La absurda tolerancia inmigratoria de los gobiernos españoles durante los últimos diez o doce años, ha provocado un estremecedor incremento de los índices de delincuencia en las calles y plazas de España y ha disparado la presencia de inmigrantes en nuestras cárceles. Los números no mienten.
El 30% de los reclusos que actualmente pueblan las prisiones españolas, es de origen extranjero. Durante el año 2005, 73 de cada 100 nuevos inquilinos carcelarios había nacido allende nuestras fronteras. La última encuesta del CIS arrojaba el revelador dato de que el 65% de los españoles considera que en España hay demasiados inmigrantes.
El autoproclamado "Mundo de la cultura" y los pedantes progres de salón que muy a su pesar, acaparan la mayor y mejor parte de las urbanizaciones más descollantes de España, pondrían el grito en el cielo y me acusarían de apología del racismo y la xenofobia por hacer mención a estadísticas tan determinantes. Eso en el caso de que me leyeran, que va a ser que no, sospecho.
Concluida la que podríamos llamar digresión crítica hacia la izquierda de sofá de piel y "triclinium", diré que la interpretación de estos dígitos va más allá del mero dato estadístico. Asimismo y aunque desde mi punto de vista, las izquierdas y sus representantes políticos, sociales e informativos tienen la mayor parte de responsabilidad en este desaguisado, aquí hay dardos para todos.
Vayamos por partes. A alguien -pañuelo palestino en ristre y camiseta con la efigie del Ché- podría ocurrírsele lo siguiente. Sí, el 30% de los presidiarios que hay en España es de origen extranjero, pero el 70% restante son españoles, así que entre estos últimos los índices de delincuencia son mucho más altos. Incierto, querido simpatizante de todo tipo de causas nauseabundas. La población inmigrante todavía no alcanza en España -afortunadamente- el 7% del total de habitantes, por lo que los cocientes comparados ofrecen datos implacablemente demoledores acerca de las intenciones delictivas de centenares de sudamericanos, magrebíes o eslavos llegados ilegalmente a nuestras tierras por tierra, mar y aire.
En cuanto al hecho de que el 65% de los españoles considere que hay demasiados inmigrantes en nuestro país, cabría hacer una pequeña corrección al alza, al menos por mi parte. No entiendo mucho de estadística, pero sospecho que ese 65% hace referencia a los encuestados, con independencia de su lugar de nacimiento u origen racial. Entre el cien por cien de los cuestionados, forzosamente tuvieron que encontrar los empleados del CIS a un pequeño pero significativo porcentaje de inmigrantes, quienes con toda seguridad responderían negativamente a la cuestión planteada por el encuestador. Así que si tenemos en cuenta que aproximadamente un 3% de los encuestados pudieron no ser españoles, tendremos que al menos el 97% de los cuestionados sí que lo era, razón que debería elevar en algún punto el porcentaje del 65% de nacionales que considera excesivo el número de extranjeros.
Y el dato de que 73 de cada 100 personas encarceladas en 2005 era de procedencia forastera, es tan devastador e ilumina de tal manera la realidad actual de las calles de las principales ciudades de España, que se comenta por sí solo.
¿Responsabilidades? La izquierda política, cultural y mediática, por convicción. La derecha, por complejo de inferioridad moral ante los primeros.
Ante cifras como estas yo me pregunto lo siguiente; ¿de verdad que el hecho de coger al toro por los cuernos y elaborar una política inmigratoria sensata y real, capaz de atender a las demandas de nuestro mercado laboral y a las preocupaciones de los españoles, sería tan incorrecta en el plano político y restaría votos al partido que la llevara a buen puerto?
Sinceramente, yo creo que no.
Lucio Decumio.
2 comentarios:
Simples e doce. Estou pensando em começar um blog ou cinco muito em breve, e eu definitivamente vou considerar este tema. Mantenha-os próximos!
me gusta exactamente cómo usted recibirá su nivel a lo largo
Publicar un comentario