04 octubre 2005

Rajoy visita esta página


Instantánea de M. Rajoy en la que el líder de la Oposición,
celebra alborozado la munición política que acaba de obtener gracias a la lectura de los acerados comentarios de L.D.


Innegablemente, el titular de hoy está impregnado de una fuerte y pretenciosa autocomplacencia, así como de un reconocible deseo de confundir mis deseos con la realidad. Pero aunque nos enganchemos a la lógica del tiempo y de los acontecimientos y con ello descartemos que el líder de la oposición y del PP sea un asiduo lector de mis comentarios y sobre todo, que éstos se hayan convertido en referencia necesaria en sus discursos y propuestas políticas, nadie puede quitarme la satisfacción de haber avanzado hace unos meses, razonamientos muy similares a los expresados recientemente por Rajoy al respecto de futuras y muy perentorias reformas electorales o constitucionales para cortar de raíz la estremecedora metástasis nacionalista que padece España.

Tampoco sería ni sensato ni realista, adjudicarme todo el mérito creativo en torno a unos planteamientos que hace tiempo se vienen manifestando como necesarios en muchos ámbitos de la vida pública y política de la Nación, pero sí que ruego a mis más fieles lectores que pierdan unos segundos de su preciado tiempo y comparen algunos de los párrafos que redacté el 14 de Abril de 2005 bajo el epígrafe "A por ellos" con los extractos de las recientes declaraciones que realizó Mariano Rajoy al hilo de la aprobación en el Parlamento Catalán, del sedicioso proyecto de reforma estatutaria de Cataluña.

Por último, invito a todos mis visitantes a no pensar que, tal y como les sucede a los guionistas y productores de Hollywood, mis vetas creativas se encuentran en fase terminal y que a partir de ahora, sólo voy a dedicarme a hacer "remakes" de mí mismo. Que no, que no. Ni hablar.

Lo que dije yo:

Así que, a la vista de la deslealtad de los nacionalistas y de la complicidad suicida del PSOE, propongo lo siguiente: Si para Ibarreche, Maragall, Carod y demás caterva, sacar al ruedo político cualquier cuestión reivindicativa relacionada con el autogobierno o con pasados y presuntos agravios históricos, es sinónimo de éxito: ¿Porqué razón no invertir la tendencia y darles un poco de su propia medicina?

Me explico. Si nacionalistas catalanes y vascos consideran cualquier competencia central es susceptible de ser reclamada, así como cuestionable cualquier concepto de la Historia de España, de su cultura, de su legado y de su sentimiento nacional, ¿porqué no aplicar su misma estrategia y lanzar a la mesa unos cuantos órdagos que propongan la eliminación de algunas de las prerrogativas que han ido acumulando en los últimos años o que pongan en duda su legitimidad o su historia autonómica o regional?

Yo digo que para detener esta sinrazón, hay que pasar a jugar en su terreno, hay que sacudirse los complejos, pasar a la ofensiva y dejar de mantener posiciones defensivas y timoratas. Propongamos la eliminación o la supresión de parte de sus privilegios y postulemos por la devolución al Estado de facultades y competencias que han ido arrebatando con su táctica depredadora a lo largo de los últimos tiempos. Después de todo, hasta que consiguieron muchas de las atribuciones estatales que ahora gestionan, éstas estaban en manos del Gobierno Central y nadie, salvo a ellos cuando les convino, había puesto en entredicho la legitimidad del Estado para gestionarlas correctamente.

Lo que ha dicho Rajoy en una entrevista concedida el pasado domingo al diario "El Mundo":

"Propongo reformar la Constitución para que las competencias del Estado sean intocables".

"No estamos ante una reforma del Estatuto [catalán], sino ante una reforma de la Constitución, ante una ruptura del consenso de la Transición, ante un cambio del modelo de Estado y ante una liquidación, impulsada por el Partido Socialista, del principio de igualdad entre los españoles".

"Estoy dispuesto a proponer la reforma de la ley electoral, porque en este momento es un asunto especialmente importante. Le voy a explicar por qué. Si los políticos catalanes van a decidir sobre lo que ocurre en Cataluña y el resto no puede intervenir, ¿por qué van a decidir sobre lo que ocurra en el resto de España?"

Lucio Decumio.

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