Yo creo que pocas fechas tan significativas y tan determinantes podemos encontrar en la Historia reciente de la Humanidad, como el día de hoy de hace 60 años. Al amanecer de aquél martes, los Aliados desencadenaron la mayor operación militar de la Historia, con el fin de abrir las defensas alemanas en el continente a través del Norte de Francia y derrotar de una vez por todas al demoníaco III Reich.
Centenares de miles de soldados norteamericanos, canadienses, británicos, australianos y de otra media docena de nacionalidades, fueron arrojados desde el aire tras las líneas nazis y vomitados por miles de barcazas de desembarco en las playas de Normandía. Los alemanes, que esperaban el asalto aliado pero no por el punto en que se produjo, vieron cómo las divisiones capitaneadas por Eisenhower se les metían hasta la cocina y abrían la brecha por la que se inundaría el ya debilitado búnker que en 1944, era el régimen hitleriano.
Hoy sólo quiero rendir homenaje y honrar la memoria de los miles de muchachos americanos, australianos y europeos de todo signo y nacionalidad que se dejaron la piel y la vida en aquella jornada, en las que le precedieron y las que le siguieron, para liberar a Europa de uno de los regímenes más tiránicos y sanguinarios que ha conocido la Humanidad. Sin su sacrificio, sin su empuje, sin su sangre y sin sus vidas entregadas en aquellos años, el mundo en el que hoy viviríamos sería radicalmente diferente. Tanto, que ni tan siquiera en el mejor de los alardes imaginativos, es posible hacerse una idea de bajo qué circunstancias socio-políticas nos encontraríamos en España y en Europa y en el resto del planeta.
Aquel día, aquella jornada, vio cómo se encarnaba en forma de ilusión y ansia por la libertad y la liberación de Europa, lo mejor del espíritu de Occidente, sus milenarias tradiciones humanísticas y su evolución histórica hacia la democracia, el gobierno del pueblo, el respeto a los derechos humanos y el desarrollo personal de cada uno de sus ciudadanos.
Por eso y por un futuro mejor para las generaciones que habrían de sucederles, se dejaron el alma y la vida miles y miles de jóvenes en aquéllas playas normandas, un día como hoy de 1944.
Lucio Decumio.
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