Un salpicón de pequeños comentarios para el día de hoy. Aunque más que posiblemente no lo logre, espero ser lo suficientemente telegráfico como para hacer honor al título.
Las empresas cuya supervivencia económica depende del incremento del número de abonados a las mismas, operan siempre del mismo modo. Incontables y agresivas campañas publicitarias en medios de comunicación para la captación de nuevos socios y desafecto absoluto hacia quienes se acreditaron como clientes cuando la compañía empezaba a destetarse en los mercados. El ejemplo que más cerca roza mi interés y mi bolsillo es el del producto ADSL de Terra.
Yo me aboné a este sistema de conexión a Internet hace casi tres años, cuando mucha gente habría confundido el concepto ADSL con algún nuevo sistema de seguridad pasiva ya disponible para instalar en los automóviles. Me cobraron el alta, el módem y cómo no, la cuota que cristianamente he ido pagando desde hace casi 36 meses. Pues bien, en todo este tiempo, nadie ha llamado a mi puerta para ofrecerme descuentos diversos, reembolso del alta abonada en 2001, tres meses gratis de conexión o un nuevo módem a cambio de la caja de zapatos que tengo en mi escritorio. Nada de eso se me oferta a mí, pero sí a los nuevos abonados que han ido llegando en el último año y medio, más o menos. Debo expresar mi más enérgica protesta ante este intolerable agravio comparativo. ¿Darme de baja? Es posible, desde luego, pero entre el trámite de suspensión de la línea ADSL de Terra y el alta con un nuevo proveedor, pueden pasar tranquilamente cuarenta días. En resumidas cuentas, soy su rehén.
Hoy he leído un interesantísimo reportaje en "El Mundo" sobre la criogenización. Una mujer y su marido, españoles para más señas y dueños de un imperio hostelero que se extiende por varios países, vieron hace ocho años como su hija de 21 caía fulminada ante sus propios ojos, víctima de un repentino e incomprensible paro cardíaco. Quebrados y despedazados por el dolor de tan traumática pérdida, aún tuvieron la suficiente presencia de ánimo como para, en cuestión de horas, buscar información sobre empresas dedicadas a la criogenización y trasladar hasta Arizona el cuerpo inerme de su hija. Salvados los obstáculos burocráticos y abonadas las correspondientes tasas para ingresar a la joven en la clínica Alcor, el cadáver fue examinado y posteriormente, tratado del modo apropiado para que el organismo pudiera conservarse durante decenios, a la espera de que la Ciencia alumbre en el futuro algún método capaz de devolverle la vida.
Hace unos meses expuse mi opinión acerca de la investigación con células madre embrionarias. El artículo, que está en el enlace sobre Ciencia que podéis encontrar a la derecha de estas líneas, contiene mis juicios sobre tan espinoso asunto y que no dudo en hacer extensivos a este asombroso desafío científico. Es más que seguro que en los próximos años tenga lugar en España y en todo el orbe, un fuerte debate socio-moral acerca de esta cuestión, que encontrará apasionados detractores y encendidos defensores. Pero entre toda la maraña de razonamientos en pro y en contra que se manejen, sólo algo habrá cierto. Si el hombre y la Ciencia encuentran dentro de 30, 40 ó 50 años remedios para los males que extinguieron las vidas de quienes ahora están criogenizados, que nadie dude de que se intentará que regresen al mundo de los vivos.
He leído las propuestas sobre Economía, Fiscalidad y Educación que el PSOE integrará en su programa electoral de cara a las Elecciones Generales de Marzo. No me gustan, como casi cualquiera de los planteamientos de este errante partido político. Al margen de que quieran bajar los impuestos a quienes más ganan y asfixiar un poco más a las rentas más apuradas, que ya les vale, lo que no tiene precio es su propuesta de que los colegios abran 12 horas al día, los 7 días de la semana y once meses al año. Gracias a esta deslumbrante proposición, los españoles podremos tener los hijos que queramos, pues bastará con enchironarlos en el colegio de lunes a domingo y el mes que tengan de descanso, mandarles con los abuelos.
Es posible que los socialistas obtengan en los comicios de Marzo, algunos miles de votos de padres egomaníacos para quienes los hijos son una pesada carga. Pero si triunfan gracias a esos sufragios, deberán estar dispuestos a saldar su deuda dentro de pocos años, cuando esos niños crezcan y se venguen del Gobierno que durante años, los enjauló en las aulas.
Lucio Decumio.
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