08 junio 2004

Si el PP hubiera ganado el 14-M...

...Y cientos de inmigrantes hubieran tomado al asalto, una tranquila tarde de Junio, la Catedral de Barcelona para exigir unos derechos que no les corresponden ni de lejos y la Guardia Civil -descartad a la Guardia Urbana de Barcelona en este caso- hubiera desalojado por las bravas a quienes llegaron a destrozar el mobiliario del templo y a orinarse en el altar, el Gobierno "popular" habría sido tachado por PSOE, IU, nacionalistas y demás ralea izquierdista, de racista, xenófobo, fascista y totalitario. Si acto seguido, varias decenas de esos mismos inmigrantes hubieran sido puestos de patitas en sus respectivos países por infringir nuestra Ley de Extranjería, los exabruptos habrían alcanzado cotas torticolizantes. Y si en último término, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hubiera declarado que de papeles para todos, ni hablar, las muchedumbres encolerizadas de indoctos mozalbetes antisistema, hubieran puesto sitio a las sedes del PP en toda España, por tercera vez en un año, sostenidos por la sonriente aquiescencia y las perversas justificaciones de los de siempre.

...Y Federico Trillo hubiera recibido, como Ministro de Defensa y a instancias de Mariano Rajoy, la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco por su labor en la reconquista del islote de Perejil, los mismos demagogos vociferantes mentados previamente se habrían rasgado teatralmente sus togas sanedritas, al tiempo que habrían exigido, entre estridentes alaridos de fingida congoja, la dimisión inmediata e irrevocable del Ministro, así como la devolución de la medalla. Acto seguido, es fácil imaginar la catarata de adjetivos que se habría desplomado sobre Rajoy y Trillo. Calificativos del tipo "rancios centralistas" y "nostálgicos franquistas" habrían sido de los menos ofensivos. Por cierto, según el Reglamento General de Recompensas Militares, para ser digno de tamaña condecoración, es menester destacar en el cumplimiento de los deberes militares y la prestación de sus servicios, de forma que constituyan un mérito extraordinario apreciado por el mando. Al margen, su posesión reporta al condecorado, el trato de Excelencia. Sin más comentarios.

...Y el Presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia, Francisco Camps, del PP, hubiera conspirado a espaldas del Alcalde de Barcelona, Joan Clos, del PSOE, para minar el prestigio de la Ciudad Condal con el fin de arrebatarle la organización de la Copa América de Vela, tras haber peleado durante años para lograr que Barcelona se convirtiera en su sede en 2007, ¿cuál habría sido la reacción del PSOE, del PSC y de los nacionalistas catalanes, empezando por esos filobatasunos de ERC? ¿Y si ese proceso de erosión de la reputación de Barcelona y su capacidad organizativa, hubiera estado impulsado por la premeditada indolencia de un Gobierno central presidido por Mariano Rajoy, a la hora de elegir sus delegados para el Comité Organizador del evento? ¿Alguien se imagina un acto tan ruin por parte de un Gobierno del PP? Y lo que sería aún peor, ¿alguien se imagina las consecuencias de esas turbias maniobras?

Estos son sólo algunos ejemplos de cuál es el rasero con el que la sociedad española en general, mide los errores y los aciertos de unos y de otros. Mientras que el PSOE tiene carta blanca, absoluto derecho de pernada sobre cualquier asunto o cuestión, permiso para la comisión de las mayores fechorías, licencia para hacer suyas las consignas más absurdas y disparatadas y salvoconducto para que las mayores corruptelas aniden y encuentren cobijo y almuerzo en su seno, al PP no se le perdona ni una.

¿Motivos? Varios, seguro, pero entre ellos y seguramente el más importante, la soberbia capacidad propagandística de la izquierda nacional, capaz de cargar a la sociedad española con pesados fardos de prejuicios y complejos, alimentados por la amplificación de sus contados aciertos y por la minimización y absorción inmediata de sus graves errores.

Y así seguiremos, hasta que los dos o tres millones de ciudadanos que se creyeron los embustes de Rubalcaba en la jornada de reflexión previa al 14-M, se caigan del guindo.

Lucio Decumio.

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