26 febrero 2007

Ocho manifestaciones

Panorámica de la Plaza de Colón durante la manifestación del día 3 de Febrero. La instantánea recoge el momento en que miles de globos se elevan hacia el cielo de Madrid, como símbolo de libertad frente a la ignominia, la deshonra y la indignidad demostrada por Zapatero en sus pactos con ETA.

Son el número de convocatorias que han realizado los colectivos de víctimas del terrorismo o asociaciones cívicas, para reclamar al Gobierno de Vichy que muestre un poco de dignidad y de sentido de la decencia, deje de colaborar abiertamente con los terroristas de ETA y los persiga a ellos y no a sus víctimas.

ZPetain y los suyos siguen haciendo oídos sordos, básicamente porque no pueden ni quieren hacer otra cosa. Su futuro político, así como su pasado más reciente y tenebroso, está indisolublemente unido al de la banda asesina ETA, que nadie lo dude. Con el tiempo, con el paso de mucho tiempo, terminará demostrándose. Si después de haber sacado millones de personas a las calles, si después de haber demostrado una caballerosidad, una dignidad y una compostura a la que jamás se aproximarán bardemes, llamazares y zerolos cuando convocan a unos cuantos miles de acérrimos para hacer un poco de ruido cultureta y antisistema, si después de todo eso, el Gobierno colaboracionista sigue en sus trece y sigue guiñando seductoramente sus ojos a las damiselas batasunas, no puede haber más dudas, no puede haber más vacilación en las mentes más preparadas.



Vivimos bajo la égida de un gobierno de coalición PSOE-ETA. Por si las indicaciones previamente realizadas significarán aún poco, puedo añadir a las mismas, los comentarios de ese infecto portavoz del PSE en el Parlamento Vasco, glosando los padecimientos de los asesinos y de sus familias. Más mendacidad, ruindad y mezquindad es difícil que puedan reunirse en una sola intervención. Claro que para superar esos límites, ya está el gran mariscal apaciguador, quien suele dejar a la soldadesca socialista a la altura del betún, cuando de elogiar sin titubeos a los representantes del submundo abertzale se trata.

El día 24 estuve en la concentración de víctimas del terrorismo. Como estuve en la del día 3 de Febrero y como también formé parte de anteriores manifestaciones. El tono firmemente reivindicativo y de protesta contra el Gobierno por sus vejaciones a las víctimas y sus cameos con los terroristas, apenas ha variado. Lo que sí ha cambiado sustancialmente es la carga patriótica que ha revestido a cada una de ellas. En las primeras podían verse un gran número de banderas españolas, pero en las últimas, ¡¡Dios mío!! en las últimas uno podía imaginarse al borde de una playa y estimar sin temor a equivocarse, que el mar que tenía enfrente era rojigualda.

Particularmente me quedé asombrado hace unas semanas, cuando la manifestación transcurrió entre Colón y Cibeles. Cuando llegué a la altura de la mitológica fuente, pensé que los discursos y las intervenciones habían acabado. Me marché y no tuve la oportunidad de que los acordes de la Marcha Real resonaran en mis tímpanos e hicieran vibrar mi alma.

Me prometí a mí mismo que no me sucedería lo mismo en la siguiente. Esta vez, tras unas estremecedoras intervenciones de algunas de las víctimas -destacar la de Toñi Santiago, madre de Silvia, la niña de 6 años asesinada en Santa Pola en 2002-, el cielo de Madrid se encargó de recoger y transmitir las notas de "La muerte no es el final", una melodía que hace que las palabras se te queden pegadas a la garganta y que los ojos se hundan entre lágrimas, como un guijarro se hundiría en un pozo.

Y tras la música de Cesáreo Gabaraín Azurmendi, compositor de tan nobles estrofas, el Himno Nacional, acompañado de un inabarcable llanura plagada de espigas coronadas en amarillo y bermellón, hizo temblar los corazones de todos los presentes.

Escuchar el Himno Nacional rodeado de miles de compatriotas que enarbolan emocionados y orgullosos la bandera de su Nación y que le dicen bien alto y bien claro al Gobierno de la misma, que se avergüenzan de ellos y que rechazan desde lo más profundo sus conchabeos con los asesinos, da alas a la esperanza e insufla ánimos y fuerzas para continuar bregando por la libertad de todos los españoles, por la pervivencia de España y por la dignidad, la memoria y el respeto a los que dieron su vida por su país.

Lucio Decumio.

15 febrero 2007

Varias cosillas

La pequeña imagen se comenta por sí sola, aunque también cabe añadir algunas otras variables, como 11-Manipulación.


En la España actual, víctima de un Gobierno taimado, traidor y embustero, es imposible que los analistas, los columnistas y los editorialistas que pretenden evaluar y comentar la sucesión de disparates y perfidias cometidas por todos y cada uno de los integrantes del Ejecutivo, así como de sus aliados parlamentarios, mediáticos y judiciales, den abasto.

Ni soy analista, ni editorialista, ni columnista. Únicamente, un ciudadano cada vez más consciente de que el permanente deterioro de la situación política, no puede desembocar en nada bueno y quién sabe si en algún tipo de tragedia. Y obviamente, tampoco doy abasto.

Alguien que quisiera glosar y analizar la abrumadora cantidad de informaciones que arroja la actualidad, todas ellas en grave sentido negativo para los intereses de la Nación y de sus ciudadanos, terminaría en un sanatorio mental. Así que únicamente, hablaré hoy de tres de ellas, aunque bien podrían ser tres mil.

1/ Y más importante. Ha empezado el juicio contra los principales encausados por los atentados del 11 de Marzo de 2004. Sigo con atención todas las informaciones que han ido apareciendo en los medios independientes y que poco a poco, van apuntando hacia las hipótesis más tenebrosas que cupiera imaginar. Aunque servidor, ya las había imaginado hace tiempo y a comentarios anteriores me remito. Sin embargo, no comparto el optimismo de algunos, como Luis del Pino y sus peones negros, cuando estiman que el castillo de naipes está a punto de derrumbarse. Aunque los responsables del atentado, que como bien dijo Aznar, no se encontraban en lejanas montañas asiáticas, lo edificaran con notables defectos, que nadie dude en que su empeño por mantenerlo en pie será cada vez más furioso y peligroso. Mucho cuidado con ellos.

2/ El episodio de los ilegales hindúes del "Marine I", es la demostración perfecta de que los socialistas, a muy poco que se lo propongan, son capaces de elegir siempre la peor de las opciones posibles para resolver un problema que habitualmente, ellos mismos han creado o impulsado. Que países como Mauritania, Guinea Conackry o Senegal, auténticos pozos de miseria, corrupción y nepotismo, nos tomen el pelo y el dinero una y otra vez con este tipo de asuntos, debería servir para que el rebaño de becerros que vota por que sí a estos incompetentes, se despertara de una vez de su letargo. Pero como tantas veces digo, es de tal magnitud su dominio mediático, que incluso bochornosos esperpentos como éste, les salen gratis.

3/ La sentencia del Supremo rebajando la pena por amenazas terroristas a De Juana, es otro capítulo realmente pasmoso. Yo lo veo así. Un escualo que ha asesinado a sangre fría a 25 personas y que está a punto de salir de la cárcel tras abonar la módica cantidad de 18 años de su pestilente vida por el total de sus crímenes, se envalentona y profiere las habituales amenazas a las que nos tienen acostumbrados los de sus especie. La Justicia, ante el mayúsculo escándalo que se desencadena entre la opinión pública, toma cartas en el asunto y obliga a la bestia a pasar otros 12 años a la sombra.

Pero hete aquí que al cabo del tiempo, las presiones del Gobierno colaboracionista de Zapatero surten efecto, no sobre la Audiencia Nacional, que obvia la chantajista e inusualmente calórica huelga de hambre del depredador, pero sí sobre el Supremo, que se apiada de quien no tuvo el mínimo atisbo de compasión por sus víctimas y le pone virtualmente de patitas en la calle, pues no considera que las coacciones verbales por las que fue condenado a aquellos doce años adicionales, sean amenazas terroristas en pureza. Curioso. Un terrorista convicto, confeso y no arrepentido, amenaza con volver a matar en cuanto ponga sus sucias pezuñas en la calle y los jueces del Supremo, estiman que la pena impuesta por los exabruptos terroristas es excesiva y hay que rebajarla en tres cuartas partes.

Todo ello, convenientemente acompañado por el ensordecedor rugir de no pocos estómagos agradecidos, que pacen entre las cómodas cercas del socialismo gobernate y que claman piedad y conmiseración hacia la figura de un ser sanguinario decidido a sacar ventaja de la simulación y la impostura.

La Ley Natural y la Divina, vueltas del revés por obra y gracia de Zapatero y sus secuaces. Premios para los malos y castigos para los buenos.

Por mi parte, no puedo si no animar sinceramente a de Juana a que termine lo que empezó. La meta está cerca. Ya te falta poco para llegar al lugar en el que todos te queremos ver. No desfallezcas hasta que borres el prefijo al penúltimo verbo de la frase.

P.D. ¿Alguien se imagina a los Romanov haciendo apología del bolchevismo? ¿O a los judíos recitándole unos refinados versos de ciega admiración a sus captores y ejecutores nazis? ¿Alguien es capaz de dar vida en su imaginación a unos cuantos miles de esclavos negros del Sur de los Estados Unidos, vistiendo ilusionados y jacarandosos el uniforme de la Confederación? No, ¿verdad? Pues ese era el sentido de la denuncia de Pepiño Blanco contra el Foro de Ermua, por unas supuestas rimas que según este tipo grotesco y abyecto, se profirieron contra él en la última manifestación de apoyo a las víctimas del terrorismo.

Lucio Decumio.