06 marzo 2004

Las Serranas

Ante las negativas perspectivas que se me presentan en mi entorno laboral, fruto de un asombroso cúmulo de mezquindades y ruindades que circulan a mi alrededor y a las que yo era absolutamente ajeno, mi intelecto se ha visto obligado a acelerar sus procesos de búsqueda de alternativas ocupacionales ante la posibilidad, nada remota por cierto, de que las cosas pudieran ir a peor.

En éstas, un haz de luz cegadora, que al tiempo que iluminaba repentinamente mis turbios pensamientos, se ha encargado de despejar las sendas a través de las que transcurrirá mi inmediato futuro laboral, me ha mostrado con nitidez el camino a seguir. Guionista de series de televisión, queridos lectores, el futuro profesional de Lucio Decumio transitará por la vía de la creación de exitosas series para la pequeña pantalla. Y como muestra de que el triunfo y el reconocimiento aguardan impacientes a la espera de que les abra la puerta y se abalancen sobre mí, ahí va la demostración empírica de que lo que digo es absolutamente cierto. Sólo espero que nadie me fusile la idea.

Punto de Partida. Una mujer de mediana edad y escasamente atractiva -Pilar, 42 años- madre de tres hijas -Jessica 17, Jennifer 12 y Carlota 7- ha quedado recientemente viuda. Por esos giros que en ocasiones da la vida, la casualidad quiere que prácticamente al tiempo, un antiguo amor de juventud -Ernesto un tipo distinguido de 44 años- padre de dos hijos -Gonzalo 17 y Sergio 12- se separe de su esposa y retome al lado de Pilar, la idílica historia de amor que les unió en sus años mozos. Tan bien les van las cosas, que toman la determinación de casarse e irse a vivir juntos con sus respectivas proles a la casa de ella, sita en el cinturón barcelonés, obligándose nuestro protagonista y sus hijos a abandonar la exclusiva urbanización de las afueras de Madrid en la que viven, para trasladarse hasta su nuevo hogar barcelonés.

Contextualización de los personajes. Pilar trabaja en una peluquería que regenta al lado de su gruñona hermana Milagros, solterona empedernida que bordea los cincuenta. Ambas son de extracción media-baja, no tienen estudios superiores y se pasan la vida charlando en su peluquería sobre asuntos de muy bajo calado con una íntima amiga -Rufi- que es la encargada de una pescadería cercana. Las tres son estéticamente descuidadas y si tienen que pasarse un par de días sin visitar la ducha, no les importa demasiado. La hija de Rufi -Paqui- es la inseparable compañera de Jessica, la hija mayor de Pilar y entre ambas, se pasan la vida vacilando a sus madres y tratando de sacar el mayor provecho de su escasa preparación. Ambas van al mismo instituto y sus mayores aficiones consisten en visionar programas como "Gran Hermano", "Crónicas Marcianas" o "Salsa Rosa", así como leer revistas del tipo "Vale", "Qué me dices" o incluso "Pronto". Curiosamente todas ellas, madres e hijas, son acérrimas seguidoras del Barça y no se pierden ni un solo partido de su equipo, ya sea por TV o en directo.

La hija mediana de Pilar, Jennifer, es una auténtico desastre que se pasa la vida conspirando contra su familia y sus compañeros del colegio para hacérselo pasar lo peor posible. Viste ropas amplias, es descuidada y desaseada y no deja de dar el coñazo todo el día con sus travesuras y sus faenas. La hija menor, Carlota, es una empanada integral y pinta menos en la familia que un ciego con las manos a la espalda. De hecho, creo que la eliminaré del guión.

Por su parte, Ernesto es un tipo que aún conserva cierto atractivo, trabaja como ejecutivo en una empresa de consultoría y curiosamente es indisociable amigo de Federico, Director General de la consultora y esposo de Rufi. A ambos son seguros de sí mismos, gustan de acudir a fiestas exclusivas, jugar al paddle o al squash y tienen unas amigas lesbianas que tiran para atrás y que hacen retorcerse de celos a sus esposas, de quienes no se sabe muy bien porqué, están perdidamente enamorados. Gonzalo, el hijo mayor de Ernesto, es un chaval muy maduro para su edad, reflexivo, complejo y responsable, amante del esquí y de la vela y empedernido lector de Homero, Tucídides, Cicerón y Aristóteles. Todas las chicas del instituto pierden las bragas por el mozalbete, incluidas su propia "hermanastra", Jessica y la amiga de ésta, Paqui, quienes al margen de sus graves miserias intelectuales, viven siempre al borde de un ataque hormonal generalizado. En última instancia, Sergio, el hijo menor de Ernesto, admira rendidamente a su hermano mayor, pero sus inquietudes se dirigen antes a las Matemáticas Exactas, la Física Cuántica y la Química Subatómica, que a cualquier otra cosa y no tolera a Jennifer, la hija mediana de Pilar, por razones obvias.

Arquitectura de los episodios. Serán de una duración aproximada de 55 minutos, exlcuyendo publicidad. Pilar, Milagros y Rufi harán en cada capítulo, una exhaustiva demostración de que las mujeres son seres aborregados, acomplejados y simples, incapaces de alcanzar razonamientos trabajados que vayan más allá de sus necesidades más inmediatas. Su comportamiento en definitiva, al igual que el de sus hijas, será errático, risible y sobre todo incoherente.

Mientras tanto, los varones de la serie serán el contrapunto juicioso y ecuánime ante las eternas necedades y salidas de tono perpetradas por esos seres tan primarios que son las mujeres. Su refinamiento, su formación y su gran perspectiva de la vida, saldrán a relucir en todo momento, pues ha de quedar muy claro a los telespectadores que las féminas son incapaces de pensar por sí mismas y de evitar que todo el cotarro familiar se vaya al garete.

¿Verdad que promete ser un éxito sin precedentes?

Lucio Decumio.

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