Siguiendo con la línea establecida en los últimos días, nada de fotos de los enemigos de la Nación. Sólo un cigarrillo entrelazado en los dedos de una mano anónima, para recordar que Zapatero y Artur Mas vulneraron conscientemente la Ley Antitabaco durante la famosa y triste reunión en la que convinieron la voladura del Régimen Constitucional de 1978.
No estoy en absoluto de acuerdo con la idea del Partido Popular de abrir un nuevo frente político contra Zapatero y su Gobierno, basado en el hecho de que el Presidente y Artur Mas cerraran el acuerdo estatutario entre el humo de unos cigarrillos, incumpliendo con ello, la Ley Antitabaco aprobada recientemente por el Ejecutivo socialista.
Es mi opinión y sospecho que asimismo la de mucha otra gente, que éste es un asunto marcadamente menor, en el que el principal partido de la Oposición, a la vista de la que está cayendo tanto con el Estatuto catalán, como con otra serie de acontecimientos sangrantes que tienen lugar en el País Vasco y en otros lugares de España, no debería perder un solo minuto de su tiempo.
Sin embargo, sí que me gustaría decir que la imagen de Zapatero y Mas saltándose la ley impunemente, sólo se puede entender como una alegoría del comportamiento que en otras áreas de mayor trascendencia, demuestra el Presidente del Gobierno. Está claro que para este hombre, desde el documento más insignificante hasta la Ley de Leyes, todo es relativo y susceptible de interpretarse en función de sus intereses más inmediatos.
Si lo que dicen los pactos o las leyes va en contra de sus deseos o de sus designios, la interpretación de las mismas ha de hacerse con la mayor laxitud y la más amplia condescendencia, para que ni él ni sus socios puedan verse afectados por la letra de la legalidad.
En cambio, si los actos a juzgar han tenido su origen en algo o alguien que no es de su cuerda y que no comulga con sus delirios atomizadores, el rigor del mazo judicial ha de golpear sin piedad al infractor, aunque la transgresión cometida no sea merecedora de semejante severidad o simplemente, ni se haya cometido.
Señor Zapatero, ya sé que por un oído le va a entrar y por otro le va a salir, pues es usted un aventajado aprendiz de déspota, pero las leyes en un Estado de Derecho sujetan a todos a su cumplimiento, no sólo a quienes no pueden tomar parte en su elaboración.
Otra cosa es una república bananera, una dictadura neo-soviética o una satrapía oriental, que es a lo que cada vez más se parece España.
Insisto, que se olvide el PP de intentar desgastar al Gobierno con esta materia que en comparación con otras muchas que están en boca de todos a día de hoy, es insignificante. El devastador dictamen -solicitado por el propio Gobierno- del Consejo de Estado en contra del vaciamiento competencial del Estado en favor de las autonomías, la nocturna prodición acordada entre ZP y Mas o las impudicias que a diario se cometen en las Vascongadas, deberían ser entre otros, los principales puntos de apoyo sobre los que el PP hiciera palanca durante las próximas semanas.
Lucio Decumio.
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