En vista de mi querencia, casi obsesión, por el problema de la violencia etarra, es posible que alguno de los ya trillones de lectores que tiene este "blog" se haya imaginado que voy a hablar sobre la polémica que se ha desatado en el Festival de Cine de San Sebastián por la proyección de la última película de Julio Médem, "La pelota vasca". Pero no lo voy a hacer, sencillamente porque no la he visto y me no me parecería bien hacer crítica, constructiva o destructiva, de algo que no he tenido la oportunidad de ver.
El título del comentario de hoy viene a colación porque en los últimos días, me he dejado caer por algunas salas de cine de Madrid y se me ha ocurrido contemplar dos películas realmente bien hechas y divertidas. Una es americana y se titula "Abajo el amor" y la segunda es española y lleva por título "Días de fútbol".
Empezaré analizando la primera de ellas. Yo creo que quien más, quien menos, ha oído hablar de esta película, al menos en los términos de que se trata de una suerte de tributo u homenaje a las comedias románticas norteamericanas de los años 60, que solían protagonizar Rock Hudson y Doris Day. Y efectivamente así es. La ambientación de la película está perfectamente conseguida y la química entre los actores salta a la vista. El argumento es ágil, los diálogos chispeantes e ingeniosos, hay situaciones de gran comicidad y un final sorprendente, casi en la línea de "El sexto sentido" o "El protegido", pero en versión cómica, evidentemente. En este final del que hablo, debo reseñar la intervención de la protagonista principal de la cinta, Renée Zellwegger, que hilvana un monólogo de casi cinco minutos delante de las narices de Ewan McGregor, que por contenido, expresividad y agilidad, merecería por sí solo un Óscar de Hollywood.
Recomiendo su visionado para todos aquellos que quieran pasar un rato fresco y agradable. Para los que vayan buscando sexo duro, chistes gruesos, gestos obscenos, violencia, tiros, sangre y muerte por doquier hay otras salas y otras películas que tratan muy bien y muy en profundidad estos asuntos. "Abajo el amor", no lo hace.
Y la otra película que he visto es "Días de fútbol". He oído que está producida y dirigida por los mismos individuos que sacaron a la luz una comedia muy aplaudida hace ahora un año; "Al otro lado de la cama". No he visto esta última que cito, pero sí que puedo hablar por la primera. Partiendo de la base de que el cine español en su conjunto me disgusta, he de hacer una notable excepción con este largometraje. Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto y con tantas ganas viendo una película en el cine. Posiblemente desde que vi "Airbag" hace ya unos cuantos años y también "El día de la Bestia". Curiosamente, ambas españolas.
Los actores de esta película se salen, sencillamente. Cada uno está metido en su papel hasta el fondo; el ritmo de la cinta es altísimo; las caracterizaciones, extraordinarias; los diálogos y las intervenciones de los protagonistas, sublimes. En fin, a riesgo de parecer exagerado, a mí me parece que estamos ante una obra maestra de la comedia nacional y además, con letras mayúsculas.
Vuelvo a hacer hincapié en las destacadísimas intervenciones de los actores. Alberto San Juan hace un trabajo extraordinario, María Esteve no puede estar mejor, Guillermo Toledo aparece sólo un minuto pero le sobra medio para demostrar su talento humorístico... pero sobre todos ellos despunta la interpretación del hijo de Héctor Alterio, cuyo nombre de pila no recuerdo en este instante y que en la película da vida a Antonio, un ex-recluso que cuando sale de la cárcel, se mete a taxista mientras intenta sacarse la carrera de Psicología para ayudar en lo posible a resolver las neuras que acucian a sus amigos. Es lo mejor de la película, sin duda. Si veis el film, que no se os escape ni un solo detalle, ni una sola frase, ni un solo ademán de este individuo, porque da un auténtico recital interpretativo el pollo. En una palabra, genial.
En fin, recomiendo a todo el mundo, de cualquier edad, sexo, credo o religión, que se acerque por su cine más cercano y que se gaste los 5,60€ de la entrada y otros cuatro o cinco en palomitas y refrescos, que la inversión bien merece la pena en ambos casos.
Lucio Decumio.
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