27 diciembre 2007

Resumen

El año toca 2007 toca a su fin y echando un vistazo al contador de comentarios que hay a la izquierda de la página, contemplo -muy enfadado conmigo mismo, por cierto-, cómo desde el momento en que empecé a escribir en esta página -Mayo de 2003, más o menos- hasta la fecha, el número de intervenciones anuales ha ido decreciendo paulatinamente, como lo hacen los bancos de pesca, los glaciares o los bosques indonesios.

Las razones de este estremecedor decrecimiento, son varias y variadas aunque en un pequeño ejercicio de introspección personal -que puede no interesar a nadie, pero que a mí me apetece hacer-, yo destacaría dos: un creciente hastío respecto a los políticos y a la política, origen del 80% o más de mis escritos en esta página y un preocupante desencanto con mi propia trayectoria personal y profesional, que me ha sumergido en prolongadas y nada provechosas ausencias.

Por ello, hoy no me apetece zambullirme en ningún sesudo -o simple-, análisis relacionado con la actualidad política, ya esté relacionada con las miserias, crímenes y traiciones nacionalistas, con los embustes y compadreos socialistas o con la cada vez más recurrente endeblez argumental de la derecha. Hoy tampoco será el turno la crucifixión argumental de los titiriteros, de algún que otro desapasionado acercamiento a la realidad futbolística, de los avances científicos o de irritantes, por el hartazgo que genera su omnipresencia mediática, cambios climáticos o calentamientos globales.

Como bien corresponde al final de una etapa y el final de un año natural lo es, lo queramos o no, hoy es momento de autocrítica por el pasado y de enumeración de aspiraciones de cara al futuro. Empezaré por las segundas, con una promesa dirigida a mí mismo y también, a mi exiguo número de seguidores, como es la realización de un esfuerzo adicional a lo largo del próximo año 2008, que implique un mayor número de intervenciones en el blog.

No creo que sea demasiado complicado, a la vista de la inminencia de unas Elecciones Generales que se presentan cruciales para el futuro de España. Si todos los políticos, de una u otra vertiente, nos han dado sobradas razones durante estos cuatro años para criticar aceradamente sus decisiones, declaraciones y actos, supongo que a medida que se acerque la fecha de la convocatoria a urnas, los motivos que ofrecerán los padres de la Nación para incrementar la frecuencia de mis apariciones en el blog, serán legión. Así que el número de 17 comentarios realizados en 2007, quedará, espero, notablemente superado sólo en los primeros meses de 2008.

Y el segundo de mis propósitos de cara al nuevo año, será la de una definitiva consolidación personal y profesional. Pondré, como siempre he puesto, todos los medios a mi alcance para conseguir ambas, así como la mejor de mis disposiciones. Desgraciadamente, unas veces por culpa mía, las más debido a razones exógenas, muy relacionadas con las peores miserias humanas, no ha sido posible. Espero y deseo que 2008 sí que sea mi año y que también lo sea para todos aquellos que estén leyendo estos párrafos. No sabéis cuánto me agradaría que dentro de 12 meses, pudiera compartir con todos vosotros, la total plasmación de todos estos deseos, en la realidad de nuestras vidas.

En cuanto a la autocrítica, me doy cuenta de que la mayor parte de la que quería hacer, ya la hice cuando mencioné mi desencanto con mi trayectoria vital en varios niveles. Cierto es que no debería quejarme, pues mi nivel de vida y comodidad supera con mucho el de muchos miles de millones de seres humanos. Tengo una gran familia, un buen número de amigos y todos en mayor o menor medida, vivimos en buenas condiciones y disfrutamos de buena salud.

Así que al final y aunque parezca una perogrullada, esas son las cosas realmente importantes, pese a que el espíritu humano, permanentemente insatisfecho con lo logrado y obtenido, siempre aspire a más. Es uno de nuestros rasgos distintivos como raza y por supuesto, no pienso renunciar a él. En definitiva y al margen de lo ya conseguido y consolidado, aspiro a más en todos los órdenes.

No me queda más que desearos a todos un muy Feliz Año 2008, lleno de venturas, prosperidad y parabienes. Incluso para el mismísimo Presidente del Gobierno, diana de la mayor parte de mis dardos. Señor Presidente, le deseo a usted lo mejor durante el próximo año, que no puede ser otra cosa sino su plena y entusiasta dedicación a la venta de coches de segunda mano en algún apartado y recóndito lugar de España, a partir del 9 de Marzo.

Lucio Decumio.

20 diciembre 2007

Sentencia contra ETA y canon digital

Imagen de una de las múltiples manifestaciones organizadas por la AVT durante la presente legislatura, para protestar contra las negociaciones que el Gobierno mantenía y mantiene con ETA, que ayer recibía un duro golpe de la AN, a través de la condena de los miembros que forman las organizaciones satélite de la banda. Ese es el camino a seguir, aunque desgraciadamente o mucho me equivoco o pronto tendremos desagradables noticias etarras al respecto de esta sentencia.

Más claro, el agua. España es un país en el que con más frecuencia de la deseada, han sucedido cosas inexplicables para la razón y la lógica. Sin embargo, el período de nuestra historia que comprende desde el 11 de Marzo de 2004 hasta la fecha, no es que haya sido pródigo en este tipo de sucesos, es que prácticamente nada de lo ocurrido durante este tiempo, ha sido conforme a las reglas más básicas que rigen el orden del universo.

La legislatura a nivel parlamentario, ha terminado bañada en la vergüenza y el oprobio, pues de otra forma no puede presentarse este colofón, tras la decisión de extender el canon digital a teléfonos móviles y reproductores MP3 y la aprobación de la Ley del Cine. Vayamos por partes, aunque ambas decisiones mayoritarias adoptadas por el Congreso, tengan el trasfondo común y el origen en unos personajes deleznables por su catadura moral y por su misérrimo nivel profesional.

Me refiero al mal llamado gremio de los artistas, un auténtico hatajo de corsarios que poco a poco, han ido ganando para sí y gracias a su repugnante barniz progresista, cuotas de influencia política y social que les han permitido chantajear abiertamente al Estado y meter la mano en los bolsillos de todos los españoles, con el añadido de que ahora y gracias a sus compadres gubernamentales, han logrado que esa moderna piratería del siglo XXI, adquiera rango de ley.

Hace falta ser sinvergüenza y caradura para considerar a todos los españoles unos delincuentes en potencia y cobrarles por anticipado, un gravamen en todos los aparatos electrónicos que adquieran. Es así como nos consideran personajes de la talla ética y artística de Teddy Bautista, Manzanita, el Gran Wyoming y otros muchos integrantes de esta secta, quienes a falta de la necesaria creatividad para ganarse el pan con el sudor de sus mientes, deciden robárselo al resto de los españoles, eso sí, con la inestimable e interesada aquiescencia del Gobierno socialista presidido por Zapatero, el más liberticida que haya conocido España en décadas.

Si ya es reprobable, rechazable y censurable, el hecho de que a estos bucaneros -cuyas muy particulares obras seguro que no se encuentran ni siquiera entre las últimas opciones que maneja un internauta a la hora de bajarse archivos de la Red-, les vaya a caer en sus bodegas un botín superior a los 140 millones de euros anuales, sin haber merecido ni un solo céntimo de esa cantidad, la aprobación de la nueva Ley del Cine, es el esperpento totalitario llevado al extremo.

Que los exhibidores tengan que proyectar por ley en sus salas, un porcentaje mínimo de películas realizadas en España, es el no va más. Al igual que sucede con los pseudo-autores musicales antes mencionados, los actores y directores del cine español, son en su mayoría, una secta de individuos apesebrados y ultra-politizados, que han conseguido que el Ministerio de Cultura de los sucesivos gobiernos democráticos, se haya convertido en su mecenas particular, con el consiguiente descenso en la calidad y en la categoría de las películas realizadas.

Cuando no arriesgas nada y es el Estado el que cubre tus gastos, tu capacidad para idear, innovar e imaginar, no se cultiva y termina atrofiándose, eso poniéndonos en el mejor de los casos, es decir, en el de que en un principio, allá por el Big Bang, alguno de estos sujetos hubiera disfrutado de las citadas habilidades. Y la misma ecuación puede aplicarse para los artistas musicales. ¿O es que alguien en su sano juicio se dedicaría a trabajar con toda la fuerza y la intensidad de su espíritu creativo, a sabiendas de que el Estado va a regalar a la asociación de piratas de la que formas parte, la friolera de 25.000 millones de pesetas al año?

Y la otra cuestión sobre la que quería hablar, viene siendo tan recurrente y habitual en el circo político nacional desde que tengo uso de razón, que a muchos puede llegar a parecerles de lo más normal. Ese ha sido el gran triunfo del nacionalismo en el País Vasco, victoria que también se acaba de cobrar en Cataluña y que pronto, si no se ponen los medios necesarios, también caerá del lado nacionalista en otras comunidades, empezando por Galicia.

Como decía, la anormalidad democrática en el País Vasco es moneda de cambio en el día a día en aquella Comunidad. Tanto, que situaciones abiertamente aberrantes, que repugnan al sentido común y a la decencia, se han convertido en un elemento más del paisaje político de aquel lugar. El último episodio de esta interminable novela de terror, lo han escrito los de siempre, es decir el PNV y el lendakari de ese partido, criticando sin tapujos y envueltos en su tradicional barniz victimista, la brillante sentencia de la Audiencia Nacional contra el entramado social y económico urdido por la banda terrorista ETA. Brillante sentencia que se debe no sólo a la decencia y la valentía de los jueces encargados de la causa, sino a la acusación popular, ejercida con particular éxito por los abogados de la AVT.

Ya nadie debería llamarse a engaño con individuos como Ibarreche, Setién, Arzallus, Urkullu, Egibar, Anasagasti y demás ralea. Si hace algunos años se cuidaban de poner una vela a Dios y otra al Diablo, hace ya algún tiempo, concretamente desde el Pacto de Estella, se han quitado definitivamente la careta y han mostrado a todo el mundo, su rostro totalitario y su cercanía y apego a los terroristas.

Y que a nadie le quede la menor duda. ETA ha llegado donde ha llegado gracias a la colaboración y el apoyo prestado por el PNV y éste, ha obtenido del Estado el sinfín de ventajas políticas y financieras logradas durante los últimos treinta años, merced al terrorífico chantaje terrorista perpetrado por los etarras. Aznar y Zapatero comprendieron perfectamente la situación, pero mientras el primerio se distinguió por luchar contra ella con todas sus fuerzas, especialmente durante su segunda legislatura, el segundo se ha unido sin ambages a la terrorífica pinza que atenaza a la sociedad vasca y amenaza sin tregua a toda España.



Lucio Decumio.

17 diciembre 2007

Reflexión sobre el aborto

Es lo que ha pedido en la reunión que ha celebrado hoy la Ejecutiva Federal del PSOE, el infando Secretario General de esta organización y malhadado Presidente del Gobierno de España. Conociendo las simpatías y apegos que despiertan en el personaje, los más repugnantes criminales ibéricos e internacionales, es de esperar que el llamamiento que ha realizado ante su sanedrín de compadres en el delito y la traición, para que lleven a cabo una reflexión sobre la actual Ley del Aborto, implique de no mediar su derrota en las próximas Elecciones Generales, la despenalización de cualquier supuesto de interrupción del embarazo en cualquier instante de la formación del feto, decisión que traerá consigo, la subsiguiente carnicería de no-natos españoles y extranjeros -ya se sabe, el célebre efecto llamada, pero esta vez, trasladado a espacios mucho más oscuros y siniestros- y la más que segura puesta en libertad de los responsables de las clínicas abortistas de Madrid y Barcelona que han puesto el asunto sobre el tapete.

Desde luego, si alguien espera que después de las palabras pronunciadas hoy por Zapatero, aparezcan en el programa electoral del PSOE firmes y decididas propuestas frente a la institucionalización definitiva del crimen contra el no-nacido entre las semanas 1 y 36, es que no conoce ni un ápice la misérrima catadura moral del individuo en cuestión.

9-M-08. Zapatero fuera.

Lucio Decumio.

05 noviembre 2007

No hay palabras

El Presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, ha vuelto a dejar con las posaderas al aire a Moratinos y Zapatero, al resolver por sí mismo y sin la ayuda de ninguno de ellos -menos mal que así ha sido-, la crisis diplomática que durante los últimos días, ha enfrentado a Francia y ¿España? con el Gobierno de Chad.
A nivel diplomático, en pocas ocasiones quedará mejor retratado el actual Gobierno presidido por Zapatero, como tras los acontecimientos que se han vivido en los últimos días y que han tenido su origen, en dos países africanos.

El ridículo a que nos hemos visto abocados los españoles en el ámbito de las relaciones internacionales desde Marzo de 2004, ha sido una de las constantes de este Gobierno de todo a cien. Antiamericanismo adolescente, rendición incondicional ante el empuje de cualquier gobierno u organización de corte islámica y fiel soporte al creciente populismo latinoamericano, han sido los principales travesaños en los que se ha sostenido, la política exterior más surrealista, absurda y por extensión, antinacional, que se recuerda en un país occidental.

Las guindas provisionales a este pastel de ignominia y desatención de nuestros intereses -jamás hay que fiarse de un gobierno que nos tiene acostumbrados a sobrepasar una y otra vez los límites de la indignidad y la desvergüenza-, las han puesto por un lado, la penúltima crisis artificial desatada por el Sultán Arcoiris, esta vez, a cuenta de la visita de los Sus Majestades los Reyes a Ceuta y Melilla y por otro, la estremecedora incapacidad de nuestra diplomacia, a la hora de intentar resolver la delicadísima situación por la que ha atravesado -algunos todavía siguen allí-, la tripulación española del vuelo que llevaba a Francia, varias decenas de niños chadianos, presuntamente huérfanos.

Las hemerotecas recordarán por los siglos de los siglos, que fue el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien echándose sobre los hombros todo el peso de la crisis en el Chad, viajó hasta este remoto país africano para conseguir la liberación de las azafatas españolas y los periodistas franceses. Además, también quedará escrito y grabado y si no, al tiempo, que fueron las presiones y gestiones de la diplomacia francesa, las que lograron la definitiva puesta en libertad del resto de tripulantes y cooperantes.

Por contra, las crónicas hablarán de un Zapatero agazapado en su Palacio de Cristal, enfrascado en la noble tarea de introducir la quinta enmienda en el articulado de su Alianza de Civilizaciones, con el objetivo de que cara al futuro, cualquier satrapía o dictadura asiática, africana o sudamericana, se sienta libre de retener a cualquier occidental en sus pestilentes pero ejemplarizantes mazmorras, por el mero hecho de ser hijo de alguna decadente democracia capitalista y colonialista.

Lamentablemente, ahí no ha terminado todo. Siendo grave la inacción de Moratinos y Z ante el desafío planteado por los gobernantes chadianos y la lamentable situación que vivían nuestros compatriotas en aquel país, más criticable resulta aún, la callada de ambos ante la catarata de desafíos, improperios y amenazas proferidas por el régimen del Monarca Sarasa, frente a la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla. Intuyo lo que Zapatero y su Gobierno de incapaces le deben a la reina Mohamed VI de Marruecos, para mostrarse siempre tan genuflexos y solícitos ante nuestro taimado vecino del sur. Sin embargo, no puedo decirlo en este foro, pues carezco de pruebas que avalen mi tesis.

Pero como decía antes, nunca hay cota de indiginidad lo bastante alta, como para que el Gobierno o alguno de sus miembros, no se sienta capaz de superarla. En pleno conflicto diplomático con el peligroso e iracundo dictador magrebí, que una vez más vuelve a hacerse el ofendido con España retirando a su embajador de Madrid, el Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España -no el titular de Economía, no el titular de Sanidad, no la titular de Fomento- se marcha durante el fin de semana a Marruecos.... en visita privada, es decir, de vacaciones.

Como decía en el encabezamiento, no hay palabras para describir tanta displicencia, tanta falta de interés por las tareas encomendadas, tanta irresponsabilidad y tanta ineptitud.

Queridos amigos, estos son nuestros gobernantes. Son como esos compañeros de trabajo que muchas veces nos hemos cruzado e incluso, como esos jefes que en alguna ocasión, todos hemos tenido: incapaces de resolver y de afrontar el trabajo que tienen que hacer, pero maestros a la hora de derivar responsabilidades y acusar a los demás de sus propias miserias.

Lucio Decumio.

22 octubre 2007

Todos a la cárcel

El actual Gobierno de España, está formado, desde el primero hasta el último de sus integrantes, por un hatajo de traidores iletrados que en condiciones normales, no servirían ni para limpiar las letrinas del más nauseabundo y pestilente hotel de carretera.

Comentario extrañamente corto el de hoy, sólo para unirme a la campaña de apoyo a Francisco José Alcaraz, Presidente de la AVT y víctima una vez más, de una infame y cobarde campaña de acoso por parte del Gobierno filo-terrorista y pseudo-golpista que dirige los destinos de la Nación.

Si con lo que acabo de decir, también incurro en un delito de injurias contra estos canallas, ya sabe lo que tiene que hacer conmigo, la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional. Lo mismo que ha hecho con Alcaraz.

Lucio Decumio.

04 octubre 2007

Verdad contra mentira

Parecerá obvio, pero en la España actual, hace falta decir muy alto y muy claro, las cosas más evidentes, pues la manipulación, la mentira y el embuste, se han convertido en la moneda de curso que emplea el Gobierno para tratar de alterar y modificar la realidad a su antojo. Tendrán sus defectos y sus virtudes, harán las cosas mejor o peor, pero no son el Partido Popular o sus dirigentes, el origen de los recientes y furibundos ataques contra la Monarquía, los símbolos nacionales o los simpatizantes de otros grupos políticos.
Ya tardaban. Nuevamente, en un sobresaliente ejercicio de hipocresía política, el PSOE ha puesto en marcha toda su maquinaria mediática y su bien conocida capacidad a para liquidar la verdad y la decencia. En esta ocasión y con el fin de tratar de ocultar sus vergüenzas y su colaboracionismo en la demolición del régimen constitucional junto a un ramillete de partidos antisistema, tratan de invertir la carga de la prueba y acusar al Partido Popular y a sus medios afines, de orquestar una campaña contra la Monarquía y contra los símbolos de la Nación.
Hasta donde yo sé, han sido los socios nazionalistas de Zapatero, quienes han vituperado, insultado y despreciado a los símbolos que representan la unidad y la pervivencia de la Nación, como son la Corona y la Bandera Nacional. Si alguien ha olvidado los episodios de la quema de retratos de la Familia Real en Cataluña o la persistente negativa de docenas de ayuntamientos gobernados por los separatistas vascos, catalanes e incluso gallegos, a hacer ondear la Bandera Nacional en los balcones de las casas consistoriales, yo se lo recuerdo a los desmemoriados. Han sido la Esquerra, CiU y sus cachorros en Cataluña y el PNV, con Anasagasti a la cabeza, quienes más han despuntado en esta nueva ofensiva independentista contra la unidad nacional.

Pero no sólo han sido aquéllos. Como viene siendo habitual desde que ZP se encaramó primero a la Secretaría General del PSOE y después a la Presidencia del Gobierno, un gran número de dirigentes socialistas y de ayuntamientos gobernados por alcaldes elegidos en las listas del partido de Pepiño y ZP, se han unido con entusiasmo y alborozo a las iniciativas radicales de sus socios nazionalistas, obviando el cumplimiento de la Ley de Banderas en sus respectivos municipios. Adicionalmente, en muchos de estos pueblos, los caciques locales se han aplicado con denuedo y fervor, a la tarea de erosionar y socavar el ordenamiento constitucional, aprobando mociones que reclaman la instauración en España, de una III República que sustituya a la actual Monarquía Parlamentaria.

Para terminar, los senadores de la Entesa Catalana -básicamente un grupo de primates vestidos de traje y corbata que se enseñorean por el Senado Nacional-, reclamaron hace escasos días, que la Jefatura de las Fuerzas Armadas se le retirara al Monarca y recayera en el Presidente del Gobierno. Mayor vileza, imposible.

A todo ello hay que unir episodios estremecedores, como las amenazas de muerte a miembros del Partido Popular en Cataluña, que crecen día a día en volumen e intensidad, la pesada espada de Damocles que pende sobre los cargos electos y los simpatizantes del PP y el PSOE -sobre éstos cada vez menos- en el País Vasco o las recientes admoniciones mafiosas contra Albert Rivera, por parte de afiliados, cómo no, de la cordial y exótica ERC.

Pues bien, aunque no sorprende su desfachatez, pues la han mostrado en innumerables ocasiones, los socialistas vuelven a poner en funcionamiento toda su musculatura trilera y fullera, para tratar de convencer a propios y extraños de que los más graves ataques a la Monarquía y a los símbolos nacionales, no provienen de ellos mismos o de sus aliados independentistas, sino del Partido Popular y de los medios afines.

Hace falta tener el rostro de pedernal. Hace falta estar seguro de que nada malo les va a suceder, ni cuando cometen los delitos, ni cuando acusan descaradamente a otros de cometerlos. Hace falta estar hiperlegitimado moralmente y sobre todo, hacer gala de una falta de vergüenza rayana en la pornografía, para tratar de voltear de una manera tan obscena, la verdad de las cosas.

Lo peor de todo, es la condescendencia, el apoyo, la sonrisa y la complicidad, antes implícita y ahora explícita, demostrada por el PSOE hacia los desmanes, los abusos y las amenazas que cometen los separatistas vascos y catalanes y porqué no decirlo, un número creciente de socialistas, contra los adversarios políticos por el mero hecho de serlo. Es obligación del gobernante democráticamente elegido, proteger al agredido y castigar al criminal. Sin embargo, entra en una peligrosísima espiral si tal y como sucede en la actualidad, pervierte su función vigilante y anima y justifica al agresor con su complacencia o inacción. Con ello, legitima la acción violenta como herramienta política y resta puntos de su condición humana, a la víctima.

Eso es lo que está haciendo el PSOE, que nadie lo olvide.

Lucio Decumio.


28 septiembre 2007

Lo que nos espera

La bandera de España es símbolo de unidad, igualdad, democracia, convivencia y libertad. Frente a quienes propugnan el enfrentamiento, la rivalidad y el odio entre españoles, azuzado por banderas y lenguas regionales utilizadas de forma partidista y totalitaria, ha de alzarse majestuosa, respetuosa y conciliadora, la Enseña Nacional.

Ya he hablado en numerosas ocasiones de la infinita capacidad del PSOE y de quienes le apoyan y secundan en cualquier aventura por las periferias del sistema -o viceversa, que tanto da-, de agitar y manipular a la opinión pública hasta el punto de generar en ésta, un hartazgo y un hastío de tal calibre, que terminan por hacerle bajar los brazos y claudicar ante las exigencias políticas que se esconden tras la sucesión de algaradas, amenazas, altercados, manifestaciones y declaraciones incendiarias.

Llevan hasta el extremo y adaptadas a los tiempos que corren, las máximas leninistas acerca de la violencia y la mentira como herramientas políticas encaminadas a la consecución y mantenimiento del poder. Lo vimos en la antesala de las Elecciones Generales de 2004, cuando todas sus batería mediáticas y sus regimientos de apoyo político perfectamente cosidos al tejido social, actuaron al unísono con el fin de alterar la voluntad popular mediante un ejercicio sobresaliente de agitación, propaganda y consignas antigubernamentales. Con ello, transmutaron el dolor y el llanto de toda una Nación, en repulsa y odio hacia sus dirigentes, a los que señalaron como responsables últimos de la matanza, en virtud de sus decisiones políticas previas.

Tras varios meses sin haber escrito una sola línea, creo necesario recordar que al margen de todo los dicho previamente, que es lo obvio, lo que nadie es capaz de negar salvo que encuentre justificable la agresividad física y verbal mostrada por el PSOE y sus acólitos durante aquellas terribles fechas, soy de los que siempre ha estado convencido de que aquellos repugnantes episodios, fueron sólo el colofón de un proceso mucho más oscuro y siniestro, en el que muchos de quienes clamaron contra el Gobierno del Partido Popular y extendieron la idea de que los atentados fueron una venganza islamista por nuestro apoyo al derrocamiento de Sadam Hussein, fueron activos partícipes en la preparación de los mismos.

El socialismo, el comunismo y el nacionalismo, se mueven como delfines en el mar cuando el clima político, social e institucional es más confuso, está más enrarecido y envenenado. Es lógico que así sea, pues han sido ellos quienes han dado lugar de forma premeditada, a las condiciones previas -mediante declaraciones, actos o manifestaciones- que han terminado desembocando en ese estado de cosas. Es decir, han creado artificialmente, la atmósfera en la que mejor respiran y en la que mejor se expresan, precisamente la misma, que asfixia y atenaza a quienes apuestan por la tranquilidad, el sosiego, la convivencia y la solidaridad como fundamentos sociales básicos.
Las condiciones previas que favorecieron el estallido semi-revolucionario vivido entre el 11 y el 14 de Marzo de 2004, fueron muchas, pero hay que destacar especialmente dos: las movilizaciones relacionadas con el hundimiento del Prestige y las manifestaciones convocadas contra el apoyo político ofrecido por Aznar a Bush para invadir Iraq y derrocar a Sadam. En ambas, socialistas, comunistas y nacionalistas, calentaron motores y adquirieron experiencia de campo para lo que vendría después.

Se acercan las Elecciones Generales de 2008 y quienes se tomaron tantas molestias para tumbar al Partido Popular de la forma en que lo hicieron en el año 2004, en ningún momento, ni entonces ni ahora, han contemplado la posibilidad de que aquel esfuerzo sirva para permanecer en el poder únicamente cuatro años. Saben si embargo, que los argumentos de entonces -Prestige, Iraq- están, a día de hoy, oxidados, así que es preciso enarbolar nuevas banderas y pendones con los que exaltar a las huestes propias, así como afilar y bruñir nuevas picas con las que agredir y agotar a las ajenas.

Al margen del pasmo que nos han producido todos los ignominiosos capítulos que hemos tenido la desgracia de contemplar durante esta legislatura en todos los terrenos; económico, educativo, familiar, nacional, nacionalista, internacional, internacionalista, diplomático, inmobiliario, terrorista, pro-terrorista, migratorio, militar... y que han ido causando un desasosiego y un cansancio sin parangón en la sociedad, Zapatero y sus aliados arremeten a falta de seis meses para los comicios generales, con dos peligrosísimos arietes que amenazan con hacer saltar por los aires los goznes, los anclajes y las soldaduras de nuestro sistema institucional: los símbolos nacionales y la Monarquía.

No es casualidad que cuando falta sólo medio año para las Elecciones, estos dos asuntos se hayan convertido en el eje central del debate político y periodístico. La idea final, la que yo al menos percibo, creo que con nitidez, es la creación, una vez más, de un clima de desistimiento y hartazgo en la sociedad, esta vez, en torno a la vigencia de nuestros símbolos y a la pervivencia de la Monarquía Constitucional como fórmula institucional de ordenamiento y convivencia política. Todo ello, con el fin de allanar el camino que facilite los últimos pasos hacia el cambio de régimen político que desemboque en no se sabe muy bien qué -III República, disgregación nacional, estado confederal...-, pero sí en algo muy distinto a lo que hemos conocido, vivido y disfrutado durante los últimos treinta años. Mejor dicho y con sus altibajos, quinientos quince.

El enconamiento social que de la confrontación política respecto a estos dos ejes puede derivarse, favorecerá sin duda la movilización y la participación de unas bases socialistas que en buena medida, estarán próximas a la abstención, pues habrán percibido la irritante incapacidad de los gobernantes actuales, para hacer frente a los problemas reales de los españoles y crear nuevos obstáculos donde no los había. Así que la derivación del debate político hacia estos dos aspectos, logrará una vez más, desviar la atención de los españoles de las cosas verdaderamente importantes, al tiempo que las viejas ensoñaciones republicanas y antimonárquicas de muchos miles de personas, tomarán cuerpo y sustancia y de su mano y de sus votos, viajarán también las "vigesimónicas" ansias revanchistas de políticos socialistas y nacionalistas.

Como dijo hace no mucho Eduardo Zaplana, España tal vez pueda aguantar una legislatura con Zapatero en el poder. Pero no dos.

Lucio Decumio.

26 septiembre 2007

Familia Real a la parrilla

Varios centenares de independentistas catalanes criados en el odio y el resentimiento hacia todo lo que signifique España, han despuntado durante las últimas semanas en los informativos y tertulias periodísticas, a partir de la perpetración de un delito de injurias a la Corona. El hecho delictivo consistió en la quema de varias fotografías de la Familia Real, a los que se añadió una recurrente y nada imaginativa catarata de insultos al Monarca y su familia, así como un buen número de poco veladas amenazas de muerte.

Vaya por delante que mi simpatía y respeto hacia la figura de Don Juan Carlos, ha disminuido considerablemente en los últimos tiempos, debido sobre todo a la preocupante inacción que manifiesta el Jefe del Estado ante la continua sucesión de ataques que sufren desde el Gobierno y sus aliados antisistema, instituciones y pilares básicos para el correcto funcionamiento de nuestro Estado de Derecho, como la Constitución, la Oposición, el Poder Judicial o la misma institución monárquica.

Sinceramente, creo que en su concepción maquiavélica del poder, el PSOE no tiene mayor empacho en chantajear al Rey y mantenerle atado de pies y manos. ¿Cómo lo hace? Yo creo que es bien sencillo. Aunque bajo mi punto de vista, Don Juan Carlos es una persona de bien, a buen seguro que tras más de 30 años como Rey de España, mantiene secretos de índole económico, sentimental o de otro tipo, que una vez trascendidos y convenientemente aireados por los medios de Prisa o Mediapro -que tanto dan a la hora de manipular y arrojar basura sobre los rivales del socialista poderoso de turno- podrían dar con los huesos del Jefe del Estado en los arrabales de Zarzuela primero y en un dorado y alejado exilio después.

El PSOE y sus acólitos saben que mantener la boca del Monarca sellada, es fundamental de cara a llevar a buen puerto sus planes de ruptura consitutucional y nacional, pues el prestigio del Rey ante los ojos de la opinión pública, aún es enorme y una llamada a tiempo desde la Casa Real que alertara sobre los peligros que se ciernen sobre España, sería tenida muy en cuenta por todos los españoles.

A lo que iba en un principio. Quemar fotografías de la Familia Real en Gerona o en cualquier otro punto de Cataluña, es sólo el penúltimo escalón de la "batasunización" que con gran éxito, llevan a cabo en esta región los partidos nacionalistas y antisistema, que en realidad y dejando aparte pequeñas diferencias formales en discursos e indumentarias, son todos los que allí tienen alguna representatividad, salvo el PP y Ciutadans.

La quema de esas imágenes, no es tanto un delito contra unas personas que ostentan la más alta representatividad institucional del Estado. Es un delito y un ataque contra el Estado mismo, pues su destrucción mediante las llamas del odio nacionalista y su conversión en cenizas, es la plasmación metafórica de la destrucción de la Nación, una demolición en la que que los nacionalistas se han empleado con particular éxito durante los últimos años, apoyados y secundados por quien debería ser el primer garante de la unidad de aquélla: el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero.

Como viene siendo costumbre en éste y otros asuntos -léase amenazas y agresiones físicas a la Oposición, soldados españoles caídos en misiones en el exterior, ausencia de banderas nacionales en consistorios vascos o catalanes-, el Gobierno de Zapatero mira hacia otro lado y espera a que escampe, a que los informativos abran con otras noticias y a que este tipo de anomalías, se diluyan en el océano de preocupaciones que a diario nos aquejan. Todo ello con la intención de no poner en marcha los mecanismos correctores necesarios para resolver este tipo de problemas y sobre todo, también con la perversa idea de seguir convirtiendo en cotidianas, escenas de una anormalidad democrática alarmante.

Hace algunos meses, creo recordar que un viejecito apareció en una manifestación de la AVT con una fotografía de Carod Rovira ahorcado, crucificado o algo así. También recuerdo que se montó la de Dios es Cristo y que líderes de todo el arco parlamentario que apoya al Gobierno de Zapatero -por convicción o interés- salieron a la palestra para criticar no sólo a un pobre anciano que no había encontrado mejor modo de expresar su rechazo hacia una figura política de lo más repugnante, sino que también aprovecharon para identificar a toda la AVT y a todos los manifestantes, con la idea expresada por el abuelo.

La misma libertad de expresión que esgrimen socialistas, comunistas y nacionalistas para justificar la quema premeditada y perfectamente organizada de fotografías del Rey, así como las subsiguientes amenazas de muerte a los Borbones en Gerona, se la niegan a un viejecillo castellano cuando éste utiliza -a título individual- herramientas mucho menos agresivas y amenazantes para hacer ver su rechazo hacia un político navajero y tabernario como pocos.

No sucederá nunca, pero ¿cuál sería la reacción de todos estos sepulcros blanqueados, de todos estos campeones de la mezquindad y la ruindad política, si un puñado de madrileños, vallisoletanos o toledanos, arengados por algún iluminado ultraderechista, organizara una quema de señeras e ikurriñas en la Puerta del Sol?

Lucio Decumio.

12 septiembre 2007

Diada

Aborrezco las obras domésticas. Son realmente desagradables. Durante los últimos días, hemos estado empeñados en la rehabilitación de casi todas las habitaciones de mi casa y la verdad, ha sido un trabajo no tan agotador en el plano físico, como sí en el mental. Todo desorganizado, sucio y enrarecido. Un desastre que tarda siempre en ponerse en orden mucho más tiempo del previsto en un inicio.

¿Por qué razón empiezo tantas veces mis comentarios con asuntos que no van a tener absolutamente nada que ver con el argumentario posterior? Muy sencillo, es una forma de calentar motores, de no entrar en frío sobre aquello que quiero analizar o simplemente narrar, no sea que me vaya a lesionar y me vea obligado a guardar un largo período de convalecencia posterior.

Ayer y como cada 11 de Septiembre desde que tengo uso de razón, se celebraron en Barcelona los tradicionales actos de homenaje a Rafael Casanova, es decir, que tuvo lugar esa celebración estomagante, victimista y hasta hace poco, simplemente agresiva en el plano dialéctico, que es la Diada de Cataluña.

Lo que debería ser una simple fiesta en la que todos los catalanes pudieran disfrutar de un día de asueto -o de varios, dependiendo del día de la semana en que caiga-, gana cada año más grados de fervor nacionalista y demencia separatista. Las discursos de los líderes políticos, jaleados por unas bases cada vez más radicalizadas y alienadas, son cada vez más incendiarios y peligrosos para la normal convivencia entre los catalanes y entre ellos y los demás españoles.

La gravedad de las chulescas y desafiantes declaraciones pro-independentistas de las formaciones nacionalistas catalanas, así como los riesgos que suponen las amenazas nada veladas de muchos de los simpatizantes de estos partidos a quienes no comulgan con el credo racial y esencialista, son sólo el fruto de una alocada e insensata dinámica de apaciguamiento emprendida en los años de la Transición y vigorizada en los últimos tiempos con la aquiescencia y la bobalicona convicción de Zapatero y los suyos.

Por lo menos, hasta hace unos años, declararse simpatizante del Partido Popular en Cataluña, era una opción tan respetable como las demás, aunque algo folklórica si se quiere, para la masa nacionalista moderada que teóricamente, era mayoría en la región. Pero los procesos de reeducación histórica e inmersión lingüística emprendidos a partir de los años 80 en todas las ramas educativas catalanas -craso error de los gobiernos nacionales de aquella época, el transferir las competencias educativas a las comunidades autónomas gobernadas por los nacionalistas-, unidas a las diabólicas maniobras de arrinconamiento y deslegitimación del Partido Popular, emprendidas por el Gobierno de Zapatero y secundadas por sus aliados políticos y mediáticos, han obrado el milagro.

La que era una Comunidad Autónoma tradicionalmente respetuosa con la convivencia y los derechos de sus habitantes, se ha convertido en un campo de minas para quienes se niegan a disolver su libertad individual y sus convicciones políticas, en la nauseabunda marea negra del nacionalismo más montaraz y agresivo.

Entre todos hemos llenado el estómago de la bestia y hemos esculpido la amenazante musculatura que ahora pasea desafiante, pero son nuestros actuales gobernantes quienes han dado un paso más, abriendo la jaula en la que se encontraba, soltando la correa que la ataba a a los barrotes y azuzándola contra un determinado sector de la población. El problema es que el depredador no distingue entre unos y otros y más temprano que tarde, para él todo serán presas que cobrarse.

Lucio Decumio.

05 septiembre 2007

De vuelta, otra vez

Muchas cosas vuelven tras el verano. Los coleccionables más absurdos, los niños al colegio, los menos niños al instituto y a la universidad, los que trabajan a su trabajo y por último, algún antiguo "bloguero" a su envejecida y oxidada costumbre de escribir con cierta asiduidad en el pequeño espacio cibernético que un día creó, hace ya demasiado tiempo.

Confieso que he estado especialmente indolente durante los últimos meses, a la hora de aporrear el teclado con mi habitual soltura. Varias han sido las causas y como fórmula para purificar mi espíritu, las haré saber en las siguientes líneas.

La última entrada en mi blog data de Febrero de este año. Desde entonces, no pocos han sido los cambios y los problemas que mi vida ha ido experimentando. Desde aquella lejana fecha hasta el mes de Junio, mis compromisos laborales, bien relacionados por otra parte con el mundillo de la política y la comunicación, me obligaron a abandonar, muy a mi pesar, mi empeño comunicativo a través del ciberespacio.

Una vez concluidas mis tareas, con notable éxito por otra parte, hube de enfrentarme por enésima vez a lo largo de mi carrera profesional, a la injusticia, al desafuero y a la arbitrariedad. El cúmulo de atropellos fue de tal magnitud, que di de nuevo con mis huesos en las oficinas de empleo, o de desempleo, según se mire.

Aprovechando la llegada del estío y un más que seguro descenso de actividad en los departamentos de recursos humanos, decidí enfrascarme en una pequeña aventura idiomática. Me matriculé en un curso intensivo de inglés, que consistió en compartir mesa, mantel, conversaciones y experiencias durante una semana, con 23 personas de habla inglesa en un pequeño, olvidado y apartado villorrio de la provincia de Soria.

Por alguna razón que se me escapa -o quizás por muchas-, mi porcentaje de aciertos a la hora de atinar con las mejores rutas para dirigir mi carrera profesional o mi vida sentimental, es preocupantemente bajo. Sin embargo, doy por bien empleada la inversión realizada en esta convivencia, pues al margen del fuerte impulso que he experimentado a la hora de entender y hacerme entender en la lengua de Jessica Alba y Scarlett Johansson, he conocido a gente realmente maravillosa.

Reconozco que una vez finalizada mi estancia en Valdelavilla, la morriña me pudo durante unos días. Hasta que me marché, un año más, a disfrutar de unos días de asueto y diversión a la Feria de Málaga, lugar totémico para quien esto escribe, pues allí la fiesta está asegurada, la gente es extraordinaria y las mujeres, de bandera.

Ha llegado Septiembre y es hora de centrar mis esfuerzos en volver al mercado laboral en las mejores condiciones y en el plazo más breve posible. No estamos precisamente en un momento de nuestras vidas en el que podamos permitirnos el lujo de contemplar el paso de los minutos, las horas y los días como si fuéramos adolescentes. Espero que esta vez sí, la suerte esté por una vez y sin que sirva de precedente, de mi lado.

Lucio Decumio.

26 febrero 2007

Ocho manifestaciones

Panorámica de la Plaza de Colón durante la manifestación del día 3 de Febrero. La instantánea recoge el momento en que miles de globos se elevan hacia el cielo de Madrid, como símbolo de libertad frente a la ignominia, la deshonra y la indignidad demostrada por Zapatero en sus pactos con ETA.

Son el número de convocatorias que han realizado los colectivos de víctimas del terrorismo o asociaciones cívicas, para reclamar al Gobierno de Vichy que muestre un poco de dignidad y de sentido de la decencia, deje de colaborar abiertamente con los terroristas de ETA y los persiga a ellos y no a sus víctimas.

ZPetain y los suyos siguen haciendo oídos sordos, básicamente porque no pueden ni quieren hacer otra cosa. Su futuro político, así como su pasado más reciente y tenebroso, está indisolublemente unido al de la banda asesina ETA, que nadie lo dude. Con el tiempo, con el paso de mucho tiempo, terminará demostrándose. Si después de haber sacado millones de personas a las calles, si después de haber demostrado una caballerosidad, una dignidad y una compostura a la que jamás se aproximarán bardemes, llamazares y zerolos cuando convocan a unos cuantos miles de acérrimos para hacer un poco de ruido cultureta y antisistema, si después de todo eso, el Gobierno colaboracionista sigue en sus trece y sigue guiñando seductoramente sus ojos a las damiselas batasunas, no puede haber más dudas, no puede haber más vacilación en las mentes más preparadas.



Vivimos bajo la égida de un gobierno de coalición PSOE-ETA. Por si las indicaciones previamente realizadas significarán aún poco, puedo añadir a las mismas, los comentarios de ese infecto portavoz del PSE en el Parlamento Vasco, glosando los padecimientos de los asesinos y de sus familias. Más mendacidad, ruindad y mezquindad es difícil que puedan reunirse en una sola intervención. Claro que para superar esos límites, ya está el gran mariscal apaciguador, quien suele dejar a la soldadesca socialista a la altura del betún, cuando de elogiar sin titubeos a los representantes del submundo abertzale se trata.

El día 24 estuve en la concentración de víctimas del terrorismo. Como estuve en la del día 3 de Febrero y como también formé parte de anteriores manifestaciones. El tono firmemente reivindicativo y de protesta contra el Gobierno por sus vejaciones a las víctimas y sus cameos con los terroristas, apenas ha variado. Lo que sí ha cambiado sustancialmente es la carga patriótica que ha revestido a cada una de ellas. En las primeras podían verse un gran número de banderas españolas, pero en las últimas, ¡¡Dios mío!! en las últimas uno podía imaginarse al borde de una playa y estimar sin temor a equivocarse, que el mar que tenía enfrente era rojigualda.

Particularmente me quedé asombrado hace unas semanas, cuando la manifestación transcurrió entre Colón y Cibeles. Cuando llegué a la altura de la mitológica fuente, pensé que los discursos y las intervenciones habían acabado. Me marché y no tuve la oportunidad de que los acordes de la Marcha Real resonaran en mis tímpanos e hicieran vibrar mi alma.

Me prometí a mí mismo que no me sucedería lo mismo en la siguiente. Esta vez, tras unas estremecedoras intervenciones de algunas de las víctimas -destacar la de Toñi Santiago, madre de Silvia, la niña de 6 años asesinada en Santa Pola en 2002-, el cielo de Madrid se encargó de recoger y transmitir las notas de "La muerte no es el final", una melodía que hace que las palabras se te queden pegadas a la garganta y que los ojos se hundan entre lágrimas, como un guijarro se hundiría en un pozo.

Y tras la música de Cesáreo Gabaraín Azurmendi, compositor de tan nobles estrofas, el Himno Nacional, acompañado de un inabarcable llanura plagada de espigas coronadas en amarillo y bermellón, hizo temblar los corazones de todos los presentes.

Escuchar el Himno Nacional rodeado de miles de compatriotas que enarbolan emocionados y orgullosos la bandera de su Nación y que le dicen bien alto y bien claro al Gobierno de la misma, que se avergüenzan de ellos y que rechazan desde lo más profundo sus conchabeos con los asesinos, da alas a la esperanza e insufla ánimos y fuerzas para continuar bregando por la libertad de todos los españoles, por la pervivencia de España y por la dignidad, la memoria y el respeto a los que dieron su vida por su país.

Lucio Decumio.

15 febrero 2007

Varias cosillas

La pequeña imagen se comenta por sí sola, aunque también cabe añadir algunas otras variables, como 11-Manipulación.


En la España actual, víctima de un Gobierno taimado, traidor y embustero, es imposible que los analistas, los columnistas y los editorialistas que pretenden evaluar y comentar la sucesión de disparates y perfidias cometidas por todos y cada uno de los integrantes del Ejecutivo, así como de sus aliados parlamentarios, mediáticos y judiciales, den abasto.

Ni soy analista, ni editorialista, ni columnista. Únicamente, un ciudadano cada vez más consciente de que el permanente deterioro de la situación política, no puede desembocar en nada bueno y quién sabe si en algún tipo de tragedia. Y obviamente, tampoco doy abasto.

Alguien que quisiera glosar y analizar la abrumadora cantidad de informaciones que arroja la actualidad, todas ellas en grave sentido negativo para los intereses de la Nación y de sus ciudadanos, terminaría en un sanatorio mental. Así que únicamente, hablaré hoy de tres de ellas, aunque bien podrían ser tres mil.

1/ Y más importante. Ha empezado el juicio contra los principales encausados por los atentados del 11 de Marzo de 2004. Sigo con atención todas las informaciones que han ido apareciendo en los medios independientes y que poco a poco, van apuntando hacia las hipótesis más tenebrosas que cupiera imaginar. Aunque servidor, ya las había imaginado hace tiempo y a comentarios anteriores me remito. Sin embargo, no comparto el optimismo de algunos, como Luis del Pino y sus peones negros, cuando estiman que el castillo de naipes está a punto de derrumbarse. Aunque los responsables del atentado, que como bien dijo Aznar, no se encontraban en lejanas montañas asiáticas, lo edificaran con notables defectos, que nadie dude en que su empeño por mantenerlo en pie será cada vez más furioso y peligroso. Mucho cuidado con ellos.

2/ El episodio de los ilegales hindúes del "Marine I", es la demostración perfecta de que los socialistas, a muy poco que se lo propongan, son capaces de elegir siempre la peor de las opciones posibles para resolver un problema que habitualmente, ellos mismos han creado o impulsado. Que países como Mauritania, Guinea Conackry o Senegal, auténticos pozos de miseria, corrupción y nepotismo, nos tomen el pelo y el dinero una y otra vez con este tipo de asuntos, debería servir para que el rebaño de becerros que vota por que sí a estos incompetentes, se despertara de una vez de su letargo. Pero como tantas veces digo, es de tal magnitud su dominio mediático, que incluso bochornosos esperpentos como éste, les salen gratis.

3/ La sentencia del Supremo rebajando la pena por amenazas terroristas a De Juana, es otro capítulo realmente pasmoso. Yo lo veo así. Un escualo que ha asesinado a sangre fría a 25 personas y que está a punto de salir de la cárcel tras abonar la módica cantidad de 18 años de su pestilente vida por el total de sus crímenes, se envalentona y profiere las habituales amenazas a las que nos tienen acostumbrados los de sus especie. La Justicia, ante el mayúsculo escándalo que se desencadena entre la opinión pública, toma cartas en el asunto y obliga a la bestia a pasar otros 12 años a la sombra.

Pero hete aquí que al cabo del tiempo, las presiones del Gobierno colaboracionista de Zapatero surten efecto, no sobre la Audiencia Nacional, que obvia la chantajista e inusualmente calórica huelga de hambre del depredador, pero sí sobre el Supremo, que se apiada de quien no tuvo el mínimo atisbo de compasión por sus víctimas y le pone virtualmente de patitas en la calle, pues no considera que las coacciones verbales por las que fue condenado a aquellos doce años adicionales, sean amenazas terroristas en pureza. Curioso. Un terrorista convicto, confeso y no arrepentido, amenaza con volver a matar en cuanto ponga sus sucias pezuñas en la calle y los jueces del Supremo, estiman que la pena impuesta por los exabruptos terroristas es excesiva y hay que rebajarla en tres cuartas partes.

Todo ello, convenientemente acompañado por el ensordecedor rugir de no pocos estómagos agradecidos, que pacen entre las cómodas cercas del socialismo gobernate y que claman piedad y conmiseración hacia la figura de un ser sanguinario decidido a sacar ventaja de la simulación y la impostura.

La Ley Natural y la Divina, vueltas del revés por obra y gracia de Zapatero y sus secuaces. Premios para los malos y castigos para los buenos.

Por mi parte, no puedo si no animar sinceramente a de Juana a que termine lo que empezó. La meta está cerca. Ya te falta poco para llegar al lugar en el que todos te queremos ver. No desfallezcas hasta que borres el prefijo al penúltimo verbo de la frase.

P.D. ¿Alguien se imagina a los Romanov haciendo apología del bolchevismo? ¿O a los judíos recitándole unos refinados versos de ciega admiración a sus captores y ejecutores nazis? ¿Alguien es capaz de dar vida en su imaginación a unos cuantos miles de esclavos negros del Sur de los Estados Unidos, vistiendo ilusionados y jacarandosos el uniforme de la Confederación? No, ¿verdad? Pues ese era el sentido de la denuncia de Pepiño Blanco contra el Foro de Ermua, por unas supuestas rimas que según este tipo grotesco y abyecto, se profirieron contra él en la última manifestación de apoyo a las víctimas del terrorismo.

Lucio Decumio.

30 enero 2007

Cuesta abajo, cuesta abajo

Ortega Lara. Símbolo viviente de la resistencia cívica de una sociedad que se niega con todas sus fuerzas a que un Gobierno cómplice y miserable, entregue las llaves de nuestra libertad y nuestra convivencia a una manada de chacales. Memoria, Dignidad, Justicia y Libertad.

Gracias a Dios, Ronaldo ha emprendido vuelo a Milán para no regresar jamás a Madrid, salvo para celebrar alguna que otra fiestecilla con el clan brasileño del Real, en alguna discoteca o bar de copas de moda de la capital. Que tanta paz lleve como descanso deja.

La brutal inversión de valores morales, democráticos y políticos en la que estamos inmersos desde que Zapatero accedió al poder, ha desgranado hoy un nuevo episodio que desgraciadamente, no tiene visos de ser el último ni mucho menos, el peor.

Es triste pero es así. El histórico de este personaje de falsaria sonrisa y verbo impostado, que navega entre la abyección más vil y la ignorancia más asombrosa, nos asegura que el nauseabundo entreacto protagonizado hoy por la terminal vasca del PSOE en el Parlamento Autónomo, no será el epílogo de tanta y tan lacerante malicia, de tanta y tan sangrante protervia.

¿Cómo se puede caer tan bajo? Y sobre todo ¿cómo se puede seguir deseando con todas las fuerzas y energías posibles, caer más abajo todavía?

Fácil y sencillo, como dicen en Bricomanía. Tienen un colchón mediático que todo lo amortigua y 25 años de hiperlegitimación moral que aún les sirve de parapeto y blindaje para cometer fechorías como la de debatir a petición del PCTV, una moción de urgencia en el Parlamento Vasco para excarcelar a De Juana, mientras que en el Parlamento Nacional, instalan un "cordón sanitario" para evitar debatir cualquier propuesta sobre política antiterrorista que provenga de los bancos de la Oposición, de la única Oposición que hoy por hoy existe en España. El Partido Popular.

Una felonía que como tantas otras, jamás se habrían atrevido a llevar a cabo si viviéramos en un país normal, en el que a la gente no se le hubiera desactivado el espíritu crítico a través de una educación ramplona y falaz y unos medios adictos hasta la náusea. Un aquelarre político de la más baja estofa que, de existir un mínimo equilibrio de fuerzas periodísticas y sobre todo audiovisuales entre las dos mitades ideológicas de España, jamás habría encontrado el camino expedito para su plasmación en la realidad.

Desde hace años, advierto y denuncio que nos encontramos en una época oscura y tenebrosa, en la que unos gobernantes sin ética y sin escrúpulos, impulsan a millones de personas a bordear el abismo de la confrontación fratricida y de la esclavitud conceptual y filosófica, al tiempo que son capaces de convencerles con mil arrumacos y carantoñas, de que en lugar de caminar por el filo del acantilado, se encuentran paseando entre verdes praderas y frondosos bosques.

Lucio Decumio.

29 enero 2007

¿A que todavía nos quedamos con Ronaldo?

Ronaldo. Un caradura millonario y consentido que encarna como ningún otro, los peores vicios de una etapa futbolística prescindible y fastuosa que para su desgracia, ha acogido en su seno durante los últimos años, la más grande institución deportiva de la Historia.

Un pequeño paréntesis deportivo, lógicamente relacionado con el Real Madrid, en medio de tantas, tan profusas y tan confusas -especialmente las que llegan desde el Gobierno, sus aliados y sus terminales mediáticos- informaciones sobre la realidad política de la Nación.

Acabo de leer con espanto, pasmo, terror, pavor, pánico y cualquier otro sinónimo imaginable que pueda añadirse, que Ronaldo aún es jugador del Real Madrid y que todavía no se ha cerrado su traspaso al Milán -para mí, siempre ha sido Milán, no Milan-.

Es una pésima noticia que espero que torne con el paso de las horas, hacia un desenlace más feliz para todo el madridismo. Particularmente, es mi ferviente deseo que este sinvergüenza malcriado, este niño caprichoso de 30 años, este juerguista impenitente, este gran futbolista que se ha deslizado desde sus primeros años como profesional por la pendiente de la holgazanería y el hedonismo, abandone definitivamente el Real Madrid.

Es un imperativo deportivo y económico, pero sobre todo moral, afirmación que sostengo en el hecho, innegable a mi juicio, de que su estancia en el Real Madrid ha sido sinónimo de desidia, vanidad, haraganería y dejadez, defectos que en modo alguno son compatibles con las extraordinarias cualidades humanas y deportivas que han forjado y formado la historia más gloriosa del fútbol mundial.

Adicionalmente, la llegada en 2002 del delantero brasileño al Real Madrid, significó en mi opinión y en la de muchos, el principio del fin de una época dorada, plagada de encuentros memorables que regados con títulos de relumbrón, permitieron reverdecer los marchitos laureles, al menos europeos, del mejor club del siglo XXI. Su presencia, agresivamente indolente, rompió la armonía de un vestuario comprometido con el engrandecimiento aún mayor del club.

Ronaldo aún tiene muchos defensores. Es fácil tenerlos cuando ganas miles de millones de pesetas al año y puedes destinar un puñado de ellos a comprar las voluntades y las plumas de algunos periodistas deportivos de cámara, que se esfuerzan -con bastante éxito, por otra parte- en alabar las virtudes futbolísticas de un tipo que mientras tanto, no tiene empacho alguno en rebosar kilos y soberbia infantil por donde va.

Evidentemente, la culpa de la deriva emprendida por el Real Madrid entre los años 2002 y 2003 y que desgraciadamente, aún se encuentra en su fase aguda, no es exclusivamente achacable a la figura de Ronaldo. Pero sus enrabietados comentarios acerca del público que no comulgaba con las columnas laudatorias de sus reporteros a sueldo y que le reprochaba su desidia en el campo, su falta de solidaridad con los compañeros, su espíritu antojadizo y su nulo compromiso con el club que le pagaba una fortuna, han ayudado muy mucho a que las grietas de la gran nave, se agrandaran.

Lucio Decumio.

28 enero 2007

Ver la paz en España

Aunque el comentario de hoy habla sobre los objetivos de Zapatero y de su inquietante política tendente a cambiar de régimen y a anular al Partido Popular con la ayuda de los terroristas de ETA, algún día hablaré sobre el destino de la XIII Legión durante la Guerra de las Galias. ¿A qué vienen los romanos en este comentario? Muy sencillo; la claudicación y la cobardía frente a los matones, siempre termina arrojando resultados trágicos y desgarradores.

Esa es la frase que no se le cae de la boca al infando Presidente del Gobierno que nos ha tocado en suerte. Toda su acción, todo su esfuerzo y todo su empuje político, se dedican en exclusiva a conseguir la paz en España.

No hay nada en su agenda que relegue a un segundo plano, el primordial e inaplazable objetivo: la consecución de la paz en España. Noble empeño, si de verdad estuviéramos hablando de que en nuestra querida Nación, vivimos en un estado permanente de guerra, pues no otra cosa significa la paz, sino la ausencia de conflicto bélico entre dos partes.

Para aquellos que estamos convencidos de que contemplamos la realidad tal y como es y que en España no hay enfrentamiento armado alguno desde 1939, este afán, este ansia infinita de paz del Presidente del Gobierno, nos resulta especialmente pegajoso, molesto e irritante.

Sin embargo, con el transcurrir de los meses y los años, las frases que ha ido desgranando el sujeto, así como el cariz de sus distintos actos y decisiones, me han puesto sobre aviso y poco a poco, creo haber entendido, al menos superficialmente, los mecanismos mentales que pone en marcha este tenebroso personaje, cuando repetida y fastidiosamente, habla de lograr la paz en España.

Todo parte de su ignorancia infinita y de su oceánico rencor, eso es obvio. Un tipo que se empeña en llamar accidentes mortales a los atentados terroristas que dejan tras de sí un reguero de muerte, sangre y destrucción, debe estar especialmente acostumbrado a nadar entre el analfabetismo funcional y la más enquistada inquina contra sus rivales políticos.

A través de esa incompetencia mental y ese odio acervo, Zapatero enlaza, junto a otros tan necios y resentidos como él, con el conflicto fratricida que desangró a España entre 1936 y 1939. Zapatero no ha dado por terminado aquel lóbrego episodio de nuestro pasado y por supuesto, no ha aceptado la derrota del régimen semi-golpista, corrupto, anti-nacional, sectario y criminal que instauró el Frente Popular en Febrero del 36. Régimen del que formó parte activa, como no podía ser de otra forma, el PSOE.

La paz que busca Zapatero, no sólo es la paz de los cementerios, la paz que implique el aniquilamiento social de las víctimas de ETA, la paz que anule la voluntad democrática de la mitad de la población española y la paz que se lleve por delante la libertad y el Estado de Derecho, en aras de un régimen filo-bolchevique y neo-soviético.

No, no es sólo eso. La paz de Zapatero es, traducido al román paladino, el desquite del PSOE, de ERC, del PNV y del Partido Comunista, contra la media España que se enfrentó a todos ellos y les derrotó en el 39. Zapatero busca la paz, porque en pleno uso de sus facultades esquizofrénicas, él, su partido y sus socios, continúan embarcados mentalmente en una guerra que no darán por terminada hasta que den a la Derecha, su correspondiente merecido.

Para lograrlo, precisan del apoyo de los criminales de ETA, unas alimañas que han demostrado a lo largo de más de 40 años, su inquebrantable voluntad asesina, totalitaria y traicionera. Mediante la cesión constante y las políticas de apaciguamiento que han puesto en marcha ante el hatajo de sicarios, Zapatero estima que podrá enarbolar ante la opinión pública, la bandera de la paz definitivamente conseguida bajo su mandato y ello, pese a la obcecada y contumaz oposición de la Derecha social y política, ese grupúsculo de diez o doce millones de radicales extremistas.

Un objetivo que ha sido repetidamente denunciado en estas páginas en los años 2004, 2005 y 2006 y que seguirá siéndolo durante 2007. El cese de las actividades terroristas obtenida a partir de la claudicación y la entrega del cadáver del Estado de Derecho a los nacionalistas vascos y el ataque sistemático y repetido contra el PP y su base social, centran todos sus esfuerzos al margen de cualquier otra consideración, pues Zapatero estima que si logra llevar a buen puerto ambos e infaustos buques, habrá ganado la guerra del 36 y habrá conseguido, esta vez sí, la verdadera y única paz posible. La suya y la de los suyos.

Lucio Decumio.

18 enero 2007

El final de la Segunda Guerra Mundial (segunda parte)

Pilotos de la RAF, se dirigen a sus aviones de combate en un momento de la Batalla de Inglaterra, en 1940. Lo que cuento en las líneas que siguen y en las del comentario precendente, es, obviamente, Historia-Ficción. Posiblemente, haya datos y fechas que no sean demasiado correctos. Tampoco me importa, al menos en estos momentos, pues he redactado estos párrafos en cuestión de un par de días y un ejercicio de estas características, merece una profundización científica como Dios manda. Sin embargo, creo que he conseguido el objetivo que me proponía, que no era otro que emplear los últimos meses del conflicto, cambiar su sentido histórico y ofrecerlo como metáfora de la situación actual en la que se encuentra España y que podría vivir en un futuro no lejano.

Gracias al respiro que han conseguido en el Oeste, la Wehrmacht logra contener el avance soviético procedente del Este y estabiliza las posiciones del frente, hecho que le permite ganar unas semanas preciosas para fortalecer su retaguardia. El 10 de Abril, la Inteligencia Británica confirma las cifras del rearme nazi y constata la voluntad de Hitler de reemprender las hostilidades en cuestión de días, una vez que el otrora poderoso ejército alemán, ya ha recompuesto cerca de 40 divisiones acorazadas y otras tantas de infantería y de caballería, mientras que la Luftwaffe ya ha puesto en servicio la miríada de nuevos y modernos cazas que le ha suministrado la industria de guerra.

El 12 de Abril, fallece el Presidente de los Estados Unidos, que es sustituido por el Vicepresidente, Harry S. Truman. Éste, que nunca estuvo de acuerdo con la política de apaciguamiento emprendida en los últimos tiempos por su antecesor, se reafirma en su acuerdo de colaboración con los británicos y declara rota la tregua firmada por Roosevelt con los nazis. Es demasiado tarde. El día 13, 40 bombas volantes V2, provistas de pequeñas pero mortíferas cargas atómicas, despegan de sus silos e impactan en otros tantos acuartelamientos soviéticos instalados en Polonia y Ucrania. El ataque produce 500.000 bajas al Ejército Rojo, ante el estupor y el pánico de los aliados y del mismísmio Stalin.

Ante la magnitud del desastre, Truman y Churchill se reúnen de urgencia en Dublín el día 14 y planean un asalto aéreo masivo sobre Alemania, que tendrá lugar en menos de dos semanas y que habrá de reducir a escombros tanto la industria de guerra alemana, como el nuevo, moderno y poderoso ejército nazi. La acumulación de bombarderos y cazas de escolta comienza al día siguiente, pero el 16, Hitler ordena un ataque con misiles contra Inglaterra. Manchester, Liverpool y Portsmouth son los objetivos. El día 17, las tres ciudades británicas han quedado reducidas a escombros y se han perdido 350.000 vidas en el ataque.

Hitler sabe que está jugando con las cartas del ganador y exige a los aliados la rendición sin condiciones y el repliegue de las divisiones británicas, soviéticas y norteamericanas, a sus respectivos acuartelamientos. Stalin intenta un último ataque contra el Reich y concentra el 22 de Abril, 150 divisiones de infantería y carros en la frontera germano-polaca, en un tiempo récord. La idea es entrar a marchas forzadas en territorio del Reich, hecho que según en Alto Mando soviético, evitará un nuevo ataque nuclear contra el Ejército Rojo. Una vez dentro de las fronteras alemanas, debería bastar la superioridad numérica del gigante comunista, para aplastar definitivamente al enemigo.

La Inteligencia alemana descubre la formidable concentración militar y a Hitler no le tiembla el pulso. El día anterior, 21 de Abril, ha ordenado el definitivo exterminio de todos los judíos encarcelados en los campos de concetración. Está ufano, se siente invencible y lanza 1.500 cazas de la Luftwaffe contra las columnas bolcheviques antes de que éstas crucen la línea Oder-Niesse, para proteger desde el aire, el lanzamiento de otras 60 bombas V2. La mortandad entre las tropas soviéticas alcanza cifras de espanto, mientras que el luctuoso episodio pasa a la Historia, como el Día del Millón de Muertos.

La Unión Soviética se ve impotente ante semejante demostración de fuerza y firma su rendición ante Alemania el 23 de Abril de 1945. Las escasas divisiones soviéticas que no han sido reducidas a cenizas en los últimos días, se repliegan a sus acuartelamientos en Rusia, Ucrania y Bielorrusia y dejan todo el Este de Europa expedito, para que Alemania se vuelva a apoderar de él en cuestión de semanas.

Por su lado, Churchill y Truman, que maldicen un día sí y otro también la absurda pusilanimidad de Roosevelt, que ha dado poderosas e invencibles alas al águila alemán, se debaten entre continuar concentrando a su gran flota aérea en tres lugares secretos de Gran Bretaña o en arrojar definitivamente la toalla, antes de que el Führer vuelva a ordenar un ataque nuclear contra poblaciones civiles del Reino Unido y quién sabe si de Francia, para forzar la definitiva rendición de los aliados.

Por el momento, han decidido mantener a sus ejércitos en territorio alemán, lugar en el que saben que estarán a salvo, al menos de las mortíferas bombas nucleares del Reich. Así es, pues Hitler no desea amartillar su propio territorio con las V2, pero la rendición del Ejército Rojo, permite concentrar a la Wehrmacht todos sus esfuerzos en el Oeste y entre el 26 de Abril y el 4 de Mayo, tiene lugar la Gran Batalla del Rhin. A lo largo de más de 150 kilómetros en la orilla occidental del gran río, las nuevas divisiones acorazadas alemanas atropellan a los Ejércitos comandados por Patton, Eisenhower y Montgomery. Los dos últimos, pierden la vida en los combates, mientras que el antiguo y bravo alumno de West Point, es el encargado de rendir a los últimos 230.000 combatientes americanos, británicos, canadienses y franceses que quedan en suelo alemán.

La guerra ha dado un giro absolutamente inesperado en cuestión de tres meses. De conquistar decenas de pueblos y ciudades alemanes cada día en el mes de Enero sin apenas oposición, los aliados han pasado a una sucesión de humillantes derrotas, que han aumentado sus bajas, entre muertos y heridos, entre civiles y militares, en cerca de tres millones de personas.

El Primer Ministro Británico y el Presidente de los Estados Unidos, que han esperado al desenlace final de los combates a orillas del Rhin para tomar una decisión sobre el ataque aéreo masivo, están al borde de la desesperación. Afortunadamente, los servicios de inteligencia aliados informan de que los alemanes, enfrascados y entusiasmados en la formidable batalla del Rhin, no han detectado los movimientos en los aeródromos ingleses. De este modo y a pesar de las pérdidas humanas que les ha infligido los nazis en la última batalla, Churchill y Truman deciden jugar su última carta, antes de que Europa y el mundo queden a merced de la locura y de las ambiciones hitlerianas.

El día 6 de Mayo, entre las 04.00h y las 06.00h, 1.700 bombarderos y 3.900 cazas, despegan desde tres grandes aeródromos del Sur de Inglaterra, en la mayor operación aérea de combate que ha conocido la Historia. Se dirigen a más de 20 ciudades alemanas, así como a 15 acuartelamientos y bases de la Wehrmacht y de la Luftwaffe. A las 06.25h, los radares alemanes detectan la llegada de los primeros escuadrones, ponen en alerta a sus aviones y en marcha sus defensas antiaéreas.

El sacrificio de las tripulaciones aliadas no es baldío. Pese al gran número de bajas que los modernos cazas alemanes provocan entre los Mustang americanos y los Spitfire británicos, éstos imponen su superioridad numérica y permiten que los bombarderos alcancen sus objetivos en la mayor parte de los casos. Sobre la Alemania nazi, se desencadena un auténtico Holocausto, que provoca más de 1.800.000 muertos en cuestión de dos horas y la destrucción de todo el tejido industrial y de comunicaciones del país. Berlín, Sttugart, Hamburgo, Dresde y Colonia han quedado laminadas de la faz de la Tierra, la Luftwaffe pulverizada y la Wehrmacht, diezmada en sus cuarteles.

Ya sin oposición aérea ni antiaérea, los aliados lanzan una segunda oleada de ataque, entre las 11.00h y las 13.00h. Esta vez, los objetivos, aparte de otras siete ciudades alemanas, son las bases donde presumiblemente se encuentran las temibles bombas volantes V2. Otros 900 bombarderos aliados arrojan sobre suelo alemán, miles de toneladas de explosivos, reduciendo a escombros los últimos cuarteles, industrias y poblaciones de más de 100.000 habitantes del país.

Definitivamente convertida en un erial, Alemania firma su rendición a través de la figura del Almirante Dönietz, el 9 de Mayo de 1945, tras el lanzamiento el día 8 sobre Berlín, de dos divisiones paracaidistas americanas que se han hecho con el control de las ruinas de la capital del Reich. El tumultuoso final del conflicto se ha llevado por delante las vidas de más de seis millones de personas, en un lapso de tiempo inferior a cuatro meses. De Hitler no hay noticias, aunque todo parece indicar que junto a su Alto Estado Mayor, se ha quitado la vida en el búnker de la Cancillería el mismo día 8 de Mayo, al contemplar el descenso de los primeros paracaidistas americanos sobre las calles de Berlín.

Las concesiones de Roosevelt a la bestia nazi le han salido muy caras a los aliados y a los alemanes. Europa tardará más de cuarenta años en recuperarse de las cicatrices físicas y psicológicas que han dejado los últimos meses de combates, mientras que la radiación de las cabezas nucleares empleadas por los nazis, provocará decenas de miles de muertos a lo largo de las siguientes décadas en el Reino Unido, Polonia, Rusia, Ucrania y buena parte de la misma Alemania. Sin embargo, el sacrificio de tantas vidas ofrece a los dirigentes continentales y mundiales, un revelador panorama acerca de los resultados que ofrecen las iniciativas entreguistas y apaciguadoras, frente a las pulsiones violentas de algunos cabecillas políticos.

Lucio Decumio.

El final de la Segunda Guerra Mundial

Stalin, Roosevelt y Churchill. No he encontrado una foto de los dos últimos juntos, aunque las habrá a millares. Podría haber recortado al exterminador bolchevique, pero estaba en esa imagen y eso hay que respetarlo.

Escuchando a Rodríguez Zapatero el otro día el debate sobre política antiterrorista en el Congreso, me vino a la cabeza un episodio histórico que transgredido y luego trasladado a la actualidad, cobra una vigencia realmente sobrecogedora.

Imaginemos por un momento que nos encontramos en el año 1945, aproximadamente en el mes de Enero. Excluyamos momentáneamente a los soviéticos del panorama, aunque su intervención en aquellos momentos, fuera necesariamente decisiva.

Americanos y británicos saben positivamente que van a ganar la guerra que sostienen contra la Alemania nazi desde hace cuatro años los primeros y seis los segundos. Desde el exitoso desembarco de Normandía, su avance por los campos de batalla de Francia, Bélgica y ahora la propia Alemania, es imparable. La tenaza se completa con el avance realizado por Italia y por la presión ejercida desde el Este por el Ejército Rojo. De repente, Adolf Hitler propone una tregua a Roosvelt, quien entra en una fase de dudas y decide que pese a que el Führer no se ha rendido, hay que negociar con él.

Churchill, que no cabe en sí de asombro, le mira atónito y no da crédito. "Pero Franklin -protesta el viejo fumador de puros- si esto está ganado. Esto es una tregua trampa. Tú y yo sabemos que sólo nos hacen falta un par de meses más de combates y entraremos victoriosos en Berlín. Para Mayo como muy tarde, la pesadilla habrá terminado".

Pero Roosvelt no está convencido de la victoria que tiene al alcance de la mano, no hace caso de las quejas de su amigo Winston y envía a sus emisarios a dialogar con los ministros nazis. Los negociadores americanos escuchan atentamente a los oficiales alemanes, quienes proponen a los seguros vencedores de la guerra, poder conservar las fronteras anteriores a 1938, hacer la vista gorda con los más sangrientos criminales de guerra, la anexión definitiva de Austria y la más que posible y definitiva incorporación de los Sudetes y de buena parte de Checoslovaquia y Polonia al territorio del Reich. Todo ello a cambio del cese de los combates.

Roosvelt considera acertadas y aceptables las condiciones de la tregua y el 8 de Febrero, ordena que las divisiones americanas y británicas detengan su avance por territorio alemán. Mientras, al viejo león está a punto de darle una apoplejía en Londres y a través del teléfono, vuelve a rugir en el oído de su ya antiguo aliado: "Pero si por esas razones, por esas anexiones y por esas presiones nacionalistas, empezamos esta guerra. ¿Hemos derramado la sangre de miles y miles de soldados de mi país y del tuyo para que al final, Alemania se lleve lo mismo que tenía antes de empezar el conflicto? ¿Y además, cuando ya estaba derrotada y humillada? ¿Pero es que te has vuelto loco, Franklin?

Pero Roosvelt hace oídos sordos a las naturales objeciones de Churchill y sólo sabe hablar de que sus razones tendrían los alemanes para desencadenar el conflicto y que ya ha llegado el momento de alcanzar la paz. Estima que si logra un armisticio inmediato con Hitler, nada ni nadie evitará que pueda presentarse ante el mundo, como el hombre de las buenas palabras y las mejores intenciones, que dio por finalizado el conflicto más sangriento de la Historia de la Humanidad.

Esas constantes menciones a la paz que hace Roosvelt ante la opinión pública de su país, terminan por calar en los cansados oídos de los ciudadanos norteamericanos que ya están hastiados del conflicto. Por ello, buena parte de la opinión pública de los Estados Unidos, se decanta por un final dialogado del enfrentamiento. Ya corre el mes de Marzo de 1945 y Churchill, que insiste en reanudar inmediatamente las operaciones hasta aplastar a la serpiente, empieza a ser presentado por su antiguo socio como un hombre cerrado al diálogo, que sólo sabe vivir en pie de guerra y que quiere continuar el conflicto a toda costa por exclusivas motivaciones personales.

Los alemanes, que todavía no se creen la bicoca que les ha caído, aprovechan para tomar aire y poner en marcha de nuevo sus desvencijadas factorías de armamento. El 20 de Marzo, tras cuarenta días de tregua, Churchill advierte a Roosvelt de que sus enemigos han conseguido fabricar desde que diera comienzo la tregua, más de 2.000 nuevos carros de combate Tiger II -los más mortíferos y certeros de la época-; han puesto en servicio cerca de 1.000 nuevos cazabombarderos a reacción ME-262; han logrado hacerse con millones de toneladas de petróleo procedente del Mar del Norte y lo más importante y amenazador de todo, han construido cerca de 300 bombas volantes V2 mejoradas, capaces de montar pequeñas cabezas nucleares y alcanzar sus objetivos a más de 2.500 kilómetros de distancia.

Sigo mañana.

Lucio Decumio.