30 noviembre 2003

Tragedias en Mesopotamia

Uno ya no sabe qué pensar, ni, como dice mi madre, a qué carta quedarse. Hace ya muchas semanas que advertí en este mismo "blog" de que la estabilidad y la seguridad en Irak, tras el triunfo de las tropas anglo-norteamericanas sobre el decrépito ejército de Sadam, iba a ser asignatura más complicada de aprobar por parte de los mandos de la coalición. Y han fracasado. Hasta la fecha, la zozobra de los responsables de las operaciones sobre el terreno, así como de las autoridades políticas encargados de coordinarlos, ha sido manifiesta.

Y eso me duele, me entristece y me enoja a partes iguales. Yo siempre he apoyado la intervención, como postrer fórmula que permitiera la eliminación política del sangriento y despótico régimen del partido Baaz, encarnado en la figura de su cruel líder, Sadam Hussein. Pero así como he expresado en numerosas ocasiones mi defensa del uso de la fuerza como recurso de urgencia para acabar con el dictador y liberar al pueblo iraquí, también he expuesto no pocas veces, mis más que razonables dudas en torno a las razones últimas que encaminaron a Bush y Blair, secundados por Aznar y Berlusconi, a aprobar una intervención militar que desencadenó un grave seísmo en el marco de las relaciones diplomáticas internacionales y que teóricamente, buscó su justificación inicial en la existencia de peligrosos y abundantes arsenales de armas de destrucción masiva que amenazaban e inquietaban por igual a potencias regionales y mundiales.

Esa justificación inicial a la que hacía mención previamente, al no verse plasmada en la realidad, dio paso con el transcurrir de los meses a nuevas excusas que tuvieron la misión de echar un manto de tierra sobre las anteriores y seguir disculpando la necesidad de que las tropas occidentales continuaran acampadas en aquellas lejanas tierras.

Hace poco, creo que tras el asesinato de los 19 carabinieri italianos en Bagdad, insistí en la posibilidad de que de una vez por todas y visto el peculiar modo de los musulmanes de entender la vida, la sociedad y la política, Occidente acelerara el proceso de retirada de Irak, en beneficio de los soldados que allí se juegan la vida a diario y en vista del enconamiento de la situación.

Sin embargo hoy, tras el cruel atentado que ayer le costó la vida a siete agentes de la inteligencia española en Irak, debo plantearme la situación desde una doble perspectiva. La primera, es la de que la retirada unilateral de las tropas allí estacionadas, tanto las anglosajonas, como las del resto de países aliados, entre ellos España, al margen de convertirse en vergüenza y oprobio para todo el mundo civilizado, desembocaría en un caos generalizado que convertiría al actual día a día que se vive en Mesopotamia, en una inocente atracción de feria en comparación con lo que podría avecinarse.

A este respecto, considero prioritaria la formación de un gobierno indígena que cuente con los medios suficientes para garantizar un mínimo de control y estabilidad en la zona y eso, es algo que no tiene lugar de la noche a la mañana, sino que requiere de un largo y duro proceso de negociaciones, formación y constitución definitiva. Es decir, que hasta dentro de muchos meses, los ejércitos occidentales, que son en la actualidad los teóricos valedores de la seguridad y la estabilidad social en Irak, no estarán en disposición de abandonar definitivamente sus posiciones y sus responsabilidades y entregárselas a unidades policiales y de seguridad iraquíes.

Al margen, hay por medio una ímproba labor de reconstrucción de sectores vitales para la vida y el desarrollo de un país, como el eléctrico, el petrolífero, el del agua o el de las infraestructuras, que también a fecha de hoy, es de casi exclusiva competencia de los aliados. Hasta que esa labor se dé por terminada, será imprescindible mantener una representación militar nada testimonial en la zona, por lo que en definitiva, podemos estar hablando de varios años, tal vez un lustro.

Y mientras tanto la otra vertiente o perspectiva del problema, que es la que se empeña en percutirnos a diario con su trágico y sangriento martilleo. Soldados norteamericanos abatidos en sus helicópteros o degollados en sus "jeeps", carabinieri volatilizados en sus cuarteles en Bagdad, españoles calcinados y pisoteados en una perdida calzada de las afueras de la capital iraquí...

Como decía al principio, ¿qué hacer? ¿a qué carta quedarse? ¿qué camino elegir? Yo creo que sé cuál será la opción finalmente escogida por los responsables de tomar tal determinación. Pero habrán de ser conscientes del gran tributo que tendremos que pagar todos, empezando por ellos, por no haber sido capaces de prever con nitidez y claridad las consecuencias de nuestras acciones.

Lucio Decumio.

27 noviembre 2003

Del ITER a la Copa América de Vela

Ayer se conocieron los resultados de dos decisiones de distinto calado y ámbito que afectaban directamente a España. De la primera, salimos perdedores. Cadarache, la ciudad francesa situada al Norte de Marsella, será la candidata europea que compita con Rokkasho, Japón y Clarington, Canadá, con el objetivo de albergar el futuro reactor experimental de fusión nuclear, en detrimento de la opción española representada por Vandellós.

A mí, esta noticia no me ha parecido buena, ni mucho menos. Lo que sucede es que los efectos y las consecuencias de que este proyecto científico desembarque en Asia, América del Norte o Sur de Francia y no en España, no se podrán evaluar en su justa medida hasta que hayan transcurrido muchos años, quizá decenios y ello amortigua, junto con al escaso interés por el mundo científico que demostramos los españoles, el negativo impacto mediático que debería tener. El PSOE, Maragall a la cabeza, ha acusado y culpado al Gobierno de que la elección haya recaído en Francia y no en España, debido a la errónea política de alianzas del Ejecutivo.

¡¡Cómo no!! Para no variar, la ramplona oposición socialista con la que contamos en la actualidad, trata de erosionar al Gobierno con los argumentos más peregrinos y demagógicos. Esta tesis descabellada que imputa a la errónea política de alianzas del Ejecutivo, el fracaso de la candidatura de Vandellós, debe tener su fundamento, imagino, en el alineamiento español con las tesis americanas y no con las francesas, alemanas y rusas durante y después de la guerra de Irak.

Asimismo, esa presunta sucesión de errores estratégicos en nuestra política exterior ha debido tener su reciente continuación en las duras críticas manifestadas por nuestro Gobierno contra la Convención Europea -encargada de la redacción de la futura Constitución continental- que, capitaneada por el nefasto Valéry Giscard D'Estaign y atribuyéndose facultades que no le correspondían, intentó variar los equilibrios de poder acordados en el Tratado de Niza, firmado en 2001 por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Al hilo de este asunto, habré de volver sobre él en el futuro, porque aún no está cerrado, dará mucho que hablar y es de vital importancia para nuestro prestigio y nuestra presencia como potencia influyente en la Unión.

Como colofón a esta concatenación de patinazos gubernamentales que han desencadenado la elección de Cadarache y no la de Vandellós, los socialistas también se apoyarán a buen seguro en el rechazo que ha mostrado el Gobierno a la decisión del Ecofin -de la que hablaba largo y tendido ayer- de no sancionar a Francia y Alemania por el elevado déficit público presentado durante el último ejercicio.

Y creo que el PSOE y sus dirigentes tienen razón. Tanto enfrentamiento y crítica a la todopoderosa y endiosada Francia y a su gran aliado del último medio siglo, Alemania, nos ha privado de poder competir en la finalísma por el proyecto ITER con Japón y Canadá. Sin embargo, si los socialistas llaman "errónea política de alianzas" a enfrentar con decisión la demolición del demoníaco régimen de Sadam y sostener una crítica coherente y fundada contra la prepotencia y la soberbia francesas en los casos de la Convención y del Pacto de Estabilidad, allá ellos. Particularmente, yo contemplo con más preocupación sus veleidades y sus flirteos nada disimulados con el BNG en Galicia, con ERC en Catalunya y lo que es peor, con el PNV y Batasuna en muchas localidades del País Vasco.

Y para subrayar el gran compromiso de España y su Gobierno con este proyecto, sólo hay que recordar que hace unos días, José María Aznar prometió que la aportación económica española al proyecto se duplicaría en el caso de ser Vandellós la elegida finalmente. Si eso no era apostar por que este sueño científico acabara en nuestro territorio, que venga Dios y lo vea.

En cuanto al segundo acontecimiento o elección en el que estábamos involucrados, decir que nos fue algo mejor. Valencia fue elegida sede de la próxima edición de la más prestigiosa regata del mundo, la Copa América de Vela 2007, que es, para quien todavía no lo sepa, la competición deportiva más antigua de la Historia Moderna y cuyo origen, es realmente curioso. Al parecer, un aristócrata inglés mandó labrar un trofeo en plata que se pondría en disputa entre las embarcaciones más rápidas de la Royal Navy británica. Enterado de la noticia, un coronel norteamericano mandó construir la goleta más rápida del mundo y con ella se plantó en el Reino Unido para desafiar a la metrópoli. Los orgullosos británicos aceptaron el desafío y la apuesta del militar yanki y dejaron participar al buque norteamericano en la competición.

El resultado: aun no conociendo el recorrido de la regata, pues no fue informada del mismo, la nave americana arribó a la meta con 20 minutos de ventaja sobre la siguiente embarcación. Esa fue la génesis de este certamen que en 2007, con las regatas previas de eliminación que tendrán lugar incluso desde 2004, convertirá a Valencia en centro neurálgico del deporte mundial. Tal vez mis lectores crean que exagero y yo también podría llegar a pensarlo. Pero es que he leído que el impacto económico e informativo de esta competición iguala al de los mismísimos Juegos Olímpicos. Habrá que ver si es así, pero las cantidades económicas que se manejan en futuras inversiones para acondicionar a la capital levantina, así como los empleos que se crearán, parecen dar la razón a los que opinan en ese sentido.

Lucio Decumio.

26 noviembre 2003

De eje a rodillo

Han actuado como los matones del colegio. Cuando las reglas del juego que imponen a los más débiles se vuelven en su contra, las obvian, las evitan y como si ya no fuera con ellos, se enfurruñan y deciden que no quieren seguir siendo partícipes del pasatiempo. Y después de escabullirse cobardemente de las draconianas normas con que gravaron a los demás, pasan como si nada entre una tormenta de críticas más o menos enérgicas de los antaño frágiles, para buscar el mejor modo de retorcer los antiguos métodos y que éstos vuelvan a serles propicios. Tratarán de valerse para ello de su impresionante fuerza, de su poderosa influencia, de su sobresaliente capacidad de intimidación y de su aterrador tamaño y empuje. Pero los pequeños ya no lo son tanto y tienen resortes y patrocinios para hacer valer los preceptos que tanto les costó asumir, que asumieron y que cumplieron a rajatabla.

Hablo de Francia y Alemania, los dos colosos de la Unión Europea, que se han valido de la figura del Ecofin -Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE- para eludir los procedimientos que desde el Pacto de Estabilidad firmado y aceptado por todos los integrantes de la Unión hace unos años, deberían haber emanado para sancionar el incumplimiento de este acuerdo por parte de estas dos naciones. Para quienes no estén del todo al corriente, haré unos breves y muy sucintos apuntes al respecto, pues mis nociones de Economía -Macroeconomía, debería decir- vienen a ser los mismos que pudiera tener el difunto primate "Copito de Nieve".

En el último ejercicio fiscal y económico, tanto Francia como Alemania han superado con creces el tope máximo del 3% de déficit público que admite el Pacto de Estabilidad, pacto que recoge métodos de corrección y sanción contra aquellas naciones que superen ese porcentaje y que de igual modo, incumplan otras cláusulas del mismo que ahora no entraré a debatir por la muy simple razón de que las desconozco.

En fin, que Francia y Alemania han arrojado un déficit público -diferencia entre los gastos del Estado y sus ingresos- que se sitúa en ambos casos en torno al 3,5% por lo que en estricto cumplimiento del Pacto de Estabilidad, deberían haber sido apercibidas y castigadas por su laxitud presupuestaria y su pródiga visión del gasto público. Lo más sonrojante del asunto es que ambos países fueron en su momento, hace cinco o seis años, creo, quienes acaudillaron con encendidas proclamas, la validez y la vigencia de estas condiciones, que todos los países de la UE se comprometieron a respetar con el fin de alcanzar dos claros objetivos: en primer lugar, conseguir la máxima convergencia económica entre los más poderosos y los menos adinerados y en segunda instancia, que todos los países obtuvieran el tan ansiado déficit "0" en el horizonte de 2007.

Y ahora, cuando vienen las duras, es cuando se echan atrás y tras unas más que seguras y vergonzantes coacciones sobre determinados miembros del Ecofin -al margen de que hayan hecho valer indudablemente su propio peso político en el seno de las instituciones comunitarias- logran eludir las justas sanciones que les deberían haber sido aplicadas. Lo peor de todo no es que con ello hayan soslayado sus responsabilidades, sino que han abofeteado y humillado a quienes sí que se han esforzado conveniente y rigurosamente en cumplir con esas condiciones, entre ellos y de modo muy destacado, España.

Así que con toda la razón, nuestro Gobierno, así como los de Austria, Finlandia y Holanda, han puesto el grito en el cielo y han manifestado su disconformidad con la decisión adoptada por el Ecofin, mientras que por su parte, la Comisión Europea o Gobierno Europeo, a través de varios de sus comisarios, también ha expresado su indignación por el fraude cometido por franceses y alemanes a las propias normas por ellos defendidas hace unos años.

Habrá que esperar y ver si definitivamente, la Comisión Europea recurre la decisión del Ecofin ante el Tribunal de Justicia de la UE y tanto el Pacto de Estabilidad, como la Unión y sus políticas económicas y monetarias, recuperan credibilidad y confianza ante el embate que han sufrido por parte del eje franco-alemán. Deseo fervientemente que así sea, por el bien de toda la Unión y de su pujanza económica, que según los expertos, podría verse afectada en diversos flancos, como la estabilidad del euro, la subida de tipos de interés o el retraso en la recuperación y el crecimiento, si algunos siguen empeñados en no respetar las reglas del juego que todos nos dimos en su momento.

Lucio Decumio.

25 noviembre 2003

Navidad en Noviembre

Con exclusivos y nada disimulados objetivos mercantiles, se ha convertido en una constante durante los últimos años el impúdico adelantamiento al mes de Noviembre, de la llegada de la Navidad. A mí cada vez me produce más vergüenza ajena y más hastío la procacidad y desfachatez de los grandes almacenes, en los que a día 18 de Noviembre ya puedes encontrarte lineales adornados con motivos navideños, hipertrofia de las áreas dedicadas a la juguetería, estanterías repletas de polvorones, mazapanes, turrones y demás dulces y en algunos casos extremos, hasta tipos paupérrimamente disfrazados de Papá Noël haciendo el canelo, mientras mil y un villancicos retumban desde la megafonía del local.

Que nadie me malinterprete. Yo no estoy haciendo una crítica de la Navidad y de todo lo que trae consigo, representa y significa. Si debo bucear en mis recuerdos para encontrar unas fechas en las que me haya sentido feliz y arropado en mi vida y de las que guarde imborrables y cariñosos recuerdos, obligadamente me topo con numerosas Fiestas Navideñas, en las que rodeado por mi familia, mis hermanos, mis tíos y mis primos, disfrutaba de miríadas de anécdotas, risas por doquier, afecto sincero y excelentes manjares.

Sin embargo, en un febril y diabólico empeño por invitarnos a consumir y a gastar durante cuarenta días al mismo ritmo que se hacía antaño durante menos de tres semanas, los grandes almacenes no han tenido empacho durante el último decenio en violentar, tomar al asalto y en última instancia, sacrificar en el altar de sus cuentas de resultados el cálido espíritu navideño, hasta convertir esta celebración en una aburrida y fastidiosa concatenación de artificiosas invitaciones a la alegría y de postizas proclamas de felicidad y buena voluntad.

Pero no sólo son culpables los grandes almacenes de este frontal ataque contra el ideal que debería presidir la Navidad. Todos nosotros también somos responsables de esta agitada e infernal vulneración de la que hablo, pues sin nuestro activo concurso consumista, los grandes almacenes se verían obligados a esperar hasta la segunda semana de Diciembre para bombardearnos con sus nada veladas incitaciones al despilfarro.

En último término, no puedo dejar de acusar al tiempo, implacable dueño y señor de nuestras vidas, del gélido enfriamiento experimentado por mi remoto apego a la Navidad, pues ya me faltan seres queridos con los que perfilar los lienzos del pasado, me sobran años y experiencias que entierran bajo su pesada losa, pequeñas, grandes e infinitas ilusiones y echo de menos mi confiada mirada infantil y el abrigo y el refugio de lo que se me aparecía como un hogar despreocupado y venturoso.

Para un servidor, la Navidad ya sólo es y será, un hermoso equipaje cargado de bellos recuerdos, nostalgia, añoranza y memorias y momentos inolvidables. Todos, incluido yo, la hemos matado.

Lucio Decumio.

23 noviembre 2003

Citas y refranes II

Nueva entrega de citas y frases célebres a cargo de personajes de renombre y relevancia. Bueno, alguno de los protagonistas de mi "post" puede que no haya alcanzado excesiva notoriedad entre el gran público, pero otros sí, como Louis Pasteur, Sócrates o San Agustín, quienes se encargarán de adornar estas líneas de hoy con su más que reconocida jerarquía.

-"Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas." Louis Pasteur, físico, químico y microbiólogo francés, nacido en Dóle, en 1822 y fallecido en Villeneuve L’Etang, en 1895. Considerado como uno de los mayores benefactores de la Humanidad. Sus estudios e investigaciones desembocaron en numerosas vacunas –septicemia, rabia, cólera y carbunco, entre otras- y en que a día de hoy, podamos beber leche pasteurizada. Y yo me pregunto ¿qué sucedería si los datos, toda vez que no dejaran lugar a dudas, me obligaran a seguir dudando de mí mismo?

-"Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros." Sócrates, pensador griego, fundador de la filosofía moral o axiología, de gran influencia sobre Platón. Nació en Atenas en 470 A.C. y murió también en Atenas en 399 A.C., tras un juicio en el que se defendió a sí mismo de las acusaciones de corrupción de la juventud y desprecio a los dioses. Tal era su talante que, a sabiendas de la injusta resolución que lo condenaba, prefirió acatarla antes que huir. Esta sentencia -la que pronunció él, no la que dictaron en su contra- casi 2.500 años después de ser pronunciada, sigue manteniendo una vigencia asombrosa.

-"Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos." San Agustín, Nacido en Tagaste, Numidia –actual Argelia- en el 354 y fallecido durante el sitio de Hipona, Cartago –actual Túnez- en 430. Es obvio que semejante cita sólo la pudo pronunciar una persona buena, de la que algunas lenguas y biógrafos infieren, a través de los escritos que dejó, que era marcadamente bisexual. Bueno, pues muy bien. Los gays siempre ahí, con un perpetuo run-run, a la busca y captura de cualquier ejemplo pretérito que justifique y dé empaque a sus inclinaciones. De cualquier modo, ¿alguien se imagina a, por ejemplo, Javier Arzallus diciendo algo semejante a algún conciudadano vasco afiliado al PP o al PSOE, o simplemente simpatizante de alguno de los dos partidos?

-"Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco: Iluminan sólo el camino que queda a sus espaldas." Samuel Taylor Coleridge, Devonshire, Inglaterra, 1772 - Londres 1834. Poeta británico, considerado uno de los mejores de su generación, junto a Lord Byron. Percy B. Shelley o John Keats. Entre todos ellos y supongo que alguno más, dieron forma y contenido al romanticismo literario británico. Por lo que a su cita se refiere, aunque se me aparece demasiado extensa y rebuscada, la considero acertada. Seguramente estaba harto de que le repitieran que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y se sacó de la manga la frase que adjunto. En fin, si uno se pone a pensar sobre ella, se dará cuenta de que es tan gráfica o más que la del tropezón en el pedrusco.

-"El detalle de una batalla lo da el que triunfa." Domingo Faustino Sarmiento, Provincia de San Juan, Argentina, 1811 - Paraguay, 1888. Maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director general de escuelas, sociólogo, diplomático, gobernador y en última instancia Presidente de Argentina. Como vemos, un polifacético humanista. De la fecha de su fallecimiento, el 11 de Septiembre de 1888, se sirve todo el continente americano para celebrar la Fiesta del Maestro. Su cita, lapidaria, una gran verdad que no se modificará jamás, por más que pasen años, décadas, centurias y milenios.

Lucio Decumio.

20 noviembre 2003

Breverías

Hacía tiempo que no me descolgaba con una intervención en la que abordara distintos temas en formato compendioso. Así que, visto que los asuntos de interés se desdoblan por aquí y por allá, intentaré hacer una aproximación a todos ellos, en un recorrido que presumo veloz y certero.

Caso A. Michael Jackson. Uno de los grandes ídolos de mi pretérita juventud, por la que transité durante los años 80 y parte de los 90. Ha demostrado en los últimos tiempos que las maneras insanas y dementes que apuntaba mientras se encontraba en la cima de la popularidad y la fama, no sólo no eran flor de un día, sino que estaban profundamente enraizadas en su absurda y alterada psique. Al igual que Diego Armando Maradona, otro de los grandes referentes de aquella época, Jackson nunca ha sabido asimilar su éxito y su talento y por lo tanto, situarse a la altura del propio mito creado a su alrededor. Muy al contrario, cuando el ocaso de su carrera y de su gloria es ya más que un hecho, ha multiplicado por mil sus excentricidades, para terminar mostrándose tan pintoresco y exótico, como peligroso y nocivo.

Caso B. Accidentes de tráfico, accidentes laborales y violencia doméstica. El otro día, leyendo el comentario de un articulista, me topé con un párrafo revelador. Tan gráfico y tan bien estructurado me pareció, al respecto de estas dramáticas realidades que no se cansan de golpearnos todos los días y de las que tan fácilmente hacemos abstracción, que lo reproduzco a continuación. Si digo que el autor es Faustino F. Álvarez y que escribe en "La Razón", no debo temer incurrir en ningún delito de plagio.

"Cuando una realidad inhumana adquiere la condición de normal y de rutinaria es necesario un examen de conciencia, de racionalidad o de sentido común por vía de urgencia. Parece más moderno quejarse del «mobbing» o acoso moral en el puesto de trabajo a manos de jefecillos endiosados o de compañeros envidiosos que proclaman, por ejemplo, la prioridad del derecho a la vida sobre cualquier ahorro simulado y en nombre de una falsa productividad".

Mi admiración más rendida hacia estas cuatro líneas. Como me gustaría poder llegar algún día a condensar tanta prudencia y tanta cordura en un sólo párrafo. Con lo que yo me enrollo, la labor que ante mí se presenta para lograrlo, se antoja ardua.

Caso C. Noticias estacionales. Denominación que se me acaba de ocurrir para encuadrar a esas ráfagas informativas que se empeñan en azotarnos desde todos los medios de comunicación y cuyo cimiento o denominador común suele encontrarse en la necesidad de crear entre la población determinados estados de alarma, ansiedad o preocupación.

¿Quién no recuerda los casos de las "vacas locas" o de los "pollos belgas"? Durante meses no se habló de otra cosa, pero se sacrificaron unos cuantos millones de cabezas de ganado y a otra cosa.

¿Y aquella insistente lluvia de aerolitos que se empeñó en horadar el suelo patrio a lo largo y ancho de sus cuatro puntos cardinales, hace ya un par de años? Desaparecieron de nuestros cielos del mismo modo en que aparecieron. Al punto.

¿Alguien recuerda la fortísima campaña informativa que nos puso al corriente de la peligrosidad de determinados perros? A lo largo de varios meses, raro era el día en que un ser humano no era víctima de una mordedura de algún can, llegando el gobierno a aprobar una ley sobre tenencia y cuidado de razas muy concretas. Algo que aplaudo, por cierto. Pero, tal y como mordían entonces los perros, éstos dejaron de morder durante un par de años hasta el triste suceso de Calzada de Calatrava.

¿Y la ola de apagones que salpicó a casi todos los rincones del mundo civilizado? En primer lugar, Nueva York y la costa este canadiense y estadounidense. Semanas después le tocó el turno a Londres. Días después, a buena parte de Escandinavia y al instante, toda Italia se quedó a oscuras durante 24 horas. Y no ha vuelto a suceder nada más en este sentido. ¿O sí y no nos hemos enterado? O no nos han querido enterar...

La última ráfaga de noticias estacionales corresponde a los socavones, que de toda la vida se habrán producido en territorio aragonés, pero que ahora parecen cobrar especial interés, saltando a la palestra en los últimos días por sus repetidas y enojosas apariciones en las cercanías de las vías que conforman el trayecto del AVE Madrid-Lérida. Pues bien, hasta nos han sacado imágenes de otra de estas aberturas en plenas calles de Calatayud. Y dentro de un par de semanas, aunque se abra un agujero como un campo de fútbol en algún lugar recóndito de Zaragoza o Huesca, nadie nos lo hará constar. Ya no será noticia.

¿Por qué esta explotación alarmista de noticias que son tan comunes, que han acaecido toda la vida y que seguirán sucediendo en el futuro? Yo estudié Periodismo, pero no recuerdo que nadie me explicara el porqué.

Caso D. Y último. Raúl González Blanco. Si este futbolista se hubiera llamado Raoul Johnson White o Raulihno Gonçalves Branco, hubiera nacido en los arrabales de Manchester o entre mil favelas de Río de Janeiro y hubiera sido jugador de fútbol, ya habría ganado en más de una ocasión el Balón de Oro; los comentaristas españoles se habrían encargado de subirle a un pedestal mediático y si destilara su sabiduría balompédica en el Real Madrid o en el F.C. Barcelona, sería considerado como un mega-crack sin precedentes en la Historia del Fútbol. Estoy convencido de que a los 23 años, ya se le hubiera comparado con los más grandes: Di Stéfano, Pelé, Cruyff o Maradona.

Pero es español y los españoles somos tan patéticos, tan papanatas, tan quijotescos y sobre todo, tan envidiosos, que estamos esperando y deseando que yerre a la menor para ponerle en el disparadero, incapaces de reconocer lo bueno que hay entre nosotros. Mientras, encumbramos al extranjero que viene a llevárselo crudo y que no hace ni tres.

Mi máximo apoyo y reconocimiento a Raúl. Es el mejor del mundo, el más determinante, el que nunca se arruga, el que siempre marca los primeros y más importantes goles, el que en definitiva, más casta y más profesionalidad le pone a su quehacer. Y quien tenga 3 Copas de Europa, 2 Intercontinentales, 4 Campeonatos de Liga, cientos de partidos y de goles acumulados con la camiseta del Real Madrid y 68 partidos con su selección y casi 40 goles, todo ello con 26 años, que venga a decirme lo contrario.

Lucio Decumio.

18 noviembre 2003

Rituales de destrucción y muerte

Un nuevo atentado terrorista ha vuelto a dejar su sangrienta impronta en las inmediaciones de dos sinagogas situadas en el centro de Estambul, la capital de Turquía, obligando a contar por decenas el número de muertos y de heridos. Turquía, pese a algunos claroscuros que aún jalonan su trayectoria política, es el único país de mayoría musulmana que parece caminar con paso firme hacia una democracia plena y hacia un reconocimiento de los derechos y las libertades de sus ciudadanos.

Tan es así, que incluso hasta se pueden encontrar sinagogas en su territorio, descubrimiento éste que se me antoja de muy complicada ejecución en la inmensa mayoría de los estados de confesión islámica y ello, pese a que desde hace aproximadamente un año, el Gobierno de la Nación está en manos de islamistas moderados. Insisto, aún hay zonas grises, como la inextinguible llama del problema kurdo o determinadas prácticas jurídicas y penales que no terminan de encajar en los usos y costumbres europeos, mucho más avanzadas en ese sentido, pero es más que posible que por el marcado laicismo de su sociedad y su proximidad geográfica a la Europa de las libertades, Turquía termine integrándose en breve en la UE y abrazando definitivamente los derechos humanos, la democracia y el progreso.

Pero para que eso no suceda, ni en Turquía ni en el resto del Islam, hay quien desde dentro del país, con los convenientes apoyos exteriores del terrorismo islámico más agreste y montaraz, trata de poner palos en las ruedas de ese proceso de acercamiento a Europa y a la libertad, a través de atentados como el que tuvo lugar el pasado fin de semana en Estambul.

El mundo musulmán y su modo de pensar, sus creencias y sus relaciones con el resto de países son extremadamente complejos. Creo haber indicado en otras ocasiones, -y no me cansaré de repetirlo hasta que alguien me demuestre lo contrario- que el núcleo de la acción política de los gobernantes islámicos y de la actividad religiosa del clero musulmán, consiste en la victimización permanente y sistemática de la sociedad que gobiernan, con el exclusivo fin de mantenerles sojuzgados, empapados en el desconocimiento, el analfabetismo y la falta de información transparente.

Mientras las castas gobernantes se enriquecen obscenamente a costa de los recursos nacionales y de la explotación de sus súbditos, éstos sólo perciben a cambio la intoxicación y las mentiras de esos dirigentes que insisten en avivar la llama del odio hacia Occidente, convirtiéndole en el epicentro de los males de la población, de su pobreza, de su miseria, de sus enfermedades y de su falta de oportunidades.

En la medida que esto siga siendo así, mientras que el estrato gobernante en los países islámicos siga tan influido, tan enraizado y tan interrelacionado con la jerarquía religiosa musulmana y actúen en armonía y en confluencia de espurios intereses para mantener secuestrada la voluntad de sus conciudadanos, las cosas no cambiarán y siempre habrá uno, diez, cien o mil musulmanes dispuestos a participar en un macabro ritual de inmolación que dejará un desolador rastro de muerte y destrucción en un hotel de Bali, en un cuartel de carabinieri o unas oficinas de la ONU en Iraq, en dos sinagogas turcas o en un restaurante o discoteca de Jerusalén o Tel-Aviv.

El problema, definitivamente, no está en los demás, no está en nosotros, los occidentales, por mucho que nos intenten hacer creer lo contrario las fuertes corrientes de la corrección política de la izquierda social y sectores socio-políticos afines al mundo musulmán. Está en ellos, en la corrupta clase política que busca destruir, enjoyarse y desunir, antes que crear, repartir y aunar esfuerzos; en el integrismo de los postulados religiosos que manejan ayatollahs, mulás y muecines, basados en una interpretación torticera de las páginas del Corán; en la inflamación del rencor hacia Occidente; en la falta de voluntad e interés en abrir la mano y dirigir a sus naciones hacia un progreso social y económico que les garantice un futuro y un bienestar. Pero no, eso no lo harán nunca, pues con ello perderían, más pronto que tarde, prebendas, poltronas, bicocas, inmunidad y sobre todo, el control del sistema y de los recursos.

Lucio Decumio.

Elecciones regionales en Catalunya

Es posible que más de uno de mis lectores se haya cuestionado sobre la absoluta ausencia de alusiones en este "blog", a las Elecciones Autonómicas Catalanas que han tenido lugar el pasado domingo. Aunque visto desde otro prisma, es más que seguro que esté confiriéndome excesiva importancia como comentarista político y mis ya no pocos lectores tampoco hayan echado de menos citas y glosas sobre las primeras elecciones regionales en Catalunya sin el sempiterno Jordi Pujol al frente de la candidatura de CiU. Pero siendo retrospectivos y en vista del indisimulable apego que enlaza a mi intelecto con todo lo que sucede en el ámbito político nacional, hasta a mí mismo me sorprende semejante indolencia a la hora de abordar un asunto de tantísimo calado.

La verdad es que en la política, ya sea regional, nacional o internacional, sucede lo mismo que en otros ámbitos de la vida. Cuando un actor del carisma y del empuje de Jordi Pujol desaparece, voluntariamente eso sí, de la escena, deja un vacío que resulta muy complicado de cubrir. Y no es que un servidor haya venido hasta aquí para declararse rendido admirador del avejentado dirigente catalán. Ni mucho menos. Simplemente, cuando alguien ha marcado con su impronta y su carisma una etapa tan larga, sea cual sea la disciplina en la que ha despuntado, quienes vienen sucederle en el hueco que acaba de dejar, siempre acaban perdiendo en comparación con el saliente. Hagan lo que hagan.

Volveré algo más tarde sobre el descollante President y trataré de hacer una aproximación valorativa a los resultados que han arrojados las urnas en las cuatro provincias catalanas. He leído a varios comentaristas y he tratado de instruirme y empaparme de la realidad de esta convocatoria electoral a partir de las informaciones que han aparecido en todos los periódicos. Por mucho que digan lo contrario y a la luz de los resultados definitivos obtenidos por todos los partidos, resulta meridiano que PSC-PSOE -con Pasqual Maragall, mi payaso preferido al frente- y CiU, con Artur Mas -delfín de Pujol- a la cabeza, afrontando su primer gran desafío electoral, han resultado los grandes perdedores.

Maragall ha vuelto a quedarse a las puertas pese a las perspectivas optimistas previas a los comicios y salvo coaliciones a tres bandas con otras fuerzas políticas, tendrá que conformarse con ejercer como líder de la oposición en el Parlamento Catalán. Mas ha salido también muy mal parado. Como decía previamente, la sombra de Pujol, aunque físicamente parva y oronda, es políticamente longilínea y prolongada y eso ha pesado, creo que de modo muy notable, en el delfín. Pese a todo, ha conservado una muy inestable mayoría y una ventaja de escaños sobre el PSC-PSOE que le otorga una ligera ventaja de cara a posibles pactos.

El ganador moral ha sido, sin vacilación alguna, Esquerra Republicana de Catalunya y su líder Josep Lluís Carod-Rovira. A fuerza de ser sinceros, yo apenas conocía de la existencia de este individuo antes de los comicios y aunque las encuestas le concedían un notable ascenso en votos y escaños sobre los resultados de 1999, yo tampoco terminaba de creérmelo. Pero al final, se ha consumado su formidable salto cualitativo y cuantitativo y ello le entrega la llave de los pactos, tanto con PSC-PSOE como con CiU. Podrá acordar la formación de gobierno con quien más le plazca y con quien más carteras y responsabilidades le conceda.

Mientras el PPC-PP e IC también han recogido buenos frutos, aunque insuficientes en el caso de los primeros como para mostrarse imprescindibles en las futuras negociaciones y pactos. IC -Iniciativa per Catalunya para los desubicados- sí que podría tener algo que decir si finalmente se consumara un tripartito entre PSC-PSOE, ERC y ellos mismos. Habrá que ir viendo.

Y mi análisis. Que difiere de los muchos que he tenido la oportunidad de leer. Un número no escaso de comentaristas políticos achacan el sorprendente ascenso de ERC a la deriva radical emprendida por formaciones como el PSC-PSOE y CiU, las dos por motivos bien diferentes. La primera, creo que por convicción de su propio líder, el nefasto Maragall y la segunda, por su intento de renegar ante el electorado de los pactos establecidos con el PPC durante la última legislatura y que le permitieron completarla en su totalidad. Afirman esos comentaristas, que los votantes procedentes de PSC y CiU que se han arrojado a los brazos de ERC, lo hacen impulsados por la idea de que puestos a votar radicalismo, se opta por los radicales de verdad, en este caso Esquerra Republicana.

Pero a mí, esa disección tan simple se me antoja escasamente conectada con la realidad de un votante lúcido. Si el partido al que tradicionalmente votas elige un camino que se aleja de los postulados que hasta la fecha le habían hecho merecedor de tu voto y emprende una peligrosa carrera extremista, lo lógico es que te desvincules de él, no para sentarte en el regazo de otros más radicales aún, sino para instalarte o acomodarte en el marco político que te ofrecen partidos más moderados. Y esto no ha sucedido. La gran fuga de votos que han padecido CiU y PSC-PSOE ha ido a parar a ERC, así que el examen de los resultados tiene que ser forzosamente diferente al que hacen los analistas antes mencionados.

Yo considero a los catalanes como gente normalmente moderada y sensata. Y lo son, que a nadie le quepa duda. En mi opinión, el masivo apoyo recibido por ERC no es sino el voto de castigo, que no de ideas, de parte del electorado de PSC y CiU a sus partidos y a sus líderes. ¿Por qué razón los electores les mortifican de ese modo? Complicado de definir y de analizar desde luego, lo que me obligaría a extenderme en un mar de conjeturas que no me apetece transitar.

Y ese voto de castigo ha discurrido en el sentido que lo ha hecho porque IC es un partido residual y decimonónico que no puede obtener mejores resultados que los logrados y el PPC -Partido Popular de Catalunya- es una formación que no puede ni podrá disimular sus conexiones y afinidades con el actual poder central, poder central que para muchos catalanes, con independencia del signo del Gobierno de Madrid, sigue siendo inconscientemente sinónimo de centralismo y anticatalanismo. Aunque obviamente, no sea ni mucho menos así. ERC en cambio, puede presumir hasta hacer saltar los botones de la camisa, de impolutas raíces e ideas catalanistas. El voto de castigo del que hablaba, habría caído por tanto, en las redes de quien no siendo todavía del agrado del elector, sí que puede ser considerado como alguien de casa y por lo tanto, digno de confianza.

Insisto, habrá que sentarse, ver, esperar, contemplar y verificar el desarrollo de los acontecimientos. Hacer cábalas en estos instantes es demasiado arriesgado, aunque tal vez en breve plazo, cuando las aguas estén más tranquilas, mi oráculo sea capaz de vislumbrar algún trazo del futuro que puede aguardarnos en el horizonte. De momento, empiezo a echar algo de menos a Pujol, quien con sus luces y sus sombras a lo largo de los últimos 23 años y anteponiendo siempre sus intereses y los de Catalunya, nunca ha traspasado los límites del respeto al marco constitucional vigente.

Lucio Decumio.

16 noviembre 2003

Proyecto ITER II

Me han llegado acerbas críticas relacionadas con el "post" que colgué ayer en estas páginas. Y he de reconocer que, tras una pormenorizada re-lectura del mismo, las censuras recibidas en torno a su carácter gris, plúmbeo y aséptico, no sólo no carecen de fundamento, sino que van cargadas de una gran parte de razón. Pese a aceptar las detracciones y compartirlas en buena medida, sí que debo romper una lanza en mi favor. Creo que son ya varias las ocasiones en las que he manifestado que cada uno observa la realidad que le circunda de un modo muy personal y que lo que alguien encuentra extremadamente interesante y seductor, otro puede llegar a interpretarlo, con toda legitimidad, como una tabarra insufrible.

Personalmente, yo sigo considerando que la posibilidad de que la Humanidad esté a punto de alumbrar un proyecto común, cuya desembocadura en dos o tres decenios pueda llevar al género humano a disponer de una fuente de energía inagotable, barata y segura y que además impulse el desarrollo, la convivencia y el respeto al medio ambiente, es lo suficientemente cautivadora como para que le dedique el espacio que le consagro.

Lo que sí que he visto claro es que el enfoque que ayer le conferí al artículo, no era ni mucho menos el más atrayente, pues como decía previamente, hasta a mí mismo se me antojan fastidiosos su redacción y su desarrollo. Por esta razón, hoy salto al coso del ciberespacio con la inocultable intención de dar un giro a las formas y lograr que este segundo comentario que le dedico al proyecto de reactor de fusión nuclear, supere en entretenimiento y afecto de mis lectores a, por ejemplo, un resumen en DVD de los mejores momentos de "Noche de Fiesta". He soslayado los aspectos más técnicos de la cuestión, en aras de una mayor agilidad del texto, pero aun así, no debemos olvidar que el hilo argumental de estas líneas es la Ciencia, que en sustancia y como todos sabemos, se encuentra en las antípodas de la extravagancia, el jolgorio, la algarabía o el alboroto, así que más no puedo hacer, amigos.

Continúo por tanto, con mi descripción del plan internacional para poner en marcha el citado reactor. Ayer me detuve, abruptamente, en el instante en que estaba a punto de exponer un ejemplo de las capacidades que podrían desarrollar las centrales de este tipo cuando la fase de estudio y de investigación haya concluido. Retomemos pues, pese a que alguien pueda acordarse de mis antepasados.

Normalmente, una vivienda tipo, tiene un contrato de consumo de 3.000 vatios de electricidad por hora, aunque también depende de las dimensiones de la casa y de las necesidades de la misma. Redondeando, como con el euro, todos entendemos que si gastáramos al máximo de esa capacidad, consumiríamos unos 72.000 vatios por día. Si hablamos de Madrid y de sus 1,6 millones de hogares gastando esa cuantía de electricidad y hacemos una sencilla multiplicación, nos encontraríamos ante un gasto de 115.200 megavatios/día. Como todos somos inteligentes y capaces, entenderemos esto como un ejemplo ilustrativo y no como una posibilidad tangible, pues las posibilidades de encontrarnos ante este escenario irracional, son nulas.

Pues bien, una central que fuera capaz de generar la energía que se pretende que produzca el ITER y al ritmo sostenido de un MV por segundo, rendiría un total de 86.400 MV’s por día. Es decir que esa hipotética factoría sería capaz de abastecer al 70% de los hogares madrileños, siempre y cuando Madrid consumiera las magnitudes que acabo de indicar. Insisto, es un ejemplo algo rudo al que le faltan detalles y del que cualquier estudiante de primero de cualquier carrera de ciencias, se mofaría hasta el escarnio.

Una vez devueltos a la realidad, decir que esos 86.400 MV's deberían bastar para cubrir las necesidades energéticas de toda la población del centro de España durante varios días. Ya sé que muchos habrán abandonado la lectura del comentario de hoy antes de llegar hasta aquí en favor de actividades notablemente más entretenidas que ésta o que en estos instantes estarán roncando con la frente apoyada sobre el teclado de su PC, pero a mí esto me sigue pareciendo fantástico. Y el consumo realizado por la central para llegar a esa magnitud de producción, sólo alcanzaría el 10% de esa cifra. Una pasada, que diría un castizo.

Siendo descriptivos, la fusión nuclear es la fuente de energía que hace brillar a las estrellas, amigos. En el Astro Rey, para que nos hagamos una idea, la presión, la densidad y la temperatura son tan elevadas –se llegan a superar los 100 millones de grados centígrados- que la materia se transforma en energía, mediante un proceso en el que el los átomos de hidrógeno se fusionan hasta producir helio. Y por eso brilla como brilla y da el calor que da, sobre todo en España. Recordemos la famosa fórmula que nos enseñaron de pequeños E=mc2. España=mucho calor al cuadrado. Ése es el tipo de energía que se quiere llegara a producir en nuestro planeta.

Esto sí que es bueno. Los que estaban ceporros perdidos sobre el teclado no podrán sino asombrarse antes este dato. Por lo visto, el combustible necesario son dos isótopos del hidrógeno, el deuterio y el tritio. Y acudo a otra explicación gráfica. Cien litros de agua de mar contendrían el suficiente deuterio para generar la misma energía que produciría la quema de 20 toneladas de carbón. Se acabaron las minas, las galerías, las explosiones de grisú, los cascos con linterna, los mineros enterrados y las canciones de Antonio Molina. El carbón, para los lápices de los dibujantes, de los niños y poco más. Mientras, el tritio podría obtenerse del litio, un mineral abundante en extremo en nuestro planeta.

Y ya termino. He intentado poner mi granito de arena para que la lectura de esta segunda parte fuera algo más sugestiva, aunque no estoy muy seguro de haberlo conseguido, pues como decía, la Ciencia es escasamente proclive al humor y al desenfado.

Lucio Decumio.

15 noviembre 2003

Proyecto ITER I

Oigo hablar de este proyecto desde hace aproximadamente un año. Resumiendo, pues ya de todos es conocida la deficiente preparación de mi intelecto para abordar asuntos de calado científico, el Proyecto ITER -camino, en latín- es un formidable desafío que la comunidad científica internacional y los estados más poderosos del planeta se han planteado resolver, con el objetivo de demostrar que tecnológicamente, es posible producir energía mediante la fusión nuclear.

El perfil geo-político del asunto está a punto de encarar su última fase, pues consiste en la elección por parte de los participantes en el proyecto, de la sede que lo acogerá. El próximo día 27 de Noviembre, la Unión Europea, uno de los socios de esta aventura, decidirá si Vandellós (España) o Cadarache (Francia) o en último término ambas, compiten con Rokkasho (Japón) para albergar esta formidable obra de ingeniería.

Si las informaciones que he recopilado son correctas, el coste de las tres fases del proyecto –construcción, operación y desmantelamiento- asciende a 10.300 millones de euros o lo que es lo mismo, 1,7 billones de las antiguas y añoradas pesetas.

Así que todos podemos hacernos una idea de lo apetecible que resulta hacerse con este caramelo, pues inversiones multimillonarias, prestigio internacional y miles de puestos de trabajo generados, serían los suculentos réditos para el país que fuera agraciado con esta lotería científica.

Caso de ser España la afortunada sede, tendríamos que hacernos cargo del 20% del coste de la construcción, que correspondería a la denominada “área no común” del ITER, es decir, instalaciones e infraestructuras de apoyo, mientras que el resto de los costes de la puesta en marcha del proyecto correrían a cargo de los demás socios –China, Japón, Rusia, EE.UU. y la UE-. A este respecto, poco cuesta imaginarse los continuos tira y afloja que deben estar manteniendo los socios en estos momentos, pues legítimamente, todos querrán llevarse la mejor tajada a partir de la menor inversión.

Por cuanto se refiere a los aspectos técnicos, debo hacer hincapié en que debido a mis escasas facultades para el discernimiento científico-técnico, este tipo de asuntos suelen despertar en mí poco o nulo interés, pues escapan a mi entendimiento intelectual más básico. Sin embargo el caso que abordo es realmente especial y espectacular, mereciendo por ello mi humilde atención. No dejo de asombrarme ante el reto que quieren llevar a cabo gobiernos y científicos de todo el mundo. De el éxito, la Ciencia, con mayúsculas, habrá alumbrado una nueva era energética, cuyas posibilidades últimas, sólo las mentes más preclaras son capaces de intuir.

En el nuevo diseño del reactor ITER –eso quiere decir que antes ha habido otros, lógicamente- ya no falta nada por concretar y según los científicos, aúna todas las condiciones para alcanzar sus propósitos: generar 500 Megavatios de energía durante períodos de 500 segundos.

Para los no iniciados en estas magnitudes, indicar que un megavatio o megawatio, corresponde exactamente a un millón de vatios. Vamos a jugar a predecir el futuro. Imaginemos que el proyecto ya se ha hecho realidad y una central eléctrica está en disposición de generar ininterrumpidamente un megavatio de energía por segundo y además, almacenarlo y distribuirlo. Para hacer más gráfica esta suposición, mañana continuaré desarrollando este tema, a través de la exposición de un ejemplo algo burdo, aunque creo que válido. ¿Que por qué hago esto? Porque me ha surgido un pequeño imprevisto y debo abandonar mis tareas científico-redaccionales.

Lucio Decumio.


13 noviembre 2003

Agradecimientos

Hoy he tenido un día realmente malaventurado en el trabajo. Fuegos por aquí, fuegos por allá, imposible concentrarse en una sola cuestión cuando otra media docena de tareas reclaman con insistencia toda tu atención. De locos. No he podido ni salir a comer. Sumo ya con el de hoy, tres días consecutivos en los que me veo en la obligación de sacrificar la hora del almuerzo en el ingrato altar del millar de cometidos que insisten en multiplicarse como las cabezas de la hidra. Y lo peor es que por delante me quedan varias semanas que, lejos de presentarse menos opresivas y avasallantes, amagan amenazantes en el horizonte con afilados y sedientos colmillos.

Por eso, sólo unos párrafos de agradecimiento en el día de hoy, justo antes de disfrutar con absoluto merecimiento, de nuevos y desconocidos universos oníricos. En primer lugar, a un argentino, nieto de españoles e italianos, sin cuya desinteresada ayuda profesional, prestada desde el otro extremo del planeta, la jornada de hoy habría sido un definitivo cúmulo de adversidades. Si tengo que descifrar en inglés todo lo que me ha explicado en español, acabo en un sanatorio mental. Mil gracias por tu paciencia y por tu auxilio Claudio.

Y en segunda instancia, a los treinta visitantes que hoy miércoles -ayer para quien esté leyendo esto el jueves 13- han tenido a bien dejarse caer por esta modesta pared blanca en la que casi a diario, pincelo trazos de mi realidad y de la realidad, de mis ficciones, de mis deseos, de mis ilusiones, de mis sueños y por qué no, también de mis desalientos y desánimos, que, ocasionalmente, haylos. Nunca el contador de visitas se había disparado como lo ha hecho hoy. El regocijo y la satisfacción que se experimentan cuando se comprueba cómo aumenta el número de personas interesadas en leer las cosas que se me pasan por la cabeza y transitan hasta las yemas de mis dedos para acabar aporreadas en un teclado, es difícilmente descriptible. Habéis sido treinta mercedes.

Lucio Decumio.

12 noviembre 2003

El sortilegio de NT

Escribo estas líneas sin saber aún qué es lo que va a terminar sucediendo respecto a los hechos más lamentables que he tenido que vivir en mi empresa desde que trabajo en ella. Me explicaré. El 31 de Octubre, la multinacional de informática y comunicaciones para la que trabajo cerró su año fiscal. Era viernes, todos nos marchamos a casa felices y expectantes ante los albores del fin de semana y el más que seguro disfrute de las merecidas jornadas de asueto.

En mi caso particular, el timbrazo de salida a las 15.00h de aquel viernes estuvo cargado de una especial complacencia, pues el lunes 3 y el martes 4 de Noviembre, tampoco acudiría a la oficina, en virtud de unos días adicionales de vacaciones que me había empeñado en aprovechar en esas fechas. Cuatro jornadas que transcurrieron plácidas y poco azarosas, disfrutando de excelsos puros, buenos amigos y nostálgicos recuerdos.

A mi regreso, el miércoles 5, me di de bruces con el caos y el desgobierno. Alguien, desde algún punto del planeta, había decidido que mi cuenta de NT, junto con la de otros compañeros, estaba demasiado obsoleta, así que sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, las desconectó de todos los servidores. La teoría que se baraja es la de que, en virtud de una presunta expiración del contrato que tenemos mis compañeros y yo, las personas que desactivaron las cuentas entendieron que a partir del 31 de Octubre, ya no seguiríamos trabajando en la empresa matriz.

Ello ha significado que durante toda la semana pasada, entre el día 3 y el día 7 de Noviembre, hayamos tenido que estar mano sobre mano a la espera de que alguien nos reactivara de nuevo las cuentas, pudiéramos recuperar la información en ellas contenida y volver a desempeñar nuestras tareas.

El pasado viernes 7 de Noviembre, casi todos mis compañeros estaban en disposición de volver sobre sus pasos y retomar sus labores de venta, pero servidor no. Y servidor no, porque el 99,9% de todos los correos que tenía en su cuenta de Outlook, colgaban de una carpeta situada en el disco C, pero con acceso desde Outlook. Si alguno de mis lectores es un conocedor avanzado de los secretos informáticos, sabrá inmediatamente de lo que estoy hablando.

Para los que son aún más profanos que yo, una aclaración adicional. Una cuenta de NT con su correspondiente buzón de Outlook dispone de un almacenamiento limitado, sólo ampliable por el Administrador del sistema. Con el fin de evitar el engorro de solicitar dicha ampliación y tener que esperar semanas hasta su concesión, hace dos años y medio que mi por entonces jefe me ayudó a crear la citada carpeta que cuelga del disco C, el disco duro del PC, para entendernos. Ello me permite recuperar los correos desde la aplicación de Outlook mientras que los mismos están almacenados en el disco duro, con las ventajas que ello conlleva, pues no tengo que eliminar ninguno para mantener activo y accesible mi buzón de correo.

En fin, que según todos los indicios, la carpeta que me ayudó a crear mi jefe sólo sería recuperable si me volvieran a activar mi antigua cuenta de NT. No parece demasiado difícil y la verdad es que no lo es, así que el viernes tenía mi antigua y mi nueva cuenta activas. Hala, ahora dos por falta de una.

Pero es en este punto donde el suelo desaparece bajo mis pies. Los técnicos de IT de la empresa me hacen saber de su incapacidad para recuperar los entre 5.000 y 7.000 mensajes de correo electrónico almacenados en la carpeta antes citada, puesto que ésta no se había independizado del todo de la cuenta de NT y seguía relacionada con ella de algún modo. En definitiva, aspectos técnicos al margen, en los que no entraré por cansancio y desconocimiento, esa montaña de mensajes, con centenares de archivos críticos para la realización y el buen desempeño de mis quehaceres, pueden haberse echado a perder definitivamente, pues todo parece indicar que por razones de seguridad, las aplicaciones de correo de Microsoft no permiten tal medida. Para que mis lectores se hagan una idea un poco más aproximada de la hecatombe, la suma total de archivos e información que los ingenieros son incapaces de recuperar, asciende a 0,91 GB de datos.

Por lo que he podido extraer e intuir de las declaraciones de los técnicos que han tratado de llegar hasta las profundidades abisales de mi PC, las cosas están realmente complicadas, por no decir perdidas. La única alternativa es la descarga desde Internet de aplicaciones de recuperación de datos ajenas a Microsoft, que para más inri, suelen presentar las típicas incompatibilidades con los programas del gigante informático.

Así que estoy vendido. Al menos de momento. Yo he dicho, medio en broma, pero muy serio –casi con lágrimas en los ojos- que o se recupera todo ese volumen de información o ya me pueden presentar el finiquito, que me marcho.

Veremos en qué acaba todo esto. Cuando lo sepa, haré una pequeña reseña para tranquilizar a aquellos que sin duda perderán horas de sueño lamentando mi infortunio.

Siento haber sorprendido a mi fiel audiencia con estos párrafos tan apesadumbrados como faltos de explicaciones técnicas que faciliten la comprensión de lo sucedido. Sólo sé que nada puede aliviar mi pesadumbre y desazón, que transito por la oficina cual ánima afligida por diabólicos y perpetuos tormentos. Al menos, mi penar se atenúa con la ruin y mezquina satisfacción de ver como los todopoderosos y descollantes ingenieros informáticos de mi empresa, zozobran sin remedio ante la tempestad que se ha desencadenado.

Lucio Decumio.

11 noviembre 2003

Citas y refranes

He descubierto algunas páginas en Internet que ofrecen a sus lectores miríadas de citas de famosos autores. Me gustan este tipo de sentencias, pues suelen aglutinar en muy pocas palabras, un contenido y un mensaje realmente significativo. Muchas veces me he preguntado de dónde procede el haz que alumbró las mentes y activó las ideas de determinados personajes históricos, celebridades de las letras, las artes, las ciencias o la guerra, para que fueran capaces de condensar en tan poco espacio, tanta sabiduría, salpicada muchas veces, por no pocas gotas de ironía y ácido sentido del humor.

Quizás el secreto de tanto y tan buen resumen juicioso, estribe en el hecho de que estas personas dedicaban mucho más tiempo al noble arte de discurrir y reflexionar cabalmente sobre la realidad que les circundaba, del que dedicamos nosotros en la actualidad. Y no es difícil, en vista del empacho de programas de televisión que más invitan a la emesis que a otra cosa. Esta última frase me trae a la cabeza el compromiso adquirido conmigo mismo hace tiempo y con una querida, entrañable y respetable dama, madre y abuela de una numerosa familia, de hablar en profundidad de la preocupante decadencia que experimentan en nuestros días los valores y la tradición, en favor de conceptos y realidades más supérfluas y materialistas, encarnados en una corrección política cada vez más asfixiante e integrista. Abordaré próximamente tan desafiante asunto.

A lo que había venido. Recopilo a continuación seis citas pronunciadas por hombres doctos y bolonios, con el fin de que podamos desintoxicarnos, aunque sea sólo durante unos minutos, de la huera inmundicia y la vana frivolidad que nos rodea.

-"No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la miseria". Dante Alighieri. Célebre poeta italiano nacido en Florencia en 1265 y fallecido en Rávena, en 1321. ¿A quién no le suena "La Divina Comedia"? Supongo que vivo en pecado mortal por no haberla leído aún.

-"Aunque sea justificada, la felicidad es un privilegio". Edmund Thiandière. Escritor francés. 1837-1930. Sinceramente, debo reconocer que no me suena de nada este buen hombre. Sospecho que no hubo de despuntar demasiado, aunque mira que tuvo tiempo para hacerlo.

-"La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe". Ramón de Campoamor. Nacido en Navia, Asturias en 1817 y fallecido en Madrid, en 1901. Destacado poeta y político español del siglo XIX. "La rueda del amor" y "El Busto de nieve" son algunas de sus obras más notables.

-"Los sabios están satisfechos cuando descubren la verdad, los necios cuando descubren la falsedad". Gabriol. Solomon ben Judah ibn Gabirol, nació en 1021 y murió en 1058. Poeta y filósofo del siglo XI, fue lo que hoy llamaríamos un sefarad, un judío español. Entre las citas que hoy reflejo, la suya es, desde mi óptica, la mejor.

-"Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente, para escuchar más y hablar menos". Zenón de Citión. Isla de Creta 335 ad J.C. - Atenas, 264 ad J.C. Filósofo griego. Uno de los fundadores de la escuela estoica o al menos eso tengo entendido. Hay páginas en Internet dedicadas exclusivamente a sus citas. Debió ser un filón de sabiduría, el hombre.

-"Visto lo visto y leído lo leído, cuánto me queda por ver y por leer". Lucio Decumio. Madrid, 1970 - Estación Espacial Terrícola "Cosmópolis", en la órbita de Titán, Saturno, 2153. Destacado erudito español que revolucionó la primitiva Internet con afilados análisis de la actualidad de su país y del mundo a finales del siglo XX y principios del XXI.

Lucio Decumio.

09 noviembre 2003

La maldición de Carlos Sáinz

La prensa insiste en escribir el apellido de este ínclito deportista sin la correspondiente tilde sobre la "a". Es, a mi juicio, un grave error ortográfico. Hay un diptongo que deshacer y el único modo de hacerlo es mediante la correspondiente acentuación ortográfica. Además, el citado apellido es, lo queramos o no, una palabra llana, que al no finalizar en "n" o "s" ha de ir convenientemente tocada en la sílaba y letra que le corresponde. Al hilo de esta indicación avanzada sobre ortografía heráldica, señalar que otros dos apellidos similares, Sáez y Sanz, se escriben del modo en que acabo de hacerlo, para que no quepa ninguna duda.

Me apetecía iniciar esta intervención con una de las muchas y puntillosas puntualizaciones que suelo hacer ante cualquier error de índole ortográfica que se aparece ante mis ojos. Debo reconocer que soy un integrista de la corrección estética y formal de los textos escritos y que no me veo capaz de pasar una sola falta a nadie que la cometa. Llego a ser pedante y molesto en ese aspecto, pero las atribuciones de estricto guardián de los buenos usos del lenguaje escrito que yo mismo me he dispensado, me impiden obrar de otro modo.

Como el argumento del "post" de hoy va a ser corto, aunque conciso y directo, me he descolgado con estos párrafos de apertura que han desentumecido mis falanges y que me van a ayudar a meterme en harina, aunque bien podrían invitar a quien no me conociera, a pensar que soy una suerte de repelente y grimoso gafotas sabelotodo que por el mero hecho de llamar la atención, se pasa la vida enmendando la plana a la gente que vive a su alrededor. Pues bien, efectivamente, soy así.

Voy con el piloto madrileño de rallyes o rallies. Carlos Sáinz empezó a despuntar en el mundo del automovilismo a la tardía edad de 26 ó 27 años. Se pasó los primeros años de su tercera década de vida tratando de abrirse paso entre el complejo y difícil mundo de los rallyes, hasta que en 1989, creo recordar, obtuvo premio a sus esfuerzos en forma de algunos "podiums" en compañía del que luego sería su inseparable copiloto hasta 2003, Luis Moya. Su gran evolución como piloto y su enorme destreza al volante, llevaron a este españolito, entonces de 28 años, a alzarse con la victoria en su primer Campeonato Mundial de Rallyes en 1990. Pilotaba un Toyota Celica, vehículo que desde entonces se convirtió en auténtico fetiche automovilístico de quien esto escribe.


Desde aquel instante, se convirtió por derecho propio en uno de los máximos favoritos al titulo que cada año se disputa al mejor de las 16 carreras que tienen lugar en los cuatro confines del globo terráqueo. Repitió éxito en 1992, también a los mandos de un Toyota Celica, supongo que mejorado y perfeccionado respecto a la máquina con la que se entronó dos años antes.

Pero desde entonces, desde el año olímpico por excelencia, Carlos Sáinz, pese a que ha mantenido su extraordinario nivel y habilidad al volante de automóviles de otras escuderías que han contado con sus servicios durante las últimas 11 temporadas como Subaru, Lancia o Ford, ha visto como la gloria se le escapaba entre los dedos en no menos de 5 ó 6 ocasiones, alguna de ellas cargada de un trágico e injusto dramatismo. Quien más quien menos, sabe de lo que estoy hablando y recuerda frases célebres de Carlos o de su compañero Luis en los momentos más tensos de la última prueba del Mundial, el nefasto Rally del RAC de Gran Bretaña, lugar donde sus ilusiones y sus expectativas de triunfo se han desplomado repetidamente, año tras año, en el último decenio.

Tan infaustos y concatenados acontecimientos que ha tenido que soportar el piloto madrileño en este certamen británico no pueden obedecer exclusivamente a la mala suerte y al infortunio. Mi madre, que no es ni mucho menos sospechosa de ser persona crédula en asuntos relacionados con la adivinación, la brujería, la magia, los males de ojo y demás zarandajas, mantiene una teoría al respecto de esta sucesión de aciagos eventos que han jalonado la carrera de Sáinz, que podría parecer descabellada, aunque no mucho más que el propio e irracional cúmulo de desdichas de las que hace acopio el piloto español.

Creo que fue allá por 1994 cuando el padre de Carlos Sáinz se vio envuelto en un oscuro episodio callejero, cuyo resultado fue la muerte de un inmigrante subsahariano producida por un disparo realizado por Sáinz padre. Mi memoria me traiciona y también la hemeroteca virtual del diario El Mundo, que me invita a suscribirme y a pagar unos cuantos euros para poder acceder a esta y otras informaciones. Sin embargo, creo recordar que el padre del piloto iba paseando por Madrid con su esposa cuando el citado inmigrante intentó atracarles. En la huida de éste, el padre del Carlos realizó un disparo al aire que por lo visto, rebotó en alguna parte hasta dar en los huesos del infortunado africano. El hombre murió, al padre de Carlos se le enjuició y creo que salió absuelto, aunque el fiscal llegó a pedir prisión por imprudencia temeraria con resultado de muerte.

La versión oficial parece algo rocambolesca y tampoco voy a entrar en diseccionarla, casi diez años después de acaecido el suceso. Y voy a lo que iba. Mi madre dice que ése es el punto de inflexión, que desde aquel luctuoso y brumoso hecho, la mala suerte, en forma de alguna maldición o ritual de magia negra consumado en algún apartado lugar del África Negra, ha hecho presa de la carrera deportiva de Carlos Sáinz y que por mucho que lo intente, jamás llegará a alcanzar de nuevo la gloria.

Sobre que ésta sea la verdadera razón de la adversidad que ha perseguido a Sáinz desde hace diez años, no hay pruebas, ni las habrá, pero así como nadie cree en las meigas, me veo en la obligación de recordar que "haberlas, haylas".

Lucio Decumio.

08 noviembre 2003

Boda de España III

Dirijo mis pasos de nuevo hacia la noticia del futuro enlace del Príncipe de Asturias y Letizia Ortiz, con el fin de matizar algunas cuestiones y afirmaciones realizadas en los dos comentarios que sobre tan insigne acontecimiento redacté hace unos días. Desde que di por concluida mi última intervención acerca del compromiso real, mis oídos y mis ojos han sido testigos de determinados hechos y aclaraciones que han transmutado mi inicial alborozo por el anuncio, en un apreciable recelo hacia la unión, especialmente determinado por algunos comportamientos y manifestaciones de la futura Princesa de Asturias.

Vaya por delante que no dejo de incidir en el hecho de que considero al Príncipe como una persona prevenida, inteligente y preparada como pocas, que ha meditado profundamente una decisión y una elección en la que forzosamente se han tenido que aunar necesidades institucionales y de Estado por un lado, y apetencias personales y sentimentales por otro. Sin embargo, me han llegado noticias de que no todo es algarabía y jolgorio en la Casa Real. Mientras que la Reina Sofía parece estar absolutamente de acuerdo con el enlace, pues el Príncipe es su ojito derecho y casi todo lo que haga o diga el Heredero de la Corona, tiene la aquiescencia y el apoyo de su madre, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos parece no estar tan convencido de la idoneidad del proyecto matrimonial emprendido por su hijo.

¿Razones? Al parecer, Letizia tiene demasiado "pasado". Padres divorciados, una hermana divorciada, ella misma separada tras un matrimonio civil. Cuestiones éstas que podrían terminar desembarcando dentro del ámbito de los espacios y las publicaciones en que las verduleras de turno desnudan obscenamente la intimidad de famosos y menos famosos, con el grave peligro que ello conlleva.

Ya expresé mi preocupación hace algunos días en el sentido de que estos programas podrían convertirse con el paso del tiempo, en peligrosos arietes contra la estabilidad de la Institución Monárquica. Y veo ahora que mis palabras adquieren un nuevo significado dentro de ese contexto, pues muchos de estos aspectos relacionados con el pasado de Letizia se escapaban a mi conocimiento durante la redacción de los dos primeros "posts". Y no sólo eso. Según mis fuentes, Letizia no ha hecho la Primera Comunión y por extensión, tampoco la Confirmación. Hasta el menos avisado sabe que ambos sacramentos son fundamentales si de lo que se trata es de contraer matrimonio a través de la Iglesia Católica. En último término, ella misma se ha declarado agnóstica.

Así que no es de extrañar el malestar del Rey si al pasado de Letizia le sumamos la grave falta de apego y compromiso de la futura Princesa hacia la Iglesia Católica, institución que mantiene estrechos lazos con la Monarquía desde la noche de los tiempos y que caminan de la mano en multitud de actos y ofrendas a santos, santas, patronos y patronas.

Al margen de estos datos, recabados de fuentes de toda solvencia, varios episodios de la pedida de mano protagonizados por Letizia Ortiz, no terminaron de ser de mi agrado. En primer lugar, su vestido blanco de chaqueta y pantalón es lo más alejado que existe de las exigencias del protocolo en actos de esta índole. El blanco, ha de estar reservado exclusivamente para el día de la boda y eso debería haberlo sabido o por lo menos, preguntado. Y en cuanto a su llamada de atención al Príncipe para que le dejara terminar de hablar en un momento dado, sobran las palabras.

Estos dos detalles me llevan a pensar que esta chica habrá de prepararse muy en profundidad en los próximos meses de cara a la trascendental labor que tendrá que llevar a cabo como Princesa y Reina. Asimismo, deberá aprender a limar determinadas vertientes de su personalidad que encajan muy mal en la tradición y en los usos de la Monarquía. De lo contrario, estas pequeñas gotas de engreimiento, altivez y soberbia que inconscientemente ha destilado, podrían volverse en su contra y lo que es peor, en contra del Príncipe y de la institución a la que representa.

Lucio Decumio.

06 noviembre 2003

El Voyager y las cinco del viernes

El título de hoy me ha quedado realmente poco seductor, así que si alguien desea salir corriendo y no continuar leyendo lo que tengo previsto volcar en este "post", lo entenderé perfectamente. Además, lo haga o no lo haga -lo de salir corriendo, me refiero- yo tampoco me voy a enterar. El contador sólo registra las visitas, pero no la evasión de algún navegante despistado que huye espantado ante la imponente presencia y longitud de mis comentarios. Y sí, he dicho imponente presencia y longitud. ¿Pasa algo?

En fin, hoy toca día prosaico. Si alguien se ha enganchado a mis sesudos análisis sobre la actualidad política nacional e internacional, tendrá que esperar un mejor momento para seguir disfrutando de mi aguda percepción de los acontecimientos.

Hoy he leído en el periódico que la sonda Voyager I, lanzada por la NASA al espacio en 1977, está llegando a los confines del Sistema Solar, allá donde la luz del Sol apenas será más destacable que la más refulgente de las estrellas que contemplamos desde la Tierra. Al margen del hecho, muy destacable en sí mismo, de que una máquina fabricada por el hombre y lanzada al espacio hace 26 años, siga su curso por el infinito sideral enviándonos miles imágenes de todo cuanto sus ojos ven, esta información me ha evocado épocas pretéritas. Me ha invitado a viajar en el tiempo hasta recordar pasajes casi olvidados de mi infancia.

Aquélla que parecería sacada de cualquier episodio de la serie "Cuéntame cómo pasó"; colmada de peonzas, canicas y chapas; infinita en pupitres astillados, recreos bulliciosos, Bonys, Bucaneros, Tigretones y Panteras Rosas; interminable de pescozones de profesores y henchida de reverencial respeto a crucifijos y Majestades; rebosante de tizas, témperas, cuadernos, murales, plastilina, pegamento Imedio y cartulinas; repleta de jerséis de punto de lana, de pantalones de pana, de vaqueros y deportivas sin marca y de chándales azules con ribetes blancos; en fin, aquélla inocente primera etapa de mi vida en la que hasta las Navidades parecían desprender sabores, colores y sensaciones mucho más cercanas y familiares.

Y todo esto, se preguntará más de uno, ¿a qué viene? Pues es muy sencillo. Los que sean de mi generación tienen que recordar un celebérrimo libro impreso a DIN-A4, de cubiertas amarillas atravesadas por gruesos trazos marrones y grandes fotos a todo color en su interior. Era el "Cosmos", el libro de Ciencias Sociales por excelencia, utilizado por los alumnos de Tercero, Cuarto y Quinto de EGB, creo recordar y en el que venían no pocas imágenes del Universo captadas seguramente por el Voyager, así como alguna que otra instantánea o dibujo del propio ingenio. Ha sido ese pausado y continuo viaje por el Cosmos de la citada nave, el que me ha embarcado en esta singladura interior hacia otros Cosmos; el primero y menos importante, el referido al libro de texto y el segundo y más crítico, a aquel pequeño gran mundo que fue mi infancia.

¡¡Qué tiempos!! ¡¡Cuántos recuerdos y cuánta nostalgia!!

Y ahora voy con las Cinco del Viernes, que en esta ocasión son algo cursis, pero que me servirán para completar un "post" que no desmerezca en magnitud a mis más fecundas y pródigas intervenciones. Ahí van.

1) ¿Cuál es el beso más dulce que te han dado en tu vida?

El último que me han dado. Seguro.

2) ¿Cómo recuerdas tu primer beso?

Desprendía vapores.... sí ahora lo recuerdo, vapores etílicos. Yo estaba como una cuba y ella, como una bodega de Rioja.

3) ¿Cómo te gustan los besos?

Aquellos que saben a beso. Detesto el sabor a tabaco que desprenden las glándulas respiratorias y gustativas de algunas mujeres.

4) ¿Algún beso especial por alguna razón?

Qué pesados. El último que me han dado.

5) ¿Alguno digno de olvidar?

No ninguno. Aunque durante un tiempo, sí que me hubiera gustado poder olvidar varios de ellos. Sin embargo, con el paso de los años las reacciones viscerales se atemperan y matizan, mientras que los besos que alguna chica te dio, pasan a formar parte del equipaje de experiencias personales que se acumulan a lo largo de la vida, al tiempo que dejan de ser excelsos u omitibles.

Lucio Decumio.

Bush: "No saldremos corriendo de Irak"

Considero que nadie que me conozca mínimamente barajará ninguna duda acerca de mi occidentalismo y mi apoyo al derrocamiento del sangriento régimen de Sadam Hussein llevado a cabo por los Estados Unidos y sus aliados. Desde esta misma página he defendido con vehemencia y argumentos sólidos la necesidad de la caída del dictador, de que la lejana Babilonia dejara atrás lustros de salvajes represiones y caminara hacia el aperturismo democrático y al respeto por la vida y las libertades individuales. Si alguien no recuerda lo que he manifestado en otras ocasiones, puede acudir al enlace de "Política Internacional" sito en esta misma página y buscar los comentarios que redacté el 12/07/2003 y el 21/07/2003 en torno a esta misma cuestión.

Pero las cosas siguen empeorando, tal y como comentaba y presumía hace unos meses. Al margen de la ya probada inexistencia de arsenales de armas de destrucción masiva y de la incapacidad de norteamericanos y británicos para dar con el paradero de Sadam Hussein, el goteo de bajas estadounidenses del que hablaba en el verano, se ha transmutado en una desbocada e incontrolable sangría de vidas humanas. Vidas de jóvenes soldados que al parecer, no tienen el menor valor para un Bush, para un Rumsfeld o para un Chenney que siguen empeñados en mantener una presencia militar en Irak, cada vez más contestada y más rechazada por la opinión pública norteamericana y no digamos ya por la población mesopotámica.

Hasta diarios tan poco sospechosos de antiamericanismo como el ABC, han llegado a recoger informaciones en las que los iraquíes expresan su más absoluto rechazo a la presencia de unas tropas que cada vez controlan menos la situación y que día a día, tratan peor a quienes en teoría, fueron a liberar. El mismo diario plasma datos estremecedores recabados por sus enviados especiales, en el sentido de que la población civil celebra cada vez con más alborozo los asaltos a los convoyes de suministro, las explosiones de minas bajo los "jeeps" y camiones yanquis, el derribo de aparatos de transporte con docenas de soldados americanos, o el ametrallamiento de patrullas de marines. Cuanto más grave y más sangriento es el desastre, mayor algarabía entre los iraquíes. Un macabro círculo vicioso de desconfianza y mutuo rebote entre soldados y población civil que sólo puede ir a peor.

No entro a valorar el origen de estos atentados, pues me resulta claro que hay una resistencia iraquí espléndidamente organizada por no se sabe muy bien quién y que además, tiene que estar recibiendo forzosamente ayuda exterior de comandos terroristas entrenados en otros territorios árabes. Entre los unos y los otros, han encontrado el modo de mojarle la oreja al gigante americano y hacerle morder el polvo de desierto iraquí.

Yo no me alegro por lo que le sucede a los soldados americanos. Me entristece y mucho. Porque de los que allí mueren, muchos tendrán mi edad, algunos mis estudios y todos, con muy pequeñas variaciones, un modo muy similar al mío de ver la vida, la familia, los amigos y los objetivos personales a alcanzar. Pero me entristece aún más la nueva y sobrada muestra de cobardía y defensa de oscuros intereses de los dirigentes americanos, que prefieren ver como sus soldados caen todas las semanas por docenas en un lejano país y no se atreven a resolver el conflicto embarcándolos de vuelta a su casa.

Los iraquíes en particular y los musulmanes en general, han dado históricamente sobradas muestras de rechazo hacia las tesis democratizadoras y liberalizadoras de Occidente. Siglos de sometimiento a emires, reyezuelos, ayatollahs y mulás no se cambian de la noche a la mañana. Se necesitarán decenios, tal vez siglos, para que cientos de millones de musulmanes terminen percatándose de que el odio al malévolo Occidente que sus déspotas y tiranos buscan insistentemente inculcarles, sólo tiene el objetivo de que la clase dirigente islámica -política y religiosa- mantenga sus históricos privilegios a costa de la miseria y la ignorancia de sus súbditos y sus fieles.

Los americanos y todos nosotros deberíamos darnos cuenta de que nuestra labor allí finalizó con el derrocamiento del régimen. Puede parecer duro, pero el trabajo sobre el terreno que se desempeña actualmente está condenado al fracaso y habría que ir pensando en buscar alternativas más sutiles para permeabilizar a estas sociedades ante los cambios que queremos proponerles.

Y si la preocupación de alguno es el destino del petróleo, sólo añadiré que los occidentales necesitamos comprarlo tanto como los árabes precisan venderlo.

Lucio Decumio.

04 noviembre 2003

Boda de España II

Se han alzado voces contra la decisión del Príncipe de Asturias de comprometerse en matrimonio con una joven periodista plebeya. Es normal y era de esperar. Evidentemente, nunca llueve a gusto de todos. Sin embargo, yo creo que la mayoría de los españoles y también la mayoría de los comentaristas políticos especializados en la Casa Real, han aceptado de buen grado la determinación que ha adoptado Don Felipe. Todos coinciden y yo coincido con ellos, en que el Príncipe es una persona preparadísima, con la cabeza muy bien amueblada y que sabe perfectamente lo que le conviene a él, a la Corona y por extensión, a España.

Desde su nacimiento y durante los decenios subsiguientes, su vida ha estado enfocada y planificada hacia una finalidad exclusiva. La de convertirse en un hombre preparado para desempeñar el cargo que por herencia le corresponderá en el futuro: el de Rey de España. Ha dispuesto de los mejores tutores y profesores; ha estudiado en las aulas más notables, pues de todos es sabido que hizo COU en un exclusivo centro canadiense y al cabo de los años, un máster en Relaciones Internacionales en USA; también ha cursado estudios de Derecho como uno más en centros menos selectivos, como la Universidad Autónoma de Madrid; ha pasado un año en cada uno de los tres Ejércitos, lo que significa que ha empleado el triple de tiempo que cualquier otro español sirviendo en armas; ha viajado por toda la Nación y por ello conoce gentes, pueblos y ciudades al detalle; y ha representado a España y a la Corona en multitud de actos internacionales en los que ha sido admirado y respetado.

Todo esto no hace sino indicarnos, al menos a mí, que se trata de una persona con una preparación académica y un conocimiento de su función representativa de España y su Monarquía, excelentes. Si su cognición es tan vasta, si su discreción privada y su actividad pública han sido siempre tan exquisitamente pulcras, ¿qué ha de llevarnos a dudar de su buen juicio a la hora de elegir una esposa adecuada y ajustada a la esfera en la que se ha de desenvolver?

Insisto. Mejor que nadie, el Príncipe conoce reglas y usos de protocolo, la vida y la cortesía diplomática, las Relaciones Internacionales y el orbe político y la sociedad en la que vive y se maneja. Así que ¿quién mejor que el Príncipe para elegir en calidad de esposa, madre y Reina, a una mujer que se pueda adaptar a todas esas exigencias?

Si ha escogido a esa mujer, de la que además asegura sentirse enamorado y correspondido, en la plebe y no en una línea de azulada extirpe europea, seguro que le sobran las razones para haber obrado de tal modo. La chica está muy bien preparada. Es inteligente, bella, simpática y con toda seguridad, se ganará el respeto y el cariño de los españoles como Princesa primero y como Reina después. A Lucio Decumio no le cabe la menor duda. Y aun a riesgo de que se me pueda acusar de patriotero, insisto en la idea de que prefiero a una plebeya universitaria española como Reina, que a una princesa europea de cualquier país escandinavo.

Apelar a viejos y periclitados valores de tradición diferenciadora entre la realeza y la plebe, o pérdida de esencia de la primera al entrar en contacto tan directo con la segunda, con el fin de criticar la decisión de Su Alteza, no me parece de recibo. Al igual que la vida y la sociedad evolucionan, así han de hacerlo también las instituciones que la gobiernan o la representan. Y más en una época tan cambiante y dinámica como la que nos ha tocado vivir.

Y la evolución que se plantea en este caso, no sólo no me parece condenable. La aplaudo.

En último término, si algo me molesta de todo esto, aunque poco, que no me quiero poner a mal con la Realeza, es no haber sido yo el que haya capturado a tan suculento ejemplar de mujer.

Lucio Decumio.

03 noviembre 2003

Boda de España

Ha sido la gran noticia del fin de semana, pero yo iría más allá. Más allá del mero hecho de que se haya confirmado el compromiso matrimonial del Príncipe de Asturias con una joven y bella periodista de TVE y de la alegría que puede haber desencadenado en toda persona de bien que habite España. Porque todo el mundo se ha detenido en glosar la figura insigne y egregia de nuestro Príncipe, así como la gran categoría personal y profesional de su prometida, pero pocos, nublada la mayoría por los aspectos más superficiales de este acontecimiento, han llegado a profundizar en la vital importancia que para la pervivencia de nuestro sistema político tiene este anuncio.

El Príncipe de Asturias, pese a su juventud, es un hombre que en el plazo de tres meses cumplirá 36 años. Para la imagen de la Corona, para su pervivencia como institución y lo que es más importante, para su mantenimiento como eje engrasador y vertebrador de la convivencia política y social de nuestro país, la prolongación de la soltería del Príncipe podía llegar a ser una cuestión preocupante. Lo cierto es que a mí, no era algo que me quitara el sueño, aunque si uno se paraba a pensar en las posibles consecuencias de su pertinaz querencia por la vida de soltero, podía llegar a estremecerse.

En este estado de cosas y dado que en los últimos años ha habido comentarios y habladurías de todos los colores, especialmente en el ámbito de la nauseabunda proliferación de espacios televisivos dedicados a la disección de las vísceras de los famosos, las innegables conquistas principescas podrían haber llegado a tener en algún momento, no excesivamente lejano, una repercusión excesivamente notable, que hubiera podido poner en tela de juicio ante los españoles, la impecable imagen de la Institución Monárquica.

Por ello, el anuncio del compromiso de Su Alteza, callará bocas, cerrará espacios de pestilente debate, apartará de lado conjeturas y quinielas matrimoniales y pondrá a todos los españoles a remar en la misma dirección, con la esperanza y la ilusión en la llegada de la fecha de un enlace del que todos, en mayor o menor medida, seremos partícipes.

El anuncio del enlace y la inminente boda real, garantizan, en definitiva, la pervivencia de la Monarquía Parlamentaria Española, figura e Institución aglutinadora y leal con sus súbditos, que con el paso de los años y la afirmación democrática experimentada por nuestro país de su mano, se ha ganado la admiración, el respeto y el cariño de todos los españoles de bien.

Creo que el Príncipe ha elegido sabiamente. Formación, categoría e inteligencia tiene para hacerlo. Una chica joven, guapa, preparada, española, ya conocida por la inmensa mayoría de sus compatriotas y que transmite seriedad, profesionalidad y simpatía. Alguien puede aducir que su carencia de vínculos con la aristocracia y la Realeza Europea más añeja puede jugar en su contra a la hora de desempeñar el fundamental papel que se le tiene asignado, pero no creo que sea óbice. Estoy convencido de que los españoles nos sentiremos más cercanos a una joven universitaria de nuestro país, que a cualquier princesa belga, sueca o danesa -y viceversa- que se hubiera escogido por motivos estrictamente protocolarios.

Mis más sinceras felicitaciones a la pareja.

En otro orden de cosas, decir que Lucio Decumio hubo de coincidir por fuerza en la Facultad de Ciencias de la Información con la futura Princesa de Asturias y Reina de España. Visto que nació el 15 de Septiembre de 1972, debió hacer acto de presencia en la Facultad un año después que un servidor, que llegó con retraso un retraso de otro en virtud de unos repasos de última hora a algunas asignaturas de COU que me ocuparon unos exiguos y desdeñables 12 meses.

Debió por tanto, estar un curso por detrás de mí y es muy posible que en mi último año en la Facultad, en el que tuve que repetir varias asignaturas de Quinto Curso tras mi estancia en ABC -curiosamente ella también anduvo por allí en fechas similares- coincidiéramos en algunas clases. Será extremadamente difícil, pero me gustaría poder algún día confirmarlo.

Porque, ¿Hay alguien a quien no le gustaría presumir de haber sido compañero de aulas de la Reina de España?

Lucio Decumio.