01 septiembre 2008

Robinho, otro juguete roto


Acabo de enterarme que el imbécil éste, va a fichar por el Manchester City. Un gran paso en su carrera deportiva, sin duda. Que tanta paz lleves como tranquilidad dejas, mendrugo.

La actitud infantil, inmadura y rebelde que ha mostrado el ex delantero brasileño del Real Madrid en los últimos días, no ha hecho sino reafirmar y apuntalar mi tesis de que el sentido de la responsabilidad y el compromiso de la mayoría de los futbolistas de esta nacionalidad con su profesión, son inversamente proporcionales al talento que muestran en los terrenos de juego y sobre todo, a su apego por la fiesta, la juerga y la jarana.

Entiendo que el muchacho se haya sentido molesto durante muchas semanas, al observarse como un segundón a ojos de un pánfilo como Ramón Calderón, para quien durante ese tiempo, sólo ha sido la baratija con la que intentar rebajar el precio de su enésima promesa incumplida, es decir, Cristiano Ronaldo. En momentos como esos, cuando los peleles, los trepas y los caciques intentan hacernos la vida imposible, es cuando se demuestra la verdadera dimensión de una persona. Pero mira tú por donde, el brasileñito, en lugar de levantar la cabeza y comportarse como un caballero, ha ha optado por la variable caprichosa, gritona y congestionada y con ello, por el ridículo y el oprobio, al ver cómo en lugar de fichar por el Chelsea, va a terminar vistiendo la camiseta del M. City.
Las cosas, amigo Robinho, pueden hacerse de cualquier otra forma, menos de ésa. Cuando un vende humos sin fuste como Calderón, que lo único que ha sabido hacer bien desde que es Presidente del Real Madrid es mentir como un bellaco, te ningunea, lo mejor es no hacerle aprecio, seguir tu camino y demostrar en el campo, que se es digno de vestir la camiseta más gloriosa de la Historia del Fútbol. Si te pones a su altura y además, decides ampliar tu capital de amistades mediante dudosas técnicas que consisten en despreciar a la afición, enfrentarte con tus compañeros y desafiar a tu entrenador, pierdes todas las razones y te conviertes en un pollo sin cabeza.

Y fuera ya de mi particular análisis sobre el caso, reconozco que esta actitud tampoco me llama tanto la atención, precisamente por lo apuntado con anterioridad. Ahí están, por si a alguien todavía le caben dudas, los poco recomendables ejemplos de tipos como Ronaldinhho, Ronaldo, Romario y otras tantas celebridades futbolísticas brasileñas, que ganaron tanta o más reputación como príncipes de la noche y reyes del desenfreno, que como los virtuosos jugadores a los que sus respectivas aficiones les abonaban religiosamente, sus más que jugosas soldadas.

Moraleja. Hay que fichar productos europeos o en su defecto, argentinos. Por regla general y casi invariable, al resto de futbolistas del orbe les falta calidad o van sobrados de indolencia e indisciplina.

Lucio Decumio.

No hay comentarios: