30 septiembre 2003

No sé sobre qué puedo escribir hoy

Me veo por primera vez desde que escribo en este blog, ante el vértigo del escritor -muy dadivoso por mi parte considerarme como tal- que se encuentra bloqueado frente a una hoja en blanco y no sabe, no puede o no quiere redactar absolutamente nada. He tratado de buscar inspiración aquí y allá, pero hoy me fallan y me faltan mis tradicionales musas, es decir, las noticias y la actualidad.

Desde hace varios años, aproximadamente ocho, tal vez nueve, pende de la pared de mi habitación un marco barato de color negro que hace las veces de cortil o cortijo para más de 140 rostros, la mayoría juveniles, repletos de esperanzas e ilusiones en el futuro. Otros seis semblantes, fogueados y rasgados por un trayecto vital cargado de experiencias, presiden y encabezan al heterodoxo rebaño de bisoños y noveles licenciados.

Es una orla. Es mi orla. En ella me encuentro y me veo, tal y como era en 1994, rodeado por compañeros y compañeras que durante más de cinco años formaron parte de mi día a día, de mi vida y de mi forma de entenderla, de mis inquietudes, de mis ansias, de mis anhelos y de mi apuesta por un futuro triunfal. Los veo ahora, me veo ahora, ahí colgados de la pared de mi habitación y me asaltan mil y una preguntas acerca de su paradero y de sus logros. Una vez formamos un tronco común que incluso pudo llegar a parecer homogéneo. Pero ese tronco se fue ramificando y por cada una de esas ramas, hubo de transcurrir el irrepetible devenir individual de cada uno de esos 137 compañeros que me rodean.

Circunstancialmente he topado con alguno de ellos en estos últimos años, pero han sido encuentros casuales, sostenidos por las débiles pinzas de lo efímero en las bulliciosas calles de Madrid, en el no menos caótico Metro capitalino o en algún atiborrado y tumultuoso bar. Coincidencias fugaces en las que las espontaneidad y la naturalidad de antaño, habían sido sustituidas por culpa del absurdo transcurrir del tiempo, en rigor y premura.

Me agradaría enormemente saber qué fue de la vida y de los sueños de todos aquellos alumnos que superpoblamos la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid entre 1989 y 1995. Muchos eran mis amigos y amigas, de los que creí firmemente en algún momento que jamás me separaría. Quimera juvenil, casi adolescente, aquella que promete lealtad y apego eterno tras incontables horas de etílico hermanamiento y que con los años se desvanece, como al alba se evapora la bruma que cubre la escarpada costa.

Hay algunos a los que ni siquiera conocí, pero cuyos rostros me son resueltamente familiares, pues me han acompañado largos años desde el silencio, el sigilo, quizás la complicidad. Pero a otros y otras los traté en la amistad, en la sonrisa, en la carcajada y en el llanto, mientras que de alguna me enamoraba, como sólo se enamora un adolescente que acaba de romper el cascarón. Y no sé cuál ha sido su ruta, su destino, su acomodo o su victoria, personal y profesional. Tal vez muchos sigan como yo, buscando y no encontrando el futuro que soñaban hace ya tantos y tantos años. Y cómo no, me inquieta la certeza estadística de que alguno haya hecho pie en un funesto puerto desde el que no haya podido volver a hacerse a la mar.

Aquella época pareció un lapso detenido e inmutable, pero la vida y el tiempo son implacables y trastocan hasta lo que parece más inalterable.

Hoy era el día cursi de Lucio Decumio.

Lucio Decumio.

28 septiembre 2003

Planes malévolos

Desde que lo presentara en el Parlamento Vasco hace escasas 48 horas, el Plan Ibarretxe ha recabado las críticas y las adhesiones esperadas. El Partido Popular, el PSOE y las organizaciones que con la palabra y la razón luchan en el País Vasco contra las imposiciones nacionalistas y la violencia de su extirpe de salvajes, se han mostrado radicalmente en contra del citado plan. También se han posicionado frente a este residuo del intelecto humano, expertos juristas, académicos, intelectuales y toda persona de bien con dos dedos de frente.

A su favor, la misma morralla nacionalista y filo-comunista de siempre que ha convertido al País Vasco en un antojadizo cortijo de oscuros intereses y amenazas cada vez menos veladas. Incluso los nacionalistas catalanes y gallegos, haciendo honor a viejos tratos y pactos y sobre todo, a la comunión de intereses que les une, han acogido con entusiasmo las paranoicas propuestas de Ibarretxe y los suyos. Y cómo no, tratándose como se trata de un plan que recoge un elevadísimo porcentaje de las tradicionales reclamaciones batasunas y etarras, éstos últimos no podían sino aplaudir con fervor las líneas generales de la hez.

Ya han hablado todos aquellos que tenían algo que decir en torno al sarcásticamente denominado por el lendakari "Plan para la Convivencia" pero no me resisto a hacer unos rápidos comentarios al respecto.

-No es un plan para la convivencia. Busca la rendición incondicional de la mitad de los vascos y del resto de los españoles ante las tesis separatistas defendidas durante cuarenta años a tiro limpio por ETA y aplaudidas en cómplice silencio por el PNV. Recordemos que ETA no es sino una escisión que se produce en el PNV en 1959 y que decide tomar la senda de la violencia y del asesinato como sistema para mellar al régimen franquista y obtener la independencia del País Vasco.

-Es un plan agresivo y expansionista, pues no renuncia a establecer las relaciones que crea oportunas con Navarra y el País Vasco Francés, una vez que se haya consumado el proyecto en todos sus términos. Eso, traducido desde el abrupto lenguaje nacionalista a palabras que cualquier mortal pueda entender, significa presión incansable e incondicional sobre estos territorios hasta lograr su anexión al proyecto monomaníaco. Es decir, la psicosis y el conflicto llevados hasta sus últimas consecuencias.

-Chantajea y trata de engañar vilmente a las gentes de bien de Vasconia, buscando hacerles creer que de llevarse a buen puerto nacionalista, este plan traerá la paz y la concordia a una sociedad que ha sido violentamente sacudida por la banda de canallas desalmados de ETA. Traerá la paz -si la trae, que habría que verlo- porque quienes han matado, extorsionado y aniquilado a sus enemigos, ven reflejados en este excremento los objetivos y los réditos que persiguen cuando amenazan y destruyen a sus adversarios. Será sin duda, la paz de los asesinos y de sus cómplices.

-Aunque Ibarretxe busca ofrecer un perfil dialogante e inocuo al mantener determinados lazos políticos y económicos que le unan a España, el Plan de la Discordia sólo es el penúltimo escalón que el nacionalismo vasco tendría que subir hasta ver cumplido su programa de máximos. Una vez rota la Caja Única de la Seguridad Social y sobre todo, el Régimen Judicial, los nacionalistas tardarían muy poco en verse agraviados de nuevo por el Estado Español y de este modo, vindicar la ruptura definitiva. Sin un Poder Judicial nacional presente en las Provincias Vascongadas, llevar a cabo esa escisión se convertiría en un juego de niños.

-A este desvarío político le ha puesto pegas todo el mundo, empezando por los empresarios vascos, que desde todas sus organizaciones e instancias lo han considerado inapropiado, arriesgado y rupturista, por utilizar términos políticamente correctos. Lo que los empresarios le han venido a decir una y otra vez al lendakari es que van a perder mucho dinero, muchas inversiones, muchos puestos de trabajo. Pero ni tan siquiera a estos últimos han prestado atención Ibarretxe y su partido en su apuesta por un paraíso ortodoxamente nacionalista.

-Dice tener vocación europeísta. Mentira. Su inclinación natural es hacia el aldeanismo más rancio y ultramontano. Además, la Comisión Europea o lo que es lo mismo, el Gobierno Europeo, ya ha condenado esta delirante aventura que no conduce a ninguna parte, mientras que desde la Convención Europea -redactores de la futura Constitución Europea-, se excluye tajantemente de los artículos de la Carta Magna Europea la posibilidad de que las fronteras de las naciones que integran la Unión, puedan ser violadas del modo en que espera hacerlo el nacionalismo vasco.

-La Constitución, el Estatuto de Guernica y demás estatutos de autonomía han demostrado en los últimos lustros su gran validez como marco político, social, económico, jurídico y de convivencia entre los españoles. No hay guerras en España, sino paz; no hay desórdenes, sino estabilidad; no hay ruina, sino prosperidad; no hay hambrunas, sino recursos; no hay dictadura, sino libertad. Entonces, ¿qué impulsa a estos traidores a tratar de modificar a su antojo las reglas del juego que nos dimos los españoles hace 25 años? Quimeras decimonónicas, alucinaciones colectivas y megalomanía enfermiza por una parte y ansias irreprimibles de perpetuarse en el poder regional para repartirse el pastel, por otra. Y punto.

El Gobierno de la Nación y el PSOE parece que no muestran fisuras ante el penúltimo desafío planteado por el nacionalismo. Es reconfortante, pero más lo sería que entre ambos, Gobierno y PP por un lado y PSOE por otro, fueran acordando poco a poco los pasos y las medidas a adoptar cuando el Plan vaya cumpliendo los plazos previstos por sus creadores. Por que si alguien piensa que estos enajenados van a dar marcha atrás, que se vaya cayendo del guindo, que no va a ser así.

Lucio Decumio.

27 septiembre 2003

Las cinco del viernes

Hoy voy a hacer un alto en el camino entre tanto "post" dedicado a la política nacional e internacional y otros asuntos de pretendido interés social. Esta pasada noche he tenido el infortunio de dormir apenas un par de horas -no salgáis nunca por la noche y os atiborréis de Coca Cola exclusivamente, porque luego no hay quien pegue ojo- y aunque vengo de un largo viaje de más de cuatro horas por extraños y ocasionalmente sugerentes universos oníricos, mi espíritu aún se encuentra sumido en un estado de letargo demasiado acusado como para afrontar retos de gran calado editorial.

Por ello, hoy me voy a valer de la ayuda de un/a "bloggero/a" que cada semana se dedica a lanzar cinco preguntas al ciberespacio para que los que no tengamos otra cosa que hacer, las contestemos. Él/ella llama a estas preguntas "Las cinco del viernes", supongo que con la intención de rendir tributo al quinto día de la semana, pues debe ser la jornada en la que se le pasan por la cabeza y las escribe.

Son preguntas del tipo ¿cuál es tu comida favorita?, ¿cuál fue la última vez que...? o ¿dónde estabas cuando sucedió tal acontecimiento?. Es decir, cuestiones muy banales en la línea de las que se hacen a una chica o te hace ella en una primera cita, por ejemplo, pero que me servirán para completar un "post" de urgencia, ya que me apremia el tiempo para ver el Valencia-Real Madrid e insisto, mi intelecto se niega en redondo a dar más de sí en estos instantes.

Bueno, allá voy con las interrogantes de marras y sus correspondientes respuestas.

¿Cuál es tu libro favorito?

No me quedaría con ninguno especialmente. Por ser los últimos que he leído, por sus detalles históricos, su calidad y amenidad y porqué no, por ser también el origen del "nick" o "alias" que utilizo para presentarme en esta página, me quedaría con la pentalogía de Colleen McCullogh sobre la Antigua Roma. También seleccionaría alguno como El Médico, Los Pilares de la Tierra (algo fantasioso aunque muy entretenido), Moisés, el Profeta Fundador, Sinhué el Egipcio, y una biografía de Napoleón, escrita por Max Gallo.

¿Cuál es tu película favorita?

Tampoco puede uno quedarse con una sola. Se me ocurren varias. Entre las más recientes citaría la serie de "La Guerra de las Galaxias", las aventuras de Indiana Jones, Gladiator, algunas de dibujos de Disney, las dos que se han estrenado hasta la fecha de "El Señor de los Anillos", Titanic, El Sexto Sentido y Braveheart, por detenerme en alguna. Y entre los clásicos, yo me quedaría con El maquinista de la General, Murieron con las botas puestas, Con la muerte en los talones, La fiera de mi niña, Historias de Filadelfia, Casablanca, Uno, dos, tres, Una tarde en la Ópera, Ninotchka y Ser o no ser. Hay millones de obras maestras entre los años 40 y 50, época dorada del cine norteamericano a mi entender, pero estas son las que me vienen ahora a la cabeza.

¿Cuál es tu sabor de helado favorito?

Tarta de queso con arándanos de Hagën Dazs, sin duda.

¿Cuál es tu canción favorita?

Aquí sí que no puedo elegir. Me gustan muchísimos estilos de música -pop, hip hop, rock, tecno-house, dance, clásico- pero ahora mismo, no estoy para realizar extraordinarios ejercicios de memoria que me permitan recordar determinadas canciones. En mi mente hay melodías y algunas letras, pero muchas veces no alcanzo a rememorar el título de la canción en cuestión. Por decir algo y quedar como un tipo labrado y culto ante mi auditorio, señalar que en el coche siempre llevo puesta una cinta con la grabación del concierto que Carreras, Pavarotti y Plácido Domingo ofrecieron en las Termas de Caracalla en Roma, año 1990, con motivo del Mundial de Fútbol que por entonces tuvo lugar en Italia. Se trata de canciones populares rusas, francesas, españolas, alemanas e italianas, cantadas por estos tres genios y entre las que destaca por encima de las otras, la soberbia voz de Plácido Domingo y cómo no, el éxtasis de la interpretación de "Granada" por parte de Carreras. Ésta última la he escuchado infinidad de veces y se me sigue poniendo la carne de gallina.

¿Cuál es tu ciudad favorita?

Soy natural de Madrid y con ella me quedo. Pero he de reconocer que en España he visto ciudades más bonitas, como Barcelona o Vitoria. Y en el extranjero, del que desafortunadamente poco conozco, escojo sin pestañear a París.

Bueno, se terminó por hoy. Gracias al autor/a de estas preguntas por rescatarme y poder escribir algo en el día de hoy, aunque espero no tener que volver a utilizar este recurso hasta dentro de mucho tiempo.

Lucio Decumio.

26 septiembre 2003

Aznar yerra

Desde esta humilde tribuna se ha defendido en más de una ocasión la gestión del Presidente del Gobierno en los distintos ámbitos que abarca su condición. Su etapa al frente del Ejecutivo de la Nación se puede calificar como una de las más prósperas, económicamente hablando, de la Historia de España; la firmeza democrática que ha demostrado contra los más abyectos enemigos de la libertad y de la concordia, los terroristas de ETA y su entorno, ha sido encomiable; el prestigio exterior que ha alcanzado España durante su mandato, sobrepasa con mucho las expectativas más optimistas. En definitiva, el vuelco que ha experimentado nuestro país desde que llegara la poder en 1996 ha sido realmente espectacular, eso nadie se lo puede quitar.

Sin embargo, tal y como se hace glosa en estas líneas de sus éxitos, así me veo en la obligación de hacer constar sus errores, al menos los que creo observar desde mi modesto punto de vista. Y entre los de mayor bulto, se encuentran las palabras que recientemente ha pronunciado en su estancia en Nueva York, en el curso de las reuniones que mantienen los Jefes de Estado y de Gobierno de los cinco continentes dentro del marco de la Asamblea General de la ONU.

Aznar, que cae rendido cual doncella en los brazos de su amado cuando George W. Bush hace su aparición en las inmediaciones, ha venido a decir que espera y desea que el actual Presidente de los Estados Unidos salga reelegido en el cargo en 2004, por el bien de la paz mundial.

Coincido y coincidiré siempre con este Presidente del Gobierno y con cualquiera otro que ocupe su lugar, en la apreciación de que España ha de estar junto a sus históricos aliados norteamericanos en el empuje por lograr un mundo más justo y seguro. Pero donde no puedo estar de acuerdo con él, es en su deseo de que Bush vuelva a dirigir los destinos de la nación más poderosa del planeta durante otros cuatro años. No, Bush no y sólo una razón esgrimiré.

La génesis de muchos de los conflictos diplomáticos y militares que nos han afectado en los últimos meses y que casi nadie trae a nuestra memoria a día de hoy, se remonta a las elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos que tuvieron lugar el primer martes de Noviembre de 2000. Si alguien no lo recuerda aún, el recuento de los votos que tuvo lugar aquella misma noche arrojó un empate técnico entre Bush y el candidato demócrata Al Gore. Los datos parecían claros en todos los estados de la Unión, salvo en Florida y si mis lectores hacen un pequeño ejercicio memorístico, los resultados en este estado tuvieron que ser revisados y examinados con lupa durante varios días, algo inaudito hasta la fecha. Finalmente, el fruto de aquéllos interminables chequeos cayó del lado del candidato republicano por un puñado de votos, lo que significó que todos los delegados de aquel estado estarían del lado de Bush a la hora de que se eligiera presidente.

Dos apuntes al respecto. Primero, creo recordar que desaparecieron urnas y papeletas durante los inacabables recuentos y segundo, algo sobre lo que la memoria no me falla y que considero de capital importancia, dadas las circunstancias: el gobernador del estado de Florida en aquellas fechas -hoy sigue siéndolo- era Jeb Bush, hermano del candidato que salió beneficiado.

No tengo tiempo de detenerme en el pasado del Presidente norteamericano, ni en su árbol genealógico, ni en los distintos intereses mercantiles y económicos en los que, presuntamente, está involucrada su familia y él mismo. Son amplios, oscuros y en ocasiones, casi siniestros y darían para un comentario en exclusiva al respecto.

Asimismo, haciendo abstracción de las distintas decisiones, posturas, discursos y leyes promulgados por Bush y su Gobierno desde que llegaron al poder -muchas de ellas en las antípodas de la justicia, la paz y la seguridad-, sólo el hecho de que su elección se confirmara en campo no neutral, de forma tan sospechosa y apurada debería poner en guardia a cualquiera.

Pero no a Aznar, que parece no querer detenerse en los claroscuros que jalonan la trayectoria política y personal de George W. Bush, no sé muy bien si por convicción personal -espero que no sea así- o por determinadas ventajas políticas y económicas que pudiera obtener España. Aun poniéndonos en este último caso, que a Aznar le moviera el exclusivo interés nacional en su apuesta personal por Bush, estimo que convendría matizar en algo ese seguidismo y ese apoyo irredento del que hace gala el Presidente español, pues bien podría volverse en contra de sus intereses y los de su partido en el futuro.

Habrían bastado las tradicionales y muy diplomáticas palabras de auxilio, sostén y ayuda inequívoca de España a su aliado norteamericano en la tarea de garantizar la paz, la libertad y la democracia en todos los rincones del mundo y hubiera quedado usted estupendamente bien, Don José María.

Lucio Decumio.

24 septiembre 2003

El mundo se apaga

No, no es el título de ningún proyecto editorial sembrado de apocalípticas catástrofes. En realidad me estoy refiriendo a la ola, porque casi no puede denominarse de otro modo, de apagones de luz que está sufriendo Occidente en las últimas semanas.

Todo empezó con el formidable apagón que dejó a oscuras a toda la costa nororiental norteamericana y a la suroriental canadiense. Más de cincuenta millones de personas, Nueva York entera incluida, se quedaron sin suministro eléctrico durante más de un día por un fallo generalizado en el sistema de suministro. El origen del apagón no está aún del todo claro, pero los indicios parecían y aún parecen apuntar al marcado carácter obsoleto del tendido eléctrico estadounidense. El mismísimo Bush tuvo que salir a la palestra y reconocer que la red norteamericana estaba muy anticuada y que era preciso un esfuerzo de modernización.

Un par de semanas después, Londres y alrededores sufrieron otro apagón que dejó a oscuras a la capital del Imperio durante varias horas. Otros cuantos millones de personas quedaron a oscuras y decenas de miles, atrapadas en los subterráneos que recorre el Metro londinense.

Y ayer le tocó el turno al sur de Suecia y este de Dinamarca, con otros dos millones de personas a los que les tocó alumbrarse durante unas horas con linternas y con velas a la espera de que se restableciera el servicio.

Sólo una cuestión al respecto de estos "oscuros" acontecimientos. Al margen de cualquier tipo de consideraciones técnicas, resulta por lo menos curioso y llamativo que cinco de los países más desarrollados del mundo -con toda seguridad en el "top ten" y alguno ocupando puesto de medalla- hayan padecido este tipo de problemas en tan corto espacio de tiempo. Que cada uno saque sus propias conclusiones y elabore sus propias teorías al respecto: excesivo consumo de energía y sobrecarga de la red, fallos en los sistemas o en las centrales, sabotajes, mala suerte, Luis Yáñez haciendo un "tour" por estos países, intervención extraterrestre....

En fin, cualquier cosa puede haber sucedido. No sé lo que opinarán los ciudadanos que se han visto afectados por estos cortes eléctricos sobre sus gobiernos, sus sistemas de suministro energético y la capacidad de reacción de las autoridades ante estos imprevistos, pero sí que me puedo hacer un idea del calado de las protestas de muchos ciudadanos y de algunos partidos políticos si algo de esta índole hubiera sucedido en, por ejemplo, Madrid capital.

Y una última cuestión sobre la que me gustaría explayarme más adelante. Está teniendo lugar en Nueva York, en el edificio de Naciones Unidas, la Asamblea General de la ONU. Como cualquier lector de mi "blog" sabe y si no se lo digo yo, la Asamblea General tiene lugar todos los años y en ella intervienen todos los países que forman parte de la organización supranacional. Las grandes potencias suelen aprovechar la ocasión para que sus Jefes de Estado o de Gobierno intervengan y digan lo que les venga en gana.

Pues bien, hoy ha intervenido George W. Bush y, tragándose su orgullo y su vanidad, ha solicitado a la ONU una mayor implicación en la reconstrucción y en la pacificación de Irak. Kofi Annan no ha desaprovechado la oportunidad que le ha brindado el vaquero tejano y le ha mojado un poquito la oreja indicándole que para lanzar un ataque se necesita la legitimación única de Naciones Unidas, que en su día no terminó de obtener, pese a acogerse a la resolución 1.444 creo recordar. Es decir que le ha venido a decir al presidente estadounidense, que si está metido allí, es porque el solito se lo ha buscado y no ha contado con los demás.

Yo creo que Naciones Unidas finalmente terminará desempeñando un papel preponderante en la reconstrucción y pacificación de Irak, porque no le queda más remedio. Su capacidad y experiencia en conflictos similares no puede ni debe ser desaprovechada. Pero mientras tanto, Kofi Annan y la institución que dirige seguro que hoy se sienten un poco más reconfortados al haber propinado a Bush, una merecida colleja.

Lucio Decumio.

22 septiembre 2003

Crítica cinematográfica

En vista de mi querencia, casi obsesión, por el problema de la violencia etarra, es posible que alguno de los ya trillones de lectores que tiene este "blog" se haya imaginado que voy a hablar sobre la polémica que se ha desatado en el Festival de Cine de San Sebastián por la proyección de la última película de Julio Médem, "La pelota vasca". Pero no lo voy a hacer, sencillamente porque no la he visto y me no me parecería bien hacer crítica, constructiva o destructiva, de algo que no he tenido la oportunidad de ver.

El título del comentario de hoy viene a colación porque en los últimos días, me he dejado caer por algunas salas de cine de Madrid y se me ha ocurrido contemplar dos películas realmente bien hechas y divertidas. Una es americana y se titula "Abajo el amor" y la segunda es española y lleva por título "Días de fútbol".

Empezaré analizando la primera de ellas. Yo creo que quien más, quien menos, ha oído hablar de esta película, al menos en los términos de que se trata de una suerte de tributo u homenaje a las comedias románticas norteamericanas de los años 60, que solían protagonizar Rock Hudson y Doris Day. Y efectivamente así es. La ambientación de la película está perfectamente conseguida y la química entre los actores salta a la vista. El argumento es ágil, los diálogos chispeantes e ingeniosos, hay situaciones de gran comicidad y un final sorprendente, casi en la línea de "El sexto sentido" o "El protegido", pero en versión cómica, evidentemente. En este final del que hablo, debo reseñar la intervención de la protagonista principal de la cinta, Renée Zellwegger, que hilvana un monólogo de casi cinco minutos delante de las narices de Ewan McGregor, que por contenido, expresividad y agilidad, merecería por sí solo un Óscar de Hollywood.

Recomiendo su visionado para todos aquellos que quieran pasar un rato fresco y agradable. Para los que vayan buscando sexo duro, chistes gruesos, gestos obscenos, violencia, tiros, sangre y muerte por doquier hay otras salas y otras películas que tratan muy bien y muy en profundidad estos asuntos. "Abajo el amor", no lo hace.

Y la otra película que he visto es "Días de fútbol". He oído que está producida y dirigida por los mismos individuos que sacaron a la luz una comedia muy aplaudida hace ahora un año; "Al otro lado de la cama". No he visto esta última que cito, pero sí que puedo hablar por la primera. Partiendo de la base de que el cine español en su conjunto me disgusta, he de hacer una notable excepción con este largometraje. Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto y con tantas ganas viendo una película en el cine. Posiblemente desde que vi "Airbag" hace ya unos cuantos años y también "El día de la Bestia". Curiosamente, ambas españolas.

Los actores de esta película se salen, sencillamente. Cada uno está metido en su papel hasta el fondo; el ritmo de la cinta es altísimo; las caracterizaciones, extraordinarias; los diálogos y las intervenciones de los protagonistas, sublimes. En fin, a riesgo de parecer exagerado, a mí me parece que estamos ante una obra maestra de la comedia nacional y además, con letras mayúsculas.

Vuelvo a hacer hincapié en las destacadísimas intervenciones de los actores. Alberto San Juan hace un trabajo extraordinario, María Esteve no puede estar mejor, Guillermo Toledo aparece sólo un minuto pero le sobra medio para demostrar su talento humorístico... pero sobre todos ellos despunta la interpretación del hijo de Héctor Alterio, cuyo nombre de pila no recuerdo en este instante y que en la película da vida a Antonio, un ex-recluso que cuando sale de la cárcel, se mete a taxista mientras intenta sacarse la carrera de Psicología para ayudar en lo posible a resolver las neuras que acucian a sus amigos. Es lo mejor de la película, sin duda. Si veis el film, que no se os escape ni un solo detalle, ni una sola frase, ni un solo ademán de este individuo, porque da un auténtico recital interpretativo el pollo. En una palabra, genial.

En fin, recomiendo a todo el mundo, de cualquier edad, sexo, credo o religión, que se acerque por su cine más cercano y que se gaste los 5,60€ de la entrada y otros cuatro o cinco en palomitas y refrescos, que la inversión bien merece la pena en ambos casos.

Lucio Decumio.

21 septiembre 2003

Nuevo insulto a las víctimas y a la sociedad

Se ha cometido el penúltimo atropello contra la memoria de las víctimas del terrorismo etarra. El encargado de perpetrarlo en esta ocasión ha sido el consitorio de Mondragón, Guipúzcoa, al hacerse cargo del pago de 10 facturas de 120 euros cada una, que corresponden a otros tantos pedidos de libros realizados por otros diez de los más desalmados criminales -afortunadamente ya en prisión- que ha dado a luz la serpiente etarra.

Por lo que parece, las facturas fueron remitidas al Ayuntamiento por la coordinadora del Programa de Estudios de la Universidad del País Vasco para alumnos reclusos. En la misma misiva, se solicitaba a los responsables municipales que se hicieran cargo del abono de las facturas tal y como habían hecho en anteriores ocasiones. Curiosamente, sólo cinco de los diez presos terroristas se encuentran matriculados en alguna carrera.

Es evidente que no he venido hasta aquí para protestar por la cuantía de la subvención que el Ayuntamiento que les vio nacer les otorga para que adquieran libros de cara a mejorar su puesta a punto académica. Tampoco reclamo contra la picaresca que se puede ocultar tras el hecho de pasar diez facturas cuando deberían haberse pasado sólo cinco. No, tampoco eso me escandaliza.

Lo que me pone los pelos de punta, me temo que también por penúltima vez, es contemplar como día tras día se sucede sin solución de continuidad, un interminable y desesperante goteo de agravios y ultrajes contra todos aquellos que viven el día a día en el País Vasco instalados en el dolor, el miedo y la amenaza. No sólo han de soportar la persecución paranoica de los asesinos y de sus siervos políticos sino que cíclicamente, se ven obligados a tragar los sapos que sus gobernantes municipales y regionales les sirven en forma de ofensas como ésta, o como la de la purga del párroco de Maruri, o como la de las subvenciones recibidas por familiares y amigos de presos etarras para que les visiten en las cárceles que se encuentran más allá del País Vasco.

Hace unos días hablaba de que en España se venía produciendo desde tiempo atrás, una inquietante alteración del orden moral de las cosas. Los vítores y las aclamaciones de que son objeto aquellos que roban, intrigan, trepan y engañan son cada vez más frecuentes y se convierten en una bofetada en la cara de todos aquellos que honradamente trabajamos para ganarnos el pan. Aún así, esta cuestión se hace soportable porque ni nuestras vidas, ni la de nuestros seres queridos, se encuentran bajo una permanente amenaza.

Sin embargo, esto último sí que sucede en el País Vasco, así que cualquiera puede imaginarse como debe sentirse la mitad de la población que allí vive y que tiene que tolerar y padecer los besos, las ovaciones, las palmaditas y las subvenciones que reciben, desde casi cualquier instancia pública gobernada por partidos nacionalistas, aquéllos que les amenazan y que les liquidan.

Y lo peor de todo es que creo que estas injuriosas decisiones que adoptan los gobernantes nacionalistas con tanta frecuencia y alegría, son sólo la punta del iceberg de un estado de cosas que huele a podrido desde hace muchos años en aquella bella y atormentada región de España.

Una última cuestión. Para que nos hagamos una idea de qué tipo de carnívoros reciben estas "becas de estudios", me detendré en la figura de Jesús Mari Zabarte Arregui. Este caimán desalmado, que fue, para mayor sarcasmo, carnicero de su pueblo, había participado antes de ser detenido por la Guardia Civil, en más de veinte atentados. Estaba asimismo acusado de nueve asesinatos.

Según la información que he podido recabar, llegó a declarar ante la Benemérita que depués de participar en el ametrallamiento de varios policías nacionales que desayunaban en un bar de Rentería, matando a cuatro e hiriendo a dos, pararon después la ambulancia que trasladaba a uno de estos últimos y remataron a la víctima.

¿Es o no es para gritar de rabia e impotencia?

Lucio Decumio.

20 septiembre 2003

Rey del crimen

Bien, está claro que hoy va a resultar imposible conciliar el reparador sueño vespertino del que tenía previsto disfrutar y que previsiblemente ayudaría a cicatrizar las heridas que deja en el organismo el trajín de toda una semana de trabajo. En virtud de la celebración de la Septuagésimo Octava Edición del Encuentro Musical y de Baile por el Hermanamiento Andino, que curiosamente suele tener lugar encima de mi cabeza y la de mi familia casi todos los sábados por la tarde, he decidido introducir el CD de la banda sonora de "Gladiator" en el lector del PC, dejarme llevar por sus extraordinarias sinfonías de guerra y de paz y ponerme a escribir alguna cosilla en mi "blog" personal.

Bueno, parece que se va arrojando luz sobre dos de los más espeluznantes crímenes que se han cometido en España en los últimos años. El de Rocío Wanninkhof en Mijas y el de Sonia Carabantes en Coín. Según apuntan todos los indicios, así como las investigaciones en curso, el ciudadano británico Tony Alexander King se perfila como el más que seguro autor de ambas carnicerías. Además, por lo que estoy leyendo en estos instantes en Internet, el presunto asesino se ha declarado autor material de los dos crímenes, no relacionando con el primero de ellos a la única condenada hasta la fecha por el mismo, Dolores Vázquez.

Y todo ello, gracias a una huella de la que hasta la fecha, sólo habíamos oído hablar lejanamente. La huella genética. El chacal la había dejado tras de sí en la piel encontrada en las uñas de Sonia y en la saliva depositada en un cigarrillo que se encontró en las inmediaciones donde fue hallado el cuerpo sin vida de Rocío. De cara al público en general, la detención de este individuo supone un auténtico alivio, especialmente teniendo en cuenta la gran alarma social que se desencadenó tras el detalle de estos dos macabros sucesos. Y lo que es mejor, abre enormes expectativas de resolución en casos similares que puedan producirse en el futuro o que ya hayan tenido lugar y estén en vía muerta.

Y tratando de llegar más allá, gracias al pormenorizado y concienzudo trabajo de los laboratorios policiales, los delincuentes tienen cada vez más complicado escapar a la acción de las Fuerzas de Seguridad y a los procesos judiciales que se deriven de sus ilícitos actos. Habrá sin embargo que seguir con mucha atención cómo evoluciona la Ley en torno a un asunto tan complejo, del que se tienen tan pocos datos y que podría ser susceptible de ser utilizado espuriamente si no hay un control exhaustivo sobre él.

Y otra cuestión que me viene a la cabeza, muy relacionada con estos crímenes. Si se confirman todos los datos que maneja la investigación, incluido el autoinculpamiento de King en relación al asesinato de Rocío, alguien tendrá que responsabilizarse de la injusticia que podría haberse cometido contra Dolores Vázquez, la única condenada en su día por el asesinato de Rocío Wanninkhof. Como se recordará, antes de que se la hubiera juzgado, Mijas entera ya la acusaba como homicida, la familia de Rocío, empezando por su atormentada madre, hacía lo propio y finalmente, un jurado popular la condenaba a prisión por aquel espantoso crimen.

De aquí quisiera extraer varias conclusiones. Una, la sociedad, ante casos tan pavorosos como el de Rocío Wanninkhof, suele quedar muy descolocada y reacciona con un miedo que pone los pelos de punta. En cuanto algunas pistas, por nebulosas que sean, señalan a algún sospechoso, la muchedumbre se lanza sobre éste como una horda. Trata así de apaciguar su dolor y su rabia en la figura de un chivo expiatorio con el que tranquilizará su maltrecho ánimo y tras cuyo linchamiento, podrá volver cuanto antes a la normalidad violentamente perdida. Las autoridades tienen el deber de evitar estas reacciones primitivas.

Y segundo; visto lo visto, la figura del jurado popular queda, al menos desde mi punto de vista, bastante tocada. Seguro que muchos reos habrán sido injustamente condenados por un juez, pero yo creo que la figura del mismo ofrece más garantías de un veredicto justo al inculpado, pues su conocimiento de la Ley es profundo y en principio, no puede verse influenciado por elementos como el pánico social o la confianza quebrada, aspectos que sí que pueden alterar el proceder de un jurado popular. E insisto, pese a su rostro nada amable y a su expresión permanentemente congestionada, si se confirma la inocencia de Dolores Vázquez, alguien tendrá que asumir las consecuencias del error que la Justicia cometió con esta mujer.

Lucio Decumio.

19 septiembre 2003

El mundo al revés

No voy a decir nombres. Ni falta que hace. Al igual que sucedió hace un par de meses, cuando un muy cercano familiar se vio afectado por la quiebra de la constructora que debía edificar su vivienda, encontrándose ahora sumido en un laberinto legal de no muy despejado horizonte, hoy he sentido rabia, impotencia y ganas de coger a los responsables de la injusticia por el pescuezo y decirles en su cara lo cobardes y mandilones que son.

Yo no sé qué clase de sensación pre-orgásmica invita a mucha gente en nuestro país a solidarizarse con el verdugo, con el canalla y con el aprovechado, al tiempo que se ensaña obscenamente con la víctima, pero observo con creciente preocupación que esta repugnante inversión moral se produce -y me temo que se reproduce- cada vez con más frecuencia.

Pasaré a relatar los acontecimientos. Hace unos meses, un amigo mío entrevistó para el puesto de cajera en la sucursal de una importante multinacional de la que es director, a una chica cuyo currículum le había hecho llegar el director de otra sucursal de la misma empresa, paisano de la interesada. Durante las primeras semanas, la joven parecía despuntar en su labor y los responsables de esta oficina se mostraban encantados con su trabajo, especialmente mi amigo, el director.

Sin embargo, pasados los meses, el equipo de dirección del establecimiento detectó importantes descuadres en los balances de caja. Estos desajustes se cifraron en una cantidad que no determinaré, pero que permitiría comprar en un solo plazo, un buen coche de segunda mano, por poner un ejemplo. Inmediatamente mi amigo -el director- y su equipo de gestión levantaron su dedo índice contra aquella avezada cajera que tan buenas sensaciones y perspectivas había despertado en sus inicios en el puesto. Puesta ante el brete de tener que devolver el dinero que había sustraído, o ser denunciada, la chica reconoció el hurto, prometió reintegrar el importe detraído y fue despedida.

Evidentemente, este asunto llegó a más altas esferas de la multinacional, donde se tomó la decisión de no iniciar acciones judiciales contra la joven y avispada ratera, puesto que éstas terminarían por sumar un coste superior al montante total de lo robado por la ya ex-cajera. Y ante los atónitos ojos de mi amigo y de su equipo de dirección, los responsables de zona le obligaron a suspender de empleo y sueldo por tres días a la persona que había dado la voz de alarma y detectado las malas artes de la funesta empleada. Esa persona, a la que los ignominiosos superiores de zona obligaron a mi amigo a sancionar, forma parte del círculo de amistades de mi colega y también mío, así que cualquiera puede hacerse una idea de la papeleta y de la situación por la que ha tenido que pasar mi amigo, el director de la sucursal de esta infamante multinacional.

He planteado muchas veces la comparación o el símil y no me resisto a volver a hacerlo en este "blog". Imaginemos que somos -como naturalmente somos- unas personas decentes, trabajadoras y honradas que nos vamos tranquilamente de vacaciones a disfrutar de unos merecidos días de asueto. Cuando volvemos a nuestro hogar, nos encontramos con que éste ha sido asaltado y desvalijado. Nuestro disgusto no puede ser mayor, así que lo primero que se nos ocurre es, presos de un desasosegante desamparo, llamar a la Policía que rauda, se presenta en nuestro domicilio. Les decimos lo que ha pasado, qué nos hemos encontrado y pedimos consejo para que nos ayuden a presentar una denuncia. Hasta aquí todo normal. Pero si los acontecimientos se desarrollaran como los que anteriormente he expuesto y que obviamente son verídicos, la reacción de la Policía bien podría ser la siguiente:

-"No señores, no presenten ninguna denuncia porque no vamos a encontrar a los responsables del mayor disgusto que se han llevado en sus vidas. Ni tan siquiera vamos a investigar el caso, porque es inútil. Ahora bien, como han sido ustedes unos imbéciles y unos necios, vamos a llevarles esposados al calabozo por haber sido tan incautos y haberse dejado robar en su domicilio. Y después, iniciaremos las pertinentes y obligadas diligencias judiciales para que queden debidamente escarmentados".

-"¡¡Pero oiga, si nosotros somos los afectados!! Las víctimas del robo hemos sido nosotros, nos han quitado todo lo que teníamos de valor en nuestra casa y aún así, ustedes, que son la Policía, quienes deben proteger a los ciudadanos de los abusos de los delincuentes, me dicen en mi propia casa que no sólo no van a perseguir y a atrapar a los responsables de este atraco, sino que además, van a hacer todo lo posible por empapelarnos, con la excusa de que somos unos descuidados y nos hemos dejado robar. Pero esto es inaudito, no me lo puedo creer".

-"Pues créanselo. Este mundo es de los listillos, de los trepas, de los enchufados, de los caraduras, de los jetas, de los manguis y de los enterados, pero no de gente como ustedes, personas honradas, trabajadoras y sobre todo estúpidamente confiadas en la bondad de los demás. De hecho, no sólo vamos a denunciarles por haberse dejado robar, que ya hay que ser memo, sino que vamos a intentar hacer todo lo posible para que paguen por su virginal candidez y por su falta de picardía y desvergüenza. ¡¡A ver si espabilan, que estamos en el siglo XXI, hombre!!".

Pues eso. Yo quisiera saber cuándo vamos a dejar en nuestro país de admirar, mimar y reverenciar al sinvergüenza y al descarado y se le va a tratar como lo que es; un vulgar delincuente que debe pagar por los atropellos cometidos contra la figura de sus íntegros conciudadanos.

Lucio Decumio.

17 septiembre 2003

Selecciones autonómicas

No hay forma de que se bajen de la burra. Los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos siguen erre que erre tratando de meter un gol, una canasta de tres puntos o lo que sea, a toda la sociedad española, sacando cíclicamente a debate su exigencia de que sus respectivas selecciones autonómicas tengan oportunidad de participar en las competiciones oficiales que organizan la FIBA, la FIFA, el COI o quien sea. Ellos lo llaman, "legítima aspiración que debe respetarse como reflejo de la plurinacionalidad del Estado". Para mondarse de la risa en sus propias narices.

Afortunadamente ayer se rechazaron en el Congreso de los Diputados varias proposiciones no de ley, formuladas por los grupos parlamentarios vasco, catalán y gallego. Los tres solicitaban el reconocimiento internacional para competiciones oficiales de las selecciones autonómicas, con razonamientos tan peregrinos como que esas selecciones son la aspiración mayoritaria de las tres comunidades autónomas a las que representan, o que las relaciones internacionales en el mundo del deporte son entre "entes privados" y que en las competiciones internacionales quienes están representadas son "las distintas federaciones deportivas y no los estados".

Como era de esperar, ante este cúmulo de sandeces manifestadas por los portavoces de los grupos nacionalistas, el PP se opuso tajantemente con el argumento de su inviabilidad jurídica y política. Como era también de esperar, los mentecatos del PSOE se abstuvieron, no fueran a acusarles de fascistas, españolistas o de seguidismo de las perístasis expuestas por los "populares". Yo cada vez me sorprendo más con las posturas irracionales que adoptan una y otra vez los dirigentes socialistas y me pregunto qué pensaran los millones y millones de votantes del PSOE ante la peligrosa deriva de radicalización que ha emprendido sus representantes de unas fechas a esta parte. Muchos de ellos, nada bueno de estos dirigentes blandurrios y acobardados.

Lo de los nacionalistas ya no sorprende tanto. Son muchos años los que llevan reivindicando, pidiendo, chantajeando y abusando en nombre de los ciudadanos a quien dicen representar y han sido muy pocas las veces que se les ha puesto pie en pared. Por ello, no cejan en su empeño de continuar exigiendo prebendas y bicocas al Gobierno de la Nación de turno, como pago a presuntos agravios del pasado. Pero lo peor es su inveterada inclinación por confundir sus deseos con la realidad y no querer ver más allá de sus delirios y de sus fantasías. Ello les lleva a hablar por boca de todos los catalanes, de todos los vascos y de todos los gallegos, cuando millones de ellos, ni simpatizan con esas ideas decimonónicas y mucho menos, votan por ellas.

Yo no creo que sea particularmente rentable en el aspecto político, la insistencia de estos mandatarios de medio pelo en que las selecciones autonómicas obtengan una representatividad internacional de la que ahora mismo carecen, pues obvian premeditadamente el nudo gordiano de todo este asunto, especialmente en deportes de gran calado y en los que se mueven grandes cantidades de dinero como el baloncesto o sobre todo el fútbol. Hablan y no paran de la presencia de las selecciones como Escocia, Gales e Irlanda del Norte en las competiciones internacionales pero callan la realidad de que cada uno de estas regiones británicas tiene su propio campeonato de Liga. Si piensan que el Deportivo de la Coruña, el Celta, el Athletic de Bilbao, la Real Sociedad, el Barcelona o el Español, pueden mantener sus multimillonarios presupuestos jugando contra el Muxía, el Lugo, el Bermeo, el Andoaín, el Gramanet o el Granollers, van listos.

Pero evidentemente no desean eso. Lo que esperan es acumular el prestigio y la gran imagen política que ganarían ante su electorado presidiendo un partido de clasificación para el Mundial de la selección de Cataluña, del País Vasco o de Galicia, al tiempo que mantienen a los clubes de sus respectivas regiones dentro de la Liga más competitiva y atractiva del orbe, la española.

En esta época utilitarista y de bajo compromiso ético y moral que nos ha tocado vivir, se busca permanentemente ejercer sin cortapisas el sacrosanto derecho de asimilar lo que nos conviene y a continuación, esquivar obligaciones y compromisos que nos puedan resultar lesivos.

Y eso no puede ser así y debe cambiar.

Lucio Decumio.

16 septiembre 2003

ETA y la CIA

Muy llamativo el título de mi comentario de hoy, pero no voy a relacionar a unos y a otros. En realidad, quiero dividir mi humilde intervención cibernética del día de hoy en dos partes. La primera, irá dirigida a expresar mi inocultable recocijo por la muerte, tras duro enfrentamiento con una patrulla de la Ertzaintza, de un aprendiz de asesino, de una hiena recién destetada que salía por primera vez de su guarida en busca de sangre inocente con la que saciar su apetito y justificar su odio.

No soy persona que se muestre gozoso y alegre por las desgracias ajenas, ni que vaya deseando la muerte y el dolor a mis semejantes, ni mucho menos. Espero que nadie me interprete mal. No me alegra la muerte del sujeto en sí misma, como acto de extinción de una vida humana. Lo que alboroza mi espíritu es saber que alguien cargado del suficiente odio y resentimiento como para acabar con la existencia de sus iguales, simplemente por el hecho de no compartir su inicuo ideario político, ya no podrá proseguir su alocada carrera criminal. No llegarán a saberlo nunca, pero a mucha gente inocente -tal vez yo, tal vez tú, querido lector-, hoy se le ha borrado para siempre de su calendario una fecha fatídica. Aquélla en la que el pútrido hálito de muerte que habría podido exhalar este becario del crimen, se hubiera cruzado en su despreocupado camino.

Y desde aquí, mis deseos de una pronta y satisfactoria recuperación para el policía autonómico herido en el enfrentamiento con las inexpertas alimañas. Esperemos que el PNV o el Gobierno Vasco de Ibarretxe no lo depuren por haber cumplido ejemplarmente con su deber de proteger a la ciudadanía.

En otro orden de cosas, los lectores que ante mis comentarios tengan la suficiente paciencia y empuje como para alcanzar la base de la página haciendo "scroll", habrán podido contemplar que desde hace unos días un singular contador de visitas, con números fantasmagóricos incluidos, se yergue orgulloso ante el navegante y le indica cuántos han podido precederle.

El contador lo abrí en una página que se llama "miarroba.com". La verdad es que tiene multitud de funciones y elabora decenas de estadísticas y análisis sobre las visitas que llegan a la página. Es curioso ver cómo me han llegado visitantes a través de servidores de Brasil, Australia, México, Reino Unido y multitud de países más. Lógicamente, la mayor parte de las entradas provienen de servidores españoles y el hecho de que lleguen internautas desde servidores situados en los cinco continentes, tampoco siginifica que tenga un auditorio tan heterogéneo. Sé positivamente que el navegante que llega a través de rutas tan exóticas, puede estar sentado en una oficina de Barcelona o en su domicilio de Zamora.

Pero hay algo que empieza a escamarme. Tal vez, víctima de algún síndrome fantasioso generado en mi cerebro a partir de mi apocada y mohína existencia, quiera sentirme partícipe de alguna ensalada pre-conspiratoria, pero casi el 20% de las visitas que he recibido, han llegado desde un servidor emplazado en Washington D.C. El contador siempre indica cuál es la dirección del servidor desde el que me llega la visita, pero no en este caso, pues permanece oculta.

Sé que carezco de la más mínima resonancia, pero me ha dado por pensar que, dado que me paso los días hablando de terrorismo, de los atentados contra las Torres Gemelas, de la guerra en Irak, del conflicto en Oriente Medio entre árabes e israelíes, de Bush, Sharón, Rumsfeld, Cheney, Ashcroft, Blair y Aznar, mi página pueda estar siendo rastreada y visitada habitualmente por los potentes buscadores de la CIA o el FBI, que buscan desesperadamente alguna pista sobre posibles atentados terroristas. Si fuera así, que no creo, que pierdan cuidado y que no se molesten.

Y que no se molesten tampoco mis lectores por tratar de ganarme una importancia y un protagonismo del que obviamente, no disfruto. Como no se me ocurría nada mejor sobre lo que escribir, me ha dado por ahí.

Eso sí, si no me habían rastreado hasta la fecha, con la cantidad de palabras clave que he introducido hoy a propósito en este comentario, seguro que llega el momento en que me rinden visita.

Lucio Decumio.

14 septiembre 2003

Julio Anguita Parrado y José Couso

Hace mucho tiempo que quería hablar sobre los dramáticos momentos en que dos reporteros españoles perdieron la vida durante la guerra que tuvo lugar en Irak entre los meses de Marzo y Abril de este año. Como cualquier lector avezado e informado recordará, en apenas dos días, estos dos jóvenes periodistas españoles, Julio Anguita Parrado, enviado especial del diario “El Mundo” y José Couso, operador de cámara de Tele 5, fallecieron mientras cubrían informativamente el conflicto. Adelanto a todo aquél que no lo sepa, que yo he estudiado Periodismo, me siento periodista y no por otra cosa me dedico a escribir en esta página mis reflexiones y mis opiniones sobre la actualidad. Doy así rienda suelta a mi pasión por la escritura y por la información, ya que por otros medios no puedo, al menos de momento.

Desde mi óptica de Licenciado en Periodismo que se gana la vida decentemente desempeñando un trabajo que se encuentra en las antípodas de la búsqueda y la plasmación de distintas informaciones en un medio de comunicación, la vida de un reportero de guerra es realmente fascinante. Sinceramente, yo habría dado diez años de mi humilde y aburrida vida por vivir la aventura de informar, desde el mismo corazón de la III División de Infantería de los Estados Unidos, del avance de las tropas aliadas en Mesopotamia y describir los acontecimientos y los enfrentamientos desde tan privilegiada posición, tal y como lo hizo J.A. Parrado.

Y no sólo eso. El entrenamiento previo al que se tuvo que someter en un acuartelamiento norteamericano, la emoción de los momentos previos al inicio de la guerra y sobre todo, la certeza de que miles de personas están pendientes de lo que escribes para poder conocer de primera mano qué es lo que está sucediendo allí, tienen que ser sensaciones tan indescriptibles y gratificantes, que no debe haber dinero que las pague.

Pero todo esto, lógicamente, tiene un precio. Acudir a un conflicto de estas características y pensar que no puede sucederte nada, es de insensatos. En las guerras que en el mundo ha habido, hay y habrá, no sólo caen reporteros suecos, alemanes o australianos. También los españoles pueden tener la desdicha de ser alcanzados. Y con frecuencia, lo son.

J.A. Parrado sabía positivamente a qué se exponía y así lo dejó dicho a su compañera en las tareas informativas, también del mismo diario. Supongo que José Couso también era consciente de los peligros que podían acecharle y en el uso legítimo de su libertad individual, podría haber declinado la posibilidad de acudir a Irak como cámara de apoyo al enviado especial de Tele 5.

Pero la muerte que encontraron en Irak aunque similar, contuvo un rasgo especialmente diferenciador. Mientras que el último aliento de J.A. Parrado volaba junto a un traicionero proyectil iraquí, a José Couso le reventó un obús lanzado por un M1 Abrams en Bagdad, cuando las hostilidades agonizaban. Desgraciadamente, las balas, las bombas y los misiles, independientemente del bando que las lance, no son tan inteligentes como para realizar escorzo alguno ante la presencia de un periodista en el campo de batalla y evitar impactar en él.

Si yo soy consciente de los peligros que corre un reportero de guerra, imagino que quienes están más integrados en la profesión y se ganan la vida con ello, lo sabrán mucho mejor que yo. Pero en aquellas fechas convulsas, muchos políticos y periodistas obviaron esta perogrullada y se apresuraron a arrojar los dos cadáveres, aún calientes, en la mesa del Gobierno de la Nación y especialmente en los bigotes de José María Aznar. La instrumentalización que esos medios y esos partidos políticos hicieron de estas dos muertes fue tan bochornosa como falaz. Sabían de largo que nada tenía que ver la decisión de Aznar de apoyar a Bush y Blair en su intervención contra Sadam, con las muertes de estos dos reporteros, pues más que posiblemente, ambos tendrían que haber acudido al conflicto y podrían haber fallecido en similares circunstancias, aunque el Gobierno español se hubiera opuesto a la guerra.

Pero lo que interesaba era desgastar al Ejecutivo cuanto más mejor y no conformándose con justificar actitudes demagógicas y farisaicas a partir de estas dos terribles muertes, los periodistas que cubrían la información del Congreso y del Senado escenificaron una de las mayores bajezas morales que se recuerdan en la historia de nuestra democracia. Recién fallecido Couso, aparecieron en el Congreso ante Aznar sosteniendo los retratos del reportero y boicoteando la comparecencia del presidente ante los medios en el Parlamento. En definitiva, dándole la espalda al Presidente, venían a responsabilizarle, torpe y zafiamente, de la muerte de Couso bajo los disparos de un tanque norteamericano.

En aquel momento, me avergoncé de haber estudiado esa carrera y de que muchos de los que allí estaban, hubieran pasado por mi misma facultad e incluso, pudieran haber sido compañeros míos.

Porque, qué fácil es boicotear y acusar alegremente a un gobernante democráticamente elegido, de ser un criminal o un asesino, aunque sepas que es una mentira como la catedral de Sevilla. Lo haces desde la convicción y la seguridad de que no te hará nada, de que aguantará estoicamente el chaparrón y de que no tomará represalia de ningún tipo contra nadie. Se limitará a esbozar una sonrisa nerviosa y a marcharse cabizbajo y enrabietado por ser objeto de semejante injusticia.

En cambio, ¿cuántas veces se les ha presentado la oportunidad a esos mismos periodistas, o a sus compañeros, de boicotear las conferencias de prensa de, por ejemplo, Arnaldo Otegi, y sus chacales abertzales? Docenas, seguro. Pero no lo han hecho, porque son conscientes de que sus vidas corren peligro si adoptan tal postura. Es que ni tan siquiera lo hicieron cuando José Luis López de Lacalle, también colaborador de “El Mundo” fue abatido en plena calle por las balas asesinas de ETA.

¿Le habrían hecho un vacío similar, si se les hubiera presentado la oportunidad, a Sadam Hussein? ¿O a Fidel Castro, tras las ejecuciones que llevó a cabo hace no mucho contra varios disidentes que pretendían escapar de su paraíso caribeño? Creo que se responden solas estas preguntas.

¡¡Cuánta hipocresía hay en el mundo!!

Lucio Decumio.

13 septiembre 2003

Paz en Oriente Medio: Mission Imposible

Ya han vuelto a las andadas porque no podían vivir alejados del abismo más que unas efímeras semanas. La espiral de violencia, terror, atentados y venganzas se ha vuelto a apoderar de las endurecidas tierras de Palestina y judíos y palestinos están hoy, y no es un tópico, más lejos que nunca de alcanzar unos acuerdos dignos que les permitan convivir en paz, armonía y libertad.

Ahora mismo no recuerdo cuál de los dos volvió a retomar la senda de la ejecución de los adversarios, pero es lo que menos me interesa, pues si en esta ocasión han sido los palestinos, en el pasado les tocó el turno a los israelíes y en el futuro, volverán a alternarse para poner en marcha esa macabra Ley del Talión que no deja de percutir y ensangrentar a unos y a otros, engendrando más odio, más resentimiento y más ansias de revancha.

Sinceramente, uno llega a pensar que estos dos pueblos jamás llegarán a vivir pacíficamente el uno al lado del otro. Desde que tengo uso de razón los recelos y las suspicacias entre ambos bandos nunca han conocido un período de decrecimiento. Y si lo han conocido, ha sido para que con posterioridad, el repunte haya sido si cabe, más salvaje.

Yo estoy convencido de que israelíes y palestinos están hastiados y ahítos de asperezas, combates, enfrentamientos y desencuentros y desean fervientemente vivir en paz y pasear tranquilamente por las calles de sus ciudades, comerciar, viajar, estudiar....En fin, hacer vida normal, sin miedos ni recelos. Pero creo que la minoría dirigente, tanto de uno como de otro lado, está empeñada en arrojar más y más ponzoña a las cada vez más delicadas relaciones entre ambas comunidades, con el fin último de perpetuarse en sus puestos de decisión, ya sean éstos de carácter político, militar o terrorista.

Los líderes palestinos más radicales, las cabezas visibles de Hamás y la Yihad Islámica y los caudillos del Likud israelí y los rabinos ultraortodoxos, viven como auténticos reyes orientales a costa de este enfrentamiento que no cesa y justifican la necesidad de su presencia en los cargos que ocupan a partir de la misma violencia que no desean atajar, pues demostrado queda que no dejan de jalear y alentar a sus subordinados y a sus gobernados para que se lancen al cuello del endemoniado adversario y le odien, rechacen y eliminen, anulando así cualquier posibilidad de concordia.

Y ahora, cuando las cosas parece que no pueden ir a peor, cuando la capacidad de resistencia de los palestinos y su ilusión por un Estado propio está tan mermada como la confianza y la moral de Israel, el Gobierno de Sharón, empujado por las dramáticas consecuencias de los últimos atentados de Hamás en Tel-Aviv y Jerusalén se lanza a una disparatada huida hacia adelante, al proponer la deportación de Yasser Arafat de territorio palestino. Ante estas noticias, miles de seguidores del "rais" han rodeado la residencia de éste y se proponen defender a su líder con la intensidad y la entrega de que sólo es capaz un musulmán: hasta la muerte.

Si el Gobierno de Israel no hace caso de las repetidas advertencias de la Comunidad Internacional -ONU, Rusia, EEUU y UE, fundamentalmente-, en el sentido de que descarte la posibilidad de deportar o eliminar físicamente a Arafat, Sharón y su Gabinete pueden ser responsables de un baño de sangre en los alrededores de la "Mukata" donde se refugia el presidente de la ANP, que puede convertir a las matanzas de Shabra y Shattila en anecdóticas notas a pie de página de lo que puede suceder allí.

De verdad, no sé cómo no le entran ganas a todos los que han intentado poner algo de cordura y sensatez en los dos bandos, de echar el cierre y volver por allí dentro de cincuenta años a ver qué ha pasado y cómo se las han arreglado ellos solitos.

Lucio Decumio.

11 septiembre 2003

Magnicidios en Escandinavia

Tras el brutal apuñalamiento de que fue objeto en el día de ayer, hoy nos hemos desayunado con la trágica noticia del fallecimiento de la Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Anna Lindh. Mujer joven, activa, atractiva, luchadora y muy bien considerada por el pueblo sueco, que ha visto salvajemente segada su vida, según apuntan todas las informaciones, por la voluntad homicida y los delirios paranoicos de un desequilibrado en un conocido centro comercial de la capital escandinava. Obviamente, las comparaciones entre este asesinato y el magnicidio perpetrado en 1986 contra el entonces primer ministro sueco, Olof Palme, son inevitables.

Casi como ha sucedido en este caso, Palme paseaba tranquilamente con su esposa por las calles de Estocolmo y fue abatido a balazos por un desconocido. No parecía haber motivos, ni móviles claros que justificaran aquel homicidio como tampoco parece haberlos en el caso de la Jefa de la Diplomacia sueca, que realizaba sus compras apacible y despreocupadamente en una de las tiendas del complejo comercial Nordiska Kompaniet. A mí, después de contemplar las similitudes entre ambos crímenes, lo que me viene inmediatamente a la cabeza es la idea de que si ya resulta sorprendente, chocante e irritante a los ojos de un observador imparcial y meridional como yo, la ausencia de escoltas en los dos casos, me puedo imaginar el estado de frustración y rabia que debe apoderarse de un sueco de a pie, al contemplar como la historia se repite de modo tan dramático.

Porque si ya parece incomprensible e inverosímil que mataran a un Primer Ministro de un país como Suecia, en plena calle y sin nadie cerca encargado de su seguridad que pudiera impedir que el sicario o sicarios llevaran a cabo su crimen en la más absoluta impunidad, más inaudito y enojoso debe aparecer a la vista de la opinión pública sueca que un asesinato de similares características se haya producido cuando ya se contaba con tan aciago precedente.

En fin, que no salgo de mi asombro. Por muy avanzado social, económica y políticamente que sea un país, como es el caso que nos ocupa, las autoridades y las fuerzas del orden han de tener en cuenta que hay determinadas personalidades que no pueden -ni aun desde el uso legítimo y cabal de su propia libertad individual-, hacer abstracción de su seguridad personal tan alegremente. El hecho de que se sientan muy seguros y muy libres -lo que es realmente loable y envidiable- no obsta para que no tomen las debidas precauciones, pues en cualquier parte, en cualquier país o en cualquier ciudad, podemos tropezar con gentuza desesperada dispuesta a jugarse el todo por el todo con tal de vengar afrentas inexistentes, despacharse contra los representantes políticos de opciones opuestas, o simplemente ganar un dinero por eliminar del mapa a alguien de tanta importancia.

Puede parecer muy tópico, pero los asesinatos de los políticos y sobre todo de aquellos que han sido democráticamente elegidos por su pueblo, son un golpe muy duro a quienes representan y sobre todo, al sistema democrático en sí mismo. Aunque sea a partir de hechos tan condenables y espantosos, espero que los gobernantes suecos tomen nota y aprendan la lección.

Lucio Decumio.

10 septiembre 2003

¿Ilegalización del PNV y EA?

Hace tiempo que estos dos partidos políticos -al menos sus cúpulas dirigentes- decidieron ponerse manifiestamente del lado de los terroristas de ETA y de su maloliente brazo político, con el fin de mostrarles en todo momento su apoyo y comprensión ante la ofensiva que el Estado de Derecho -por fin- lanzó hace más de un año para reducir el campo de acción de los primeros y la influencia socio-política de los segundos.

El acorralamiento de los terroristas y de sus cómplices políticos ha surtido extraordinarios efectos en este período, como son la reducción hasta casi su completa desaparición de las algaradas callejeras, que durante años aterrorizaron a comerciantes y viandantes del País Vasco y que protagonizaban, perfectamente organizados y coordinados, las crías de la serpiente. Asimismo, se ha reducido notablemente la capacidad operativa de los comandos y sus sucesivas desarticulaciones, no pueden sino ocasionar desánimo y zozobra entre quienes los crean y los conforman. Por último, las insidiosas manifestaciones callejeras capitaneadas por Otegi y sus sicarios, que impúdicamente mostraban ante la ciudadanía su poder de convocatoria y coacción, han disminuido hasta su mínima expresión, debido a que los resortes judiciales de nuestro sistema político se abalanzaron sobre ellos, hace ya un año, con todo el peso que a la Ley puede exigírsele para clausurar sus sedes, cerrar sus vías de financiación e ilegalizarles como partido político.

A todo esto, el PNV y EA han respondido actuando del siguiente modo:

-Obstaculizando e impidendo empecinadamente que se procediera a la disolución del grupo parlamentario batasuno en el Parlamento de Vitoria, haciendo caso omiso de las resoluciones judiciales a ese respecto y burlándose repetidamente de ellas.

-Reconociendo el derecho del grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak, o como demonios se escriba, a seguir percibiendo las correspondientes subvenciones que el Parlamento Autónomo otorga a cada uno de los grupos políticos de la Cámara.

-Subvencionando y ayudando, desde una Consejería del Gobierno Autónomo -creo que la de Interior- con hasta 1.200 euros a familiares y amigos de presos etarras encarcelados en prisiones situadas fuera del País Vasco, con el fin de que el desplazamiento para visitar a los criminales, les sea a aquéllos lo menos lesivo posible.

-Demandando al Estado Español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por considerar que la Ley de Partidos Políticos y la sentencia del Tribunal Constitucional que la avala vulneran, entre otros, el derecho a un juez imparcial, a la libertad de asociación y el principio de legalidad penal.

Estas son sólo cuatro de las iniciativas que desde el Gobierno Vasco, el PNV y EA o las instituciones por ellos controladas, se han planteado con el fin de amortiguar en la medida de lo posible, los sucesivos golpes policiales, políticos y judiciales que desde la mayor y mejor de las firmezas democráticas, han recibido los asesinos etarras y sus alguaciles políticos en los últimos meses. Pero no las únicas. Lo que sucede es que sería largo y proceloso enumerarlas todas y como de costumbre, se me hace tarde y me quiero ir a acostar.

Y ahora marido con el título de mi comentario de hoy. En vista de todas estas actitudes desafiantes, ofensivas, obstruccionistas y ultrajantes llevadas a cabo por el Gobierno Vasco y el PNV y EA, yo me pregunto:

¿No va siendo hora ya de que alguien se plantee la posibilidad de tomar las pertinentes medidas legales contra aquellos que de modo tan entusiasta prestan su rendido apoyo a quienes fueron ilegalizados por justificar y dar cobertura con sus rebuznos y graznidos, al uso de la violencia terrorista como arma política?

Lucio Decumio.

07 septiembre 2003

Triunfos de los deportistas españoles

Este fin de semana ha sido uno de esos en los que a los deportistas españoles les sale todo bien. Triunfo de la selección española de fútbol ante Portugal -en partido amistoso, eso sí-, doble victoria del equipo nacional de baloncesto frente a Rusia y Serbia en el Eurobasket, primeros puestos de Pablo Nieto y Toni Elías en el Campeonato del Mundo de Motociclismo de 125cc y 250cc respectivamente, presencia de Juan Carlos Ferrero en la final del Abierto de Tenis de Estados Unidos....

En fin, a cada año que pasa, los deportistas nacionales logran cada vez mejores resultados y se imponen con más frecuencia en las distintas competiciones en las que se ven envueltos. A cada día que pasa extendemos nuestros éxitos por más y más disciplinas deportivas y eso tiene que querer decir algo. A mi juicio, ese algo es que la gloria alcanzada por los deportistas de un país en concreto, no es cosa sino el fiel reflejo del estado de ánimo y de desarrollo social, económico y político de la nación a la que pertenecen.

Quedaron ya atrás los tiempos en que los deportistas españoles que lograban resonancia a nivel mundial por sus gestas, eran una minoría de superdotados en cada una de sus disciplinas que habían tenido que llevar a buen puerto su sueño gracias a una voluntad de hierro y pese a unos medios muy limitados.

Desde la muerte de Franco, pasando por las primeras Elecciones Generales de 1977, la aprobación de la Constitución y la Transición, hasta nuestros días de principios del Siglo XXI, los españoles hemos cambiado de pies a cabeza nuestro perfil sociológico, así como el aspecto general de nuestro país, mejorándolo de modo sobresaliente. Como no podía ser de otro modo, este sustancial progreso ha tenido su conveniente plasmación en el mundo del deporte, que ha perfeccionado métodos, instalaciones e ideas hasta llegar a donde hemos llegado.

Pero el verdadero y principal valor añadido con que cuentan nuestros deportistas actualmente no son esas instalaciones, esos métodos o esas becas de que disponen. A mi entender, el salto cualitativo más importante que han dado ha sido el verse poseídos por un espíritu competitivo del que no se hacía gala hasta hace escasamente un decenio. Faltaba que los deportistas nacionales se sacudieran viejos complejos de inferioridad y gracias a toda esta concatenación de circunstancias técnicas, sociales y sociológicas, las nuevas generaciones de baloncestistas, futbolistas, pilotos, tenistas, gimnastas, nadadores y demás, pelean contra sus rivales desde la convicción de que no son inferiores a nadie y muchas veces, seguros de su propia superioridad.

Aprovechando que hoy he hablado de deporte, os invito a que visitéis la página web oficial de la única deportista española que se ha alzado con 15 títulos mundiales en el marco de la disciplina que practica. Se llama Sheila Herrero, es una aragonesa que no está nada mal y su vida ha estado consagrada al patinaje en línea. Desgraciadamente, sus notables éxitos no ha tenido el eco merecido entre los medios de comunicación y la opinión pública, debido que en España la actividad que practica es realmente minoritaria. Desde aquí, mi humilde contribución a que se la conozca un poquito más.

Lucio Decumio.

06 septiembre 2003

Zapatero no sirve

Este es otro individuo patético que ya no sabe qué hacer para llamar la atención de la opinión pública. Desde que el Prestige estrelló su ponzoñosa carga de fuel contra las costas del norte de España, Zapatero no ha dejado de dar bandazos políticos hasta convertirse en una caricatura de sí mismo, del pretendido líder tranquilo y armonioso que se alzó con la Secretaría General del PSOE en 2000 y al que su partido le encomendó la sacrosanta misión de desbancar al Partido Popular del Gobierno de la Nación en 2004.

Como digo, lleva empeñado cerca de un año en perder más y más crédito político, en hacerse acreedeor de la burla y la guasa del pueblo español y en cavarse su propia tumba política a golpe de bufonadas. Su última perla ha sido solicitar una cumbre de urgencia con el nuevo Secretario General del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno en 2004, Mariano Rajoy, con el fin, según el líder socialista, de normalizar la vida democrática tras la etapa en el Gobierno de José María Aznar. Oírle hablar y decir esas cosas, produce el mismo efecto que poner un vídeo con los mejores momentos de Chiquito de la Calzada, Gila o Nancho Novo en el Club de la Comedia.

No hace falta ser un sesudo y agudo analista político para darse cuenta de que estas declaraciones nos arrojan de bruces ante la preocupante realidad de que este hombre no llega a los mínimos requeridos para ejercer con razonable coherencia, la difícil y crítica tarea de ser líder del principal partido de la oposición. Le sucede lo mismo que a Maragall, que no ve el momento de que lleguen las Elecciones Generales y se angustia y desazona al comprobar que el coche le va a dejar tirado a mitad de camino.

En esta propuesta descabellada que hace Zapatero a Rajoy y al PP, yo perfilo una doble vertiente. En primer lugar, la etapa de José María Aznar no ha terminado. Para quien no lo sepa, y parece que Zapatero es uno de ellos, Aznar es aún el Presidente del Gobierno y lo será, Dios mediante, hasta Marzo de 2004, fecha en que se celebrarán elecciones democráticas. Pero Zapatero bien sabe que el ciclo de Aznar, aunque próximo a su fin, tiene todavía cuerda y que lo quiera o no, J.M. habrá de ser su interlocutor hasta esa fecha. Su pretensión última, lanzando este pequeño órdago, como pequeño político que es, es desestabilizar a la cúpula del PP y desautorizar al actual Presidente del Gobierno como principal figura en los encuentros con la Oposición. Naturalmente, la respuesta del Gobierno, ofrecida desde la nueva portavocía ejercida por Eduardo Zaplana, ha sido la lógica y esperada negativa.

Y en segundo término, en el ámbito de esa "convocatoria trampa" de Zapatero, puede inscribirse también la "idea trampa" de la normalización democrática, como si el período de Aznar al frente del Gobierno se hubiera caracterizado por una sistemática concatenación de las libertades públicas, por una inestabilidad institucional insoportable o por un cainismo político, una conflictividad social y una debacle económica y laboral clamorosas.

Lo que sucede salta a la vista y es cada vez más evidente. Nerviosos hasta el colapso por sus propias luchas internas y por la tranquilidad con la que el PP ha afrontado la sucesión de José María Aznar al frente del partido y más que seguramente del Gobierno, una gran parte de los principales prebostes del PSOE, encabezados por este pseudo-líder, han iniciado una nueva y premeditada campaña de confusión de las churras con las merinas con el fin de invitar a un atracón de equívocos y de falsas interpretaciones de la realidad a la sociedad española. Como su casa está manga por hombro, como casi siempre, buscan extender la sensación de que el desorden impera también en el resto de inmuebles del vecindario político. Pero creo que el truco se les ha quedado anticuado. El pueblo español se ha ilustrado y ha madurado profundamente en los últimos años y viene con la lección bien aprendida, pues durante mucho tiempo tuvo que convivir con el oprobio de unos dirigentes entregados con indecente hedonismo al despilfarro presupuestario, a la corrupción galopante, al mangoneo indecente y lo que es peor, a la tarea de tratar de generalizar la percepción de que todos los políticos eran igual de canallas. Y ahora por ahí, no pasamos, señores socialistas.

Lo digo muchas veces. Aznar y sus sucesivos gobiernos han cometido errores de bulto, que han sabido conjugar con grandes aciertos, siendo a mi juicio el balance de estos ocho años, claramente positivo. Pero lo que desde ningún ámbito puede negársele a él y a sus colaboradores es el mérito de haber despejado la vida pública de chorizos, listillos y buscadores de fortunas, especies estas que gozaron de su máximo y artificioso esplendor durante el felipismo.

Y otra cosa más, señores del PSOE. Al principal partido de la oposición -hoy por hoy el de ustedes-, hay que exigirle un esfuerzo permanente de control y fiscalización de los actos y de las acciones del Gobierno. Tienen ustedes la obligación de poner a los dirigentes del PP ante sus propias contradicciones, buscarles las cosquillas y tratar de hacer ver a la opinión pública que la labor de estos gobernantes no es la correcta y que si optaran mayoritariamente por votar al Partido Socialista ante la próxima convocatoria electoral, ustedes podrían hacerlo infinitamente mejor. Para lograrlo, sólo hace falta realizar propuestas coherentes, sensatas y seductoras, que muevan a la inquietud a los votantes y que les dinamicen y galvanicen en la dirección que ustedes, los aspirantes, desean. Y sentido de Estado, caballeros, sentido de Estado y de máxima responsabilidad y compromiso con la Nación que quieren gobernar. De lo contrario, si se pierden en luchas interinas por el poder partidista, si no logran ponerse de acuerdo entre los distintos sectores y regiones en las que el partido tiene implantación, si cada líder regional hace una propuesta diferente en función de sus necesidades políticas más inmediatas sin tener en cuenta los intereses generales, del partido y de la Nación, entonces, queridos socialistas, el castillo de naipes se derrumba.

Si la sociedad no percibe consistencia, seguridad y unas líneas generales de actuación juiciosas, surge el desafecto. Y en una democracia como la española, la existencia de dos partidos nacionales fuertes y cohesionados, con capacidad para articular a la sociedad dentro del actual marco constitucional y alternarse en el poder para abrir las ventanas que cerraron sus predecesores, no sólo es recomendable, sino inexcusable.

Y lo que están haciendo Zapatero, Caldera y demás regentes socialistas de la actualidad, es socavar cada vez más los cimientos de un partido que ha de ser por fuerza el referente ideológico y político de muchos millones de españoles y que tendrá que ocuparse, tarde o temprano, de las tareas de Gobierno. Lo que sí que es seguro es que no será de manos de estos indocumentados. En el PSOE hay grandes valores que más pronto que tarde, tomarán las riendas.

Lucio Decumio.


05 septiembre 2003

La dictadura de las minorí­as

Como he leído que el Consejo de Administración de RTVE ha aprobado por unanimidad retirar la emisión del último spot de Axe y yo no he tenido la oportunidad de contemplarlo, he buceado un poquito por Internet para tratar de enterarme de cuál es el hilo argumental del mismo y cuáles han sido las razones esgrimidas por quienes han solicitado y logrado su retirada.

Por lo que parece, la historia se centra en una mujer de muy buen ver, que baila seductoramente abrazada a un perchero previamente rociado por un individuo con el desodorante de marras. A continuación, en vista del "efecto Axe" desencadenado en la hembra, realiza la misma operación con las sábanas de la cama del dormitorio. Finalmente, una frase con doble sentido -algo gruesa, eso sí- intenta hacernos creer que el olfato y el resto de los sentidos de la bella protagonista, excitados por los efluvios de tan seductor aroma, terminarán por arrojarla sin remisión a los brazos del pícaro donjuán.

Esta no es la primera vez que se solicita -y se consigue- la supresión de la emisión de un anuncio de esta marca de desodorantes por atentar, por lo visto, contra la dignidad de la mujer. Cuando no son Asociaciones de Consumidores, son organizaciones feministas y cuando no son ninguna de las anteriores, alguna integrante del Consejo de Administración de RTVE -naturalmente situada en su ala izquierda- profiere el alarido de turno y se rasga las vestiduras cual buen sanedrita. No quieren aceptar que la creatividad, el sentido del humor, las irreverencias, las veladas insinuaciones y las socarronerías con que juegan permanentemente los creativos publicitarios, puedan ir en contra de sus escrupulosos preceptos feministoides. Asimismo, obvian premeditadamente la formidable cantidad de dinero que deben cobrar estas modelos por hacerse en el papel de "sumisas esclavas de los hombres". El caso es querer sentirse agraviado por cualquier cosa, procurar llamar la atención a la menor oportunidad que se les presenta y tratar de obtener el máximo beneficio a partir de la pretendida ofensa que tanto les ha molestado.

Es evidente que están en su perfecto derecho de elevar sus protestas ante las instancias que les parezcan oportunas y no seré yo quien quiera o desee cercenárselo, pero todos estos doctores -habitualmente doctoras- en moral y dignidad humana juegan con las cartas marcadas, como tantas y tantas organizaciones, asociaciones y hermandades de la misma catadura y condición. Aducen, posiblemente no sin parte de razón, que los anuncios de Axe presentan a las mujeres como objetos sumisos con vistas a la satisfacción sexual del hombre. Pero cuando la situación es inversa, nadie levanta la voz. Y ya me las imagino levantándola ahora. ¡¡¡Cuándo ha aparecido en TV un anuncio que degrade al hombre y que lo presente como un objeto sexual al servicio de la mujer!!! , berrearán desquiciadas, al borde del paroxismo.

Últimamente, en numerosas ocasiones, de las que al menos, yo recuerdo dos.

Para empezar, un spot de un ungüento para el sol, que es gracioso e ingenioso, lo reconozco: tres chicas estupendas están tomando el sol en la playa. Acto seguido, un tipo presumiblemente atractivo, se zambulle alborozado en las tranquilas aguas del lugar. Tan despreocupadamente lo hace, que en su triunfal entrada en el mar pierde el bañador. Al instante, sin saber muy bien por qué razón, aparece un chucho que atrapa la veraniega prenda de nuestro protagonista para a continuación, desaparecer con ella entre los dientes. Cuando el hombre quiere darse cuenta, se encuentra ante la imposibilidad de salir del agua porque la tres chicas del principio se están aplicando una buena dosis de crema solar, con la intención de esperar pacientemente y sin riesgo de quemaduras, a que el incauto mancebo salga del agua y les pueda ofrecer una buena panorámica de sus encantos. Si esto no es utilizar la figura del hombre como objeto sexual al servicio de la mujer, que venga Dios y lo vea. Y para que no quede duda, imaginemos la situación inversa: que tres salidos estén tomando el sol en la playa y vean cómo una zagala pierde su bikini al entrar en el agua. ¿Cuánto habrían tardado estas mismas asociaciones y agrupaciones en poner el grito en el cielo? Milésimas de segundo, me atrevo a decir.

El otro es un anuncio de hace un par de años, por lo menos. Una chica despampanante -como en todos estos casos-, anuncia un nuevo modelo de Renault Clío, cuya particularidad más destacable es que la distancia entre ejes ha sido aumentada cuatro centímetros, recuerdo. Con voz sensual y aterciopelada y un evidente doble sentido, nuestra pastorcilla declara lo siguiente: "el tamaño sí que importa". Huelgan los comentarios. A mí el anuncio me pareció particularmente ingenioso, pero nada ofensivo. Si le damos la vuelta al mismo y sale un tipo diciendo que el tamaño sí que importa, haciendo referencia solapada, por ejemplo, a los senos de una mujer, bien que la habríamos tenido de nuevo con los ángeles custodios de la corrección política.

En fin, que para mí todo esto está muy claro. De cara a los hipócritas y los fariseos, lo importante es darse a conocer y tratar de sacar tajada del presunto ultraje al que han sido sometidos. Justicia señor alcalde, pero no por mi calle. Lo que me molesta, aunque tenga su lado ingenioso y creativo, que lo eliminen. Lo que me gusta, que lo dejen, aunque sea vejatorio y pueda molestar a alguien.

O todos, o ninguno, pero basta ya de doble moral.

Lucio Decumio.

04 septiembre 2003

Soy un patán con HTML

Esta noche, mientras utilizaba Internet Explorer para subir el "post" nuestro de cada día, he metido la pata hasta el fondo y lo he desconfigurado todo. No sé cuáles han sido los pasos que he dado hasta darme cuenta de que soy un analfabeto funcional en lo que a los lenguajes de programación se refiere, pero ahora me importa realmente poco. Afortunadamente, parece que no sucede lo mismo con el Netscape, por lo que a partir de ahora lo utilizaré como sustituto del Explorer.

Obviamente, tenía pensado escribir sobre otras cosas mucho más interesantes, pero de verdad que he llegado a ofuscarme y a preocuparme en gran medida por el desaguisado que he organizado en la página de blogger utilizando el Internet Explorer. Espero que este "post" sirva para tranquilizar mi atribulado espíritu y que a partir de mañana, todo pueda volver a la normalidad.

Por cierto, he eliminado el contador de visitas, pues se empeñaba en ejercer funciones para las que no había sido llamado, como por ejemplo, servir de límite inferior de la página a partir del cual, era imposible seguir hacia abajo con el "scroll".

Lucio Decumio.

02 septiembre 2003

La Guerra de las Galaxias

Esta tarde, aún convaleciente de mis problemas gástricos, he optado por no forzar la máquina en el gimnasio y quedarme en casita viendo el Episodio II de La Guerra de las Galaxias. Aunque la película flojea en muchos aspectos, especialmente en cuanto se refiere al hilo argumental y a las interpretaciones de los actores protagonistas, este tipo de historias me privan. Hay mucha gente a la que no le agrada el género de ciencia-ficción y dentro del mismo, aquél que hace especial hincapié en viajes interestelares, batallas con armas láser, criaturas extrañas y coloristas y maniqueos enfrentamientos entre las fuerzas del Bien y del Mal. Pero yo me lo paso pipa y no pierdo detalle del despliegue de imaginación y fantasía que hace George Lucas en cada una de las sucesivas entregas de la saga.

Porque, ¿es alguien capaz de contar y diferenciar la formidable cantidad de bichos diferentes, tipos de naves espaciales, clases de armas, paisajes, civilizaciones y planetas diversos que aparecen en sus películas? No, seguro que no. Y muchos caerán en la fácil tentación de indicar que con las actuales técnicas de animación por ordenador, la recreación de toda la fauna y la flora que aparece en las cinco películas hasta la fecha dirigidas por Lucas, es sencilla. Y no seré yo quien lo discuta. Pero lo complejo no es eso. Lo que resulta asombroso es que la imaginación de un ser humano pueda alcanzar cotas tan desbordantes y tan fértiles como para trazar, entretejer y relacionar en su mente semejante cúmulo de personajes, situaciones y ambientes, y ser capaz de plasmarlos posteriormente en exuberantes obras de más de dos horas de metraje.

En la historia del cine han existido, existen y existirán extraordinarios directores capaces de realizar auténticas obras maestras en los más diferentes géneros. Pero si alguien se fija, se dará cuenta de que la inmensa mayoría de las películas están ambientadas en lugares muy concretos, los protagonistas se mueven en áreas espaciales reducidas y sus comportamientos se centran en emociones exclusivamente humanas, mejor o peor llevadas por los actores, claro. Suelen estar basadas en historias de la calle, ya sea del siglo XXI o del siglo IV antes de Cristo. Al final son humanos contra humanos, con sus miserias, sus envidias, sus problemas y sus preocupaciones.

Yo estoy convencido de que nadie iguala a George Lucas en creatividad, inventiva e ingenio a la hora de transportarnos hasta mundos y situaciones tan inverosímiles como seductoras, de igual modo que estoy persuadido de que los puristas cinematográficos jamás le considerarán como uno de los grandes del Séptimo Arte, simplemente porque se le ocurrió convertir en cine sus sueños más caprichosos y quiméricos con el fin de que todo el mundo pudiera ser partícipe de ellos.

Desde aquí, quiero transmitir mi más sincero agradecimiento al director norteamericano por transportarme con tanta efectividad como calidad, al interior de sus ilusiones y de sus fábulas desde hace más de 26 años.

Lucio Decumio.

No acerté

Efectivamente. Arriesgué mucho en mi apuesta personal de cara a la sucesión de José María Aznar, pues hace no mucho tiempo pronostiqué en este mismo blog que el próximo candidato a la Presidencia del Gobierno por el Partido Popular sería Luisa Fernanda Rudí. Si el pasado viernes hacía un ejercicio de "autorreconocimiento" periodístico y loaba con ardor casi narcisista mi capacidad analítica dentro del espectro político nacional e internacional, es justo que hoy reconozca mi equívoco a la hora de señalar a la actual Presidenta del Congreso de los Diputados como "delfin hembra" de Aznar en la carrera sucesoria.

No lo leerá nunca, seguramente, pero desde esta pequeña ventana que abrí al mundo hace dos meses, envío mi más sincera felicitación a Mariano Rajoy por su elección. Hace unos años, cuando yo trabajaba en la Oficina de Prensa del Partido Popular, echando una mano en las campañas electorales del 93 y del 96, tuve la oportunidad de conocerle y pasar varias horas con él analizando espacios informativos de TV. Ya entonces, me pareció un tipo trabajador, cordial, amable y poco dado al endiosamiento y tras varios años desempeñando distintas labores en los sucesivos gabinetes de Aznar, suscribo mi percepción. Además, es un gran amante de los buenos puros, como un servidor. Le deseo toda la suerte del mundo, porque para triunfar y gobernar en un país como España, hace falta.

Cambiando radicalmente de tema, no coincido con la idea de mi buen amigo Rodolfo de que el cuerpo humano sólo está preparado para sobrevivir 30 años en condiciones óptimas. El hecho de que a partir de ese instante el organismo empiece a mostrar distintos síntomas de cansancio o agotamiento no significa que éste no pueda extender su existencia en condiciones favorables hasta varios decenios después.

Las sucesivas mejoras sanitarias, higiénicas y nutricionales que se van introduciendo en los países más desarrollados, permiten que ya no haga falta arrastrarse hasta convertirse en un entrañable anciano. Yo soy optimista de cara al futuro en lo que a cuestiones de salud se refiere, aunque soy también de los que sospecha que distintos poderes fácticos -políticos, farmacéuticos, empresariales- llevan mucho tiempo vetando la aparición de remedios que seguro que ya existen contra gravísimas afecciones que siguen aquejando a la Humanidad. Yo no me creo, por ejemplo, que seamos capaces de haber alcanzado techos tecnológicos que hace sólo unas décadas eran ciencia-ficción -construcción y puesta en órbita de gigantescas estaciones espaciales, vuelos hasta ellas a más de 30.000 kilómetros por hora, llegada a la Luna, envío de multitud de sondas a Marte y otros planetas del Sistema Solar, desarrollo de armas estremecedoras por su precisión y capacidad destructiva, avanzadísimos estudios genéticos, clonación de seres vivos...- y hayamos sido sólo capaces de aplicar parches a enfermedades devastadoras como el Alzheimer, la diabetes o sobre todo y sobre todos, el cáncer.

Pero como decía previamente, soy optimista pese a que sobre mí, hoy se cierne la inquietante sombra de un doloroso cólico de gases. Estoy convencido de que en pocas generaciones, la esperanza de vida de los humanos habrá sobrepasado el siglo y con el tiempo, seguirá creciendo y creciendo. Y a mi amigo Rodolfo, decirle que mil veces prefiero llegar a los límites de Bob Hope, la Reina Madre de Inglaterra o Ramón Serrano Súñer, que convertirme en un habitante cualquiera en la Ciudad de las Cúpulas.

Lucio Decumio.