Una de las instantáneas más tristes de la Historia de España. Los trenes de cercanías de Madrid, abiertos en canal ante la mirada atónita y aterrorizada de millones de españoles que no sabían lo que sucedía. Sin embargo, los rumores empiezan a apuntar a que algunos sí que estaban al tanto de lo que pasaba.
Es ésta una pequeña, casi diría minúscula estación de radio local que emite en FM para la isla de Tenerife. Desconozco su alcance real, a cuántos oyentes llega su emisión y si su frecuencia cubre toda la extensión de la paradisíaca ínsula canaria.
Su director es un periodista llamado Andrés Chaves, alguien que según los datos de que dispongo, se ha distinguido en otros medios de comunicación, especialmente escritos, por la utilización de un lenguaje poco apropiado para el soporte utilizado; en este caso, algún diario o revista que ha dirigido el buen hombre con anterioridad.
Hecha esta pequeña aproximación hacia la emisora y su director, simplemente con la intención de ubicarla espacialmente cara al lector y también con la idea de que éste sepa algún detalle sobre el perfil profesional del periodista en cuestión, entro en harina.
Hace unos días, navegaba tranquilamente por el gran Océano Internet, cuando de pronto, me topo con un interesante arrecife en forma de “blog” personal de un reconocido periodista. Le echo un vistazo, leo algunas cosillas, compruebo alguno de sus enlaces y como soy curioso por naturaleza, me entretengo en leer los comentarios que los visitantes han ido dejando en la ventana abierta a tal efecto en el citado “blog”.
Uno de ellos llama mi atención. Un lector canario, a la sazón oyente de la citada Radio Burgado, afirma que esa misma mañana ha escuchado al mencionado Andrés Chaves y que en su intervención, éste ha asegurado que en pocas semanas, una noticia bomba sacudirá los cimientos informativos y políticos de España. La información en cuestión a la que se refiere el locutor, siempre según el oyente que escribe en el blog, está relacionada con el 11-M y apunta a la posibilidad de que en breve plazo, pocas semanas tal vez, se publique en algún medio –descártense la SER, El Periódico de Cataluña, TVE, Cuatro o Telecinco- que el 11-M fue preparado por ETA, los servicios secretos marroquíes y determinados agentes del CNI.
Intento darle no demasiado crédito al apunte del oyente pues al fin y al cabo, se trata de una radio local que emite en mitad del Océano Atlántico y seguir adelante con mi lectura, pero algo vuelve a interrumpirla bruscamente. En las siguientes líneas, el oyente-lector constata que Chaves se ha hecho eco del rumor citando a fuentes propias en el marco del CNI y además –y este es el detalle capital- lo hace en el transcurso de una entrevista que mantiene con Fernando Fernández, actual eurodiputado del Partido Popular y Presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias entre 1987 y 1990.
Amigo. Un reporterillo cualquiera, un comentarista de todo a cien, puede hacer las afirmaciones que quiera y maquillarlas como le dé la real gana para ajustarlas a su propia idea de la realidad. Pero cuando alguien se atreve a emitir semejante aserto delante de las mismísimas narices de un eurodiputado que es a su vez ex presidente de una Comunidad Autónoma, la cosa adquiere tonalidades mucho más relevantes.
A la vista de la importancia política de la persona ante quien se efectúa esta aseveración, no puedo por menos que tener por cierto que nadie en su sano juicio, es capaz de detonar una carga de profundidad de estas características si no es desde la absoluta certeza de que la información que maneja es fidedigna y creíble.
Si de verdad esto que dice Andrés Chaves termina publicándose y rubricándose como cierto, si en definitiva el 11-M fue preparado y posiblemente perpetrado por algunos de los actores cuya implicación nunca ha sido descartada por quienes menos nos creemos la versión oficial, las líneas generales del desgobierno en el que nos han sumido ZP, el PSOE y la Esquerra, quedarían meridianamente retratadas y explicadas.
Así, quedaría en primer lugar perfectamente explicado el totalitario acoso que durante estos últimos 20 meses, han padecido en España la oposición política y los informadores y medios críticos con el poder. El objetivo, que la oposición, antes gobierno, quedara perfilada como un hatajo de incompetentes incapaz de evitar un atentado cuyas evidencias estaban delante de sus narices y dibujada ante la opinión pública como un rebaño de embusteros que pese a las pruebas que inculpaban al integrismo islámico, no dejaba de insistir en la autoría etarra, pues de ella podría extraer jugosos réditos electorales de cara a las inminentes elecciones.
A estas dos tareas, se han entregado con particular denuedo, interés y no poco éxito, los representantes del PSOE y sus aliados en la Comisión Parlamentaria que investigó el atentado y que curiosamente, se constituyó a propuesta del PP, así como emisoras, diarios y televisiones afines al nuevo gobierno.
Por su parte, medios como El Mundo, la COPE, La Razón o Libertad Digital, que nunca tragaron con la versión oficial de los hechos y siempre buscaron más allá de las pruebas prefabricadas que se ofrecieron a la opinión pública para crear una verdad a medida de los más directamente beneficiados por los atentados, han sufrido un acoso constante, redoblado en las últimas fechas con especial fiereza por la guardia pretoriana del PSOE, la Esquerra, temerosos ambos de que alguno de esos medios dé con la tecla y se convierta en la catapulta desde la que se lance la gran roca informativa que derribe los muros de la farsa.
Quedaría, cómo no, explicada la vergonzosa postración ante Marruecos y las sibilinas y amenazantes declaraciones del rey moro tras la toma de la Isla Perejil por parte de tropas españolas. Ante esta evidencia, lo inmediato, lo que la más simple decencia diplomática exigiría en caso de confirmarse su participación, sería una inmediata ruptura de relaciones diplomáticas, la retirada de todas nuestras inversiones de aquel país, el cierre instantáneo de fronteras y la petición formal de exclusión de este país, de los organismos internacionales en los que está representado. Eso, como poco.
Quedaría asimismo explicada la nauseabunda política pro-terrorista del gobierno de ZP, consistente en dar alas, aire y cancha a la banda asesina. Una cuestión de mera reciprocidad. Yo he preparado el terreno y las condiciones para que tú llegues al poder para que cuando estés allí, me saques de la UVI policial en la que me ha metido la presión judicial y política de los gobiernos de Aznar. En contraprestación, dejo unos meses de matar pero no de atentar y cuando más me convenga, es decir, cuando me hayas acercado a los presos, me hayas legalizado a mi brazo político y me hayas dado garantías de que me concederás todo aquello que pido, declararé una tregua para que la presentes ante tu electorado como el logro de la paz definitiva en el País Vasco.
Quedarían explicados los cientos de agujeros negros –en este caso, recomiendo la lectura de Fernando Múgica o a Luis del Pino- acerca del 11-M, como el desconocimiento del tipo de explosivo utilizado, los erróneos informes que se transmitieron al Gobierno de Aznar en los primeros instantes, la ausencia de detenidos y de encausados en relación a la masacre, la negativa del PSOE y grupos afines a que comparecieran testigos clave solicitados por el PP en la Comisión de Investigación, el carpetazo definitivo de ésta y el presunto suicidio en Leganés de los principales sospechosos de haber perpetrado la carnicería.
Pero sobre todo, quedaría explicada y clarificada la tenebrosa estrategia acordada entre Carod y ETA en Perpiñán para ayudarse mutuamente en la tarea de desestabilizar al Estado y obtener con ello, sus delirantes objetivos políticos.
De Perpiñán, como tantas veces he afirmado, de ese acuerdo entre Carod y ETA, me temo que vienen los lodos que anegan la vida política y social de España en estos instantes. Cada vez se me aparece más claro el siniestro plan trazado en aquella localidad francesa. Golpe de Estado contra el gobierno del PP disfrazado de atentado islamista convenientemente manipulado y azuzado contra Aznar y los suyos, encaramamiento al poder de un tipo gris, pusilánime y maleable como Zapatero y chantaje permanente a éste hasta la consecución de todos los enfebrecidos objetivos secesionistas de etarras y esquerristas.
La única cuestión que me queda por resolver, pues las otras se contestan por sí solas como acabamos de ver, es el grado de implicación del PSOE y de sus líderes en la masacre. Si las noticias que apuntaba Chaves son ciertas y se publica lo que el periodista canario afirma que se va a publicar, Marruecos, parte del CNI, ETA y con ella ERC, quedarían nítidamente al descubierto.
Pero la gran duda, el gran nudo gordiano de todo este asunto es el PSOE. ¿Sabían algo Blanco, Rubalcaba, Zapatero y demás dirigentes socialistas, acerca del golpe que se preparaba? ¿Estaban ellos al tanto? ¿Fueron parte del plan o simplemente se aprovecharon de las circunstancias y se subieron al caballo ganador cuando la carrera ya había empezado?
Quiero pensar que fue sólo oportunismo, desmedida ambición de poder y ganas de aprovechar la oportunidad de encontrarse ante un gobierno noqueado y superado por la situación, la que impulsó al PSOE y a sus medios a comportarse del modo en que lo hicieron. Por nada del mundo quiero imaginarme a ningún dirigente socialista perfilando tan maléfico plan en un oscuro cuartucho de Perpiñán o de otro lugar, al lado de unos etarras sedientos de sangre, unos moros revanchistas y unos esquerristas rencorosos.
Ni quiero, ni puedo imaginármelo.
Lucio Decumio.
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