Ayer, en la localidad almeriense de Roquetas de Mar, tuvo lugar una de tantas reyertas que se producen en mil lugares diferentes de España a lo largo del año. Los protagonistas, un grupo de pequeños narcos o camellos y el resultado, la muerte de uno de ellos. Sin embargo, hay una pequeña diferencia respecto a episodios similares, pues en esta ocasión los involucrados eran de una parte, subsaharianos, es decir, negros, mientras que los rivales, enarbolaban orgullosos el pendón de una etnia bien conocida en España por su tradicional sensatez, don de gentes y ánimo integrador: la gitana.
Pues bien, resulta que del duelo de pequeños gallitos pertenecientes del submundo del hampa, resultó triunfador, como no podía ser de otro modo, el representante calé. No cabe duda de que su más que probable conocimiento y manejo de las milenarias artes de autodefensa implementadas por sus antepasados y que tan buenos réditos le ha rendido a su raza a lo largo de los siglos, tuvo mucho que ver en el desenlace del combate.
El desafortunado negro que se cruzó en el camino del gitano, cría a estas horas un buen número de malvas entre las vísceras de lo que hasta hace sólo unas horas, era un organismo lleno de vida y ávido de integrarse cultural y socialmente en el entorno local y por extensión, en la nación que bondadosamente, le había acogido en su seno.
¿Cuántos Telediarios dominicales van a abrir sus portadas catalogando este luctuoso suceso como un abominable crimen racista? Ninguno. ¿Cuántos cerrarán la información acerca de estos hechos, rasgándose las vestiduras por el justiciero "raid" lanzado por los compatriotas del finado, contra los unifamiliares de plástico y uralita en los que pacíficamente residían los más allegados al asesino? Evidentemente, tampoco ninguno. ¿Cuántos presentadores filo-progresistas de Telecinco, Antena 3, Cuatro, La Sexta o TVE, criticarán la contundencia empleada por los antidisturbios de la Policía Nacional a la hora de devolver al avispero algo parecido a la calma y el sosiego? Todos, casi con toda seguridad.
Recordémoslo una vez más, para que todas aquellas mentes franquistas, falangistas, fascistas, , ultraconservadoras, ultracatólicas y enemigas del progreso, la integración y el multiculturalismo que lo hayan olvidado, lo tengan muy presente: la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros o la doctrina antropológica o política basada en la persecución de un grupo étnico considerado como inferior, es decir, el racismo, es un sentimiento, idea o forma de pensar y actuar, exclusivamente atribuible a la raza blanca.
Lucio Decumio.
07 septiembre 2008
03 septiembre 2008
Príncipe de Asturias II
Bien por Rafa Nadal. Un tenista único que está marcando una época en nuestro deporte.
Para bien, me equivoqué. Rafa Nadal recibirá el Príncipe de Asturias de los Deportes. Lo tiene muy bien merecido. Seguramente, es quien más méritos había hecho en comparación con el resto de los candidatos. Por trayectoria, profesionalidad, implicación y como decía ayer, humildad, el jurado que otorga el galardón, ha hecho justicia.
Otro que no para de superar marcas, es Pepiño Blanco. Justo ayer, en el instante en que comentaba sus extraordinarias cualidades a la hora de batir récords en disciplinas tan poco envidiables como la ruindad, la mezquindad o la cobardía moral, Pepiño le arañaba unas milésimas más al cronómetro de la estulticia, al afirmar, en relación a la brutal crisis económica en la que estamos envueltos gracias a la incompetencia socialista, que los españoles viven mejor que nunca y que sólo unos pocos, tienen algún problema.
Dos millones y medio de personas desempleadas, son un puñado de personas para Pepiño. Al menos, todavía son personas, no como los enfermos terminales o los no nacidos, que están a punto de convertirse, por mor de los inminentes avances sociales que tienen previsto poner en marcha ZP y su camarilla, en simple carnaza de la que nuestros socialistas, con el doctor Montes a la cabeza, podrán deshacerse con el regocijo de saber que cualquier crítica que se vierta contra estas medidas o cualquier objeción de conciencia que se quiera oponer a ellas, será aplastada sin miramientos por sus comodines propagandísticos.
Lo he dicho muchas veces y lo reitero. La falta de redaños y los complejos heredados de buena parte de la sociedad y de los partidos políticos encargados de represertarla, ha abonado el terreno para que socialistas, comunistas y nacionalistas, tengan patente de corso para decir y hacer lo que les dé la real gana, sin que de ello devenga consecuencia alguna para su posición política y su salud personal. Un pueblo con coraje y valentía, ya habría exigido o en su defecto impulsado, la inmediata desaparición pública de estos personajes siniestros y retorcidos. Pero estamos en España, una nación aborregada y abotargada, por décadas de control ideológico izquierdista y nacionalista. De no mediar un milagro, en poco tiempo las peores pesadillas orwellianas se harán realidad en nuestra querida nación.
Que ni por un instante quepa la más mínima duda. El plan del PSOE y sus aliados consiste en arrebatarnos a pequeños bocados, nuestra estabilidad política y económica, nuestra riqueza cultural y lo que es peor, mediante una diabólica inversión de la escala de valores, sostenida por su sombrío imperio mediático y cuya demostración más palpable es la presentación ante la opinión pública de su tenebrosa cultura de la muerte, como un avance social de enorme envergadura, tratan de quitarnos nuestra libertad y laminar nuestra conciencia.
Lucio Decumio.
02 septiembre 2008
Príncipe de Asturias
Los tres grandes triunfadores de los Juegos Olímpicos de Pekín, Michael Phelps, Usain Bolt y Rafael Nadal, optan junto a la Selección Española de Fútbol y la pertiguista rusa Yelena Isinbayeba, al próximo premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
El jurado de los Premios Príncipe de Asturias, ha demostrado en infinidad de ocasiones su cortedad de miras y su falta de criterio a la hora de otorgar muchos de los galardones concedidos durante los últimos treinta años. Sin embargo, ha sido en su vertiente deportiva donde los atávicos complejos de inferioridad que nos han maniatado a los españoles durante décadas, se han manifestado en toda su extensión, una y otra vez.
Y mucho me temo que esta ineficacia operativa, rayana en la estupidez y el quijotismo más polvoriento, de nuevo volverá a ponerse este año sobre el tapete. Los candidatos al premio son todos ellos notables: la Selección Española de Fútbol, por haber envuelto en la bandera nacional, un gran título futbolístico a nivel internacional; Rafael Nadal, por su incombustible ambición de triunfo, por su raza, humildad y sentido común; Usain Bolt, por causas relacionadas con el desplazamiento supersónico de los cuerpos; Michael Phelps, en razón de haber demostrado que el hombre, aparte de omnívoro, es anfibio; y Yelena Isinbayeba, en virtud de su inquebrantable fijación por alcanzar el firmamento, centímetro a centímetro.
Pues bien, pese a que los logros de los candidatos españoles poco tienen que envidiar a las metas alcanzadas por el jamaicano, el americano y la rusa, es más que posible que en una nueva demostración de ignominioso oportunismo cosmopolita, el jurado presidido por Juan Antonio Samaranch, otorgue el galardón a alguno de las tres estrellas extranjeras.
Ojo, con ello no estoy afirmando que ninguno de los tres merezca tal reconocimiento. Nada más lejos de mis palabras. Lo que quiero decir es que de puertas hacia adentro, tenemos talentos con categoría más que sobrada, para merecer y enarbolar el premio. Insto a que no dejen pasar esta oportunidad, señores del jurado.
Termino con Pepiño Blanco. Al igual que Isinbayeba, Bolt o Phelps superan en el aire, en la tierra y en el agua, marcas que segundos o minutos antes, parecían imposibles de rebasar, Pepiño hace lo propio con los límites de la mezquindad, la ruindad y la ignominia. El tal profesor Neira, puntual y muy desafortunado paladín de las causas más nobles, ha terminado en la UVI de un hospital madrileño, debido a la brutal agresión sufrida a manos de un energúmeno enajenado. Pues bien, para Pepiño, la culpa de la delicadísima situación clínica del paciente, no es del agresor, sino de la sanidad madrileña.
Claro que no dejo de entender las críticas de Pepiño. En manos del doctor Montes, mística representación de todas las virtudes progres, el pobre docente habría experimentado una sustancial mejoría en cuestión de horas, pasando en poco tiempo de las salas de cuidados intensivos, a mejor vida.
Lucio Decumio.
El jurado de los Premios Príncipe de Asturias, ha demostrado en infinidad de ocasiones su cortedad de miras y su falta de criterio a la hora de otorgar muchos de los galardones concedidos durante los últimos treinta años. Sin embargo, ha sido en su vertiente deportiva donde los atávicos complejos de inferioridad que nos han maniatado a los españoles durante décadas, se han manifestado en toda su extensión, una y otra vez.
Y mucho me temo que esta ineficacia operativa, rayana en la estupidez y el quijotismo más polvoriento, de nuevo volverá a ponerse este año sobre el tapete. Los candidatos al premio son todos ellos notables: la Selección Española de Fútbol, por haber envuelto en la bandera nacional, un gran título futbolístico a nivel internacional; Rafael Nadal, por su incombustible ambición de triunfo, por su raza, humildad y sentido común; Usain Bolt, por causas relacionadas con el desplazamiento supersónico de los cuerpos; Michael Phelps, en razón de haber demostrado que el hombre, aparte de omnívoro, es anfibio; y Yelena Isinbayeba, en virtud de su inquebrantable fijación por alcanzar el firmamento, centímetro a centímetro.
Pues bien, pese a que los logros de los candidatos españoles poco tienen que envidiar a las metas alcanzadas por el jamaicano, el americano y la rusa, es más que posible que en una nueva demostración de ignominioso oportunismo cosmopolita, el jurado presidido por Juan Antonio Samaranch, otorgue el galardón a alguno de las tres estrellas extranjeras.
Ojo, con ello no estoy afirmando que ninguno de los tres merezca tal reconocimiento. Nada más lejos de mis palabras. Lo que quiero decir es que de puertas hacia adentro, tenemos talentos con categoría más que sobrada, para merecer y enarbolar el premio. Insto a que no dejen pasar esta oportunidad, señores del jurado.
Termino con Pepiño Blanco. Al igual que Isinbayeba, Bolt o Phelps superan en el aire, en la tierra y en el agua, marcas que segundos o minutos antes, parecían imposibles de rebasar, Pepiño hace lo propio con los límites de la mezquindad, la ruindad y la ignominia. El tal profesor Neira, puntual y muy desafortunado paladín de las causas más nobles, ha terminado en la UVI de un hospital madrileño, debido a la brutal agresión sufrida a manos de un energúmeno enajenado. Pues bien, para Pepiño, la culpa de la delicadísima situación clínica del paciente, no es del agresor, sino de la sanidad madrileña.
Claro que no dejo de entender las críticas de Pepiño. En manos del doctor Montes, mística representación de todas las virtudes progres, el pobre docente habría experimentado una sustancial mejoría en cuestión de horas, pasando en poco tiempo de las salas de cuidados intensivos, a mejor vida.
Lucio Decumio.
01 septiembre 2008
Robinho, otro juguete roto
Acabo de enterarme que el imbécil éste, va a fichar por el Manchester City. Un gran paso en su carrera deportiva, sin duda. Que tanta paz lleves como tranquilidad dejas, mendrugo.
La actitud infantil, inmadura y rebelde que ha mostrado el ex delantero brasileño del Real Madrid en los últimos días, no ha hecho sino reafirmar y apuntalar mi tesis de que el sentido de la responsabilidad y el compromiso de la mayoría de los futbolistas de esta nacionalidad con su profesión, son inversamente proporcionales al talento que muestran en los terrenos de juego y sobre todo, a su apego por la fiesta, la juerga y la jarana.
Entiendo que el muchacho se haya sentido molesto durante muchas semanas, al observarse como un segundón a ojos de un pánfilo como Ramón Calderón, para quien durante ese tiempo, sólo ha sido la baratija con la que intentar rebajar el precio de su enésima promesa incumplida, es decir, Cristiano Ronaldo. En momentos como esos, cuando los peleles, los trepas y los caciques intentan hacernos la vida imposible, es cuando se demuestra la verdadera dimensión de una persona. Pero mira tú por donde, el brasileñito, en lugar de levantar la cabeza y comportarse como un caballero, ha ha optado por la variable caprichosa, gritona y congestionada y con ello, por el ridículo y el oprobio, al ver cómo en lugar de fichar por el Chelsea, va a terminar vistiendo la camiseta del M. City.
Las cosas, amigo Robinho, pueden hacerse de cualquier otra forma, menos de ésa. Cuando un vende humos sin fuste como Calderón, que lo único que ha sabido hacer bien desde que es Presidente del Real Madrid es mentir como un bellaco, te ningunea, lo mejor es no hacerle aprecio, seguir tu camino y demostrar en el campo, que se es digno de vestir la camiseta más gloriosa de la Historia del Fútbol. Si te pones a su altura y además, decides ampliar tu capital de amistades mediante dudosas técnicas que consisten en despreciar a la afición, enfrentarte con tus compañeros y desafiar a tu entrenador, pierdes todas las razones y te conviertes en un pollo sin cabeza.
Y fuera ya de mi particular análisis sobre el caso, reconozco que esta actitud tampoco me llama tanto la atención, precisamente por lo apuntado con anterioridad. Ahí están, por si a alguien todavía le caben dudas, los poco recomendables ejemplos de tipos como Ronaldinhho, Ronaldo, Romario y otras tantas celebridades futbolísticas brasileñas, que ganaron tanta o más reputación como príncipes de la noche y reyes del desenfreno, que como los virtuosos jugadores a los que sus respectivas aficiones les abonaban religiosamente, sus más que jugosas soldadas.
Moraleja. Hay que fichar productos europeos o en su defecto, argentinos. Por regla general y casi invariable, al resto de futbolistas del orbe les falta calidad o van sobrados de indolencia e indisciplina.
Lucio Decumio.
29 agosto 2008
Un día en la oficina
Iba a hablar sobre la jornada laboral que me ha tocado vivir hoy, pero he salido tan quemado y tan cabreado, que las pocas ganas que tenía de ironizar acerca de mi patético empleo, se han esfumado como por ensalmo. Tal vez esté perdiendo una buena oportunidad de reírme de mí mismo, pero en serio, no me apetece.
Así que escribiré sobre otra cosa, aunque a estas alturas, las ideas que terminarán escurriéndose desde mis meninges hasta mis dedos, todavía no hayan hecho acto de presencia en aquéllas. Ah, sí, ya lo tengo. Algo prosaico y ligero para hoy, que quiero acostarme pronto, madrugar mañana e irme al gimnasio antes de entrar a trabajar.
Como ha venido siendo costumbre durante los últimos años, un viejo amigo mío y yo nos hemos ido a pasar unos días de vacaciones a la Feria de Málaga. Siempre nos lo habíamos pasado muy bien, pero este año, al margen de que los éxitos entre el sexo opuesto han sido realmente escasos, la más cruda realidad, la que llevábamos años negándonos a asumir, se nos ha presentado con toda su crudeza, descarnada e implacable.
Nos hemos hecho mayores. Queridos amigos, con 38 años, ya no se puede ir uno por ahí de fiesta como si tuviera la mitad, pensando que las chicas de 20, 24, 28 ó incluso más años, van a prestarnos la más mínima atención. Además, la presencia masiva de gente, los empujones, los borrachos y el griterío, son estampas que hemos visto tantas veces, son escenas en las que nos hemos visto envueltos en tantas ocasiones, que cansan. El problema es que el ser humano tiende a verse a sí mismo como un todo invariable en el tiempo y en el espacio y no cae en la cuenta de que a ojos del resto del mundo, cambia. Vaya si cambia.
Total, que uno ya no está para convertirse en la guinda del apetitoso pastel que está a punto de engullir alguna moza de buen ver. En realidad, nunca fui la guinda y ahora que lo pienso, ni tan siquiera el envoltorio del pastel.
Qué miseria de vida, por Dios. Seguro que la culpa es de Zapatero.
Lucio Decumio.
Así que escribiré sobre otra cosa, aunque a estas alturas, las ideas que terminarán escurriéndose desde mis meninges hasta mis dedos, todavía no hayan hecho acto de presencia en aquéllas. Ah, sí, ya lo tengo. Algo prosaico y ligero para hoy, que quiero acostarme pronto, madrugar mañana e irme al gimnasio antes de entrar a trabajar.
Como ha venido siendo costumbre durante los últimos años, un viejo amigo mío y yo nos hemos ido a pasar unos días de vacaciones a la Feria de Málaga. Siempre nos lo habíamos pasado muy bien, pero este año, al margen de que los éxitos entre el sexo opuesto han sido realmente escasos, la más cruda realidad, la que llevábamos años negándonos a asumir, se nos ha presentado con toda su crudeza, descarnada e implacable.
Nos hemos hecho mayores. Queridos amigos, con 38 años, ya no se puede ir uno por ahí de fiesta como si tuviera la mitad, pensando que las chicas de 20, 24, 28 ó incluso más años, van a prestarnos la más mínima atención. Además, la presencia masiva de gente, los empujones, los borrachos y el griterío, son estampas que hemos visto tantas veces, son escenas en las que nos hemos visto envueltos en tantas ocasiones, que cansan. El problema es que el ser humano tiende a verse a sí mismo como un todo invariable en el tiempo y en el espacio y no cae en la cuenta de que a ojos del resto del mundo, cambia. Vaya si cambia.
Total, que uno ya no está para convertirse en la guinda del apetitoso pastel que está a punto de engullir alguna moza de buen ver. En realidad, nunca fui la guinda y ahora que lo pienso, ni tan siquiera el envoltorio del pastel.
Qué miseria de vida, por Dios. Seguro que la culpa es de Zapatero.
Lucio Decumio.
27 agosto 2008
Cuatro reflexiones
La primera, de índole baloncestístico.
José Luis Sáez, Presidente de la Federación Española de Baloncesto, despidió fulminantemente allá por el mes de Mayo, a Pepu Hernández, el entrenador que había dirigido a la selección nacional de esta disciplina, hasta los mayores logros deportivos de su historia. Para justificar una decisión tan insólita como peligrosa, con unos Juegos Olímpicos a las puertas, el dirigente argumentó que el preparador había firmado un preacuerdo con el Unicaja de Málaga, para entrenar a este conjunto de la Liga ACB una vez concluida la competición olímpica y que tal acuerdo, impediría a Hernández concentrar todos sus esfuerzos en dirigir convenientemente al equipo nacional. Hete aquí que Sáez contrató a Aíto García Reneses para sustituir a Pepu y al finalizar los Juegos y volver a España, Aíto manifiesta su intención de abandonar la selección y fichar por el Unicaja.
Estos son los hechos, puros y duros. ¿Mi opinión? Sinceramente, creo que la mayoría de los dirigentes de las Federaciones Deportivas Nacionales, no digieren como debieran el éxito de los deportistas que las representan y en virtud de ello, sienten la irrefrenable necesidad de comportarse como auténticos mentecatos, con el fin de obtener sus quince minutos de gloria catódica, aunque tan infantil comportamiento, vaya en detrimento de su propia imagen. ¿Exagero? Creo que no. Si no, recordad el enfrentamiento entre Pedro Muñoz y los tenistas españoles, encabezados por Rafa Nadal. O las descabelladas predicciones de José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, que antes de Pekín 2008 pronosticó entre 8 y 10 medallas en esta disciplina, para terminar volviéndonos con cero metales. O Ángel Villar y sus declaraciones de borrachín alegre y despistado, tras el triunfo en la Eurocopa. Y para qué seguir.
La segunda, de carácter energético.
Resulta curiosa la coincidencia espacio-temporal, entre el reciente intento por parte de determinados grupos políticos y sociales, de abrir un debate sereno y argumentado sobre la necesidad de construir nuevas centrales nucleares que nos independicen energéticamente del exterior y la aparición en los medios gubernamentales de oportunos accidentes o incidentes, registrados en algunas de las centrales que actualmente se encuentran en funcionamiento. Reconozcámoslo. Son unos auténticos artistas. Si existieran unos galardones internacionales que premiaran a los gobernantes con menos escrúpulos y a los políticos más hipócritas, más oportunistas y más destacadamente manipuladores, nuestros socialistas encabezarían el medallero un año tras otro.
La tercera, de naturalez política.
Pese a la magnitud de la tragedia ¿hasta qué punto es necesario que Zapatero dé a luz a un mini gabinete de crisis para gestionar -soy benévolo, lo reconozco- la catástrofe de Barajas? ¿A qué tanta ocultación de datos a familiares, medios y opinión pública? Aunque una gran parte estén carbonizados e irreconocibles, ¿es creíble que desde un punto de vista estrictamente técnico, se precise más de una semana para completar la identificación de, a lo sumo, 120 cuerpos?
Con Zapatero en el Gobierno, cualquier hipótesis por alucinante que parezca, resulta posible y plausible. Desde la ocultación de la realidad para eludir la responsabilidad gubernamental en la ineficaz labor de AENA como organismo regulador y controlador del tráfico aéreo y de las compañías que operan en España, hasta el intento deliberado de esconder un escenario mucho más siniestro y estremecedor.
La cuarta, de tipo cinematográfico.
Bajo el nada pretencioso título de "Los girasoles ciegos", José Luis Cuerda, célebre realizador español, sólo comparable en talento a un puñado de dioses del Olimpo cinematográfico como Kubrick, Spielberg, Ford, Coppola, Allen, Lucas o Lubistch, ha dado forma a una historia cargada de ingenio creativo, fuerza y originalidad. El argumento, necesariamente merecedor de un Oscar al Mejor Guión Original, centellea, deslumbra y rasga el firmamento cinematográfico patrio, gracias a su innovador, arriesgado y audaz planteamiento: recién terminada la Guerra Civil española, un despiadado clérigo que simpatiza abiertamente con Francisco Franco, el tirano más sanguinario que han conocido las edades humanas, se dedica a perseguir sin tregua a un pacífico ex-combatiente republicano, al que su mujer oculta en las estancias secretas de su casa. Al tiempo, el sacerdote, cuya protervia infinita convierte de un plumazo en inocentes aprendices del mal al Joker, a Lord Vader y a Freddy Kruger, trata de satisfacer sus deseos más inconfesables con la bella esposa del valeroso luchador por la libertad.
Lo dicho, una producción comprometida y emocionante en la que destacan unos personajes elaborados, trabajados y alejados de cualquier tentación maniquea, así como un revelador y escrupuloso respeto por el marco histórico en el que se desarrollan los acontecimientos. Una cinta indispensable, obra de un director sublime, a la que sólo esperan el reconocimiento, la loa y la admiración del público, así pasen los siglos.
Lucio Decumio.
José Luis Sáez, Presidente de la Federación Española de Baloncesto, despidió fulminantemente allá por el mes de Mayo, a Pepu Hernández, el entrenador que había dirigido a la selección nacional de esta disciplina, hasta los mayores logros deportivos de su historia. Para justificar una decisión tan insólita como peligrosa, con unos Juegos Olímpicos a las puertas, el dirigente argumentó que el preparador había firmado un preacuerdo con el Unicaja de Málaga, para entrenar a este conjunto de la Liga ACB una vez concluida la competición olímpica y que tal acuerdo, impediría a Hernández concentrar todos sus esfuerzos en dirigir convenientemente al equipo nacional. Hete aquí que Sáez contrató a Aíto García Reneses para sustituir a Pepu y al finalizar los Juegos y volver a España, Aíto manifiesta su intención de abandonar la selección y fichar por el Unicaja.
Estos son los hechos, puros y duros. ¿Mi opinión? Sinceramente, creo que la mayoría de los dirigentes de las Federaciones Deportivas Nacionales, no digieren como debieran el éxito de los deportistas que las representan y en virtud de ello, sienten la irrefrenable necesidad de comportarse como auténticos mentecatos, con el fin de obtener sus quince minutos de gloria catódica, aunque tan infantil comportamiento, vaya en detrimento de su propia imagen. ¿Exagero? Creo que no. Si no, recordad el enfrentamiento entre Pedro Muñoz y los tenistas españoles, encabezados por Rafa Nadal. O las descabelladas predicciones de José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, que antes de Pekín 2008 pronosticó entre 8 y 10 medallas en esta disciplina, para terminar volviéndonos con cero metales. O Ángel Villar y sus declaraciones de borrachín alegre y despistado, tras el triunfo en la Eurocopa. Y para qué seguir.
La segunda, de carácter energético.
Resulta curiosa la coincidencia espacio-temporal, entre el reciente intento por parte de determinados grupos políticos y sociales, de abrir un debate sereno y argumentado sobre la necesidad de construir nuevas centrales nucleares que nos independicen energéticamente del exterior y la aparición en los medios gubernamentales de oportunos accidentes o incidentes, registrados en algunas de las centrales que actualmente se encuentran en funcionamiento. Reconozcámoslo. Son unos auténticos artistas. Si existieran unos galardones internacionales que premiaran a los gobernantes con menos escrúpulos y a los políticos más hipócritas, más oportunistas y más destacadamente manipuladores, nuestros socialistas encabezarían el medallero un año tras otro.
La tercera, de naturalez política.
Pese a la magnitud de la tragedia ¿hasta qué punto es necesario que Zapatero dé a luz a un mini gabinete de crisis para gestionar -soy benévolo, lo reconozco- la catástrofe de Barajas? ¿A qué tanta ocultación de datos a familiares, medios y opinión pública? Aunque una gran parte estén carbonizados e irreconocibles, ¿es creíble que desde un punto de vista estrictamente técnico, se precise más de una semana para completar la identificación de, a lo sumo, 120 cuerpos?
Con Zapatero en el Gobierno, cualquier hipótesis por alucinante que parezca, resulta posible y plausible. Desde la ocultación de la realidad para eludir la responsabilidad gubernamental en la ineficaz labor de AENA como organismo regulador y controlador del tráfico aéreo y de las compañías que operan en España, hasta el intento deliberado de esconder un escenario mucho más siniestro y estremecedor.
La cuarta, de tipo cinematográfico.
Bajo el nada pretencioso título de "Los girasoles ciegos", José Luis Cuerda, célebre realizador español, sólo comparable en talento a un puñado de dioses del Olimpo cinematográfico como Kubrick, Spielberg, Ford, Coppola, Allen, Lucas o Lubistch, ha dado forma a una historia cargada de ingenio creativo, fuerza y originalidad. El argumento, necesariamente merecedor de un Oscar al Mejor Guión Original, centellea, deslumbra y rasga el firmamento cinematográfico patrio, gracias a su innovador, arriesgado y audaz planteamiento: recién terminada la Guerra Civil española, un despiadado clérigo que simpatiza abiertamente con Francisco Franco, el tirano más sanguinario que han conocido las edades humanas, se dedica a perseguir sin tregua a un pacífico ex-combatiente republicano, al que su mujer oculta en las estancias secretas de su casa. Al tiempo, el sacerdote, cuya protervia infinita convierte de un plumazo en inocentes aprendices del mal al Joker, a Lord Vader y a Freddy Kruger, trata de satisfacer sus deseos más inconfesables con la bella esposa del valeroso luchador por la libertad.
Lo dicho, una producción comprometida y emocionante en la que destacan unos personajes elaborados, trabajados y alejados de cualquier tentación maniquea, así como un revelador y escrupuloso respeto por el marco histórico en el que se desarrollan los acontecimientos. Una cinta indispensable, obra de un director sublime, a la que sólo esperan el reconocimiento, la loa y la admiración del público, así pasen los siglos.
Lucio Decumio.
25 agosto 2008
2206
Ni es el año en que Madrid logrará celebrar sus primeros Juegos Olímpicos, ni tampoco es el título de una película centrada en alguna epopeya espacial humana. Es algo más simple, más sencillo y desde un punto de vista personal, mucho más abrumador.
Tras dos semanas de vacaciones, hoy he vuelto a la oficina y ese guarismo, resaltado sobre la pantalla de mi ordenador en negrita, indicaba la cantidad de correos que habían llegado a mi bandeja de entrada durante los quince días precedentes. ¿Magia? ¿Locura? ¿Una revisión cibernética del milagro de los panes y los peces?
No, no es nada de eso. El correo electrónico se ha convertido en una herramienta tan básica en nuestras vidas y en nuestras profesiones, que su volumen y caudal ponen en serio riesgo -cuando no arruinan-, el normal desarrollo de nuestras tareas diarias o laborales.
Imaginaos. Casi 140 correos diarios -he incluido tres fines de semana completos y un festivo adicional en el prorrateo- han llegado a mi buzón, desde el momento en que dejé atrás, con el fin de disfrutar de unas relajantes y merecidas vacaciones, las oficinas en las que honrada pero paupérrimamente, me gano la vida.
Alguien podría pensar que buena parte de esa montaña bíblica de información, es simple y llanamente, correo basura. Nada más lejos de la realidad. En los días que corren, mi empresa, como cualquier corporación seria y preocupada por la seguridad de sus redes e instrumentos informáticos, tiene instaladas unas más que potentes herramientas anti-spam y antivirus, así que los 140 mensajes diarios antes mencionados están todos y cada uno de ellos, relacionados de una u otra forma con mi actividad profesional.
Actividad profesional que me veo incapacitado para desarrollar en toda su extensión, debido precisamente a esa brutal cantidad de información pendiente de ser leída, analizada, gestionada o contestada. Y no lo digo por el dato acumulado en razón de varias semanas sin abrir mi cuenta de correo. Quien más quien menos, sabe de lo que hablo y sabe que el correo electrónico, más que en una ayuda, se ha convertido con el paso de los años, en un estorbo, en un obstáculo y quién sabe si en el principal motivo de preocupación, ansiedad y angustia que nos embarga en los días previos a la reincorporación a nuestros puestos, tras el goce y disfrute de nuestras vacaciones.
Y para terminar, un pequeño apunte político, muy en mi línea. En 2002, un avión fletado por el Ministerio de Defensa, entonces dirigido por Federico Trillo, se estrelló en Turquía. Murieron los 68 militares que transportaba de vuelta a España, tras cumplir una estancia de cuatro meses en el Afganistán post-talibán. Como fue norma durante los últimos años de José María Aznar, petrolero que se hundía, avión que se caía o periodista que moría en una guerra, era furiosamente empleado como arma arrojadiza contra el Gobierno del Partido Popular.
Ahora, pasados sólo unos días de la tragedia de Barajas, nadie se ha atrevido a mencionar, ni tan siquiera en voz baja, la más que segura indolencia o negligencia de AENA, a la hora de validar unos mecanismos estrictos de control sobre las líneas aéreas que operan en España. Una vez más, cuando son los socialistas quienes ocupan el poder y es su ineficacia y su incompetencia la responsable última de un desastre -helicóptero de Afganistán, incendios forestales de Galicia y Guadalajara, buques chatarra en las costas gaditanas...-, la opinión pública y la oposición política, van a dejar que se vayan de rositas.
Lucio Decumio.
Tras dos semanas de vacaciones, hoy he vuelto a la oficina y ese guarismo, resaltado sobre la pantalla de mi ordenador en negrita, indicaba la cantidad de correos que habían llegado a mi bandeja de entrada durante los quince días precedentes. ¿Magia? ¿Locura? ¿Una revisión cibernética del milagro de los panes y los peces?
No, no es nada de eso. El correo electrónico se ha convertido en una herramienta tan básica en nuestras vidas y en nuestras profesiones, que su volumen y caudal ponen en serio riesgo -cuando no arruinan-, el normal desarrollo de nuestras tareas diarias o laborales.
Imaginaos. Casi 140 correos diarios -he incluido tres fines de semana completos y un festivo adicional en el prorrateo- han llegado a mi buzón, desde el momento en que dejé atrás, con el fin de disfrutar de unas relajantes y merecidas vacaciones, las oficinas en las que honrada pero paupérrimamente, me gano la vida.
Alguien podría pensar que buena parte de esa montaña bíblica de información, es simple y llanamente, correo basura. Nada más lejos de la realidad. En los días que corren, mi empresa, como cualquier corporación seria y preocupada por la seguridad de sus redes e instrumentos informáticos, tiene instaladas unas más que potentes herramientas anti-spam y antivirus, así que los 140 mensajes diarios antes mencionados están todos y cada uno de ellos, relacionados de una u otra forma con mi actividad profesional.
Actividad profesional que me veo incapacitado para desarrollar en toda su extensión, debido precisamente a esa brutal cantidad de información pendiente de ser leída, analizada, gestionada o contestada. Y no lo digo por el dato acumulado en razón de varias semanas sin abrir mi cuenta de correo. Quien más quien menos, sabe de lo que hablo y sabe que el correo electrónico, más que en una ayuda, se ha convertido con el paso de los años, en un estorbo, en un obstáculo y quién sabe si en el principal motivo de preocupación, ansiedad y angustia que nos embarga en los días previos a la reincorporación a nuestros puestos, tras el goce y disfrute de nuestras vacaciones.
Y para terminar, un pequeño apunte político, muy en mi línea. En 2002, un avión fletado por el Ministerio de Defensa, entonces dirigido por Federico Trillo, se estrelló en Turquía. Murieron los 68 militares que transportaba de vuelta a España, tras cumplir una estancia de cuatro meses en el Afganistán post-talibán. Como fue norma durante los últimos años de José María Aznar, petrolero que se hundía, avión que se caía o periodista que moría en una guerra, era furiosamente empleado como arma arrojadiza contra el Gobierno del Partido Popular.
Ahora, pasados sólo unos días de la tragedia de Barajas, nadie se ha atrevido a mencionar, ni tan siquiera en voz baja, la más que segura indolencia o negligencia de AENA, a la hora de validar unos mecanismos estrictos de control sobre las líneas aéreas que operan en España. Una vez más, cuando son los socialistas quienes ocupan el poder y es su ineficacia y su incompetencia la responsable última de un desastre -helicóptero de Afganistán, incendios forestales de Galicia y Guadalajara, buques chatarra en las costas gaditanas...-, la opinión pública y la oposición política, van a dejar que se vayan de rositas.
Lucio Decumio.
13 mayo 2008
Viva María
Casi tres meses sin escribir en mi cuaderno de bitácora. Definitivamente, los escasos lectores que visitaban esta página, habrán desistido hace tiempo de volver a encontrar nuevos comentarios. Todo empezó a mediados de Febrero, cuando tuve que desconectarme durante casi dos semanas, debido a unas inoportunas obras en el hogar. Y continuó con la gravísima depresión política que hizo presa de mí, tras la segunda victoria electoral del infausto ZP.
Los síntomas depresivos se han agudizado con el paso de las semanas, mientras he contemplado atónito como la persona íntegra, cabal y decente que pensaba, era Mariano Rajoy, se ha ido diluyendo en la inconsistencia, al indefinición y en último término, la insensatez más suicida.
Que los dirigentes socialistas y nacionalistas, analfabetos funcionales henchidos de odio y resentimiento, traten durante cuatro años de acabar con el principal partido de la oposición a base de detenciones ilegales, ataques verbales, físicos y campañas mediáticas de acoso y desprestigio perfectamente orquestadas, pase. Pero que el líder del partido agredido y ultrajado durante ese tiempo, decida que la mejor forma de evitar esos insultos y ataques, sea enseñando la puerta de salida de su formación a quienes con más fuerza, energía y convicción defendieron los principios en los que creían ellos, en los que creían más de diez millones de españoles y en los que decía creer ese líder, no tiene perdón de Dios.
Señor Rajoy. Me siento defraudado, estafado y traicionado por usted. Los más valientes guerreros de su ejército, los que más resistencia plantaron al enemigo, son los que usted ha orillado y retirado de su formación, tal vez presa de la absurda creencia de que si los rivales encuentran menos oposición en su partido, podrán dejarle más tranquilo.
Que se hayan tenido que marchar Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, ya es malo. Que Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, tengan que salir un día sí y otro también a los medios, a hacer saber su disconformidad con la nueva línea política que usted quiere instaurar, es una pésima noticia. Pero que María San Gil, referente moral indiscutible, templo de valores y fortín amurallado de la ética y de la lucha por la supervivencia social y política en un entorno terriblemente hostil, haya tenido que negarse a firmar la ponencia política del próximo Congreso, defendida por los colaboradores más cercanos de Mariano Rajoy, es la culminación del oprobio y de la vergüenza dentro del partido.
Señor Rajoy, podría haber dejado usted un partido fuerte y capaz de enfrentarse con la garantía y la energía de sus 154 diputados, a los delirantes planes de ingeniería política y social puestos en marcha por Zapatero y sus aliados. Podría haberse retirado como un señor, como un caballero, mientras pilotaba la nave hacia el próximo congreso de Junio y promovía en igualdad de condiciones, la presentación de diferentes candidaturas. En lugar de eso, ha decidido enrocarse, rodearse de peones, torres, caballos y alfiles que son la quintaesencia de la nulidad política, acercarse a las tesis de sus enemigos y poner en gravísimo riesgo la integridad y el futuro de la formación política a la que dice defender.
Y lo peor de todo, es la sensación de orfandad política en la que están quedando millones y millones de españoles, que confiaron en usted, en su palabra y en sus promesas y sobre todo, en su capacidad para revertir una situación que muy pronto, salvo intercesiones celestiales de última hora, alcanzará su punto de no retorno.
Y del Rey y de su intolerable toma de posición en favor de Zapatero y sus proyectos políticos, ni hablo, porque vomitaría.
Lucio Decumio.
Los síntomas depresivos se han agudizado con el paso de las semanas, mientras he contemplado atónito como la persona íntegra, cabal y decente que pensaba, era Mariano Rajoy, se ha ido diluyendo en la inconsistencia, al indefinición y en último término, la insensatez más suicida.
Que los dirigentes socialistas y nacionalistas, analfabetos funcionales henchidos de odio y resentimiento, traten durante cuatro años de acabar con el principal partido de la oposición a base de detenciones ilegales, ataques verbales, físicos y campañas mediáticas de acoso y desprestigio perfectamente orquestadas, pase. Pero que el líder del partido agredido y ultrajado durante ese tiempo, decida que la mejor forma de evitar esos insultos y ataques, sea enseñando la puerta de salida de su formación a quienes con más fuerza, energía y convicción defendieron los principios en los que creían ellos, en los que creían más de diez millones de españoles y en los que decía creer ese líder, no tiene perdón de Dios.
Señor Rajoy. Me siento defraudado, estafado y traicionado por usted. Los más valientes guerreros de su ejército, los que más resistencia plantaron al enemigo, son los que usted ha orillado y retirado de su formación, tal vez presa de la absurda creencia de que si los rivales encuentran menos oposición en su partido, podrán dejarle más tranquilo.
Que se hayan tenido que marchar Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, ya es malo. Que Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, tengan que salir un día sí y otro también a los medios, a hacer saber su disconformidad con la nueva línea política que usted quiere instaurar, es una pésima noticia. Pero que María San Gil, referente moral indiscutible, templo de valores y fortín amurallado de la ética y de la lucha por la supervivencia social y política en un entorno terriblemente hostil, haya tenido que negarse a firmar la ponencia política del próximo Congreso, defendida por los colaboradores más cercanos de Mariano Rajoy, es la culminación del oprobio y de la vergüenza dentro del partido.
Señor Rajoy, podría haber dejado usted un partido fuerte y capaz de enfrentarse con la garantía y la energía de sus 154 diputados, a los delirantes planes de ingeniería política y social puestos en marcha por Zapatero y sus aliados. Podría haberse retirado como un señor, como un caballero, mientras pilotaba la nave hacia el próximo congreso de Junio y promovía en igualdad de condiciones, la presentación de diferentes candidaturas. En lugar de eso, ha decidido enrocarse, rodearse de peones, torres, caballos y alfiles que son la quintaesencia de la nulidad política, acercarse a las tesis de sus enemigos y poner en gravísimo riesgo la integridad y el futuro de la formación política a la que dice defender.
Y lo peor de todo, es la sensación de orfandad política en la que están quedando millones y millones de españoles, que confiaron en usted, en su palabra y en sus promesas y sobre todo, en su capacidad para revertir una situación que muy pronto, salvo intercesiones celestiales de última hora, alcanzará su punto de no retorno.
Y del Rey y de su intolerable toma de posición en favor de Zapatero y sus proyectos políticos, ni hablo, porque vomitaría.
Lucio Decumio.
16 febrero 2008
Selección Española de Fútbol
Foto oficial de la Selección Española de Fútbol, antes de dar comienzo el Mundial 2006 de Alemania.
Luis Aragonés debería haber dimitido como seleccionador nacional el 27 de Junio de 2006, a las 22.00h, justo después de la eliminación del equipo español en el Mundial de Alemania, a manos -mejor dicho, pies- de Francia.
Lo demás ha sido puro teatro, puro artificio y sobre todo, falta de valentía y falta de compromiso con la palabra dada. Aragonés se comprometió a abandonar la selección en el caso de que el equipo no llegara a semifinales del torneo celebrado en tierras germanas y los nuestros cayeron en octavos, dos rondas antes, con absoluta claridad y sin intervenciones divinas o arbitrales a las que culpar.
Adicionalmente, la cobardía del Ángel Villar y la falta de liquidez de la Federación Española de Fútbol, han hecho el resto. Luis conocía ambos detalles y en virtud de ello, se ha agarrado al cargo como gato a rama, incluso a riesgo de dejarnos fuera de la próxima Eurocopa. Sólo por la primera razón esgrimida, por haber faltado a la promesa realizada antes del Mundial, Luis debería estar fuera de la selección hace tiempo.
Pero es que además, debería estarlo por el enconado enfrentamiento personal y unidireccional que mantiene con jugadores como Raúl o Guti, actualmente los mejores en su puesto en España y a los que no convoca por inexplicadas razones. No es de recibo que la persona encargada de poner la camiseta nacional a los mejores futbolistas, mantenga un comportamiento tan infantil y absurdo, sin que haya mediado, que se sepa, discusión con ambos o provocación de éstos.
Y aun en el caso de que no se hubiera producido esta situación, que envenena el ambiente de cada convocatoria, Aragonés debería haber abandonado o cesado en el cargo, por el duro conflicto que le enfrenta a los periodistas que le reprochan sus decisiones, incluida cómo no, la ausencia de los dos jugadores del Real Madrid. Los malos modos demostrados en cada comparecencia ante los medios, la pésima educación de que hace gala y por último y esto ya es una perspectiva subjetiva del caso, su deteriorada, ridícula y esperpéntica imagen personal, que ha dado lugar a su caricaturización permanente, son razones más que suficientes para que el veterano técnico, ya no ocupara el puesto.
Sinceramente, alguien con tanto lastre, con todos esos sacos de arena a sus espaldas, no puede, desde el sentido común, ser seleccionador nacional. Esperemos que antes de la Eurocopa, la cuerda se rompa y Vicente Del Bosque o Víctor Fernández, se hagan cargo de la nave. Yo creo que al final, algo sucederá y veremos a alguno de estos dos entrenadores, a los mandos del equipo en Austria y Suiza.
Lucio Decumio.
Luis Aragonés debería haber dimitido como seleccionador nacional el 27 de Junio de 2006, a las 22.00h, justo después de la eliminación del equipo español en el Mundial de Alemania, a manos -mejor dicho, pies- de Francia.
Lo demás ha sido puro teatro, puro artificio y sobre todo, falta de valentía y falta de compromiso con la palabra dada. Aragonés se comprometió a abandonar la selección en el caso de que el equipo no llegara a semifinales del torneo celebrado en tierras germanas y los nuestros cayeron en octavos, dos rondas antes, con absoluta claridad y sin intervenciones divinas o arbitrales a las que culpar.
Adicionalmente, la cobardía del Ángel Villar y la falta de liquidez de la Federación Española de Fútbol, han hecho el resto. Luis conocía ambos detalles y en virtud de ello, se ha agarrado al cargo como gato a rama, incluso a riesgo de dejarnos fuera de la próxima Eurocopa. Sólo por la primera razón esgrimida, por haber faltado a la promesa realizada antes del Mundial, Luis debería estar fuera de la selección hace tiempo.
Pero es que además, debería estarlo por el enconado enfrentamiento personal y unidireccional que mantiene con jugadores como Raúl o Guti, actualmente los mejores en su puesto en España y a los que no convoca por inexplicadas razones. No es de recibo que la persona encargada de poner la camiseta nacional a los mejores futbolistas, mantenga un comportamiento tan infantil y absurdo, sin que haya mediado, que se sepa, discusión con ambos o provocación de éstos.
Y aun en el caso de que no se hubiera producido esta situación, que envenena el ambiente de cada convocatoria, Aragonés debería haber abandonado o cesado en el cargo, por el duro conflicto que le enfrenta a los periodistas que le reprochan sus decisiones, incluida cómo no, la ausencia de los dos jugadores del Real Madrid. Los malos modos demostrados en cada comparecencia ante los medios, la pésima educación de que hace gala y por último y esto ya es una perspectiva subjetiva del caso, su deteriorada, ridícula y esperpéntica imagen personal, que ha dado lugar a su caricaturización permanente, son razones más que suficientes para que el veterano técnico, ya no ocupara el puesto.
Sinceramente, alguien con tanto lastre, con todos esos sacos de arena a sus espaldas, no puede, desde el sentido común, ser seleccionador nacional. Esperemos que antes de la Eurocopa, la cuerda se rompa y Vicente Del Bosque o Víctor Fernández, se hagan cargo de la nave. Yo creo que al final, algo sucederá y veremos a alguno de estos dos entrenadores, a los mandos del equipo en Austria y Suiza.
Lucio Decumio.
15 febrero 2008
Que nadie olvide
Lo prometí en su momento y cumplo mi compromiso a rajatabla. No más fotos de traidores en este blog. Y como en otras ocasiones y aunque no tenga absolutamente nada que ver con el contenido, recurro a una imagen de la, en mi opinión, más bella actriz del orbe, como motivo apoyo gráfico para este comentario: God save Natascha Hentsridge!
Que no pase de largo la infamia. Que nadie olvide la penúltima impostura del farsante. Que no quede impune la mendacidad y la bajeza de estos dos siniestros personajes. Que paguen por ello. Que Iñaki quede retratado de por vida como lo que es: un acólito del poder político socialista y un sicario mediático de sus amos. Que Zetazejazetapé, jamás recupere las diminutas gotas de credibilidad y decencia que podían quedarle, antes de su conversación fuera de micrófono con su periodista de cámara.
Que se hayan abierto los últimos ojos que permanecieran cerrados y que contemplen la catadura moral, intelectual y ética de este personaje oscuro y retorcido. Que por fin, aquellos que no pudieron o no quisieron ver los engaños, las manipulaciones y las mentiras, despierten del sueño en el que vivían y den la espalda a la mezquindad y a la mediocridad que son divisa y estandarte de este presidente.
Otros lo intuíamos al principio de la legislatura y al poco, vimos refrendadas nuestras sospechas, cuando fuimos testigos de sus actos y declaraciones. Palabras y decisiones que siempre buscaron generar artificialmente, un clima de tensión y drama en la sociedad española, con el objetivo de polarizarla y de activar los miedos de unos y otros hasta enfrentarlos abiertamente, en busca de un beneficio electoral que redundara en la perpetuación de la especie socialista en el poder.
En otras ocasiones, he podido sospechar de la naturaleza improvisada de las palabras capturadas al margen de la oficialidad de los micrófonos, a políticos de una u otra condición. Pero no esta vez. En este episodio, nada puede ni tiene que ganar Zapatero con la emisión por los cuatro rincones del país -y espero que del globo terráqueo-, de su conversación con Gabilondo, una vez concluida la entrevista de terciopelo, sobremesa, café, copa y puro, que mantuvo con su alter ego informativo en embustes y mentiras.
Dos concluyentes ventajas pueden extraer el PP y el resto de partidos decentes del arco político con aspiraciones a entrar en el Parlamento -léase UPyD y Ciutadans-. La primera de ellas, el crudo retrato realista -ni Antonio López fotocopiando la Gran Vía con sus pinceles, había alcanzado tales metas- que de los dos sujetos, pero especialmente de Zapatero, arroja la ya celebérrima conversación. Y segundo, quedan 23 días para las Elecciones Generales y el PSOE, aparte de dramatizar y "tensionar" sin que se le note demasiado, tendrá que emplear buena parte de su tiempo y de sus fuerzas en intentar minimizar los efectos de la propia incompetencia y de la falta de reflejos de su propio líder.
Metafóricamente, Zapatero se ha pegado un tiro en el pie delante de todo el mundo, cuando su intención era seguir acusando al Partido Popular de haberle disparado, sin que éste hubiera apretado el gatillo, ni hubiera tenido jamás la pretensión de hacerlo. La agresiva campaña que ya había puesto en marcha el PSOE, ha quedado definitivamente desenmascarada y estimo que no les queda demasiado tiempo para reaccionar, aunque de éstos, puede esperarse siempre cualquier cosa y siempre, peor que la anterior.
Y para que quede constancia, ahí van las palabras con las que nos deleitaron estos dos catedráticos del odio y la mentira.
-Zapatero: Bueno, muy bien, yo estoy muy a gusto...
-Gabilondo: ¿Qué pintas tenéis? ¿qué sondeos tenéis?
-Zapatero: ¡¡Bieeeen!! Nada... Bien...
-Gabilondo: Bien. Sin problemas, ¿no?
-Zapatero: Lo que pasa es que yo creo que nos conviene que haya tensión...
-Gabilondo: A mí me parece que os conviene muchísimo...
-Zapatero: Yo voy a empezar, a partir de este fin de semana, a dramatizar un poco.
-Gabilondo: Ya.
-Zapatero: ...pero nos conviene mucho... Si no, la gente... bueno...
Nota final: Evidentemente, a estas alturas, conozco a la perfección, cuál sería la respuesta, pero me gustaría saber exactamente en qué términos se expresaría Zetazejazetapé, si se le cuestionara acerca de la posibilidad de que, al igual que Mariano Rajoy se ha sometido recientemente a sendas entrevistas con dos de los comunicadores más representativos de la izquierda, como Gabilondo y Buenafuente, él pudiera enfrentarse dialécticamente a, pongamos por ejemplo, Federico Jiménez Losantos y César Vidal. Y sin las preguntas preparadas, como suele ser del gusto de esta clase de individuos, tipo Manolo Chaves.
¿Qué excusas sintácticamente aberrantes y conceptualmente descabelladas, balbucearía esta plaga divina que nos ha caído en desgracia?
Lucio Decumio.
Que no pase de largo la infamia. Que nadie olvide la penúltima impostura del farsante. Que no quede impune la mendacidad y la bajeza de estos dos siniestros personajes. Que paguen por ello. Que Iñaki quede retratado de por vida como lo que es: un acólito del poder político socialista y un sicario mediático de sus amos. Que Zetazejazetapé, jamás recupere las diminutas gotas de credibilidad y decencia que podían quedarle, antes de su conversación fuera de micrófono con su periodista de cámara.
Que se hayan abierto los últimos ojos que permanecieran cerrados y que contemplen la catadura moral, intelectual y ética de este personaje oscuro y retorcido. Que por fin, aquellos que no pudieron o no quisieron ver los engaños, las manipulaciones y las mentiras, despierten del sueño en el que vivían y den la espalda a la mezquindad y a la mediocridad que son divisa y estandarte de este presidente.
Otros lo intuíamos al principio de la legislatura y al poco, vimos refrendadas nuestras sospechas, cuando fuimos testigos de sus actos y declaraciones. Palabras y decisiones que siempre buscaron generar artificialmente, un clima de tensión y drama en la sociedad española, con el objetivo de polarizarla y de activar los miedos de unos y otros hasta enfrentarlos abiertamente, en busca de un beneficio electoral que redundara en la perpetuación de la especie socialista en el poder.
En otras ocasiones, he podido sospechar de la naturaleza improvisada de las palabras capturadas al margen de la oficialidad de los micrófonos, a políticos de una u otra condición. Pero no esta vez. En este episodio, nada puede ni tiene que ganar Zapatero con la emisión por los cuatro rincones del país -y espero que del globo terráqueo-, de su conversación con Gabilondo, una vez concluida la entrevista de terciopelo, sobremesa, café, copa y puro, que mantuvo con su alter ego informativo en embustes y mentiras.
Dos concluyentes ventajas pueden extraer el PP y el resto de partidos decentes del arco político con aspiraciones a entrar en el Parlamento -léase UPyD y Ciutadans-. La primera de ellas, el crudo retrato realista -ni Antonio López fotocopiando la Gran Vía con sus pinceles, había alcanzado tales metas- que de los dos sujetos, pero especialmente de Zapatero, arroja la ya celebérrima conversación. Y segundo, quedan 23 días para las Elecciones Generales y el PSOE, aparte de dramatizar y "tensionar" sin que se le note demasiado, tendrá que emplear buena parte de su tiempo y de sus fuerzas en intentar minimizar los efectos de la propia incompetencia y de la falta de reflejos de su propio líder.
Metafóricamente, Zapatero se ha pegado un tiro en el pie delante de todo el mundo, cuando su intención era seguir acusando al Partido Popular de haberle disparado, sin que éste hubiera apretado el gatillo, ni hubiera tenido jamás la pretensión de hacerlo. La agresiva campaña que ya había puesto en marcha el PSOE, ha quedado definitivamente desenmascarada y estimo que no les queda demasiado tiempo para reaccionar, aunque de éstos, puede esperarse siempre cualquier cosa y siempre, peor que la anterior.
Y para que quede constancia, ahí van las palabras con las que nos deleitaron estos dos catedráticos del odio y la mentira.
-Zapatero: Bueno, muy bien, yo estoy muy a gusto...
-Gabilondo: ¿Qué pintas tenéis? ¿qué sondeos tenéis?
-Zapatero: ¡¡Bieeeen!! Nada... Bien...
-Gabilondo: Bien. Sin problemas, ¿no?
-Zapatero: Lo que pasa es que yo creo que nos conviene que haya tensión...
-Gabilondo: A mí me parece que os conviene muchísimo...
-Zapatero: Yo voy a empezar, a partir de este fin de semana, a dramatizar un poco.
-Gabilondo: Ya.
-Zapatero: ...pero nos conviene mucho... Si no, la gente... bueno...
Nota final: Evidentemente, a estas alturas, conozco a la perfección, cuál sería la respuesta, pero me gustaría saber exactamente en qué términos se expresaría Zetazejazetapé, si se le cuestionara acerca de la posibilidad de que, al igual que Mariano Rajoy se ha sometido recientemente a sendas entrevistas con dos de los comunicadores más representativos de la izquierda, como Gabilondo y Buenafuente, él pudiera enfrentarse dialécticamente a, pongamos por ejemplo, Federico Jiménez Losantos y César Vidal. Y sin las preguntas preparadas, como suele ser del gusto de esta clase de individuos, tipo Manolo Chaves.
¿Qué excusas sintácticamente aberrantes y conceptualmente descabelladas, balbucearía esta plaga divina que nos ha caído en desgracia?
Lucio Decumio.