28 septiembre 2006

Guerra submarina

El sumergible "El Mundo" ya ha lanzado con éxitos sus primeros torpedos contra la flota socialista. Las andanadas continuarán en el futuro y los resultados pronto se dejarán ver.

La experiencia y el transcurrir de los años nos dicen que cuando en España gobierna el Partido Socialista y sus prebostes sacan a relucir lo peor de sí mismos, que es mucho y variado, los titulares y los reportajes del diario "El Mundo" se encargan más temprano que tarde, de transmutar los plácidos desayunos de Moncloa y Ferraz, en dolorosos cortes de digestión y súbitos atragantamientos.

De igual modo, esa misma experiencia y ese mismo transcurrir de los años, también nos aseguran que cuando uno de los torpedos lanzados con milimétrica precisión por el periódico de Pedro J. contra la línea de flotación del acorazado socialista, impacta en la sala de máquinas y ésta comienza a arder, el nerviosismo se desata en la hasta entonces, confiada tripulación, mientras el ensoberbecido alto mando del navío, trata de ocultar su propia ineptitud elevando el tono de unas órdenes tan absurdas como inútiles.

Experiencia y transcurrir de los años que también nos instalan en la certeza de que el proyectil que tanto daño ha causado, no es el único con el que cuenta el poderoso sumergible del director riojano y que otros, ya se encuentran prestos a ser catapultados contra el casco de la que parecía hasta ese instante, insumergible embarcación.

Los destructores que rodean al acorazado, como buena flota de salvaguarda del buque insignia, intentan localizar y hundir al submarino enemigo mediante cargas de profundidad, muchas de ellas lanzadas sin ton ni son y sólo como inmediata y no estudiada respuesta, a un ataque que por el contrario, ha sido perfectamente planificado y elaborado durante meses.

Pedro Jota no da puntada sin hilo y continuando con el símil de la guerra submarina, no lanza un torpedo si no tiene otro preparado en la recámara para rematar la labor destructiva realizada por el primero. Y así sucesivamente. Cuando "El Mundo" se lanza a aguas abiertas a por la flota rival, es porque va perfectamente pertrechado, cargado hasta arriba de suministros y munición, con una tripulación perfectamente entrenada y dispuesta para el combate y por último, con un mapa de coordenadas que le indican con exactitud, la ubicación, la disposición y las debilidades de su objetivo.

Las batallas del GAL y del 11-M entre el PSOE y "El Mundo", se desencadenaron por diferentes motivos y en distintas circunstancias. Sin embargo, los rivales vuelven a parecerse enormemente y las refriegas, las escaramuzas y los enfrentamientos, discurren por unas trazas tan parecidas en ambos casos, que uno no tiene más remedio que... iba a decir sonreír, pero las 192 vidas sacrificadas entre las vías de cercanías de Madrid y los miles de personas que vieron amputadas su integridad física y emocional, sólo para descabalgar al Partido Popular del poder e iniciar un convulso período de penumbra política y social, me impiden siquiera hacer esbozo de la más imperceptible expresión de alegría.

Lucio Decumio.

21 septiembre 2006

De vuelta

Nunca podremos agradecer lo suficiente a Pedro J. Ramírez y a su equipo de investigación, así como a Luis del Pino y otro ramillete de selectos periodistas e investigadores, su titánica labor encaminada a desentrañar los tenebrosos misterios que se ocultan tras la masacre del 11 de Marzo de 2004. Hoy han sido los documentos recortados y falsificados por Interior, pero mañana serán otros de mayor calado y pasado mañana, nuevas demostraciones, declaraciones y entrevistas que acabarán por desenmascarar a quienes todos nos imaginamos.


No entraré en densas explicaciones acerca de mi prolongadísima ausencia ciberespacial. Han sido varias y variopintas las causas, pero sobre todo, cabe destacar entre todas ellas, un notable grado de molicie intelectual. ¿A qué ha sido debida? Algo indico al final del texto, así que los interesados, habrán de concluir su lectura. El caso es que he vuelto por donde solía, por un lugar al que me apetecía regresar hace tiempo, pero en el que una y otra vez, demoraba mi renovada presencia.

Imagino que serán pocos, muy pocos los que lean este nuevo "post". Ya era escuálido el grupo de los que me leían -pero fieles, justo es reconocerlo-, así que supongo que hasta que esta página recupere el ligero pulso de que gozaba en el pasado, pasará un tiempo más que prudencial.

Y como de costumbre, después de la consabida introductoria, entro en harina o arena, que tanto da.

Las revelaciones en torno al 11-M se suceden. Quienes me han leído durante años, especialmente desde que se produjeron los horrendos atentados, saben cuál es mi opinión acerca de los responsables, aunque la resumiré para no obligar a nadie a volver a realizar complejos y pesados ejercicios de arqueología virtual.

A/ Planificación socialista y separatista, más que seguramente moldeada en algún oscuro y nauseabundo sótano de Perpiñán, en otoño de 2003. B/ Ejecución etarra. C/ Entrada en escena de la artillería mediática adicta y afecta al Partido Socialista, para montar en cuestión de horas una ceremonia de confusión digna de la mejor tradición golpista de la izquierda nacional. D/ Inversión de los valores morales y democráticos en la jornada de reflexión para generar iracundia y resentimiento en proporciones difícilmente igualables, contra el partido en el Gobierno. E/ Culpabilización de unos moros muertos de hambre a los que antes que de inanición, matan con munición. Y F/ Proceso de ocultación, manipulación, tergiversación y destrucción de pruebas, testimonios y testigos que aún dura.

Contra esto se han alzado un selecto grupo de valientes y briosos guerreros, que han empuñado armas tan peligrosas para el totalitarismo y el sectarismo que se nos quiere imponer, como las dagas de la verdad, las lanzas de la honradez, la espadas de la lealtad y las flechas de la justicia. Tienen nombres y apellidos y generalmente, responden por Casimiro García Abadillo, Luis del Pino, Fernando Múgica, Pedro José Ramírez y Federico Jiménez Losantos, por sólo citar a los más destacados.

Ha habido muchos más. Los cientos, seguramente miles de personas que activa y desinteresadamente, han puesto sus conocimientos de química, criminología, explosivos, derecho, judicatura o simple lógica intelectual, al servicio de la causa de la verdad y el esclarecimiento de la masacre. Me refiero sobre todo a las legiones de comentaristas del blog de Luis del Pino, una herramienta que este titán puso en marcha hace cerca de un año y que ha hecho más daño a la cadavérica versión oficial, que cualquier otro mecanismo puesto en marcha para desactivarla y desenmascararla.

A todos ellos, brindo mi reconocimiento. Se aproximan momentos críticos, seguramente hasta peligrosos. Los responsables y los beneficiarios de aquel espantoso holocausto, están viendo cada vez más cercano el final de la farsa y de la mentira. Y esta no es una farsa o una mentira como cualquier otra. Ésta está enmarcada en el contexto de un golpe de estado en toda la regla, encaminado a descabalgar del poder a un partido político al que el extremismo de izquierdas, el panislamismo furibundo y el separatismo de todo pelaje, no perdonaban que hubiera puesto a España en un lugar destacado y sobresaliente de la escena política y económica a nivel global y a cada uno de ellos, en el justo y apartado lugar que les correspondía.

Por ello, porque el dantesco episodio se cobró la vida de 192 compatriotas y zahirió física y psicológicamente la de otros 1.700, es por lo que estos individuos no pararán en barras a la hora de erosionar, corroer y desacreditar la carrera profesional y quién sabe si la vida, la familia y la hacienda de estos vigorosos soldados de la verdad. Si mataron en masa y mintieron sin empacho al pueblo para instalarse en las poltronas del poder, ¿qué no harán para evitar caer desde ellas con el estrépito, el escándalo y la repugnancia que ocasionaría entre todos sus conciudadanos, la constatación de la terrible verdad que cada día más acechante, descorre el dramático velo tejido para ocultarla?

Odio, resentimiento, envidia y afán de poder, de venganza y de revancha, fueron sus razones y sus motivaciones. Pensaron en los réditos del presente, pero no en las cuentas que deberían rendir en el futuro.

Y las pagarán, cada día me caben menos dudas de ello. Durante muchas de las semanas que duró mi ausencia virtual, llegué casi a la convicción -pusilánime de mí- de que la lucha estaba perdida, pues sus medios eran infinitamente superiores y muchos en nuestro bando, especialmente en algunos sectores del Partido Popular, estaban dispuestos a entregar el estandarte al enemigo.

Insisto, estuve al borde de la claudicación y de la rendición ante la aparente impenetrabilidad de sus defensas, convencido de que cualquier intento de sobreponerse a la ignominia constante a la que nos veíamos sometidos, resultaba vano y fútil.

Sin embargo, la fortaleza, la templanza y la presencia de ánimo de los guerreros previamente mencionados y la congestión y la ira que se ha dibujado en las reacciones del enemigo ante las sucesivos embates, perfectamente organizados, coordinados y ejecutados en el espacio y en el tiempo por las fuerzas del bien, me han devuelto el ánimo y el resuello.

Que se vayan preparando los delincuentes y los asesinos. Muchos van a reencontrarse en breve plazo con antiguos compañeros de correrías, corruptelas y contubernios. La diferencias es que unos tendrán la suerte de abrazarse en el exilio con sudorosos tiranos caribeños, sodomitas reyezuelos del Magreb y analfabetos corsarios andinos, mientras que otros, tendrán que compartir catre, muros, rejas y alambradas con viejos empleados de las cloacas del Estado.

Lucio Decumio.