa sus funciones y atribuciones, haciéndolas aparecer como tareas superficiales y prescindibles para la vida pública nacional, mi respuesta es un posicionamiento firme y claro a favor de su dilatada labor de arbitrio nacional y de defensa e impecable representación de los intereses españoles en el exterior.

Muchos han sido los episodios en los que la Corona, representada por el Rey o por el Príncipe, ha ofrecido lo mejor de sí misma y ha encarnado la verdadera esencia y el verdadero estado de ánimo del pueblo español.

Sin embargo y dado que en el futuro, sobre todo en el más inmediato, habrá sobrados motivos para blandir de nuevo las espadas argumentales en favor de la Monarquía, hoy haré constar simplemente, los dos principales baldones que a mi juicio, jalonan la trayectoria de Don Juan Carlos como primer y gran Monarca constitucional de España.

La primera de ellas, se remonta a sus primeros pasos una vez entronizado y a los años posteriores y se trata, de su pública amistad, casi filial, con el anterior Rey de Marruecos, Hassan II. Particularmente, me incomodaron hasta la náusea, las infinitas muestras de afecto ofrecidas por el Rey de España hacia un personaje al que sólo le hacen justicia los atributos de traidor, sátrapa, dictador y tramposo.

Cuando en los años setenta y ochenta, fueron cientos los barcos pesqueros españoles apresados por las patrulleras marroquíes, muchas veces en aguas internacionales e incluso en aguas nacionales, eché en falta la teórica influencia de su amistad con el rey moro para detener aquella humillación constante de nuestros intereses y de nuestros pescadores. Pero políticamente, más pecaminoso fue su silente actitud y su falta de contundencia ante el traicionero desafío de Hassan, que terminó con la anexión del Sáhara -entonces, un tercio del territorio nacional- a Marruecos, aprovechando las dudas políticas y el vacío de poder generado tras la muerte de Franco.

El oprobio que supuso para España el episodio del Sáhara, así como los continuos desafíos a nuestra flota pesqueña en los años subsiguientes, deberían haber bastado para que las relaciones entre Su Majestad y Hassan II, no hubieran alcanzado jamás el irritante grado de complicidad al que llegaron.

Y la segunda y más reciente que debo criticarle a Su Majestad, no es otra que su silencio ante la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, un documento rabiosamente revanchista, que vuelve a desterrar artificialmente los odios y las rencillas que originaron la Guerra Civil, que etiqueta a unos españoles como buenos y a otros como malos, que eleva a los altares a cientos de criminales republicanos e incluso etarras, que busca movilizar al electorado más radical del PSOE y de sus socios de cara a las inminentes Elecciones Generales y que pretende revestir a los actuales dirigentes socialistas, con la pátina de aguerridos combatientes antifranquistas que tanto vende entre las nuevas y analfabetas generaciones de jóvenes amamantados en las ubres de la Logse.

Pero al margen de todo ello, ya de por sí grave, la infanda Ley pergeñada y prologada por el mismísimo Zapatero, le retira de facto a Don Juan Carlos, la legitimidad de su nombramiento como Rey y heredero político de Franco y pone en entredicho todo el edificio construido por consenso durante la Transición y cuyo arquitecto principal fue el Monarca, al considerar a nuestro actual sistema democrático, como la prolongación natural con un impasse de setenta años, de la infausta, sangrienta y cainita II República y de su máxima y última expresión de odio, persecución y enfrentamiento entre españoles, el Frente Popular.

Lucio Decumio.