Todos, el que más y el que menos, hemos visto cómo en decenas de películas y series de televisión los investigadores de los crímenes o delitos que tienen lugar en el marco del argumento de las mismas, se hacen siempre una primera pregunta absolutamente crucial; ¿a quién beneficia la falta cometida? ¿quiénes sacan mayor partido de la conmoción ocasionada por el asesinato o el delito de turno?. Es tan de cajón de madera de pino, que más que posiblemente, los detectives, los policías o los jueces encargados de instruir un caso similar en la vida real, se hagan la misma cuestión.
En el caso de los atentados que tuvieron lugar en Madrid el 11 de Marzo de 2004 y que conmocionaron a España y al mundo entero, el interrogante ha de ser el mismo. Obviamente, no seré yo quien, magro de medios y de tiempo para enfrascarme en semejante tarea, se dedique a indagar aquí y allá en el origen, la comisión y las consecuencias de aquella salvajada sin precedentes. Sin embargo, cuando ya han transcurrido casi dos meses desde el "shock" que supuso para toda España aquél lúgubre acontecimiento, las brumas sobre lo ocurrido empiezan a despejarse tímidamente y las respuestas a las preguntas radicales que formulaba previamente, asoman vacilantes en el horizonte.
A priori y no hay margen para la duda en este sentido, el gran beneficiado por los sucesos de aquella infausta jornada, ha sido el PSOE, con su Secretario General entonces y ahora también Presidente del Gobierno, a la cabeza. De lo que digo, dan sobradas pruebas en primer lugar, el escrutinio de los votos por correo emitidos por los españoles que el 14 de Marzo, no podían acercarse hasta la mesa electoral correspondiente para depositar sus papeletas. Como todo el mundo ha de saber, la posibilidad de votar por correo se cierra unos días antes de la jornada electoral propiamente dicha y dada la cercanía del 11 de Marzo a la fecha de las elecciones, el citado voto por correo no pudo verse en modo alguno influido por los hechos del Jueves Negro.
En este sentido, resulta extremadamente reveladora la inversión producida en la tendencia de los votantes el 14 de Marzo en lo que al voto directo se refiere. Mientras que en algunas regiones en las que los socialistas perdieron en el escrutinio del voto por correo por más de 20 puntos, el 14 de Marzo se acercaron al PP a menos de cuatro o cinco puntos. Y en algunos casos, hasta llegaron a superar a los "populares". Alguien podrá decir que los resultados del voto por correo no son extrapolables a los datos del escrutinio definitivo, pero si tiramos de histórico y nos metemos en algunas páginas de Internet, veremos cómo en anteriores convocatorias electorales las diferencias porcentuales entre un tipo de voto y otro en las diferentes comunidades autónomas, no varían de un modo tan drástico.
En segundo lugar, ayer se conocieron los resultados de una encuesta del CIS en la que cerca del 22% de los españoles, manifiesta que su voto se vio condicionado e incluso modificado por los atentados del 11 de Marzo. Si tenemos en cuenta que el 14 de Marzo votaron aproximadamente unos 23 millones de españoles y realizamos una simple operación matemática sobre ese dato, teniendo en cuenta el porcentaje antes citado, nos encontraremos ante la certeza de que los cerca de 200 conciudadanos que fallecieron víctimas de aquél drama, marcaron de forma sobresaliente el devenir de las Elecciones.
Visto que el PSOE es el máximo beneficiario de aquellos luctuosos acontecimientos, conviene seguir tirando del hilo y volver a hacerse una pregunta similar a las primeras que citaba. ¿A quién le beneficia el ascenso de los socialistas al poder? Las respuestas en este caso, llegan en aluvión y en estampida a nuestras entendederas y poca falta hace que yo las glose aquí, pues la sucesión de decisiones políticas que se toman desde el nuevo gobierno a partir del momento en que accede al poder, son claramente significativas.
En definitiva, bajo mi modesto punto de vista, desde las 07.39h del día 11 de Marzo hasta el cierre de los colegios electorales el domingo 14, se produce en España lo que yo llamaría, al menos en estos instantes, pues ya veremos lo que nos depara el futuro, un golpe de Estado solapado, de baja intensidad si se quiere. La fecha del 11 de Marzo hubo de ser cuidadosamente elegida por los asesinos y por los inductores y los cerebros grises que organizaron los atentados, con el fin de dejar maniatado y con el menor margen de maniobra posible al Gobierno de José María Aznar. Los acontecimientos políticos, las presiones mediáticas de grupos de comunicación afines al PSOE y las manifestaciones que subsiguieron a los atentados demuestran bien a las claras, el talante torticero, manipulador e intoxicador de quienes vieron en la sangre de los centenares de muertos y heridos, el medio que justificaba el fin.
Poco a poco, iremos viendo cómo se destapan las alcantarillas que ocultan aún muchas sombras de lo sucedido durante aquellos tristes días de Marzo. Para ello confío en el buen hacer de los pocos medios de comunicación que quedan enfrente de los actuales gobernantes, del sacrificio y del talante del juez instructor del caso y de la Comisión de Investigación Parlamentaria que se creará en breve a petición del Partido Popular. Y un último apunte. La enumeración que acabo de hacer de estos tres pilares sobre los que habrá de destaparse la verdad, no es en absoluto errática. Obedece a mi convicción de que el resultado de las pesquisas de cada uno de ellos, será directamente proporcional al lugar en el que los he precisado.
Lucio Decumio.
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