27 diciembre 2007

Resumen

El año toca 2007 toca a su fin y echando un vistazo al contador de comentarios que hay a la izquierda de la página, contemplo -muy enfadado conmigo mismo, por cierto-, cómo desde el momento en que empecé a escribir en esta página -Mayo de 2003, más o menos- hasta la fecha, el número de intervenciones anuales ha ido decreciendo paulatinamente, como lo hacen los bancos de pesca, los glaciares o los bosques indonesios.

Las razones de este estremecedor decrecimiento, son varias y variadas aunque en un pequeño ejercicio de introspección personal -que puede no interesar a nadie, pero que a mí me apetece hacer-, yo destacaría dos: un creciente hastío respecto a los políticos y a la política, origen del 80% o más de mis escritos en esta página y un preocupante desencanto con mi propia trayectoria personal y profesional, que me ha sumergido en prolongadas y nada provechosas ausencias.

Por ello, hoy no me apetece zambullirme en ningún sesudo -o simple-, análisis relacionado con la actualidad política, ya esté relacionada con las miserias, crímenes y traiciones nacionalistas, con los embustes y compadreos socialistas o con la cada vez más recurrente endeblez argumental de la derecha. Hoy tampoco será el turno la crucifixión argumental de los titiriteros, de algún que otro desapasionado acercamiento a la realidad futbolística, de los avances científicos o de irritantes, por el hartazgo que genera su omnipresencia mediática, cambios climáticos o calentamientos globales.

Como bien corresponde al final de una etapa y el final de un año natural lo es, lo queramos o no, hoy es momento de autocrítica por el pasado y de enumeración de aspiraciones de cara al futuro. Empezaré por las segundas, con una promesa dirigida a mí mismo y también, a mi exiguo número de seguidores, como es la realización de un esfuerzo adicional a lo largo del próximo año 2008, que implique un mayor número de intervenciones en el blog.

No creo que sea demasiado complicado, a la vista de la inminencia de unas Elecciones Generales que se presentan cruciales para el futuro de España. Si todos los políticos, de una u otra vertiente, nos han dado sobradas razones durante estos cuatro años para criticar aceradamente sus decisiones, declaraciones y actos, supongo que a medida que se acerque la fecha de la convocatoria a urnas, los motivos que ofrecerán los padres de la Nación para incrementar la frecuencia de mis apariciones en el blog, serán legión. Así que el número de 17 comentarios realizados en 2007, quedará, espero, notablemente superado sólo en los primeros meses de 2008.

Y el segundo de mis propósitos de cara al nuevo año, será la de una definitiva consolidación personal y profesional. Pondré, como siempre he puesto, todos los medios a mi alcance para conseguir ambas, así como la mejor de mis disposiciones. Desgraciadamente, unas veces por culpa mía, las más debido a razones exógenas, muy relacionadas con las peores miserias humanas, no ha sido posible. Espero y deseo que 2008 sí que sea mi año y que también lo sea para todos aquellos que estén leyendo estos párrafos. No sabéis cuánto me agradaría que dentro de 12 meses, pudiera compartir con todos vosotros, la total plasmación de todos estos deseos, en la realidad de nuestras vidas.

En cuanto a la autocrítica, me doy cuenta de que la mayor parte de la que quería hacer, ya la hice cuando mencioné mi desencanto con mi trayectoria vital en varios niveles. Cierto es que no debería quejarme, pues mi nivel de vida y comodidad supera con mucho el de muchos miles de millones de seres humanos. Tengo una gran familia, un buen número de amigos y todos en mayor o menor medida, vivimos en buenas condiciones y disfrutamos de buena salud.

Así que al final y aunque parezca una perogrullada, esas son las cosas realmente importantes, pese a que el espíritu humano, permanentemente insatisfecho con lo logrado y obtenido, siempre aspire a más. Es uno de nuestros rasgos distintivos como raza y por supuesto, no pienso renunciar a él. En definitiva y al margen de lo ya conseguido y consolidado, aspiro a más en todos los órdenes.

No me queda más que desearos a todos un muy Feliz Año 2008, lleno de venturas, prosperidad y parabienes. Incluso para el mismísimo Presidente del Gobierno, diana de la mayor parte de mis dardos. Señor Presidente, le deseo a usted lo mejor durante el próximo año, que no puede ser otra cosa sino su plena y entusiasta dedicación a la venta de coches de segunda mano en algún apartado y recóndito lugar de España, a partir del 9 de Marzo.

Lucio Decumio.

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