Hasta hace diez o quince días, yo no había oído hablar de este individuo en mi vida. Por el nombre, tal vez alguien se incline a pensar que se trata de algún nuevo rapero americano que busca ardorosamente convertirse en el heredero del multimillonario transgresor Eminem. Si eso es lo primero que se os ha pasado por la cabeza, estáis muy equivocados, como lo estaréis si creéis que el buen hombre fue algún compositor austríaco de segunda fila que vivió a la sombra de Mozart en el siglo XVIII o el fundador de una pujante multinacional salchichera alemana de finales del XIX.
Pues nada de eso. Este fulano, a quien desde el inicio de mi intervención de hoy adelanto todos mis respetos, era un emigrante irlandés que llegó a los Estados Unidos a principios del siglo XX, en torno a 1902 ó 1904, calculo. Se empleó como camarero en la celebérrima Academia Militar de West Point y con el tiempo, se convirtió en Sargento Director Instructor Deportivo de la citada Academia. Vamos, algo parecido al papel de rocoso instructor de los "Seal" de la Marina Americana que interpreta Viggo Mortenssen en "La Teniente O'Neill" y que se encarga de hacer la vida imposible a Demi Moore o el del vocinglero oficial negro que hace sudar sangre a Richard Gere en "Oficial y Caballero". Parecido, sí, pero en blandito.
¿Qué cómo sé del tal Marty Maher y en virtud de qué le dedico mi atención en mis líneas de hoy? Sencillo. Hace un par de semanas me quedé hasta las mil viendo la televisión y una de las películas que echaban, al margen de las grimosas cintas pseudo-eróticas del Canal 7, narraba la vida y milagros del mencionado emigrante irlandés. Cómo llega a los Estados Unidos, sus difíciles y balbuceantes primeros pasos en aquella sociedad tan distinta a la de sus raíces, cómo pasa de camarero a instructor de la Academia y cómo emplea 50 años de su vida adiestrando físicamente a las nuevas camadas de oficiales americanos. El largometraje está dirigido por John Ford, uno de los cineastas más reputados de Norteamérica, está rodado en 1955 y el actor que encarna al irlandés errante que hace realidad el sueño americano, Tyrone Power.
La calidad de la cinta es lo de menos, aunque calidad, a mi juicio, tuviera poca. Para mi humilde intelecto, lo más llamativo de aquella biografía cinematográfica era el hecho de que un tipo tan insignificante, desde casi cualquier punto de vista, como un simple instructor deportivo de una Academia Militar, mereciera la atención de un director como John Ford y un millonario presupuesto de la Columbia para llevar su vida a la gran pantalla a través de la interpretación de uno de los más reputados actores de la época.
Busqué explicaciones racionales y sólo encontré dos. La primera, que la magra Historia Norteamericana había que engordarla a cualquier precio, aunque el alimento que le permitiera coger algunos kilos tuviera tan poco cuerpo y tan insípido sabor. Y en segundo término, llegué a la conclusión de que esta película no tenía precio como vehículo propagandístico ante los ojos de millones de personas de todo el mundo, que podrían contemplar cómo un país como los Estados Unidos era capaz de acoger a un desarrapado emigrante y convertirlo en un próspero y respetable ciudadano.
Y cómo no, también establecí mis propios paralelismos con España, con sus celebridades y con los espacios que se les han dedicado en nuestro cine o en nuestras series de televisión. Nuestro país ha dado al mundo insignes científicos, pensadores, aventureros, filósofos, artistas o humanistas, que sólo encontraron eco en la pequeña pantalla de los años 80, a través de series -alguna realmente excelente, eso sí-, como "Goya" encarnada por Paco Rabal, "Miguel Servet", cuyo protagonista creo recordar, era Juanjo Puigcorbé, "Ramón y Cajal", protagonizada por Adolfo Marsillach o "Teresa de Jesús", con Concha Velasco como principal reclamo. Lo demás, en el baúl del olvido.
Postergación y desmemoria que han sufrido especialmente las figuras de los descubridores de América o de la Reconquista. ¿Alguien ha visto alguna vez una película española basada en la vida de Francisco de Pizarro, conquistador de Perú? ¿O de Hernán Cortés, vencedor del invencible Moctezuma? ¿O de Francisco de Orellana, explorador del Amazonas? ¿Cuántas versiones se han hecho sobre la vida de los Reyes Católicos, Carlos V o Felipe II? ¿Y Rodrigo Díaz de Vivar y Doña Jimena? Si les tenemos que poner caras, las que nos vienen a la cabeza son las de Charlton Heston y Sofía Loren.
Y sólo cito a los más destacados, porque por haber, hubo decenas, como el no hace mucho mencionado Juan Díaz de Solís, descubridor de Honduras, Belice, Nicaragua y de la desembocadura del Río de la Plata. Ni tan siquiera el mismísimo Cristóbal Colón ha gozado de la más mínima atención de nuestro cine, que se empeña en chupar de la teta pública con el exclusivo fin de parir comedietas de medio pelo y abortos de ínfima categoría.
Señores del cine español. Cualquiera de los mencionados le da sopas con ondas, desde la perspectiva de su calado e importancia histórica, al Marty Maher de marras y a cualquier otro personaje de la Historia Norteamericana. Reclamo y exijo, aunque no se me haga caso, respeto y consideración hacia las figuras más insignes de nuestra Historia. Y sobre todo, menos complejos a la hora de enfocar sus vidas y sus logros.
Lucio Decumio.
3 comentarios:
Bueno...creo que hay una por ahi que se llamaba El Dorado, no????....aunque, evidentemente, no se puede comparar el cine español con el yanqui, sobre todo en cuanto a dinero...asi ya se pueden hacer y hacer peliculas, aunque sean malas como churros....
Por otra parte, a mi Cuna de Heroes, me parece una gran peli...
Es coincidencia, pero este tal Marty,nacio el mismo dia en que los sioux de Caballo Loco y Toro Sentado acabaron en Little Big Horn con 262 soldados yanquis y con otro famoso de West Point ,por ser uno de los peores estudiantes que por allí pasaron, el teniente coronel George Armstrong Custer,segundo jefe del septimo de caballeria.
Me ha parecido muy interesante tú artículo sobre este personaje y el comentario posterior en relación a lo bien que los Americanos han sacado rédito cinematográfico de sus héroes ,todo lo contrario qué nosotros.Una cuestión que tiene mucho que ver con el talento y el dinero.
Donde no estoy de acuerdo es en discutir la calidad de "Cuna de heroes" en mi opinión una gran película.Otra cosa sería discutir su propaganda militar,su patriotismo,y su machismo rancio...pero eso sería otro debate ya que como gran obra del maestro Ford me parece incontestable.
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